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ENTREGA DE 110 VIVIENDAS A FAMILIAS
AFECTADAS POR EL TERRORISMO
Agosto 17 de 2003 ( Granada - Antioquia)

Querida comunidad de Granada:

Esta mañana cuando se dirigían a cumplir su deber acá, en un accidente en la carretera, fallecieron los patrulleros de la Policía, Carlos Iginio Chaverra y Norbey Narváez Gutiérrez. Les rendimos nuestro tributo de gratitud y de admiración.

Señor general, Leonardo Gallego: le ruego tramitar con mi concurso en la Presidencia que las nuevas normas de seguridad social, en especial la pensión de sobrevivencia para las familias de estos patrulleros, se apliquen a fin de no dejarlas desprotegidas.

Y que a eso se le sume el seguro para que los hijos de ellos puedan estudiar, -que lanzamos hace dos semanas con La Previsora y que en el primer año debe beneficiar las familias, debe beneficiar ocho mil huérfanos de la Policía y el Ejército-. Porque a esta Fuerza Pública que le estamos exigiendo superiores sacrificios, no la vamos a abandonar. Ni a ellos ni cuando sean víctimas de las minas quiebrapatas, que les reduce su capacidad laboral ni cuando en el infortunio de la muerte queden huérfanas y viudas sus señoras y huérfanos sus hijos.

Hay un compromiso superior para acompañar a los hombres que trabajan en la Fuerza Pública y a sus abnegadas familias y lo vamos a honrar con los patrulleros muertos esta mañana. Y desde acá hacemos votos porque se recupere la salud del patrullero Luis González, herido.

Señor Alcalde, usted hizo esta mañana una conmovedora relación de los hechos de violencia que han afectado a Granada. En aquella Gobernación de Antioquia –que gané por escasos 4.700 votos y que tanta gratitud debo a Granada-, me acompañó como alcalde de Granada un líder cívico, su amigo, comparable con usted en la estatura de servidores públicos: honestos y cívicos.

Después, en los inicios de mi campaña presidencial, lo vi en Cali, hablamos de todo lo que se había podido hacer por Granada en aquel trienio, me contó sus esfuerzos para ayudar al alcalde y a la comunidad en la reconstrucción de Granada. Estaba convocando la solidaridad de los granadinos que viven Cali para la reconstrucción y al siguiente día, aquí, lo mató la Farc.

¡A su memoria, a su ejemplo de liderazgo cívico, a su honradez como servidor público, quiero rendir un homenaje a Jorge Alberto Gómez, quien nos ayuda desde el cielo y saludar con todo afecto a su señora Magdalena Cuervo, heredera de esas virtudes y afecto por la comunidad!

Vengo a felicitarlos por lo que han hecho. Vengo a felicitarlo a usted señor alcalde, a ponerlo como ejemplo ante los colombianos por haber recogido estas ruinas y haber conducido a su pueblo, no solamente a la recuperación física que en el oriente antioqueño siempre se puede, sino y por sobre todas las cosas, a la recuperación de la fibra espiritual de los granadinos que ha demostrado que es indestructible.

Vengo a agradecer a usted señor Gobernador por su permanente apoyo al pueblo granadino en esta recuperación. Agradecer a la memoria de Guillermo Gaviria Correa y de Gilberto Echeverri, agradecer a todos los que concurrieron con su esfuerzo, a Josué Gastelbondo –que hoy nos acompaña como viceministro de la Vivienda, ayudándole a la ministra, Cecilia Rodríguez, a que encontremos los recursos para hacer una gran obra de vivienda en toda Colombia-.

Al Ministro de Obras (Andrés Uriel Gallego), que no siente por Granada responsabilidades administrativas, él siente por esta tierra afecto, profundo afecto.

