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CONGRESO NACIONAL DE MUNICIPIOS
Octubre 4 de 2002 (Barranquilla, Atlántico)

Compatriotas:

Me es muy grato acudir esta mañana al encuentro nacional de alcaldes de mi Patria. Los saludo muy afectuosamente.

La Federación ha propuesto un temario que consideramos de la mayor importancia pero quisiera, antes de abrir el diálogo con ustedes sobre ese tema, compartirles algunas ideas que se refieren a varios de los temas que brillante y generosamente han tratado el señor Gobernador, el señor Alcalde anfitrión y el señor alcalde presidente de la Federación.

Quiero contarles algunas cifras de la Nación. El momento de la Nación es difícil, pero no nos vamos a echar a morir y vamos a salir adelante. El camino nuestro no es disimular las dificultades, hay que mostrarlas en su verdadera dimensión, proponer y sacar adelante soluciones de fondo y por supuesto, superar esas dificultades.

Con la ayuda de Dios y la luz del Espíritu Santo, tenemos que sacar al país adelante en este momento de dificultad.

Presupuesto del año entrante: la Nación tiene un presupuesto aproximado de 67 billones de pesos, solamente le ingresan 32. ¿Qué le pasa a una familia si le ingresa menos de la mitad de lo que gasta?, se vuelve insostenible.

Sin incluir intereses y sin incluir amortizaciones de deuda, la sola diferencia entre gastos e ingresos arroja un déficit de 13 billones 800 mil millones de pesos, casi 14 billones de déficit inicial. A eso hay que sumarle 14 billones de amortizaciones.

El país había tenido momentos muy críticos en lo fiscal, pero nunca se había juntado un déficit fiscal tan profundo, con un endeudamiento público tan elevado. Hoy, peso más, peso menos, la deuda de la Nación es de 100 billones y eso nos implica unas amortizaciones altas el año entrante. Hasta ahí, si sumamos el déficit inicial más las amortizaciones tenemos un faltante de recursos de 27 billones 800 mil millones de pesos.

El año entrante tenemos previsto que nos hagan unos préstamos, que los podamos desembolsar, del orden de 21 billones de pesos –hasta ahora-. Ahí hay unos externos, otros internos. En los externos hay de los bancos multilaterales y del mercado, títulos que coloca el Estado colombiano en el mercado. En los internos se prevé reciclar de los TES (que son los papelitos que el Estado le vende a los ciudadanos, en pesos) reciclar 8 billones de pesos y colocar otros 4. O sea que, si no hay confianza, no colocamos ni los 4. La importancia de recuperar confianza.

Estimamos que el Banco de la República le transfiera al Gobierno Nacional –y quiero transmitirles esto porque se reclama mucho que el Banco ayude- un billón de utilidades. Así y todo, nos quedarían faltando 6.5 billones de pesos. La situación de manejo presupuestal se ha tornado muy difícil.

¿Qué hemos hecho nosotros?, hemos diseñado un conjunto de medidas: el referendo. Es el primer paso.

Yo llamo al referendo el paso pedagógico. ¿Por qué? Porque cuando el referendo dice: “se congela por 4 años el salario de los congresistas, de los altos funcionarios del Estado, de los magistrados de las altas cortes y del Presidente de la República”, el referendo está dando un ejemplo de reducción de gasto. Esas congelaciones serían por 4 años.

Ahí hay otro punto, del texto original del referendo: “no podrá haber pensiones, en el sector público, por encima de 20 salarios mínimos de hoy”, quiere decir eso que aquellas pensiones altas que hay en el sector público y que son frecuentes, de 13, 14, 15 millones, no podrían valer en adelante más de 20 salarios mínimos de hoy, son 6 millones 80 mil pesos. Entonces, ahí hay una rebaja importante que da ejemplo.

Por supuesto, ahí hay otros temas: el de las personerías que propusimos que se eliminaran y ha generado controversia en muchos de ustedes y en los personeros.

¿Cuál fue la propuesta inicial, que está discutiendo el Congreso?: el servicio de personería se considera necesario, pero nosotros pensamos que existiendo una Procuraduría Nacional, esa Procuraduría lo debe prestar con cargo a su presupuesto y que ese dinero lo ahorren los municipios.

