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INAUGURACIÓN DEL MONUMENTO A LOS CAÍDOS
Agosto 7 de 2003 (Bogotá – Cundinamarca)

Señoras y señores:

Este 7 de agosto es un día de reflexión de la Patria. Es un día de reflexión sobre la historia, de examen de nuestros compromisos sobre el presente. Un día para reforzar la vocación al sacrificio. Un día para organizar nuestros corazones y nuestras mentes como integrantes todos de la Patria, para que la Patria tenga un gran futuro.

Nos reunimos para inaugurar este bello monumento en honor de todos los héroes caídos, de todas las etapas de la Nación.

¡Qué bueno! Que bueno que los colombianos empecemos por el camino correcto de hacer el homenaje que merecen todos nuestros héroes. Quiero agradecer inmensamente a todos quienes participaron en la idea, en su ejecución, en su financiación.

Esta obra, iniciada por el gobierno del presidente Andrés Pastrana, tuvo en Eduardo Pizano –entonces Secretario General de la Presidencia- un gran apoyo, lo mismo que en Gustavo Adolfo Canal Mora, entonces Ministro de Obras Públicas y de Transporte. La actual administración la continúo con entusiasmo.

Y queremos agradecer la definitiva participación de Bogotá, de su alcaldía, a su actual Alcalde, Antanas Mockus, y al anterior alcalde, Enrique Peñalosa.

Ha sido pues, esta obra, la conjunción de esfuerzos de Bogotá y la Nación, de dos administraciones de Bogotá y de los últimos gobiernos nacionales.

Hemos condecorado a un puñado de héroes de la Patria. ¡Qué bueno haber podido estrechar hoy su mano, haber podido expresar a ellos la gratitud de la Nación entera y encontrarlos reconfortados con su patriotismo! Encontrarlos animados, muchos a pesar de los años, otros a pesar de las heridas, otros no obstante las mutilaciones.

Pero hemos tenido descuidos imperdonables. Muchos se sorprenden que después de haber estado acostumbrados a que la Patria no les reconociera su heroísmo, hoy se les reconozca.

Otros, como el soldado Albino García Chimbaco, veterano del conflicto con la hermana Republica del Perú, de casi 100 años, me reclamo tranquilamente, constructivamente, porque no se le estaba pagando su pensión de vejez, su auxilio de enfermedad.

Nosotros tenemos que hacer mayores esfuerzos por todos esos héroes. Pido, comedidamente, al Ministro de Protección (Diego Palacio Betancour), que cuanto antes, el soldado Albino García Chimbado, sea beneficiario del Régimen Subsidiado de Salud.

Y encontramos casos donde el patriotismo ha hecho superar el dolor extremo. El capitán Jaime Trujillo Buitrago, piloto, en acciones heroicas ha salvado a sus compañeros y en una de ella, falleció su hermano. Me decía este mañana, que su familia esta afligida, muy golpeada por el dolor del asesinato de su hermano por parte de los terroristas y que el está con superiores dosis de valor para servir bien a la Patria.

Este monumento dice: “Colombia agradecida a sus héroes de todos los tiempos, caídos en defensa del suelo patrio, la libertad y el derecho. Los nombres de estos valientes los conoce Dios”.

¡Qué bello monumento, qué bien concebido! Nuestra felicitación a quienes lo diseñaron, a quienes fueron responsables de cada uno de los detalles, a quienes lo ejecutaron y quienes concibieron esta frase.

El último renglón dice: “los nombres de estos valientes los conoce Dios”. Esa frase en alguna forma es una disculpa, porque a la mayoría de nuestros héroes no los conocemos.

Aquí, hemos ignorado a muchos de los soldados y policías caídos por el ataque aleve de los terroristas.

Aquí, por épocas, hemos repetido durante todas las horas del día y de la noche, los nombres de los jefes del terrorismo. Han tenido todos los espacios y toda la consideración y hemos ignorado a los héroes verdaderos, a los soldados, a los policías, a los suboficiales y los oficiales caídos y mutilados por la acción de los terroristas.

¡Que cambiemos hoy nuestra identificación!, ¡que cambiemos hoy nuestra orientación! ¡Colombia tiene que mirar con desprecio a los terroristas!, ¡Colombia tiene que combatirlos y desconocerlos!, ¡Colombia no puede seguir idolatrando terroristas!

¡Colombia lo que tiene que hacer es honrar a todos los héroes que se exponen en su Fuerza Pública, a dar su vida para recuperarle la paz a la Nación!

Pero esta frase también nos esta diciendo que muchos hemos olvidado el sacrificio y el compromiso. En este 7 de agosto, hay que hacer una reflexión: los que tenemos responsabilidades, tenemos que hacer mayores esfuerzos, mayores sacrificios.
Colombia no puede permitir que los que tenemos responsabilidades nos demos los días de descanso, de vacaciones, los horarios de trabajo que la legislación y la costumbre regulares dan para el común de los ciudadanos.

Los que tenemos responsabilidades tenemos que cambiar el calendario, solamente podemos tener derecho a descanso, cuando demos resultados, cuando podamos entregar consecuencias concretas y positivas de nuestras acciones.

Hoy es un día de reflexión para el sacrificio. Acostumbramos pedirle más sacrificio a los contribuyentes, a los pobres, a los desempleados. Ellos han hecho mucho sacrificio. El sacrificio le corresponde a quienes tenemos obligaciones superiores con la Nación.

Vamos hacer mayores esfuerzos, desde el Presidente de La Republica, hasta el más humilde de los servidores públicos.

Que todos nuestros Generales, de día y de noche, durante todos los fines de semana, en todos los sitios del país, estén al frente de los operativos, liderando a los soldados y a los policías, a la Fuerza Aérea y a los integrantes de la Armada, para devolverle a Colombia la paz más rápido de lo que es previsible.

Que todos los Ministros y que en la Presidencia de la Republica nos dediquemos a remover todos los obstáculos, para que Colombia pueda avanzar en empleo, para que Colombia pueda avanzar en Seguridad Social, para que Colombia pueda avanzar en equidad.

Faltan recursos, lo sé. Los trámites son dispendiosos, lo aceptamos. Pero con ganas, con infinita voluntad, todo es superable y lo que requiere Colombia, es que los que tenemos responsabilidades en lugar de quedarnos en el cóctel o en la fiesta o en la tertulia, estemos a toda hora trabajando para cumplir con nuestras responsabilidades y obligar a que esas responsabilidades produzcan resultados para el bienestar de nuestros conciudadanos.

¡Qué bueno que al recordar esa frase: “los nombres estos valientes los conoce Dios”, podamos ir diciendo: “los nombres de estos valientes hasta hoy solos los ha conocido Dios, pero en adelante también los conocerá una Nación agradecida con ellos”!

Muchas gracias a todos y que viva Colombia.

 
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