HABLAR CON CIFRAS
Por Alberto Carrasquilla*
Es importante para el debate público
hablar con cifras. Para el Gobierno este ha sido un imperativo
y, ya terminando el año 2006, me parece oportuno responder
algunas de las más reiteradas críticas que, sin
cifras, se hicieron al manejo económico de Colombia.
Los críticos estrenaron
año con un planteamiento según el cual un Gobierno
compitiendo por la elección popular olvidaría su
agenda económica e introduciría el desorden fiscal.
Falso y falso, respectivamente, dicen los datos. El déficit
fiscal cerrará en 0.4% del PIB, el del Gobierno cerrará en
3.8% y pasaron reformas de mucho calado, incluyendo la capitalización
de ECOPETROL, una reforma tributaria que resuelve diversos problemas
y eleva nuestra competitividad y la primera ronda de la reforma
de transferencias. En el caso financiero, pasó una ley
de insolvencia así como 2 debates a una ley de información
financiera, fundamentales ambas, para la modernización
del sistema. En el frente externo se avanzó notablemente
en varios tratados de libre comercio, incluyendo la firma con
Estados Unidos, cuyo objetivo es ampliar el mercado para los
productos colombianos. Al mismo tiempo, se siguió cumpliendo
con la decisión de racionalizar el balance del sector
público, vendiendo activos tales como Granahorrar, Granbanco,
y Ecogas y dejando en firme la decisión de vender parte
de Isagen.
En materia de desempeño
económico, los vaticinios y diagnósticos estuvieron
completamente desenfocados. Se dijo que el crecimiento favorable
de 2005 era flor de un día y que en 2006 llegaría
el estancamiento. Falso, dicen los datos. En 2006, lo más
probable es que el crecimiento supere cómodamente el 6%
dado que en los primeros tres trimestres ya vamos en 6.4% y el
cuarto comenzó volando. Se dijo que crecíamos por
debajo de la región. Falso, dicen los datos. El crecimiento
promedio de América Latina será 5.3%, según
la CEPAL, es decir más de un punto por debajo.
En materia fiscal, los expertos
se equivocaron gravemente, pero jamás lograron afectar
el mercado. Un prestigioso diario de negocios, por ejemplo, editorializó,
en el pasado mes de mayo, prediciendo que el déficit del
Gobierno sería de 7% del PIB en 2006. El error rondará casi
100% respecto de la realidad, que es 3.8%. Muy atinadamente,
nadie le puso atención a semejante vaticinio y, al cabo,
careció de todo efecto en los mercados..
También se dijo que si
hay ajuste fiscal, ello se debe a los “windfalls” petroleros
y a los gobiernos locales. Falso, dicen los datos. El ingreso “extraordinario” se
usó, en más de la mitad, pagando subsidios a la
gasolina, y casi todo el resto en regalías y en constituir
ahorros, tanto en el Fondo de Ahorro y Estabilización
Petrolera –FAEP- como en provisiones pensionales. De otra
parte, el excedente permitió que ECOPETROL elevara significativamente
su inversión, de US$500 millones anuales que invirtió en
1999-2004, a US$1,250 millones en 2006 y un estimativo de US$2,000
millones en 2007, aumentando así su valor presente neto,
o sea –en sentido económico y no contable--- ahorrando.
De otra parte, el superávit de los gobiernos regionales
baja a 0.5% del PIB en 2006, del cual 0.3% proviene de rentas
cedidas por el Gobierno Nacional, mientras que el déficit
de éste último, como mencioné arriba, se
reduce en un punto del PIB en 2006.
En 2006 los colombianos tuvimos
un año excelente y poco nos importaron las tantas calamidades
que reiteradamente muchos observadores predijeron semana tras
semana. Ojalá en 2007, que también luce espléndido,
el debate económico sirva mucho mejor su propósito
fundamental: informar objetivamente sobre la realidad y las perspectivas
de nuestra economía.
*Ministro de Hacienda y Crédito
Público
Diciembre 28 de 2006