A mi me duelen los muertos y el dolor de los vivos. Vengo a Granada a rendirle un homenaje a las víctimas de aquellas masacres y de aquel carro bomba. Vengo a Granada a rendirle un homenaje a los campesinos asesinados en sus veredas. Vengo a Granada a rendir un homenaje a los desplazados, a reafirmar mi compromiso con ellos, de que no ahorraremos esfuerzos para que puedan volver a sus veredas a trabajar tranquilamente, que les vamos a quitar del cuello esa pesadilla que es el fusil guerrillero o que es el fusil paramilitar.

Ustedes lo lograron, porque como decía muy bien en sus palabras la representante de la Universidad de Antioquia, ustedes tienen: solidaridad, confianza, capital social, que es lo que hay que construir en Colombia.

Estos dineros que manejaron con la transparencia propia de las administraciones públicas de Granada, con unas manos virtuosas, con unas manos pulcras, con unas manos transparentes, las manos del Alcalde municipal. Ustedes han dado un ejemplo de honradez.

¡Es la hora de que Colombia derrote la corrupción, la manera como Ustedes han aplicado los recursos es un ejemplo contra la corrupción!

Vengo a Granada a traer un mensaje de miles de millones de colombianos, solidarios con ustedes. Vengo a Granada también con un mensaje muy particular.

Cuando estando sobrevolando el municipio esta mañana, el General Urueña me daba cuenta en el helicóptero de un nuevo acto de desespero de las Farc. Lo que hicimos fue recomponer el operativo, regresamos a Rionegro, le dije a mi señora que por primera vez en 24 años de casado iba a ejercer autoridad de marido y que le pedía que se quedara en Rionegro porque ella tenía el deber de cuidarme los hijos.

Quería también que allá se quedará la Ministra del Medio Ambiente (Cecilia Rodríguez) y ella me dijo: ‘¿Presidente, es que usted se va a quedar?’. No, no señora Ministra, no se han ido los granadinos que han sufrido tanto, me voy a quedar yo sin ir a Granada, ¡no tiene riesgo! Y ella y el Ministro de Obras y el Gobernador dijeron “vamos es para Granada, a acompañar a la comunidad”.

Señora Primera Dama, mi señora, le manda un saludo lleno de afecto, de admiración por su contribución a este ejercicio democrático de reconstrucción.

Mi señora estuvo acá con el Vicepresidente Santos (de la República, Francisco) y quedaron muy, muy, positivamente impresionados de este manejo tan transparente y tan eficaz que ustedes están adelantando.

Vengo a rendirles un homenaje a ustedes, no vengo a hacerles promesas, pero tengan la certeza que el Gobierno Nacional en medio de las dificultades, ahí irá buscando uno u otro recurso para estar siempre presente en este gran pueblo granadino.

Nuestra decisión: de aquí no nos vamos a ir, aquí lo que tengamos que hacer para fortalecer el Ejército y la Policía, lo hacemos. De aquí se tiene que ir es la Farc, como se tiene que ir de toda Colombia. ¡Que Raúl Reyes siga buscando periódicos en el extranjero, porque de Colombia se tiene que ir!

Déjenme llamar la atención sobre dos temas: ¿hay conflicto, hay guerra? ¡Ni lo uno ni lo otro!

Señor Alcalde, usted nos hizo una narración muy bella de los acuerdos cívicos en Granada, de cómo acaban de concluir exitosamente una concertación para aproximarse con todo el civismo, con un acuerdo enraizado en la base comunitaria de la cual surgió, para acudir al certamen electoral del 26 de octubre.

Aquí no hay conflicto. Aquí hay una comunidad en plena ebullición buscando salir adelante. Aquí lo que hay es una amenaza de terrorismo contra la comunidad y esa amenaza es la que tenemos que superar.

General (Mario Montoya), en la formación de ustedes se habla de guerra, aquí no hay guerra. Aquí hay la disposición de una Fuerza Pública de derrotar el terrorismo, no para que Granada vuelva al Estado, no para que el oriente vuelva al Estado, sino para que la gente de bien de Granada y del oriente pueda tener confianza para vivir en su terruño, para invertir en su terruño, para generar empleo en su terruño, para construir familia en su terruño, para aplicar las energías de su laboriosidad en su terruño.

