POPULISMO
SOBRE DESEMPLEO
Por Juan Ricardo Ortega*
Entretenido, pero triste, oír a tantos personajes que, por
no contar con propuestas que avancen las cosas buenas logradas, escogen
asustar y dividir, armándose de supuestas evidencias estadísticas
contundentes.
Por ejemplo, en estos días nos hablan
del desempleo creciente, de la gente sin una miga de pan que llevarse
a su boca, de la brecha
gigante y creciente entre ricos y pobres, etc. Esto es lo que dicen
los personajes, no importa cual sea la realidad.
¿Por qué me atrevo a hablar de realidad cuando las
estadísticas, dicen algunos, se manipulan y permiten cualquier
interpretación? La razón es sencilla: aquí nos
vamos a limitar a los números y a las definiciones de la encuesta
nacional de hogares. Ellos hablarán solitos. Por lo reducido
del espacio me limito a analizar los resultados de los eneros desde
que se introduce la nueva metodología en 2001.
El nivel más alto, 17.9%, se observa en 2002; la situación
mejora en 2003, bajando a 16.1%, pero vuelve a aumentar en 2004 a
17% y en 2005 se llega a 13.2%. Es decir que de un promedio histórico
de 17% se ha reducido el desempleo en 3.8%, o sea, una reducción
del 22% en la tasa.
El desempleo refleja el sufrimiento de personas
que no consiguen trabajar por pago ni una hora a lo largo de la
semana de referencia.
Es decir que en promedio, a lo largo del periodo 2001-2004, 3,41
millones colombianos padecieron tan difícil circunstancia;
en enero 2005, esta dolorosa cifra se reduce a 2,66 millones, es
decir que contra el promedio casi 800 mil colombianos han conseguido
trabajar. Obviamente, aunque algún trabajo es mejor que nada,
trabajar tan solo una hora no es algo como para congratularse.
Para entender la calidad del empleo hay una
de las tres preguntas con base en las cuales se mide el subempleo,
que es particularmente
diciente. Esta se refiere a la insuficiencia de horas, es decir,
cuando el trabajador logra trabajar unas horas pero no todas las
que él desearía y para las cuales está dispuesto.
La insuficiencia de horas muestra una caída importante de
3,06 millones en 2001 a 2,3 en diciembre 2004 y finalmente a 1,9
en enero 2005. Es decir, más de un millón de colombianos
que no lograban trabajar todas las horas a las que estaban dispuestos,
ahora sí lo están pudiendo hacer; y si mido con base
en el promedio, cifra que incluye la tendencia decreciente de esta
variable, la reducción es de 800 mil personas. Interesante
que ante esta evidencia algunos despotrican de la reforma laboral,
ventajas que se dan cuando uno nunca tiene que rendir cuentas por
hablar paja.
Finalmente, nos hablan de individuos que
agotados después
de años de buscar trabajo abandonan la fuerza laboral. Escenario
trágico por decir lo menos, pero mentiroso como todos los
anteriores. Las cifras son aquí también contundentes.
La población total desde enero 2001 a hoy en día ha
crecido, gracias a los nacimientos de nuevos colombianitos (mi bebé incluido),
menos las defunciones, en 2,87 millones. La población en edad
de trabajar, es decir la mayor de 12 años, ha crecido en 2,79
millones.
Es decir, así como para entender los grupos de los nacidos
el mismo año, de los últimos años son más
o menos parejos, unos 700 mil al año. Y la población
inactiva, quienes no trabajan por estar agotados de buscar y no encontrar,
quienes están estudiando, etc., han crecido en tan solo 2,5
millones. Ni siquiera todos los niños de 12 años están
estudiando. Como colombiano, creo que no habría nada mejor
a que la población inactiva creciera como mínimo el
crecimiento de la población y todos los niños estuvieran
en las escuelas. Pero aquí dicen que el aumento de los inactivos
es por el desempleo... Pregunto: ¿Cómo hacen para sumar
y restar de forma tan innovadora?
*Director de Fogafín
|