DAR A CADA UNO LO SUYO
Por Javier Lastra Fuscaldo*
El Gobierno Nacional además de ordenar la
liquidación
de Telecom lo hizo con trece de sus empresas telefónicas en
las que participa como socio mayoritario. La decisión, adoptada
el 12 de junio de 2003, causó desconcierto en algunos ciudadanos
y dirigentes de aquellos municipios o departamentos que cuentan con
acciones en esas telefónicas.
No fueron pocas las ocasiones en que los
funcionarios del Gobierno Nacional fueron convocados al Congreso
de la República para
explicar el por qué de esas decisiones. Algunos Alcaldes y
congresistas argumentaban que las empresas liquidadas eran solventes
y rentables y según ellos para los ojos de los municipios
las liquidaciones se percibieron como si alguien arrebatara de sus
manos algo que es suyo y sorprendido ve como corriendo desaparece.
Lo sucedido, lejos estuvo de ser una improvisada
arrebatiña.
Decisiones de esta naturaleza, deben soportarse en principios y elementos
jurídicos contundentes y argumentos de conveniencia para la
continuidad en la prestación del servicio público de
telecomunicaciones. Telecom desde el año 1996 venía
en un progresivo deterioro de sus márgenes operacionales.
En el 2001 y 2002 sus pérdidas eran del orden de los 500 mil
millones de pesos.
Mientras las utilidades de la Compañía caían,
el pasivo pensional ascendía. En el año 2002 este pasivo
se situó en 5.6 billones de pesos. Pero ojo, la situación
pensional era parte del problema, pero no la totalidad del mismo.
Si del análisis financiero de Telecom se excluye el pago de
las pensiones, los márgenes operacionales seguían siendo
negativos. Por cada 100 pesos de ingresos la empresa arrojaba pérdidas
de 14.5 pesos en el año 2002. Cifra contundente para demostrar
los bajos niveles de eficiencia operativa por los que Telecom atravesaba.
Los reclamantes, en su posición legítima de defensa
de los intereses regionales, comprendían la caótica
situación de Telecom pero solicitaban separar del problema
a las prósperas y boyantes telefónicas. Siendo Telecom
el dueño mayoritario de esas empresas (cuentan entre todas
con un millón de líneas aproximadamente) y por la conveniente
estrategia de explotar el servicio de manera integral, esa separación
resultaba imposible. Es apenas lógico que lo accesorio siga
la suerte de lo principal.
Sin embargo, lo que si ha sido posible es
excluir a los entes territoriales del riesgo financiero de Telecom.
La figura que la ha sustentado
consistió, sencillamente, en valorar las telefónicas
como empresas en marcha tomando como base la situación en
que se encontraban un día antes al que se decretó la
liquidación. Obtenido el valor, utilizando la metodología
más favorable para los intereses de los minoritarios, se les
devuelve la totalidad de los recursos que les corresponde.
Las valoraciones ya están listas. Por haber tomado como base
la situación de las empresas en junio de 2003 y las proyecciones
del sector de las telecomunicaciones en ese momento, los valores
de las telefónicas son excelentes, oscilan entre 750 y 1100
dólares por línea.
Como la devolución de esos recursos se hará ahora,
dos años y medio después de haber surtido el proceso
de liquidación, se actualiza el poder adquisitivo a la fecha
en que se haga la devolución y listo, resuelto el problema
de los entes territoriales. No obstante, las telefónicas cuyo
valor es negativo no habría nada que devolver, caso en el
que lamentablemente se encuentra Telecartagena y Telesantamarta.
Con ese procedimiento se cumple uno de los
tres preceptos del jurisconsulto romano Ulpiano: Dar a cada uno
lo suyo. Lo que antes se traducía
para los municipios en eventuales y escasos dividendos anuales, ahora
se convierte en la devolución completa de los recursos correspondientes
a su participación en la empresa. Lo que iban a recibir durante
30 años, ahora, después de la liquidación, lo
recibirán máximo en tres dependiendo de la liquidez
disponible en cada compañía.
Hay municipios como Tulúa y Armenia que recibirán
como pago por las empresas liquidadas alrededor de 70 mil millones
de pesos cada uno, monto que representa el presupuesto municipal
de un año.
Ante tamaña novedad económica, es apenas prudente
desear que los proyectos que emprendan los municipios con los recursos
para libre inversión que reciben de estas telefónicas
sean asertivos y se reflejen en el bienestar y prosperidad de sus
ciudadanos.
*Gerente liquidador de Telecom
Noviembre 23 de 2005