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LA HORA DE LA VERDAD

Por Diego Palacio Betancourt*
Tomado del diario El Tiempo

El país podrá juzgar y conocer quiénes están pensando y apostando por la salud de los más pobres.

Hace varios meses tuve la oportunidad de escuchar sobre la corrupción que supuestamente se presentaba, en algunas zonas del país, con los dineros del régimen subsidiado. En las regiones, la gente me contaba, pero en el momento de invitarlos a denunciar rechazaban, por temor, la invitación. Tomé la decisión de expresarle al país, a través de los medios, mi preocupación, motivo por el cual aparecieron titulares de prensa que decían: 'Mafias de cuello blanco en la salud'.

Me dolía pensar que, si las cosas realmente eran como las contaban, la plata del sector estuviera desviándose y, directa o indirectamente, estuviéramos con dineros de la salud financiando grupos subversivos y enriqueciendo a las personas dedicadas a la corrupción.

Comprometido, como todo el Gobierno en la "lucha contra la corrupción", y consciente de la necesidad de avanzar en la concreción y judicialización de los hechos, en caso de que fueran reales, solicité a las autoridades iniciar las investigaciones respectivas.

Hoy, el país conoce los resultados. Debemos estar aterrados, preocupados y dolidos con la gravedad de los hechos denunciados. Queda claro que en alguna zona del país se combinaron la fuerza, los fusiles y el dinero que, conjugando acciones con los carnés de régimen subsidiado, ayudaron o ayudan a controlar algunas regiones.

Tengo entendido que este no es un problema reciente. Llama la atención e incrementa la preocupación, la indiferencia que algunas entidades tenían sobre la corrupción en el sector salud. Este tema no estaba en la agenda pública de las personas y entidades interesadas e involucradas en los temas sociales y, más específicamente, en el sector de la salud. Supongo que esto se debía al desconocimiento o en últimas al temor que, con mucha razón, genera hablar de la corrupción que las autoridades nos han permitido observar. El país está notificado. Seguir indiferentes al tema sólo sería explicable a la indiferencia con la realidad o, mucho más grave, a la complicidad en algunas zonas.

Es el momento de reaccionar, de tomar decisiones de fondo. No podemos permitir que esto siga pasando. De verdad, llegó el momento en que el país podrá observar quién le está apostando a la salud de los más pobres.

El Gobierno, resuelto a tomar decisiones radicales, espera contar con todo el apoyo necesario para tener las herramientas que permitan enfrentar este grave problema. Los médicos, las facultades, las sociedades, los entes territoriales, los congresistas, entre otros, y lógicamente los medios de comunicación, deben acompañar para que existan cambios de verdad.

Aquellos congresistas que, con tanto ahínco y con todo derecho, exigen mayor inversión social, tienen aquí una excelente oportunidad. Es importante hablar de la eficiencia y la efectividad de los recursos. Ayúdenos a recuperar esta cantidad importante de dinero que permitirá avanzar significativamente en lo social, tal y como lo decía, en el punto No. 43 del manifiesto democrático, el candidato a la Presidencia Álvaro Uribe Vélez: "Sin corrupción ni politiquería los recursos tienen que alcanzar para erradicar la miseria y construir justicia social".

Espero que, así como se demostró el problema en algunos departamentos de la costa caribe, sigan investigando en otras zonas del país donde, según algunas informaciones que están pendientes de confirmar, pasan cosas parecidas a las ya denunciadas. Así mismo, debemos recordar que cualquier decisión o acción debe estar orientada a fortalecer la atención del ciudadano colombiano, incluido, lógicamente, la salud de los más pobres.

Es una buena oportunidad para que volvamos realidad ese sueño del presidente Uribe cuando decía: "Sueño con un Estado al servicio del pueblo y no para provecho de la corrupción y la politiquería".

* Ministro de la Protección Social.

 
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