Algunos alcaldes y personeros me decía: ‘es un paso atrás en descentralización’. No, porque se puede definir claramente que el funcionario con quien lo preste, escogido por concurso, deba ser o se le de puntaje especial a aquellos que presenten al concurso que sean oriundos o residentes de la respectiva región. ¡Hay alternativas, queridos alcaldes!

Creo que debe haber sistemas regionales. Encuentro 10 municipios vecinos, cada uno con una personería costosa ¿por qué no puede haber una personería regional y que la podría manejar la misma Procuraduría de la Nación? Por supuesto, un tema en controversia.

¿Qué propone el referendo también?: eliminar las contralorías departamentales, municipales. Las hay buenas y las hay muy politiqueras.

La verdad es que, cuando uno ha vivido la vida de los consejos, de las asambleas, se da cuenta que la lucha por elegir al contralor se convierte en un factor de lucha política, que consume mucha positiva energía.

¿Qué proponemos nosotros?: ¡elimínenlas! Se requiere control fiscal, por supuesto. ¿Qué la haga quién?: la Contraloría Nacional. ‘Afectando la descentralización’. No de la siguiente manera: la Contraloría Nacional tendría unos organismos de apoyo en las regiones, una universidad, una facultad de contaduría, una asociación de contadores, un organismo comunitario. Esos organismos harían la parte de estudio, la parte de instrucción y la competencia de fallo la mantendría la Nacional, el dinero se lo ahorran municipios y departamentos.

Y por supuesto, el servicio que le presta la Contraloría Nacional tendría que ser con cargo al presupuesto nacional. Pero también lo he dicho al Contralor (Antonio Hernández Gamarra) y lo aplaudo con ese sentido de austeridad con que ha empezado.

La Contraloría Nacional haría su esfuerzo sin aumentar el actual presupuesto, porque aquí nos vamos a tener que estrechar todos, si no, no cabemos. Si no ajustamos, todos, estos bolsillitos, no resolvemos el problema de la crisis colombiana.

Y ¿qué le hemos propuesto a los colombianos y a ustedes?: que esos ahorros de contralorías, esos ahorros de personerías se lleven a educación y a saneamiento básico. Es que ustedes tienen un problema de 3 millones de niñitos en la suma de la Patria, que están sin educación y los esfuerzos que ha hecho la Nación en descentralización vía sistema general de participaciones, aún son insuficientes. Por un lado, la hacienda pública nacional vive muy angustiada por el crecimiento de las transferencias y por otro lado, a ustedes nos les alcanza.

Por eso hemos propuesto ese tipo de reformas. Hasta ahí lo que llamo textos iniciales, reformas pedagógicas.

Propuse que se le rebajara el honorario a los concejales de las grandes ciudades, que siguen con unos honorarios altos después de la ley 617 –eso no lo ha aprobado el Congreso-.

Propuse también que se le rebajara la remuneración a los diputados y se les convirtiera en honorarios –tampoco lo ha aprobado el Congreso-. Creo que en ese punto, por lo menos, de que se les convierta en honorarios, el Gobierno tiene que insistir.

Y revisar el monto de los honorarios de los concejales por lo menos en las grandes ciudades porque uno no puede seguir con esos costos de los concejos de las grandes ciudades y de los diputados en los departamentos de más elevada categoría. Le voy a pedir al señor Ministro del Interior (Fernando Londoño) que insistamos en esos puntos.

Vienen otros puntos. La disminución del Congreso: hay que hacerla, porque aquí ustedes en los municipios han tenido que disminuir, los departamentos han tenido que disminuir, entonces nos tenemos que ajustar. ¡Que se ajusten los de arriba también! y para dar ejemplo y poder mirar a los colombianos a los ojos, nosotros nos hemos propuesto, en la Presidencia de la República, bajar el presupuesto de 50 mil millones a 30 mil y ajustar en todas partes.

Ajustar en todas partes para poder dar ejemplo y ayudar a construir una cultura de ahorro en el sector público. ¿Por qué?: porque hay que cambiar este Estado. El Estado nuestro es derrochón, el Estado nuestro es permisivo con la corrupción y es avaro con lo social. ¡Es un Estado gigante en lo burocrático y enano en lo social! Eso hay que cambiarlo. Hay que buscar equilibrar este déficit, llevarlo –por lo menos- inicialmente a niveles manejables, reestablecer confianza en mercados internacionales, nacionales, de la sociedad colombiana y ahorrar para crecer lo social.

