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INAUGURACIÓN DEL ARCHIVO GENERAL DE BOGOTÁ
Agosto 6 de 2003 ( Bogotá– Cundinamarca)

Compatriotas:

Los apuntes en forma de diario, escritos en un cuaderno escolar por don Pedro Antonio Restrepo Escobar, fundador de Andes - Antioquia, pionero del cultivo del café, padre del presidente Carlos E. Restrepo, dieron vueltas por los escaparates y estantes de la familia, durante más de 100 años. Hace 20, su bisnieto, Jorge Alberto Restrepo, los convirtió en el insumo principal para escribir la biografía del patriarca y, por esa vía, reconstruir la historia de Antioquia en la segunda mitad del Siglo XIX.

En un cajón anónimo, durante casi noventa años, durmieron olvidados los apuntes de contabilidad del empresario y poeta José Asunción Silva. Fernando Vallejo, el gran escritor, en una ojeada casual, descubrió que tenía en sus manos una joya preciosa. Fundado en esas anotaciones contables, reconstruyó los últimos días del poeta y la vida de Bogotá durante los años de la Regeneración.

Cualquier documento es un tesoro. Conservarlo es la garantía de que los pueblos conocerán y aprenderán de su historia.

Alcalde (Antanas Mockus) me alegra mucho acompañarlos en esta inauguración, que es no sólo importante para Bogotá, sino un gran ejemplo para la Nación entera.

El Archivo es una obra trascendental. No utilizo la palabra como expresión retórica, sino como descripción de lo que sentimos: primero, porque tenerlo con toda la técnica que requiere el oficio, guarda para la memoria de Colombia y del mundo los hechos de nuestro pueblo.

Segundo, porque el documento archivado en una institución pública, trasciende del reducido espacio de la oficina o el gabinete privado y se constituye en información que alimentará –de manera sistemática, no casual-, a los investigadores, a los escritores, a quienes tienen que hacer el presente y los obligará a tener un compromiso con una visión de largo plazo.

Tercero, porque la estructura del edificio que inauguramos, demuestra que la administración y la sociedad de Bogotá tienen una alta autoestima y depositan en un palacio del conocimiento, los documentos que han producido y nos invitan a poner mucho cuidado en los que se habrán de producir.

Cuarto, porque la construcción y puesta en marcha del Archivo, fue realizada por entidades públicas y contratistas inteligentes, transparentes, ahorradores y recursivos. Este edificio magnífico, se construyó por funcionarios y contratistas que firmaron uno de los primeros pactos de transparencia del país.

Quinto, porque se implantó un sistema de veeduría ciudadana que hizo que todos se apropiaran de la obra y la quisieran como si fuera parte de su patrimonio personal.

Sexto, porque se impuso un criterio administrativo que el Gobierno Nacional quisiera convertir en norma de conducta de todos los funcionarios públicos: el sentido de continuidad de las obras públicas, de la planeación, de la ejecución presupuestal.

Con este Archivo se comprometieron los funcionarios de Bogotá desde 1996 hasta este, su año de inauguración, sin importarles el partido o la administración a la cual pertenecieran.

Quiero felicitar a cada uno de los trabajadores que participaron en la obra: a los diseñadores, arquitectos, ingenieros, a cada obrero y subcontratista.

Quiero, también, hacer un especial reconocimiento a Jorge Palacios Preciado, Director del Archivo Nacional y al grupo de trabajo de esa institución meritoria, inspiradora del Archivo de Bogotá y ejemplo a seguir en las demás ciudades de Colombia.

Todos los candidatos a alcaldías y gobernaciones, aquellos que luchan hoy por el voto de sus conciudadanos, tienen en esta obra un ejemplo a seguir. El país espera de ellos entrega, abnegación, espíritu de sacrificio, amor a lo público, compromiso con lo público, como el superior compromiso con lo particular.

Esperamos que cada uno de ellos, cuando firme un contrato, pueda repetir con total convicción el bello texto que escribieron quienes hicieron el Archivo de Bogotá y que quiero citar:

“Nosotros –dijeron ellos-, orgullosos de nuestra condición de habitantes de esta ciudad, de nuestro compromiso con nuestras familias y conciudadanos, conscientes del carácter sagrado de los bienes públicos, movidos por nuestro sentido de honestidad, transparencia y responsabilidad para con la sociedad, nos comprometemos a hacer del proceso de construcción de la sede del Archivo General del Distrito, un modelo de integridad, contando con la participación de constructores, interventores, autoridades y ciudadanía”. Y lo lograron.

Estos 21 mil metros cuadrados, bellamente diseñados, ejemplarmente ejecutados, son también una muestra de transparencia en la contratación, en la ejecución y de austeridad.

Me ha sorprendido gratamente, que ha costado cada metro a menos de millón de pesos. Comparándolo con muchas ciudades y con los costos que hemos visto en muchas obras, una edificación de lujo que se ha hecho con un costo de bodega de tercera. Eso es un gran ejemplo para el país entero.

Usted, Alcalde, en la amena, pedagógica, brillante intervención que nos ha hecho esta mañana, se define como un desmemoriado. Pues esta obra lo consagra nuevamente, así usted se quiera llamar desmemoriado, pero es muy cuidadoso en la memoria para ejecutar lo que le prometió a Bogotá y a Colombia y le ha cumplido a cabalidad: transparencia. Esta obra es un nuevo ejemplo de su ejemplar transparencia.

Por su puesto que la intervención suya de esta mañana deja muchas reflexiones. Veo que la malla vial se la están dañando desde hace 150 años. Yo siempre estaba acomplejado porque esos 40 mil millones (de pesos) de más que recibe por la sobretasa, por la cual luchamos conjuntamente en la Reforma Tributaria de diciembre, yo decía no le alcanza, que le va a alcanzar, si es un problema de 150 años y que no lo vamos a resolver de la noche a la mañana.

Pero ahí vienen otras cositas. Pienso que esta ciudad que hoy es un ejemplo de administración, si el pueblo colombiano tiene a bien aprobar el referendo, esta ciudad va a tener un gran ahorro. No necesita la Contraloría Distrital, eso se puede suplir sin costos para el Distrito, por la Contraloría Nacional, apoyada en entidades comunitarias. Ese dinero, que con los diferidos sobrepasa los 60 mil millones de pesos al año, puede llevarse a apoyar la Revolución Educativa en lo cual Bogotá ha dado ejemplo, liberar recursos para obras tan necesarias que tiene la ciudad.

Y ha sido muy grato constatar que el total del referendo le puede ahorrar a Bogotá más de 400 mil millones (de pesos). Ha quedado pendiente el tema de la Personería, vamos a insistir ante el Congreso de la República, donde la ciudad podría tener un gran ahorro.

Este Archivo es de un gran significado para Colombia. Al oírlo, Alcalde, recordaba –y algunas veces he tenido que acusar la memoria-, al pensador inglés cuando dice que: la Patria es el pacto diario entre los que se fueron, los presentes y los que habrán de venir.

Este Archivo será un escenario concreto para el pacto diario de la Patria.

Muchas gracias Alcalde y muchas gracias Bogotá.

 
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