OTRO PAÍS
Por Jorge H. Botero*
Con la firma del TLC entre
Colombia y los Estados Unidos la próxima semana, se cierra una fase crucial de
este complejo proceso. ¿Producirá este acuerdo para
los colombianos, en especial para los más pobres, buenos
resultados? Respondiendo con honestidad debo reconocer que no hay
certeza al respecto. Si la economía de nuestro socio comercial
entrare en una recesión prolongada, la nuestra se hundiere
en una crisis financiera, o no fuéremos capaces de fortalecer
la competitividad de nuestro aparato productivo, los resultados
que el país anhela podrían postergarse indefinidamente.
Hay, sin embargo, precedentes numerosos que nos permiten avizorar
un mejor futuro en términos de crecimiento, mejora del ingreso
y reducción de la pobreza.
En 1978 China tenía el cuarto ingreso per cápita
más bajo del mundo (US $ 153). Ese año inició las
reformas para modernizar la economía e insertarse en los
mercados internacionales; redujo sus aranceles, eliminó trabas
al comercio, removió barreras no arancelarias y estableció incentivos
a la producción y exportación en las regiones costeras.
Los resultados de estas decisiones han sido notables: es el país
subdesarrollado que más atrae inversión extranjera,
su economía crece a tasas sostenidas cercanas al 10%, el
ingreso per cápita ha mejorado continuamente y 422 millones
de chinos salieron de la pobreza absoluta entre 1981 y 2001.
En el caso de la India, después de la independencia se
implementó un modelo de economía autárquica,
con fuerte intervención del Estado en la actividad económica
y bajos incentivos a la iniciativa privada. En 1991 el gobierno
introdujo políticas orientadas al libre comercio; redujo
los aranceles, eliminó las trabas al comercio y a la inversión
extranjera y aprovechó la fortaleza del bilingüismo
para posicionarse como exportador de servicios en el mercado mundial.
El desempeño económico cambió: la inversión
extranjera, que no llegaba antes de las reformas, fluye ahora en
forma creciente; el PIB per cápita, que crecía al
1.9% anual, está creciendo al 4.3% anual; el número
de pobres aumentó hasta 1993-1994, pero se redujo en 60
millones de personas entre ese periodo y el año 2000.
Irlanda pasó de ser uno de los países de Europa
con menor ingreso per cápita en 1975, a tener el segundo
más alto en 2002, sólo superado por Luxemburgo. El
ingreso a la Unión Europea en 1973, la corrección
de los problemas fiscales estructurales y los incentivos para atraer
inversión extranjera repercutieron en un mayor dinamismo
de la economía irlandesa. Su PIB per cápita crecía
a una tasa media anual del 3.8% hasta finales de los ochenta; desde
entonces crece al 7.4% anual.
Chile fue una de las primeras naciones
latinoamericanas en abrir su economía frente a los mercados internacionales y es la
que más acuerdos comerciales ha logrado, lo que le garantiza
acceso preferencial a más de 60 países. Esta estrategia
se ha reflejado en la diversificación de los destinos y
orígenes de sus exportaciones e importaciones, en la atracción
de inversión extranjera y en el aumento del dinamismo de
su economía. El PIB per cápita, que creció al
1.7% anual en promedio entre 1970 y 1990, crece al 4.1% anual desde
1990 y el número de pobres se redujo en cerca de 2.5 millones
de personas entre 1987 y 2000.
Colombia tiene el potencial humano e institucional,
tanto como la dotación de recursos físicos y económicos,
para obtener logros semejantes a la vuelta de pocos años.
La generalización de este convencimiento explica el giro
que ha tenido el debate político, que ahora se centra más
en la agenda interna y menos en la conveniencia de mantener una
elevada protección a la producción doméstica.
*Ministro de Comercio, Industria
y Turismo
Noviembre 14 de 2006