Miren que nos faltan 6.5 billones de pesos. Y el tema que hemos propuesto con respecto al Congreso tiene dos efectos: hay una norma que es la eliminación total de los auxilios parlamentarios, esa está aprobada y no hay posibilidad de negociar. –Inclusive quiere mirar aquí un tema que los afecta a muchos de ustedes porque les prometieron unas platas, las tienen contratadas en el DRI, las tienen contratadas contra transferencias del DRI, contra transferencias de Findeter y a mi me aparece aquí que a la Nación le falta girar 254 mil millones pero más del 60 por ciento están contratados con cooperativas y asociaciones. Y a mi me da miedo sin tener certeza de que eso se maneje con absoluta transparencia. No les conviene a ustedes ni al Gobierno Nacional, por eso vamos a tener que encontrar un mecanismo para revisar la asignación de esos recursos-.

Y en adelante no puede haber auxilios parlamentarios, porque el país con estas dificultades y llegan las épocas de elecciones e inmediatamente aflojamos los resortes morales y volvemos a los auxilios parlamentarios. Hay que eliminarlos totalmente en la Constitución.

La sola disminución del número de congresistas, etcétera, no creo que nos ahorre más de 60 mil millones, es más que todo una norma ejemplo, no resuelve el grueso del problema fiscal.

¿Cómo vamos a resolver el grueso del problema fiscal? A mí me propusieron lo siguiente: una reforma tributaria que recaude 6 billones. Y dije: ¿cómo? Me dijeron: ‘hay que gravar todo con el 16 por ciento de IVA y hay que eliminar todas las exenciones de renta’.

Dije: camine veamos las exenciones de renta, ¿cuáles son?: rentas de trabajo. Dijimos: ¿cómo las vamos a eliminar?

Zonas Francas: un país con este índice de desempleo, ¿cómo vamos a eliminar la exención de las zonas francas?

Las exenciones a las empresas del Páez, de una parte y la otra: esas son exenciones declinantes que se ofrecieron simplemente para superar unos momentos críticos, exenciones que vencen o están venciendo.

Entonces, uno encuentra ahí tropiezos muy grandes. Dije: ¿cómo vamos a gravar nosotros con 16 por ciento las matrículas educativas?, ¿cómo vamos a gravar con 16 por ciento las tarifas de servicios públicos?, ¿cómo vamos a gravar con 16 por ciento los pagos de salud? Eso no lo resiste el país.

Entonces dijimos: vamos a hacer una cosa, vamos a proponerle al país una solución combinada de ingresos y de más severidad en el control del gasto. Más severidad en relación con la propuesta inicial del referendo.

¿Qué propones en ingresos?: una reforma tributaria relativamente moderada. No es buena. Ninguna elevación de impuestos es buena, eso no lo recibe bien la gente, pero nos toca enfrentar estos problemas y nos toca recuperar la viabilidad económica de la Nación.

Esa reforma tributaria aspira recaudar 2 billones 200 mil millones. Esa reforma tributaria se descompone en cuatro capítulos: el de evasión, un capítulo riguroso para meter los grandes evasores a la cárcel. Un segundo capítulo, el de renta, con una sobretasa temporal. Un tercer capítulo, el de IVA.

Colombia derrama IVA sobre el 39 por ciento del valor de los bienes y servicios que produce el país. Internacionalmente se ha indicado que esa base se debería ampliar y llegar al 70. Nosotros, en la propuesta –que hoy está considerando el Congreso- ampliamos esa base hasta el 59 por ciento. Pasamos del 39 al 59.

Dicen los colombianos: ‘van a gravar parte de la canasta familiar’. Es verdad. ¿Qué excluimos?: servicios públicos, educación, salud –salvo pagos complementarios-, arrendamiento de vivienda y algunos alimentos. Lo otro lo gravaríamos pero con el 5 por ciento. Lo que está gravado con el 16, se mantiene gravado con el 16 por ciento. Y esto nuevo se gravaría con el 5 por ciento.