Una anotación: del 7 de agosto del año pasado a la fecha, se han reinsertado casi 1.900 integrantes de grupos violentos. Nosotros, a esos reinsertados, solamente los queremos tratar con patriotismo, con decencia, con afecto.

Así como mi interés es derrotar al terrorismo, mis convicciones de demócrata me proponen otro interés: ayudar a la reinserción de todos aquellos que quieran abandonar el fusil, el carro bomba terrorista y abrazarse con el resto de su comunidad.

Esos casi 1.900 reinsertados están siendo atendidos por el Gobierno con cariño. Hay problemas, de pronto hay limitaciones, no funciona bien un albergue, una parte del programa o la otra, pero no hay sino una voluntad: atenderlos bien.

No es el interés del Gobierno meterlos en cárceles subterráneas, de piyamas de rayas, enjaulados, para exhibirlos. El interés del Gobierno es, ayudar a que vean el camino de la paz que ellos vislumbraron cuando tomaron la decisión de abandonar los grupos violentos.

El interés del Gobierno es reencontrarlos con la sociedad colombiana, con el estudio, con la dignidad de la vida, con la alegría de la familia. A los muchachos que quedan en los grupos violentos del oriente antioqueño nuestro llamado para que se reinserten y la garantía ante todo este pueblo, que tiene palabra de oro, de que no les vamos a quedar mal. Y a jefes terroristas, la garantía de que los vamos a perseguir hasta el último momento, hasta que le devolvamos plenamente la paz al pueblo.

Hace pocos días se reunió en la Universidad de Antioquia un grupo de científicos para deliberar con motivo de los 200 años de la Universidad. Se recibió en la inauguración de aquel simposio, una bellísima carta de Gabriel García Márquez, nuestro premio Nóbel, en la cual citaba al Quijote, aquel pasaje de don Miguel de Unamuno que dice, letra más, letra menos, “que se ha sufrido mucho, pero que llegarán muchos, muchos días de felicidad”. Es lo que deseamos para el pueblo granadino, para el pueblo colombiano que ha sufrido tanto. Infinitos días de felicidad, por eso estamos empeñados en esta tarea.

Apreciados alcaldes del oriente: yo comprendo el afán de ustedes por el laboratorio de paz. A ustedes les ha tocado dirigir unos municipios muy asediados por la violencia. El Gobierno Nacional los comprende y los apoya. Todo lo que podamos hacer por el laboratorio de paz de ustedes los vamos a ayudar, con la Unión Europea, con recursos locales y lo propio la gobernación de Antioquia y tengan en cuenta esto: el Gobierno Nacional tiene que cumplir la tarea de que aquí no haya ‘paraestados’ de grupos violentos.

Para que su laboratorio de paz avance, la Fuerza Pública y yo, tenemos que cumplir una misión: derrotar a los violentos. Yo comprendo apreciados alcaldes su afán por el diálogo, lo fundamental es el diálogo en la comunidad, como el que se ha surtido Granada en este proceso.

Mientras haya un guerrillero con la arrogancia que se deriva del fusil, el carro bomba y la plata de la coca, con ese guerrillero no hay diálogo posible. Ellos tienen que sentir que el Estado los va a derrotar.

Hablar con alcaldes vulnerables, alcaldes tienen que correr tanto riesgo como ustedes, con grupos violentos jactanciosos, sobradores y arrogantes es imposible. Para que ese diálogo en el algún momento se dé, la Fuerza Pública y yo tenemos que cumplir la tarea de derrotar esos grupos violentos.

