MEDIDAS CAUTELARES
Por Jorge H. Botero*
Ahora que el país avanza en su proceso de internacionalización
económica es menester mejorar las reglas jurídicas que lo enmarcan,
bien sea para evitar conflictos o para resolver los que puedan surgir. Me
referiré a dos estatutos recientes, uno nacional y otro expedido por
la Comunidad Andina.
Un decreto presidencial reciente ratifica que para
las negociaciones comerciales con terceros países habrá un equipo integrado por servidores
públicos vinculados a los diferentes ministerios y otras dependencias
del Gobierno, tales como el Banco de la República, las superintendencias
y las comisiones de regulación. Al Ministro de Comercio corresponden
tres tareas fundamentales: la de coordinación, que puede ejercer por
sí mismo o a través de un jefe negociador, la de velar por
el equilibrio general de los acuerdos y la servir de componedor inicial en
los conflictos internos que eventualmente se presenten; si no lo logra deberá desplazarlos
hacia el Consejo Superior de Comercio Exterior, el Consejo de Ministros y,
en última instancia, al Presidente de la República.
Hasta ahora en la negociación con los Estados Unidos el equipo ha
operado sobre la base del consenso pero es probable que en la fase final
de las negociaciones, cuando sea menester realizar intercambios entre sectores
y haya, por ejemplo, que hacer alguna concesión en telecomunicaciones
para consolidar un interés ofensivo de la actividad pecuaria -o al
revés- se presenten diferencias que deberán arbitrarse con
eficiencia.
El decreto asigna prioridad a la interlocución con regiones y sociedad
civil. Se ratifica así una estrategia que está en ejecución.
Se vienen realizando visitas periódicas a las regiones para escuchar
sus observaciones y analizar sus ventajas y limitaciones competitivas; voceros
de las regiones asisten a las rondas y en la recién finalizada en
Lima se obtuvo financiamiento norteamericano para efectuar jornadas regionales
de sensibilización sobre el eventual tratado y los temas de agenda
interna de los que depende el aprovechamiento de las oportunidades que se
abran con su celebración. Los empresarios, a su vez, cuentan con amplio
espacio para participar en las negociaciones; el “cuarto de al lado” es
una realidad consolidada. Las centrales de trabajadores, a pesar de su oposición
al tratado, reciben toda la información que necesitan para ejercer
sus derechos.
La dimensión internacional es esta. Los países de Centroamérica
aceptaron subordinar sus mecanismos de integración regional al tratado
que celebraron con los Estados Unidos mediante la firma de un acuerdo plurilateral
que establece relaciones de cada uno de ellos con el país del norte
y de estos entre sí. Seguir este precedente habría causado
profunda lesión a la Comunidad Andina. De allí la importancia
del compromiso, adoptado por unanimidad, de preservar, en sus acuerdos comerciales
con terceros, el ordenamiento jurídico comunitario. Esto significa
que el tratado con los Estados Unidos será bilateral de los tres países
andinos con los Estados Unidos pero que en nada afectará sus relaciones
mutuas, así sea previsible la necesidad de realizar ex post una tarea
de ajustes en la normativa andina habida cuenta de los compromisos que en
el tratado se asuman, por ejemplo, en solución de controversias.
También con ocasión de la cumbre presidencial celebrada en
Quito se ratificó que cualquier prerrogativa o ventaja que se conceda
a los Estados Unidos por Ecuador, Perú y Colombia será extendida,
de modo automático y no recíproco, a Venezuela y Bolivia que
no participan, al menos por ahora, en la negociación. Para nosotros
estas medidas cautelares son importantes porque ayudan a preservar nuestros
mecanismos de integración regional y la armonía con Venezuela,
nuestro segundo socio comercial.
*Ministro de Comercio, Industria y Turismo
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