No es bueno decirle eso a los colombianos pero es necesario. Hasta ahí llevamos 2 billones 200 mil millones de pesos. Entonces, que trabajar el otro capítulo, el del gasto.

Por eso hemos propuesto en el referendo la congelación del gasto por 2 años. Hagamos una comparación: el sueldo de los congresistas, de los magistrados de las altas cortes, del Presidente, congelamiento 4 años. Este otro artículo, congelamiento 2 años en términos generales de todos los gastos de funcionamiento.

¿Qué se excluye?: las transferencias, punto bien importante. No les congelamos las transferencias pero ahí tienen que hacer un esfuerzo y sí congelamos muchos gastos de funcionamiento que ustedes tienen que hacer y lo tienen que llevar al Fondo Nacional de Fondos territoriales, al fondo de prestaciones sociales del Magisterio y al pasivo pensional del sector salud.

Esto es, ese ahorro que es la diferencia entre las transferencias que se mantienen y los gastos que se congelan, ustedes lo trasladan a ayudarnos a resolver problemas pensionales en esos tres frentes, pasivos territoriales en general, pasivos específicos de los sectores de educación y de salud.

Está en trámite la reforma pensional –que es necesaria-, estamos buscando la menos grave pero es necesaria ¿por qué? Porque al ritmo que vamos, no vamos a tener manera de pagar pensiones. De cada 100 pesos que le país produce, debe más de 200 para pagar pensiones.

Entonces, como la reforma pensional va a implicar subir unas cotizaciones, en el referendo –en el artículo de gasto propuesto- decimos: “el Gobierno podrá compensar incremento de cotizaciones”, por ejemplo –pensando en los maestros-, si nosotros le pedimos a los maestros ese esfuerzo de salarios para los que estén por encima de dos salarios mínimos, para poder capitalizar su fondo de pensiones, les vamos a decir: ‘como les vamos a aumentar en el mismo periodo las cotizaciones, eso se las compensamos, tratando de que este esfuerzo tenga algunas compensaciones de equidad.

Con eso, la ciudad de Fonseca (La Guajira) debería ahorrar 16 millones y en el 2004, 34. La ciudad de Valledupar (Cesar) 132 millones en el 2003 y 274 en el 2004. La ciudad de Medellín (Antioquia) 1.656 millones en el 2003 y 3.891 en el 2004. O sea que, el ahorro es bien importante.

Ese conjunto de ahorros va a representar, aproximadamente, billón y medio de pesos. Parte lo ahorra la Nación, parte ustedes –como lo acabo de explicar- y parte empresas del Estado.

(Vamos a salvar las empresas del Estado, sí, pero uno no las salva si no las corrige financieramente, si no les corrige la estructura de gastos, si no las vuelve austeras en lo administrativo. No se puede pedir pan y pedazo.

Quieren seguir como empresas del Estado, quieren no desaparecer ¡magnífico! pero ayúdense. La reforma nuestra en Seguro Social es muy dura y mucha gente va a brincar, la del Sena es muy dura. Esta semana sí que ha brincado gente porque ya empezamos a convertir en el Seguro Social muchas regionales que tenían 5 vicepresidencias, en una vicepresidencia y porque todos esos contraticos de clientelismo político, a medida que se van venciendo, no se reanudan.

Ahí hay un punto filosófico que quiero sembrar en la mente de ustedes. Necesitamos salvar las empresas del Estado, por su puesto. Queremos salvar el Seguro Social, por su puesto. Pero entonces, para salvarlo hay que volverlo sostenible, hay que volverlo austero, hay que volverlo transparente.

Esta congelación obliga a todas esas empresas del Estado a congelar gastos dos años, a todas sin excepción. Al Seguro Social, a Telecom, al Sena, etcétera. Esa es una gran propuesta en el lado del gasto).

Llevamos 2.2 billones de pesos y 1.5, pero de ese 1.5 no es todo para la Nación porque parte es de ustedes.

Y el resto es lo que le hemos dicho a los organismos internacionales: siempre les hemos quedado bien, ahora nos tiene que ayudar. Estamos en una negociación con ellos, a la colombiana.

