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INAUGURACIÓN FERIA LIBRO
Abril 22 de 2003 ( Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Colombia será un país mucho más grande cuando sea un país de lectores, avanzar para que nuestra Patria sea un país de lectores, es un sueño en el cual queremos trabajar.

La lectura genera cambios profundos y perdurables en la sociedad. Si los colombianos tuviésemos más y mejores oportunidades de acceso al libro y a las bibliotecas, habría mejores ciudadanos, seres humanos más críticos, más justos, más solidarios y más respetuosos de la diversidad.

La lectura tiene el poder de transformar y mejorar, despierta la creatividad y nos hace transitar entre la memoria y la imaginación. La lectura es invitación a descubrir nuestra propia identidad. Y, lo que es más importante para Colombia: la lectura nos hace tolerantes.

Hemos vivido una historia difícil, un desbordado incremento de la violencia en los últimos lustros, un déficit de credibilidad en las instituciones representativas, acelerado empobrecimiento de nuestra población, agudización de las contradicciones sociales y reducción de oportunidades para la mayoría.

Como un signo de nuestros tiempos, las economías se estancan y las soluciones no aparecen. Las academias fecundan dogmas y categorías analíticas abstractas, mientras los entusiastas ensayan soluciones empíricas de corto plazo. Un reto se alza, entonces, para el esfuerzo intelectual: el Espíritu creador. En los momentos de mayor dificultad, más se necesita de ese espíritu creador.

En la búsqueda de aportes para remediar los males que nos aquejan, la academia se debate entre dos opciones aparentemente irreconciliables: o se hace gala de una extraordinaria coherencia teórica, fruto de profundas reflexiones intelectuales, o se exhibe una llamativa imaginación pragmática.

Quienes nos preocupamos por los problemas sociales, nos movemos entre la abstracción alejada de la realidad y el empirismo carente de visión de largo plazo. ¡Falsa disyuntiva! Los unos, sólo nos ofrecen interpretaciones teóricas –utilizando rigurosas fórmulas para problemas estructurales-. Los otros, con habilidad, apenas proponen paños de agua tibia para los problemas de coyuntura.

Tenemos que invitar a superar esta contradicción: que las fórmulas teóricas de los estudiosos tengan soportes prácticos viables y que las soluciones prácticas no carezcan de la solidez conceptual que asegura su validez a largo plazo.

Los colombianos debemos hacer un esfuerzo por construir aquella clase de verdad, tan cara al pensamiento democrático, que llamamos la verdad relativa.

No tiene sentido potenciar la investigación como un proceso productor de dogmas, sino como camino para hallar la verdad con validez provisional, susceptible de ser cambiada por otra que encontremos más justa.

La democracia estimula esa verdad relativa y confina la verdad absoluta solamente a dos campos: al de las convicciones religiosas y a la adhesión a la Democracia como único procedimiento válido para resolver diferencias. Todo lo demás puede y debe ser objeto de duda racional, debe estar sometido al escrutinio de la razón y puesto a prueba en el debate y la experimentación.

Esa labor intelectual de búsqueda incesante de la verdad relativa, reclama una sola condición: disfrutar de un garantizado marco de libertades democráticas.

Los intelectuales colombianos están invitados a reflexionar sobre ese espacio garante al que me refiero, sobre la circunstancia de que ese espacio no ha estado amenazado en Colombia por obra del Estado, sino por ausencia de Estado.

Hemos creído tener un gran Estado protector, pero lo que en realidad hemos padecido, es tener un gran fantasma, costoso espantapájaros para asustar e ilusionar al ciudadano bondadoso, pero que no produce ni cosquillas a los criminales. Hemos tenido un Estado carente de todo poder disuasorio, que tenemos que corregir.

He aquí un reto nacional: construir un Estado de veras, sencillo en su estructura, asequible al ciudadano raso, pronto y eficaz en respuestas. Es nuestro sueño y la razón de la acción pública.

Colombia debe avanzar hacia la Seguridad Democrática, que no es otra cosa que el imperio del intelecto sobre la barbarie y del estudio fecundo sobre los fusiles.

Estas reflexiones ante representantes del pensamiento y de la cultura tienen singular importancia: el que ustedes las procesen, nos permita a través de su reacción un diálogo fluido y permanente, sin tropiezos ni malentendidos que se derivan de prejuicios.

La señora Ministra de la Cultura (María Consuelo Araújo) oportunamente presentará, en este escenario de la Feria, los lineamientos básicos de nuestra política para el desarrollo de la producción del libro, del impulso a la lectura y de la multiplicación de las bibliotecas en Colombia.

