REACTIVACIÓN ECONÓMICA
DEL CAMPO COLOMBIANO
Por Andrés F. Arias*
En el primer trimestre de 2005 el sector
agropecuario lícito
creció 3.96% en términos anuales, 27 puntos básicos
por encima del crecimiento general de la economía lícita
(3.69%). En contraste, la producción de cultivos ilícitos
cayó 7.16% durante el mismo período. La política
que hemos diseñado para el sector agropecuario está funcionando:
agricultura lícita fortalecida y producción de coca
en retroceso. Es decir, menos base y menos combustible para el terrorismo
que debemos derrotar.
Se destaca el crecimiento de café (8.09%), de otros productos
agrícolas lícitos (4.23%) y de las actividades pesqueras
(4.36%). Dentro de los productos agrícolas diferentes a café se
destaca el crecimiento de algodón (53.72%), tabaco (24.81%),
flores (22.64%), cacao (12.12%), yuca (7.81%), ñame (7.33%),
plátano (5.39%), banano (4.42%) y otras frutas (4.30%). En
el subsector pecuario se destaca el crecimiento de la avicultura
(9.72%) y de la producción de leche (8.49%).
Por otro lado, mientras la tasa de desempleo
nacional cayó de
13.6% en mayo de 2004 a 12.5% en mayo de este año, en las
zonas rurales la misma tasa se redujo de 10.9% a 8.7% durante el
mismo período. Más aún, de los 291,000 puestos
de trabajo generados por la economía lícita en mayo
de este año, el sector agropecuario aportó 170,000,
es decir, más de la mitad. No debe sorprendernos que un crecimiento
económico dinámico en el campo colombiano se traduzca
en más empleo y generación de ingreso para nuestros
campesinos. Por supuesto, ello implica menos espacio para el narcoterrorismo.
Las cifras de crecimiento y empleo en el
sector son coherentes con los datos que tenemos sobre comercialización de alimentos
a través de las principales centrales de abastos de nuestro
país. Por ejemplo, el tonelaje comercializado a través
de dichos centros de abastos creció 4.7% durante el primer
semestre de este año, con respecto al mismo período
del año anterior. Esto es crecimiento real pues estamos hablando
de toneladas de alimentos. Se destaca el crecimiento en hortalizas
(6.4%), frutas (3.8%) y tubérculos (7.7%). En otras palabras,
más agricultura lícita y menos coca equivalen a más
consumo de alimentos para todos. De nuevo, menos base y menos combustible
para el terrorismo.
Nuestras políticas de Seguridad Democrática y de Manejo
Social del Campo tienen que estar funcionando bien. En efecto, los
resultados sectoriales son muy buenos, sobretodo si tenemos en cuenta
la caída en los precios domésticos de la mayoría
de nuestros productos agrícolas como resultado, por un lado,
de la fuerte apreciación del peso y, por otro, de la reducción
en algunos precios internacionales. Aunque dicha caída, y
como era de esperarse, indujo contracciones en el valor de la producción
de muchos cultivos de ciclo corto (ej: maíz, soya, sorgo),
el crecimiento de los productos permanentes y de varios subsectores
pecuarios jalonó en la otra dirección, permitiendo
que el sector agropecuario arrojara un resultado general muy positivo.
Las cifras demuestran que el campo colombiano
continúa en
reactivación, con gran dinamismo económico y generación
de empleo. Por supuesto, hay problemas en algunos subsectores, especialmente
en los cultivos de ciclo corto por la fuerte caída en sus
precios domésticos como resultado de la revaluación
del peso y de la reducción en algunos precios internacionales.
Pero, en general, los demás subsectores, especialmente los
de tardío rendimiento y el subsector pecuario vienen creciendo
a un ritmo vigoroso y generando empleo lícito y sostenible
en el campo colombiano. Avanzar cada día más en la
ocupación lícita y pacífica del territorio colombiano,
como condición necesaria para la derrota final del terrorismo,
es nuestra prioridad. Lo estamos logrando y lo vamos a consolidar.
Es nuestra responsabilidad con las generaciones futuras de este país.
* Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural
14 de julio de 2005