Muchos ciudadanos me dicen: ‘que el Banco de la República emita’. De pronto nos cobran lo comido por lo servido, hay que poner mucho cuidado. A mí me da miedo esto: que venga un crédito del Banco de la República al Estado, ahora, sin que en el Estado haya correctivos burocráticos y sin que el Estado elimine el clientelismo.

Y que inmediatamente eso cause gran zozobra en los mercados internacionales y digan: ‘estos colombianos acabaron con la independencia del Banco Central, está emitiendo’ y que eso nos encarezca tanto los mercados internacionales, produzca un efecto tan perverso en el mercado interno que sea mayor el costo que el beneficio.

-Les voy a dar magnitudes de esos dos mercados-. Nosotros le debemos a los mercados internacionales, aproximadamente, 50 billones de pesos pero a ellos en dólares, fundamentalmente. Y en el mercado interno, 50 billones de pesos. Esas dos fuentes de financiamiento hay que cuidarlas.

El mejor negocio es tener buen crédito. Qué tal que los colombianos dueños de esos 50 billones que están en papeles del Estado digan: ‘no le prestamos más al Estado’ y además cómo le quedamos mal a esos papeles si ahí está la platica del seguro social para pagar pensionados y ahí está la platica de los fondos de pensiones para pagar pensionados. Eso hay que cuidarlo muy bien. Por eso hay que poner mucho cuidado en ese tipo de propuestas.

Otros dicen: ‘¡ah! simplemente renegociemos esa deuda externa’. Nosotros estamos proponiendo ahí un reajuste de esa deuda. Hay 4 componentes de deuda, 2 en lo interno y 2 en lo externo.

En lo interno: la deuda que se le debe al mercado interno, los TES, etcétera y una partecita de esa deuda que se le debe a reservas que tiene el Estado colombianos para pensiones, etcétera.

Y en el mercado externo hay 2 acreedores: los bancos multilaterales que todos conocemos –Banco Mundial, Banco Interamericano y el mercado-. Uno no le puede decir a la gente que colocó su platica en bonos del Estado colombiano: ‘mire, me tiene que ampliar el plazo y rebajar la tasa de interés’, porque corremos el riesgo de Argentina y allá no podemos llegar.

Entonces, ¿qué hay que hacer con ellos? porque muchos dicen: ‘cambien esa deuda de corto plazo por otra de más largo plazo’. Que nos tengan confianza, que hayamos resuelto esta situación fiscal para que ellos, tranquilamente, acepten ofertas del Estado colombiano, que el Estado colombiano recoja una plata con bonos de largo plazo para pagar unas de deudas de corto plazo. Eso queremos hacerlo pero queremos hacerlo sin perder el crédito porque nosotros no podemos incurrir en el acto irresponsable de perder un gran activo que ha construido este país que es el buen nombre comercial.

Y con los bancos multilaterales ¿qué estamos haciendo? Les estamos exigiendo, a la colombiana, sin negar la deuda, sin negarnos a pagarla, con el buen cuidado de mantener el prestigio comercial, al Banco Mundial le hemos dicho: usted nos tiene que doblar el desembolso el año entrante.

Al Banco Interamericano, le tenemos que pagar 900 millones de dólares –dólar más, dólar menos- y nos va a desembolsar 380. La diferencia: 900 gire de aquí para allá y 380 venga de allá para acá. Le hemos dicho: así no podemos, por lo menos nos tiene que garantizar el año entrante que quedemos igualitos. Que lo que nosotros le giremos sea igual a lo que usted nos devuelva. Eso le implica al Banco Interamericano hacer un esfuerzo para Colombia y pasar de 380 millones de dólares que tiene propuesto desembolsar para Colombia, a ayudarnos a conseguir 900.

O sea que por ese camino vamos, con firmeza pero con prudencia y mostrando que somos capaces de arreglar la casa. Porque lo que la gente no le acepta a uno, por ejemplo, en un municipio uno tiene una agencia de café y una salsamentaria y empieza a tener dificultades y le debe al Banco, a la Caja Agraria y a la señora de la esquina. Si ellos lo ven a uno que está organizando el negocio, que está trabajando, que está aplicando medidas de austeridad, lo toleran, le dan placitos, le dicen: ‘mirá, se ve te va a vencer esta plata el viernes, te doy tres meses más’.

