AYUDEN A COLOMBIA
*Editorial Washington Post
Álvaro Uribe es culpado por
los éxitos de sus propias reformas.
La mayor parte de la gira del Presidente Bush
por América Latina estuvo bajo la sombra de las cosas que
su administración no logró en estos últimos
seis años. En Brasil, la sombra fue la ausencia de progreso
comercial entre Estados Unidos y la economía más
grande de América Latina; en México, la ausencia
de una reforma migratoria. El ambiente de la escala en el tercer
país más grande de su gira, Colombia, fue igualmente
sombrío, pero, por raro que suene, por el éxito de
sus políticas, no por sus fallas.
Desde el inicio de esta década Estados
Unidos ha invertido cerca de USD $5 mil millones al Plan Colombia,
un amplio esfuerzo para reducir el narcotráfico y la violencia
a través de ayuda militar, desarrollo económico y
erradicación de cultivos. Desde el principio, los escépticos
en el Congreso se quejaron de que el programa estaba demasiado
enfocado en lo militar y que no perseguía a los grupos paramilitares,
frecuentemente vinculados con los militares.
Ahora, al fin, la red paramilitar en Colombia
y sus alianzas militares y políticas están siendo
expuestas y sacadas de raíz. El año pasado unos 30
mil miembros de los grupos paramilitares se desmovilizaron bajo
un acuerdo con el Gobierno de Colombia; sus líderes fueron
encarcelados y están confesando sus actividades a cambio
de penas reducidas. Este flujo de información, combinada
con investigaciones paralelas por la Corte Suprema y la Fiscalía,
ha llevado al arresto de 8 congresistas y la del ex Jefe del DAS,
una acusación en contra de un Gobernador y la renuncia de
la Ministra de Relaciones Exteriores, cuyo hermano y padre fueron
vinculados con los paramilitares. Por primera vez, oficiales del
ejército han sido entregados para ser enjuiciados en cortes
civiles.
La mayoría de esto redunda en los méritos
del Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, quien prosiguió con
su plan de desmovilización a pesar de las críticas
que decían que era demasiado indulgente. Uribe es inmensamente
popular en Colombia porque ha reducido significativamente los secuestros
y homicidios a la vez que ha logrado un rápido crecimiento
económico. Sin embargo, el domingo, Bush se vio obligado
a defender a Uribe por críticas de que las redes paramilitares
dan una mala impresión sobre su gobierno.
Las críticas tendrían asidero si
Uribe hubiera intentado esconder las alianzas políticas
de las investigaciones. En vez, ha urgido que las investigaciones
continúen y ha pedido disculpas por la fe puesta en funcionarios
que se vieron involucrados. Las revelaciones llegan en un momento
incómodo para Colombia, con un Congreso tramitando la solicitud
de Bush para extender el Plan Colombia por unos años más,
con una reducción en los niveles de financiamiento, y un
tratado de libre comercio con Colombia. Sin embargo, Uribe no echó reversa.
Con seguridad los opositores a tratados de comercio
y aquellos que se resisten a la ayuda militar en América
Latina usarán las revelaciones paramilitares como un motivo
para no apoyar a Uribe. De hecho, estas revelaciones dan muestra
de que el Presidente colombiano puede cumplir su promesa de reformar
el sistema político del país y extender la presencia
de la autoridad a zonas rurales donde el estado de derecho ha tenido
un largo historial de ausencia. Si el Congreso desea ver que se
mantengan esos cambios, debería aprobar el nuevo plan de
ayuda a Colombia y el tratado de libre comercio.
*Traducción: Cancillería
Marzo 15 de 2007