ALVARO URIBE
EL PRESIDENTE CANDIDATO
Por Jaime Bermúdez Merizalde*
La reelección se ha convertido en un debate que despierta
interés. Y es bueno que haya debate. Pero también
se generan reacciones curiosas.
El Presidente dijo de manera pública y abierta, como
también lo hizo el Ministro del Interior ante el Congreso,
que considera conveniente para el país que se reforme
la Constitución para permitir la reelección inmediata.
De ser aprobada por el Congreso, el Presidente Uribe decidirá en
su momento si presenta su nombre a consideración para
ser reelegido y, de postularse, los colombianos votarán
entre los candidatos que se presenten quién debe ser el
presidente en el 2006.
Esa decisión implica riesgos. Uno de ellos consiste en
que algunos opositores a la reelección y del Presidente
dirán, como ya lo han dicho, que Alvaro Uribe se va a
dedicar a hacer campaña y no va a gobernar en estos dos
años que faltan para las elecciones.
Dirán que el Gobierno no tiene política social,
a pesar de que en el 2003 se hayan creado 478 mil nuevos cupos
escolares, se hayan capacitado 2.266.778 jóvenes en el
Sena (116% más que en el 2002), se hayan vinculado 1.112.658
nuevos afiliados al régimen subsidiado, y se hayan creado
1.000.000 nuevos empleos. Pero paradójicamente también
dirán que el Presidente hace politiquería cada
vez que entregue un nuevo subsidio al empleo o inaugure un puesto
de salud. Dirán que el gobierno no tiene política
social y cuando la tiene es politiquería.
Dirán que los Consejos Comunitarios se deben suspender
porque es hacer campaña. Se les olvida que en la Gobernación
de Antioquia, Alvaro Uribe recorría los municipios haciendo
talleres con la comunidad, que el Manifiesto Democrático
que definió el plan de gobierno en 100 puntos fue el resultado
de talleres democráticos realizados en todo el país,
y que con o sin reelección los Consejos Comunitarios son
una herramienta de gobierno que el Presidente utiliza desde la
primera semana que asumió la presidencia.
Dirán que la transmisión de los Consejos Comunitarios
por televisión es darle prevalencia al Presidente sobre
los demás candidatos, pero no dicen que las horas, muchas
más, en que se transmiten las sesiones del Congreso sea
una prevalencia de los congresistas actuales sobre los congresistas
que quieren ser elegidos en el 2006.
Hay quienes piensan, como en el cuento de Borges que rescata
el Informe Brodie, que al soberano cuyo poder es absoluto lo
deben gobernar los hechiceros. A aquel que nace para ser soberano,
lo mutilan, le queman los ojos y le cortan las manos y los pies,
para que el mundo no lo distraiga de la sabiduría. Debe
vivir confinado en una caverna. Si hay una guerra, los hechiceros
lo sacan cargado sobre los hombros, lo exhiben a la tribu para
estimular el coraje, como un talismán. Hay quienes piensan
que el Presidente debe encargarse de la Casa de Nariño
pero no debe encargarse del país: eso es politiquería,
dirán.
Pero digan lo que digan, tienen toda la razón cuando
dicen que Alvaro Uribe es el presidente-candidato. Así lo
es y lo será con o sin reelección. El Presidente
Uribe ha dicho que un gobierno que no está en campaña
se duerme...y lo ha dicho desde el 7 de agosto de 2002.
Para gobernar y transformar al país hay que ganarse el
respaldo popular cada día. Para liderar hay que convencer,
motivar, comunicar y mostrar resultados. No hay peor error que
creer que una vez en el poder se puede abandonar la necesidad
de legitimar el mandato cada día.