Pero, si ellos lo ven a uno que derrocha, que no trabaja más, qué terminan diciéndole: ‘en usted no puedo confiar’. Hay que rescatar la confianza, ese es el camino que hemos querido proponer.

Por su puesto, queridos alcaldes que ahí hay un capítulo muy importante para reactivar la economía. Les voy a contar algunas cositas.

El ATPA es una buena noticia porque nos va a aumentar la posibilidad de exportaciones a los Estados Unidos, pero el sector colombiano se tiene que reequipar. Entonces se ha previsto, en los próximos tres años, la importación de maquinaria o la compra de maquinaria adicional, se le devolverá el IVA, para reequipar los sectores productivos y generar empleo. Eso lo vamos a complementar con un decreto de comercio exterior, eliminando el arancel a la importación de maquinaria no producida en el país.

Otra cosa que vamos a hacer ahí es darle exención a la construcción de nuevos hoteles, a la remodelación de los viejos y a las empresas de turismo ecológico. El país tiene una gran posibilidad en el turismo, casi todos ustedes –en sus municipios- tienen inmensas posibilidades turísticas.

Un país con 44 millones de habitantes, con esta belleza, con esta diversidad de climas, de topografía, de colores, con una gente amable y querida en todas partes, tiene que hacer del turismo una gran posibilidad. Vamos a hacer varios esfuerzos, el Ejército, la Policía y yo estamos haciendo uno, a ver si los colombianos pueden recuperar las carreteras y ese esfuerzo tributario.

Y ahí hay otros estímulos importantes en renovación urbana, en vivienda, a ver cómo ayudamos a reactivar la economía. Eso se va a complementar con los esfuerzos del IFI y FINAGRO con cada uno de ustedes para ayudarles a financiar el microcrédito y con la política de vivienda.

Es muy importante derrotar la corrupción, el refrendo da pasos en esa dirección: cero auxilios parlamentarios, muerte civil de los corruptos –esta semana expedimos un decreto, quiero familiarizarlos con él, ese decreto es muy importante para que todas las compras del Estado se hagan mediante mecanismos públicos y se publiquen.

Cuando el señor alcalde hablaba de esa masificación de Internet, lo necesitamos también para derrotar la corrupción, para poder publicar a través de él todas las compras del Estado y dar acceso a todos los ciudadanos para que las vigilen y que todos los ciudadanos puedan certificar que las compras de cualquier municipio, de cualquier entidad del Gobierno Nacional se han ajustado a los precios de referencia, a las calidades de referencia, etcétera.

El decreto da otro paso bien importante: se impide amarrar la adjudicación de la licitación a la manera como se confecciona el pliego, entonces hay que publicar el pre-pliego, abrirlo a una etapa de discusión comunitaria, pulirlo recogiendo inquietudes de la gente, antes de que quede en firme en pliego.

Se obliga la audiencia pública en los contratos del Estado. Quiero pedirles a ustedes que para legitimar esta democracia, en todos sus contratos hagan audiencia pública.

Se obliga a las veedurías comunitarias. Todo contrato del Estado debe tener una veeduría comunitaria. Y, acabamos con las asociaciones y cooperativas de bolsillo y las sometemos al principio de la selección objetiva.

En las próximas semanas daremos el tercer paso: la presentación del proyecto de reforma a la ley 80-.

Es fundamental derrotar la corrupción para rescatar la legitimidad de este Estado.

El otro artículo que hemos propuesto incluir en el referendo es el artículo de penalizar la dosis personal de droga, porque definitivamente esos temas los tiene que resolver la base popular de la Nación.

Es un problema que golpea tanto la fibra de la persona, de la familia, del padre de familia, de la mamá con un muchacho drogadicto, que esas decisiones no se deben delegar a un constituyente como el Congreso sino que las debe tomar el constituyente primario como es el pueblo.

En 1994 la Corte Constitucional declaró inexequible la norma que penalizaba el consumo personal. Yo tuve la fortuna de haber sido elegido Gobernador de mi departamento y empecé el ejercicio de ese cargo el 2 de enero del 95. Alcaldes, compañeros de ustedes y alcaldesas acudían a mi despacho a denunciar que se presentaba una ola creciente, impresionante, de consumo de droga.

