La Política Social de Uribe
EL CORAZÓN GRANDE
Por Jaime Bermúdez Merizalde*
No olvidar de dónde
venimos, ni los esfuerzos hechos.
El presidente Uribe ganó las elecciones del 2002 con un eslogan
que él mismo inventó: ‘Mano firme, corazón
grande’. Sin embargo, para algunos analistas, incluido el editorial
de EL TIEMPO, y otros críticos, Uribe ganó porque se
posicionó como candidato de la guerra. Peor aún, hay
quienes dicen que el Gobierno solo gasta en seguridad; que sus éxitos
en reducir los secuestros y homicidios se ven opacados por la ausencia
de una política social. Algunos sugieren que, por el hecho
de lograr que los ricos salgan en carro por las carreteras, se le
perdona el abandono en que tiene a los pobres.
Es cierto que la posición que asumióÁlvaro
Uribe frente al proceso de paz que adelantaba el gobierno Pastrana
fue lo que le permitió darse a conocer en la campaña
del 2002. Pero el respaldo de la opinión no estaba exclusivamente
relacionado con dicho tema. En marzo de ese año, las encuestas
indicaban que para un 42 por ciento, Uribe tendría la capacidad
de solucionar el desempleo, mientras Serpa llegaba al 20 por ciento
y Sanín al 10.
Como Presidente, los hechos señalan cosas sorprendentes:
del 2002 al 2006, el presupuesto dedicado a la inversión social
ha sido superior al de seguridad. Mientras que entre el 2002 y el
2006 hubo una variación del 29 por ciento en seguridad, aquella
fue de 35 por ciento en inversión social; solo en el tema
de pensiones la variación fue del 76 por ciento.
Desde el 2002, la pobreza ha cedido en por
lo menos 8 por ciento. No es aceptable que aún el 50 por ciento del país viva
en condiciones de pobreza, pero no se puede olvidar de dónde
venimos y los esfuerzos que se han hecho.
Hace 5 años, el desempleo llegaba al 16 por ciento; para
el 2005 será cercano al 11,5 por ciento. Hay que lograr bajar
la cifra a un dígito y mejorar las condiciones de empleo,
pero se trata de una reducción importante.
Hacer inversión social y mejorar la situación de los
más pobres cuando hay recursos es fácil. Hacerlo en
un país pobre con alto déficit fiscal es una tarea
muy compleja.
¿Cuántos gobiernos llamados de centroizquierda han
creado en Colombia más de un millón de nuevos cupos
escolares, 7,7 millones de nuevos afiliados al régimen subsidiado
de salud, casi tres millones de personas capacitadas por el Sena
al año, un millón y medio de personas bajo el programa
de seguridad alimentaria, o 350 mil familias que reciben un subsidio
para mantener en la escuela a sus hijos, bajo el esquema de Familias
en Acción?
Por supuesto, los problemas son enormes y
hay programas que requieren correcciones. Lo hecho hasta ahora
es aún poco frente a las
necesidades del país.
Pero es paradójico además que, mientras los críticos
dicen que no hay política social en este gobierno, la opinión
pública y los estratos bajos piensen diferente. En una encuesta
realizada por Yanhaas en 27 ciudades, en noviembre del 2005, el 60
por ciento de los encuestados considera que a "Uribe le preocupa
mejorar la situación de los más pobres"; un 56
por ciento cree que "al Gobierno, además de la seguridad,
le preocupa la situación de desempleo, la salud y la educación
de los más pobres y está trabajando por ellos".
Habrá quienes intenten proponer el tema social como la agenda
de campaña para derrotar a Uribe. Habrá quienes digan
que Uribe no tiene política social, porque se dedicó a
hacer la guerra. Y cuando vean los hechos y las cifras, entonces
dirán que es populismo y que la política social de
este gobierno se hizo para ganar la reelección. ¡Bienvenido
ese debate! ¡Qué más da el debate y los discursos
que se quedan en el aire, si los beneficios le llegan a la gente
de carne y hueso!.
* Asesor Presidencial para Comunicaciones
Enero 15 de 2006