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LAS VICISITUDES CON EL ELN

Por Luis Carlos Restrepo Ramírez*

El ELN cuenta con lo que en el mundo del espectáculo se llama "ángel". Es, sin lugar a dudas, el consentido de los grupos armados ilegales colombianos. No obstante la degradación de sus acciones armadas, sigue cultivando una buena imagen. Importantes miembros de la comunidad internacional que quieren acompañarlo en una negociación de paz. Cuenta además con una Comisión Episcopal para los acercamientos, con una Comisión Facilitadora Civil en la que se incluyen políticos de todos los matices, y una favorabilidad entre los forjadores de opinión que siguen viendo en ellos un grupo de ideólogos desviados en el laberinto de la violencia, pero fieles a sus convicciones.

Tal vez por esa empatía que generan y por la altura intelectual y simpatía que despiertan Felipe Torres y Pacho Galán, los dos voceros que desde la cárcel de Itagüí han alentado en los últimos años las esperanzas de paz, se tiene la impresión en muchos sectores que la negociación con ese grupo está "de un cacho". Aunque nunca he compartido esa opinión -considero que llegar a un proceso de paz con el ELN es un asunto tan complejo como alcanzarlo con las FARC-, las sanas presiones que desde antes de la posesión del presidente Uribe hemos recibido para agilizar las conversaciones con los elenos nos han llevado a poner los encuentros con este grupo guerrillero en lugar prioritario de la agenda.

Al posesionarme el 7 de agosto de 2002, prácticamente mi único compromiso era un viaje ya pactado a Cuba para hablar con un miembro del COCE a fin de buscar fórmulas de paz. Entre agosto y diciembre de ese año viajé 4 veces a Cuba, me reuní con Fidel Castro, buscamos alternativas que se acomodaran a las demandas del ELN, pero todo resultó vano. Durante el 2003 intentamos fórmulas con la Comisión Facilitadora Civil y el Grupo de Países Amigos -Francia, Suiza, España, Cuba y Noruega-, también con resultados negativos.

Al finalizar ese año y gracias a una labor exitosa por parte de la Iglesia, se logró la liberación de un grupo de extranjeros secuestrados en la Sierra Nevada. Como parte de los acercamientos tuve una conversación radial con Antonio García a finales de diciembre, intercambio de ideas que en mi Concepto resultó positivo. Semanas después el mismo ELN filtró a los medios de comunicación apartes de esa conversación, donde se resaltan tanto la postura del gobierno como la del grupo guerrillero, sin llegar a ningún acuerdo.

Las cosas cambiaron a partir de junio del 2004, con la entrada de México como facilitador. Una de las grandes dificultades con el ELN ha sido la existencia de múltiples canales de comunicación que se cortocircuitan entre sí, haciendo difícil un diálogo útil. La entrada de México permitió definir un solo canal de comunicación, quedando los demás subordinados a este esfuerzo. El profesionalismo del embajador Andrés Valencia nos ha permitido llegar a la posición más elaborada que hayamos podido alcanzar durante este gobierno. Y allí estamos.

Para hacer posible un viaje del COCE a México y una entrevista personal con el embajador Valencia afin de definir las condiciones para el inicio de un proceso de paz, llegamos a una propuesta unificada entre Francisco Galán, México y el gobierno colombiano. El procedimiento resulta sencillo. El ELN expresa su voluntad de no adelantar acciones militares durante el tiempo que dure la reunión en México, mientras el gobierno se compromete a mantener frente a ese grupo una acción recíproca.

Cuando todos esperábamos en la primera semana de febrero la confirmación del COCE, vino el enredo. Dudas y cuestionamientos por parte de la dirigencia del ELN que no entendemos. ¿Será que el ELN, a pesar de sus declaraciones, no se encuentra maduro para iniciar una negociación?

Por ahora toca persistir. Seguimos confiando en la labor de México. La propuesta presentada al COCE, con la aprobación de su comisionado Pacho Galán, nos parece simple y viable. No podemos caer ahora en la tentación de abandonar el camino construido con México, para irnos tras esperanzas inciertas. Basta con dar este primer paso y entrar a discutir a fondo las propuestas presentadas tanto por el ELN (4 y 14 de junio) como por el gobierno (3 de agosto) para que las cosas empiecen a marchar. Hoy como nunca lo que se necesita es voluntad de paz y grandeza de espíritu. Por nuestra parte seguimos abiertos a un sí constructivo que permita el inicio de un diálogo franco y sincero.

Febrero 19 de 2005

*Alto Comisionado para la Paz

 
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