Hacíamos un gran trabajo con entidades de rehabilitación, con la Policía, etcétera. Evaluábamos ese trabajo permanentemente y me decía la Policía: ‘imposible actuar’. Todo el mundo se vale de que tiene dosis personal y eso se está expandiendo, hay una diáspora y en los pocos casos en que se encuentra alguien con una dosis de mayor cantidad de la personal, esa persona es menor de 18 años y no es imputable penalmente.

Entonces convergen ahí una serie de elementos perversos: no es penalizable la dosis personal y además no es penalmente imputable el menor de 18 años, de quien muchas veces se abusa para que sea distribuidor.

Y me reunía con las entidades de rehabilitación y con las entidades educativas de prevención y me decían: ‘para nosotros es más eficaz la tarea de prevención, la tarea de educación, la tarea de rehabilitación en un escenario de penalización de la droga, que en un escenario que no penalice la droga’.

Recuerdo que los candidatos presidenciales de 1994 y los precandidatos, todos se comprometieron ante el país a que estimularían un proyecto de reforma constitucional para que en el texto de nuestra Carta quede claro que se puede penalizar la dosis personal y eso no se cumplió. Se lo prometieron al país y el país lo reclamó.

¿Qué dice la sentencia, qué dicen amplios sectores de la opinión pública? Argumentos que respetamos pero vamos a discrepar de ellos y a apelar al pueblo colombiano. Dicen que esa decisión de consumir o no droga hace parte del libre desarrollo de la personalidad, entonces asocian el tema de las libertades de los pueblos.

Que no nos vengan a decir que un pueblo como el colombiano que ha sufrido tanto por la droga, que ha tenido en la droga un azote histórico para ser libres, tiene que mantener la sofisticación constitucional de no sancionar el consumo de droga. Yo me declaro rebelde contra eso.

Aquí hoy estamos fumigando droga en el Putumayo. Muchos campesinos se han perjudicado, este Gobierno ha tomado la decisión inclaudicable de derrotar la droga.

¿Cuantas familias colombianas están destruidas porque sus hijos están en la cárcel o sus sepulturas prematuramente abiertas por la tragedia de la droga? ¿Cuánto hemos destruido en cultura productiva de la Nación?

Nuestro país es el segundo en el mundo en disponibilidad de agua dulce por unidad de superficie, es uno de los primeros 7 en biodiversidad y la droga ha destruido 1.400 hectáreas. Es el gran enemigo de nuestra ecología.

Los cafeteros han pasado mucho tiempo sin una remuneración adecuada para su producto, los productores de maíz lo mismo, los algodoneros lo mismo, los pequeños paneleros lo mismo. ¿Por qué?: porque la droga ha mantenido al país inundado de dólares mal habidos que no han permitido una adecuada remuneración del trabajo honrado de nuestros campesinos y nuestros pequeños empresarios.

Vamos a derrotarla y vamos a ganar respetabilidad ante el mundo para las instituciones democráticas de Colombia, para las nuevas generaciones de colombianos, para el pasaporte colombiano, con una norma de referendo que sea capaz de obtener la mayoría de colombianos en favor de una propuesta: penalización de la dosis personal de droga.

Que nuestro país no sea ni productor ni traficante ni consumidor. Porque encuentra uno tertulias sociales de la Nación donde se dedican a criticar la corrupción, tertulias sociales de la Nación donde se dedican a hablar mal de la política, tertulias sociales de la Nación donde critican la droga, pero en esas tertulias mezclan drogas de consumo personal dando un mal ejemplo.

Y quiero decirles, alcaldesas y alcaldes de mi Patria que la política de seguridad será transparente pero no tiene marcha atrás, porque vamos a recuperar en Colombia el imperio de la ley, el imperio del orden y la democracia.

Los secuestros masivos que se han sufrido durante este Gobierno han afectado fundamentalmente a gente pobre, líderes sindicales secuestrados en el Pacífico, estudiantes de clase media y popular secuestrados en Ocaña, humildes pasajeros de buses secuestrados en el Cesar.

Una connotación fundamental de nuestra política de seguridad territorial democrática es que su objeto sea defender a todos los colombianos: al campesino, al empresario, al finquero, al parcelero, al industrial, al que piensa de una manera, al que piensa de otra manera, al activista de derechos humanos. Vamos a defenderlos a todos. Por eso esta política de seguridad es democrática.

