¿QUO
VADIS?
Por
Jorge Humberto Botero*
Tomado del diario La República
Preguntas pertinentes sobre
la Comunidad Andina.
“¿ A dónde
vas?” Es una pregunta pertinente referida a la Comunidad
Andina. No ha sido capaz de concretar su viejo anhelo de convertirse
en una unión aduanera, dotada por tanto de un arancel
externo común y una política de comercio exterior
compartida; las restricciones al comercio intracomunitario no
cesan de aumentar a pesar del compromiso inequívoco de
permitirlo libre de arancel y cualquier otro tipo de obstáculos;
las solemnes declaraciones que los presidentes suscriben en sus
reuniones periódicas tienen una acentuada tendencia a
convertirse en letra muerta.
No obstante, hay futuro a condición de que la CAN sea sometida a un
programa de profundas reformas para descartar propósitos que han dejado
de ser relevantes para focalizarse en lo que tiene sentido en un mundo más
abierto y competitivo. En primer lugar, conviene liberarse del compromiso de
actuar como una unión aduanera. Luego de numerosos fracasos es ya claro
que no es posible tener un arancel externo común para la totalidad de
las partidas que lo integran. No es extraño que así ocurra. Los
países andinos practican distintas políticas económicas
que, a su vez, derivan de la muy disímil naturaleza de sus aparatos
productivos.
Algo va, por ejemplo, de Venezuela, empeñada como está en un
modelo de desarrollo basado en el mercado interno, apalancándose en
sus enormes ingresos en petrodólares, a Bolivia, que dada la estrechez
de aquel, su bajo grado de industrialización y su enorme disponibilidad
de recursos energéticos, cifra sus posibilidades de progreso en una
inserción abierta con el exterior. Por fortuna, no importa mucho persistir
en el fallido propósito de acordar un arancel externo perfecto frente
a terceros países. Los aranceles están perdiendo importancia
de manera acelerada en un mundo que, así sea con retrocesos y múltiples
frustraciones, en especial en el ámbito agrícola, se mueve hacia
el libre comercio.
Alan Wagner, al asumir como Secretario General de la CAN, señaló,
con toda razón, que no son los aranceles el factor clave en la actualidad;
hoy dominan la agenda del comercio exterior "las políticas de competencia,
la propiedad intelectual, las normas técnicas, las reglas de origen,
las compras gubernamentales. Igualmente, los subsidios agrícolas, las
barreras no arancelarias, la protección disfrazada de medidas anti-dumping,
la carencia de un sistema de comercio mundial estable y previsible y la ausencia
de una cooperación internacional habilitadora del comercio y el desarrollo…"
Estos son temas a los que deben dedicarse mayores esfuerzos, igualmente a los
que constituyen condición necesaria para profundizar el proyecto andino.
Es obvio que no puede haber mercados integrados si las deficiencias en infraestructura
de comunicaciones, las fallas del transporte marítimo y las restricciones
al realizado por carretera los fragmentan. En la actualidad, no hay acceso
regular y eficiente desde Colombia al Perú por vía fluvial;
no explotamos las posibilidades que los ríos Putumayo, Meta y Amazonas
nos brindan. Intereses locales poderosos impiden que un camión pueda
mover la carga desde Colombia a Venezuela o Ecuador; se requieren transbordos
que encarecen los costos y restan competitividad.
Pasa desapercibido que la región posee 25% de la biodiversidad mundial
y 25% del agua dulce del planeta. Ese gran banco de recursos naturales debe
ser objeto de un manejo ampliamente concertado entre los países andinos
y con Brasil, tanto para velar por su conservación y uso racional, como
para protegerlo en los acuerdos de libre comercio que se celebren en el futuro.
No olvidemos, asimismo, que en pocos años el agua será un recurso
cuyo valor estratégico puede ser semejante al del petróleo.
Y algo elemental: hay que liberar por completo el tráfico de bienes,
personas y capitales al interior de la Comunidad. Olvidémonos de lo
que no es factible y dediquemos nuestras energías a lo que es práctico.
*Ministro de Comercio, Industria y Turismo