AJUSTE FISCAL
Por Alberto Carrasquilla*
Para mi sorpresa, pasó absolutamente desapercibido el hecho
de que el sector público colombiano tuvo un superávit
primario cercano al 5% del PIB en el primer semestre de este año,
el más alto de la historia registrada. Y digo que es sorprendente
porque este dato tiene enorme implicancia para los análisis
macroeconómicos más relevantes en cualquier país:
la evolución de la deuda pública y su sostenibilidad
y la dinámica del sector externo y su sostenibilidad.
Es un hecho que la deuda pública viene bajando mucho más
rápido de lo que pensaba incluso el Gobierno. En términos
netos, es decir restando de la deuda bruta el valor de todos los
activos financieros (internos y externos) en poder del sector público
consolidado, estamos en el famoso umbral del 40% del PIB y vamos
en línea con lo presentado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo,
incluso un poco mejor. El dato del primer semestre consolida de manera
fuerte y contundente esta saludable tendencia del endeudamiento y
ello explica en parte sustancial el excelente comportamiento reciente
de nuestros mercados financieros. Mas aún, a través
de novedosas operaciones de manejo de deuda el Gobierno viene reduciendo
de manera muy significativa el riesgo de que una reversión
de la situación internacional afecte adversamente esta sana
dinámica. Hemos ido asegurando las ganancias obtenidas, por
ponerlo de algún modo.
También es un hecho que ha existido una sustancial recuperación
de la demanda privada, tanto para consumo como para inversión,
como lo muestran tan elocuentemente las cifras del primer semestre
de 2005. Según el DANE, la dinámica de la demanda interna
excede el crecimiento de 4.6% que experimentó el PIB. No obstante
la importante recuperación de la demanda privada, también
es cierto que el déficit de la cuenta corriente de la balanza
de pagos –o sea el uso del ahorro externo para financiar nuestra
actividad económica-- lejos de haberse ampliado como ocurriría
si no existiera el ajuste fiscal que comentamos, probablemente se
reducirá en el año 2005 respecto de su ya muy bajo
nivel de 2004. Ello es importante porque permite deducir que el endeudamiento
total del país, al igual que el endeudamiento público,
está enteramente bajo control.
La relación entre el superávit primario y la economía
tiene otros aspectos que el dato más reciente ayuda a iluminar.
La cifra muestra, por ejemplo, que el sector público no está desplazando
al sector privado. Esto es importante porque contradice fuertemente
apreciaciones según las cuales la emisión de deuda
por parte del Gobierno presuntamente le haría “crowding
out” a la actividad privada. Lejos de ello, lo cierto es que,
sin un desbordamiento insostenible del crédito, el sector
privado está encontrando todo el espacio necesario en un contexto
de tasas de interés bajas y amplia disponibilidad de recursos.
Es obvio que los colombianos tenemos enormes
retos fiscales por delante, muchos de los cuales hemos ido y seguiremos
comentando en
este mismo espacio y en diversos foros nacionales e internacionales:
la estructura tributaria, y el régimen de las transferencias,
para citar solo dos ejemplos.
Lo cierto, sin embargo, es que hemos logrado
pasar del discurso filosófico sobre la necesidad de hacer ajustes, a la práctica
de hacerlos. Esto se viene consignando trimestre tras trimestre no
en el ámbito de las promesas, sino en el espacio contante
y sonante de las cifras. Gracias a ello, esos retos fiscales indudables
que tenemos por delante, ya no lucen tan infranqueables y existe
ya un cúmulo de sólidas razones para afirmar que los
colombianos lo haremos muy bien. Miren no más el superávit
del primer semestre.
*Ministro de
Hacienda y Crédito Público