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CELEBRACIÓN DE LOS 49 AÑOS DEL DAS
Octubre 31 de 2002 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

En la historia de nuestras instituciones de seguridad, ha sido una extraordinaria ganancia para el Estado contar con un organismo de información, inteligencia e investigación de carácter técnico, científico y profesional.

Opuesto a todo modelo de central política de inteligencia para uso de los gobiernos de turno, nuestro DAS, en sus 49 años de existencia se ha ganado el estatus de cuerpo autónomo, esencial para la colaboración con las Fuerzas Militares, de Policía y con la Fiscalía, en la tarea de acopiar la información necesaria para prevenir el delito, capturar al delincuente y judicializar la acusación.

La información y la inteligencia constituyen hoy pilar fundamental para proveer seguridad al Estado y a los ciudadanos en la lucha contra la delincuencia. El mundo y los Estados afrontan hoy el reto de derrotar a uno de los mayores enemigos de la humanidad: la gran delincuencia organizada con proyección transnacional y con capacidad logística para eludir la acción de las autoridades en todo el universo democrático.

Es una delincuencia ligada a los más jugosos negocios como la droga, el tráfico de armas, el contrabando, la corrupción de los entes públicos, el tráfico de niños. Ello justifica mantener un cuerpo profesional de detectives altamente entrenado, compactamente ligado a las policías de otros países y a la Interpol.

La carencia, la insuficiencia y la descoordinación en la información e inteligencia del Estado y lo que puede ser aún peor, la rivalidad entre quienes tienen la responsabilidad de recaudarla y manejarla, han sido reiteradamente señaladas como la primera y más protuberante falla de nuestro sistema de seguridad pública.

Una de las estrategias esenciales de nuestra política de Seguridad Democrática apunta hacia la estructuración de un sistema de inteligencia e información oportuno, eficaz y altamente ligado a la cooperación de la ciudadanía. El divorcio entre el agente estatal de información y la población nos condena al fracaso frente a una delincuencia avezada y socialmente mimetizada. No debe olvidarse que, en su primera fase experimental, la actividad del DAS rural fue iniciada como una organización civil de los gremios ganaderos de los Llanos Orientales para protegerse contra el azote del abigeato.

Que este acto no sea el simple ceremonial rutinario de cada año, sino que sirva para exaltar el reconocimiento a nuestros heroicos detectives por su arrojo, valor e inteligencia, puestos al servicio de la más noble causa: servir a la seguridad sin la cual no es posible conquistar la felicidad del pueblo.

Nos llena de satisfacción y nos devuelve la esperanza, graduar a 217 nuevos agentes de inteligencia que, en estrecha unión con los ciudadanos, velarán por ese fin esencial del Estado. Sé que, ustedes jóvenes, lo harán con la más escrupulosa sujeción a la Constitución, a los derechos humanos y con espíritu de colaboración con las otras agencias del Estado.

Exalto a los condecorados. Todos debemos cumplir nuestro deber. Pero cuando ese cumplimiento es excepcional, cuando las acciones son distinguidas por el valor o la inteligencia, el Estado adquiere la obligación de estimular a quienes así actuaron. De esa manera, el ejemplo contagiará de entusiasmo a quienes están en la base de la institución, tendrán referentes y encontrarán huellas por donde transitar hacia comportamientos igualmente elevados.

Exalto también el hecho de que haya una nueva promoción de agentes del DAS. En su juventud, inteligencia, honestidad y valor, deposita Colombia su confianza. Ustedes tienen un compromiso heroico: ayudarnos a recuperar la vigencia plena de la estructura estatal.

Esta promoción de 2002 debe convertirse en la abanderada de la Seguridad Democrática. En los cursos habrán hecho suya la visión del DAS, que el DAS tiene de sí: un organismo de inteligencia de Estado con carácter técnico, científico, profesional y apolítico, cuya actuación se basará siempre en los principios de respeto a los derechos humanos y defensa de las libertades públicas.

Todos los servidores públicos, particularmente quienes son miembros de la Fuerza Pública y de todos los organismos de inteligencia, deben ser militantes de la idea de la Seguridad Democrática

Nuestra actuación será transparente. La comunidad nacional e internacional está invitada a supervisarla. Nuestra Patria necesita un Gobierno de opinión, una Fuerza Pública de opinión, unos organismos de inteligencia de opinión. El respaldo popular depende del buen gobierno y de la eficacia y transparencia de la Fuerza Pública y de los organismos de inteligencia. La buena imagen no se sostiene con las palabras sino con los hechos.

Una Fuerza Pública de opinión, unos organismos de seguridad con respaldo en la opinión requieren con sus hechos, ganar diariamente la confianza del pueblo.

La comunicación de estos organismos debe ser organizada, unificada, explicativa y parca en adjetivos.

Todos los miembros del DAS deberán recordar siempre que Colombia practica una política de Seguridad Democrática, encaminada a proteger a todos los ciudadanos contra el asedio de la delincuencia y a salvaguardar el ejercicio del derecho a disentir.

Este Gobierno jamás adoptará políticas de seguridad propias de regímenes autoritarios, que han partido de la base de considerar a un grupo ideológico o partido político como el "enemigo interno". Todo lo contrario.

Nuestra política, en cambio, predica que todos los discursos son bienvenidos en una democracia.