Ayer tomamos la decisión de empezar a llamar al personal retirado de la Policía, con la modalidad de que entre al servicio activo, mantenga la pensión de retiro más una bonificación. Eso nos va a ayudar a expandir la Policía más rápidamente y a poder proveer del servicio de seguridad a tantos municipios que hoy no lo tienen. Las puertas del diálogo están abiertas. El tema lo manejamos con confidencialidad pero con seriedad.

Quiero repetir la propuesta de los Cascos Azules a la colombiana. En Caldono, Cauca, la ciudadanía dio un gran ejemplo de resistencia civil para oponerse a las agresiones de los violentos, pero después llegaron grupos violentos y tomaron represalias e iniciaron asesinatos selectivos.

¿Qué nos hemos imaginado -se lo propuse al Secretario General de Naciones Unidas?: que haya una delegación humanitaria internacional en algunos sitios del pueblo de Colombia, de nuestro territorio, con el propósito de defender a la gente. Y que esa delegación humanitaria internacional esté apoyada por soldados colombianos certificados por Naciones Unidas, con el exclusivo propósito de tener allí una fuerza disuasiva de protección de la gente.

El problema de los desplazados es enorme. Este Gobierno tiene obsesión por un proyecto: regresar a 30 mil familias de desplazados, con subsidio de vivienda y la condición de que se reinstalen en sus zonas de origen, con apoyo de microcrédito para un proyecto productivo a través de FINAGRO. Pero hay que cuidarlos.

Por eso también he pedido para este caso los 'Cascos Azules a la Colombiana', delegación humanitaria internacional que proteja a esos desplazados una vez regresen a sus lugares de origen, con soldados colombianos debidamente certificados para que protejan a esos desplazados colombianos.

Yo le decía al señor Secretario General de Naciones Unidas: ayúdennos. Si esta opción no le parece válida, otra, pero lo que no puede Colombia es seguir asistiendo a las masacres, a los secuestros, a los asesinatos selectivos, a los desplazamientos, con una comunidad internacional que critica y critica y hace experimentos sociológicos con Colombia y escribe ensayos, pero no se mueve a tomar acciones efectivas para resolver nuestro problema.

Nosotros tenemos toda la decisión de frenar los desplazamientos, le he pedido a los soldados y a los policías de Colombia que allí donde se esté rumorando un desplazamiento, acudan a proteger a esos campesinos, que no los dejen desplazar ni de guerrilla ni de paramilitares. Vamos a hacer un esfuerzo, todo el que podamos para regresar experimentalmente a 30 mil familias, pero necesitamos el apoyo de la comunidad internacional.

Les pido a los colombianos que exijamos ese apoyo, que si la opción que he propuesto ahora, que es la repetición de la que propuse como candidato a la Presidencia, no es la acertada, que no se quede la comunidad internacional simplemente en el rechazo, que nos muestre alternativas. Nosotros estamos dispuestos a considerarlas.

Alcaldesas y alcaldes: es la hora de derrotar la violencia. Yo le digo a la Fuerza Pública que nos eligieron por un ratico, porque estos períodos pasan muy rápidamente, pero este pueblo nuestro no puede seguir en este sufrimiento.

Apoyen a nuestros policías y soldados. Ayúdenme a crear la red de un millón de cooperantes.

¡Que los ciudadanos rompan los vínculos con la guerrilla, que los ciudadanos rompan los vínculos con los paramilitares, que los ciudadanos rompan la indiferencia, que los ciudadanos superen el temor y que acudan todos a apoyar la Policía, el Ejército, las instituciones democráticas¡

Le he dicho a la Fuerza Pública: gánense la confianza de los ciudadanos. Eso se gana tratando bien al ciudadano, con cariño, liberándolo. Eso se gana reaccionando bien cuando hay información. Eso se gana con transparencia.

Los cooperantes todos serán voluntarios. Que nadie pueda decir que hemos coaccionado a alguien para que venga a cooperar. Esto lo vamos a manejar dentro de la Constitución y la Ley que juramos observar con toda determinación. Si le devolvemos la paz a Colombia, Colombia le devolverá la esperanza a las nuevas generaciones.

Muchas gracias.

 
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