¿CUÁL DISPARADA DEL GASTO?
Por Jose Obdulio Gaviria Vélez*
Cumplir obligaciones no es apetito voraz
sino ejecución eficaz.
Un personaje creíble –un columnista, por ejemplo– hace
una afirmación errónea. La idea es recogida como cierta
por la prensa... ¡Bregue después a convencer a la gente
de que no hay tal! A un error se le da vida en un segundo, pero para
destruirlo hay que gastar el resto de la vida. Por eso los filósofos
previenen sobre los errores colectivos, porque son el equivalente
popular a una verdad.
El ex ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo
dijo recientemente que "el Gobierno Central (...) sigue mostrando un apetito voraz
por el gasto. Voracidad que seguramente se acentuará en el
año preelectoral que estamos iniciando".
Como Restrepo es una autoridad en Hacienda
Pública, uno parte
de la base de que sus afirmaciones llevan implícitas todas
las respuestas.
Pero la sola enunciación de ciertas preguntas desbarata todo
el cuento. ¿Cómo así? ¿Acaso el Gobierno
puede gastar más de lo que esté presupuestado? ¿Eso
no necesita adición en el Congreso? Y, si no ha habido adición –es
evidentemente que no–, ¿cómo está haciendo
el Gobierno para saciar su "apetito voraz"?
Cumplir obligaciones no es apetito voraz
sino ejecución eficaz.
El aparato estatal no debe hibernar diez meses y salir en noviembre
y diciembre a cumplir la "meta de gasto". Eso quiebra a
los contratistas, desprestigia a los gobernadores y hace que maldigan
perpetuamente los pensionados. La cosa debe ser al revés.
Que el Ministerio llame a la gente a que reclame el cheque para que
se ponga a hacer lo que tiene que hacer: los maestros a enseñar,
los ingenieros a construir, los pensionados a descansar, los médicos
a curar y los policías y soldados a asegurar.
El presupuesto del 2005 es de 93 billones
y un pico. Disparar el gasto sería decir que el presupuesto va a quedar en 100 billones,
por decir algo; pero eso no va a ocurrir. ¿Van a regañar
a un gobierno porque quiera disparar el cumplimiento, la ejecución
presupuestal? ¿Por qué logró aumentar la recolección
de plata en 700 mil millones en lo corrido del año?
La gente paga más porque tiene más ingresos. ¿Van
a regañar a un gobierno porque se quitó ese censo de
tener que girarle una millonada a Telecom y porque está poniendo
orden en los hospitales? Ya el nuevo Telecom es el que manda plata
para pagar deudas viejas.
El Gobierno está al día en transferencias, a pesar
de que estas crecieron en 41,4 por ciento (mesadas pensionales en
146 por ciento y Sistema General de Participaciones en 14 por ciento).
Hace años estábamos enculebrados con la OEA y la ONU.
Ya no. ¿Eso es electorerismo? ¡Yo no creo! ¡Es
responsabilidad! Se le está girando al día a la Fuerza
Pública (que vale 45 por ciento más que el año
pasado). ¿Eso es gasto clientelista? Se hizo desde el principio
del año el incremento salarial del sector público,
no al fin del año, como antes. Eso es sensibilidad social,
como lo es, también, pagar el viejo pleito que tenía
el Estado con los magistrados. ¿Qué hubieran recomendado
los preocupados por la voracidad? ¿Seguir eludiendo el cumplimiento
de la obligación?
Salta a la vista que la economía colombiana está creciendo.
Olvídense de que es por generación espontánea
o por intercesión del Sagrado Corazón. Él ayuda,
pero pone unas condiciones que el Gobierno, por los resultados que
salta a la vista, sí está cumpliendo.
* Consejero presidencial
16 de julio de 2005