Nuestra política de seguridad se enmarca en una nación de pluralismo ideológico.

La seguridad que nosotros buscamos es para que todo el mundo piense como quiera y se exprese como quiera. Para que en Colombia los amigos del Gobierno y los adversarios del Gobierno sientan todos que tienen garantías de seguridad para expresar sus ideas.

La política de Seguridad Democrática supone la brega por recuperar el orden, que es presupuesto ineludible para la vigencia real de las libertades.

Seguridad, no para perseguir verdaderos o imaginarios enemigos ideológicos ni tampoco para sustentar un régimen de partido único. Seguridad para garantizar la más amplia diversidad del pensamiento, el más creativo debate en todos los planos de la vida, para que la acción de las armas jamás acalle las armas de la crítica.

El día en que la Seguridad Democrática se enseñoree de todo el territorio de la Patria, no se cometerá un atentado más contra los defensores de derechos y los líderes sociales.

La Seguridad Democrática es necesaria para impedir que desplacen a los campesinos de sus parcelas, secuestren a los empresarios y amedrenten a los periodistas.

Seguridad Democrática para que respeten la misión de los obispos, sacerdotes, monjas, pastores de culto, educadores.

Seguridad Democrática para que los sindicalistas ejerzan libremente su acción, los dirigentes políticos se desplacen sin temores, los defensores de derechos humanos se apliquen a su labor sin amenazas.

Garantizar un amplio espacio de discrepancia exige la nítida distinción entre el acto de disentir y la conducta criminal. Sólo cuando el Estado castiga implacablemente el crimen, hay plenas garantías para ejercer la oposición y la crítica.

La Seguridad Democrática busca someter a la delincuencia, como presupuesto indispensable para conjurar toda represión a la denuncia y la protesta. La impunidad, en cambio, puede ser un camino abonado hacia la intolerancia social, porque en la mente colectiva, culpar a los discrepantes, es un expediente fácil para llenar el déficit de condigno castigo a los criminales.

El compromiso es: cero tolerancias al delito y plena garantía a quienes ejercen el derecho constitucional a expresarse libremente.

Felicitaciones al DAS y a la Patria por contar con un organismo cuya misión se cumple a cabalidad, producir la inteligencia del Estado –requerida para mantener y preservar su seguridad interior y exterior, la integridad del régimen constitucional y la defensa de los intereses nacionales-.

Entran ustedes, apreciados jóvenes, hoy a la bella tarea de contribuir a que esta Nación recupere la seguridad. La misión de ustedes está vinculada y de ella muy buena parte dependerá que Colombia tenga éxito para recuperar el crecimiento de su economía, para generar empleo.

Nuestra Patria azotada por la violencia no tiene posibilidades de generar empleo. Una economía que no crece, no tiene recursos para reivindicar a los pobres. Para que la economía crezca y haya recursos para reivindicar a los pobres, necesitamos la seguridad.

En las últimas semanas, con el liderazgo de la señora Ministra de la Defensa (Marta Lucía Ramírez), la Fuerza Pública ha procedido con heroismo en todo el territorio de la Patria. Hay días llenos de éxito en esa tarea, otros en los cuales campean los nubarrones de los reverses. Pero aquello en lo cual no hay revés es en la voluntad política.

Anoche, por ejemplo, tuvimos la mala noticia de una incursión guerrillera en Curumaní, Cesar: secuestros, destrucción de vehículos, en una carretera a cuyo cuidado nos hemos aplicado. Pero eso no nos puede bajar el ánimo, cuando hay una dificultad lo que hay que pedirle es a Dios es energías, para madrugar en la siguiente mañana a buscar cómo se superan esas dificultades.

Al graduar hoy esta nueva promoción de detectives de la Patria, quiero expresar desde el DAS a todas las colombianas y a todos los colombianos que este Gobierno, en el amanecer de cada día, refuerza su voluntad indeclinable para reconquistar la Seguridad.

Nos falta presupuesto, hemos estado viviendo uno de los momentos fiscales más difíciles de la Nación. La Nación ha tenido déficit fiscales tan graves como el de ahora, pero nunca se habían sumado un déficit fiscal profundo, un endeudamiento tan alto, semejante violencia y semejante nivel de desempleo.

Nos faltan medios, nos falta capacidad para cubrir todo el territorio, pero ahí vamos supliendo esas deficiencias. La tranquilidad que pueden tener los colombianos, nuestros compatriotas todos, es que todo lo que nos falta en recursos, nos sobra, con creces, en determinación.

Cuando yo veía este grupo de jóvenes me hacía esta reflexión: si este puñado de muchachas y de muchachos, en la primavera del tránsito hacia su juventud, han tomado la decisión de vincularse a servir a esta difícil tarea de recobrar la seguridad de los colombianos, no habrá derecho para que alguno de nosotros desista.

La Patria lleva décadas de violencia, la Patria lleva décadas de discursos leguleyos que se oponen a la seguridad del Estado. Pero la Patria hoy, toda, está en pie de lucha para que recuperemos la seguridad como presupuesto para recuperar la economía y para recuperar el empleo.

¡Ánimo, jóvenes detectives! Buena parte de las esperanzas de la Patria, de todos los jóvenes de su misma generación, a partir de hoy, se ponen en las manos de lo que será su tarea, limpia y eficaz.

Muchas gracias.

 
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