Comenzamos por sacar adelante algo que comprometimos con ustedes, en este mismo lugar, hace casi un año, recuerdo como aquí, tuve la oportunidad de mantener un extenso diálogo, casi toda una tarde, con ustedes. Y a ese diálogo también acudieron los ilustres compatriotas que emulaban conmigo para alcanzar la Presidencia de la República.

Ese día, en un país lleno de dificultades para lanzar promesas, en una Patria con el antecedente de tantas promesas incumplidas, cuyo incumplimiento ha deslegitimado la democracia, nos comprometimos con ustedes para luchar contra las teorías fiscalistas y a pesar de la profunda escasez de los recursos públicos, para mantener las exenciones tributarias que estimulen el libro en Colombia y ¡lo logramos!

Por supuesto hasta hay la buena noticia. La mala, es que todos vamos a tener que hacer un esfuercito, por eso, a partir del primero de enero del 2005 vamos a pagar un poquito. No es 16 ni es 7, sino el 2 por ciento. Y eso se va a generalizar y creo que va a ayudar mucho a crear sentido de pertenencia de cada ciudadano por su Patria.

Sobre ese 2 por ciento, una maestra del Chocó me hacía un reclamo y yo le contestaba: ¿esta biblioteca que te van a traer cómo la recibes? Y me decía: ‘como una gran donación del Estado, como un gesto muy generoso del Ministerio de la Cultura’. Le repliqué: así no la debería recibir. En el año 2005, cuando estés pagando el 2 por ciento, la vas a recibir como la manera efectiva a través de la cual el país, el Estado, debe honrar tu derecho. Nos va a ayudar mucho ese pequeño sacrificio.

Ustedes van a tener, en el marco de esta feria, la oportunidad de examinar con la señora Ministra de la Cultura nuestro plan de bibliotecas para construir un país de lectores. Anoche, justamente para poder traerles la buena nueva, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) aprobó un plan de inversiones de 65 mil millones, con una gran ayuda del Banco de la República, a fin de poder dotar más de 340 municipios del módulo básico de biblioteca pública que hoy no tienen. Y a fin de mejorar un número de bibliotecas bastante importante.

Ese programa también se propone capacitar 6 mil promotores de lectura para que funcione debidamente esa red de bibliotecas, con ese programa financiaremos la capacitación de varios centenares de bibliotecólogos a lo largo y ancho de la Patria.

¡Qué bueno ver a Telecom profundamente comprometido con esta feria!, porque vamos a necesitar que se recupere de todos sus quebrantos de salud, para que nos ayude a conectar debidamente la Red Nacional de Bibliotecas, que hace parte del plan que les expondrá la señora Ministra de la Cultura.

Bogotá ha sido un ejemplo en la materia. Lo que han hecho las últimas administraciones –el señor alcalde Antanas Mockus, el señor alcalde Enrique Peñalosa, quien fuera su secretaria de educación, hoy Ministra de Educación, la doctora Cecilia María Vélez, su sucesora, la directora del Instituto Cultural- han logrado que esta ciudad realice una obra para estimular la lectura que es ejemplo para la Nación y para el Continente. Vamos a buscar despertar envidia de la buena en muchos municipios colombianos y allí, con esos recursos bien manejados, la señora Ministra de la Cultura va a poner los primeros módulos para que logremos un país de lectores.

Quiero felicitar al doctor Tito Olivio Caldas, por el reconocimiento que se le hace esta noche por la Cámara Colombiana del Libro. La larga trayectoria del doctor Tito Olivio al servicio de las publicaciones, al servicio del libro en Colombia nos llena de orgullo al saber que hay compatriotas como él.

Tenemos mucha fe en la industria editorial de Colombia, es altamente competitiva. Lo que ha pasado en los últimos meses, al lograr una tasa de cambio real y una de las propuestas de la política macroeconómica, es mantenerla estable en términos reales y competitivos, ayuda mucho a que esta industria siga saliendo adelante para bien de Colombia.

Esperamos tener muchos éxitos en una gran política forestal en Colombia, para incorporarla a la cadena del libro. Desde la pulpa de papel, la industria editorial, la gran producción intelectual y la avidez de los colombianos por el libro que tenemos que despertar, aquí tendremos una gran cadena de la tolerancia.

¡Qué bueno este marco de la feria del libro para que los colombianos pongamos un horizonte y avancemos hacia él, construir un país de lectores!

A todos ustedes muchas felicitaciones. Honran a nuestra Patria con este gran evento.

 
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