Cumplamos pues bien nuestras misiones, sigan administrando ustedes honradamente estos municipios, hagan rendir la platica, pongan lo cívico por encima de todo y déjenme a los generales de la República, a los soldados y a los policías de la Patria, a la Ministra de la Defensa (Marta Lucía Ramírez) y a mí, la tarea de enfrentar sin tregua y sin desmayo, de día y de noche a los violentos para que la tarea de ustedes, alcaldes, fructifique.

¿Y cómo lo hacemos nosotros?: con los derechos humanos. Esa oficina donde laboro, la hemos enmarcado con cuatro retratos.

En aquella pared enfrene del escritorio, desde el General Nariño, los derechos humanos como condición para el ejercicio del Gobierno y para el desarrollo del Estado. En un costado, el retrato del General Santander, la ley para que el ejercicio del poder no sea arbitrario ni caprichoso. En otro costado, el General Rafael Uribe Uribe: la virtud en la carne y en los huesos para poder merecer la confianza del pueblo.

Y en la pared, junto al escritorio de la Presidencia de la República, el General Bolívar: la espada desenvainada permanentemente para que la autoridad sea la fuente de la virtud en la vía del Estado y de la comunidad.

Granadinos: en 1828, cuando el Libertador no pudo llegar a Ocaña, desde Bucaramanga envió una bella carta y en uno de sus pasajes expresaba cómo la energía de la Fuerza Pública es lo único que protege al débil y la confianza a la comunidad es lo único que somete al delincuente, es lo único que crea un equilibrio en la sociedad. Energía de la Fuerza Pública y tiene que ser permanente.

Entre el 2 de enero de 1995 y el 2 de enero de 1998, con Jorge Alberto Gómez, en la alcaldía y yo por entonces en la Gobernación, hicimos un gran esfuerzo para devolverle la paz a Granada. Pero por cosas del destino, no hubo continuidad y después en el 99 y en el 2000, aparecieron las tragedias que nos narraba esta mañana el Alcalde.

En esto del orden público tiene que haber continuidad permanente. Esa culebra que es el terrorismo, no la podemos apretar solamente por un ratico y por una garganta, hay que apretarla permanentemente y no dejarla tomar oxígeno por ninguna de las gargantas hasta que la extirpemos del suelo de Colombia.

General Montoya: no saque la Fuerza Pública de Santana. Consígase aquí, en las farmacias, unas vitaminitas adicionales para que nuestros y policías persigan con más ímpetu a los terroristas del oriente antioqueño, hasta que tengan que abandonar esta tierra o abandonen las armas.

¡Granadinos: esta plaza, estas calles, no podemos permitir que sean maltratadas de nuevo por los carro bombas y por las masacres! ¡Tienen que hacer casas, calles y parques para el bienestar colectivo, para la convivencia, para ustedes que constituyen un buen pueblo!

Esta mañana, al reencontrarme con ustedes, me lleno de mayor ímpetu y energía para servirle bien a Colombia en el propósito de que derrotemos la corrupción y la violencia y el clientelismo y el Estado derrochador.

Quiero adherir a las palabras del Alcalde, yo tengo que defender un referendo que propuse, que si bien el honorable Congreso le introdujo variaciones, son variaciones respetables, que si bien no va a resolver todos los problemas colombianos, es un paso en la dirección correcta.

La invitación del Alcalde es la correcta. Estudien el referendo, voten por el referendo. Quienes nos puedan acompañar con el sí, ¡magnífico! Quienes no nos puedan acompañar con el sí y voten el no, lo importante es que voten, que cumplan con ese deber de participación democrática.

El Gobierno no tiene sino una consigna: explicar el referendo y respetar a los opositores.

Yo soy intolerante con el terrorismo, como tiene que ser, pero hoy reafirmo mi vocación de tolerancia con el libre examen, con el análisis, con la dialéctica, con el pluralismo, con la opinión que se exprese de manera coincidente o contraria frente al pensamiento del Gobierno.

Aquí queremos derrotar el terrorismo, no para maltratar las libertades de los colombianos, sino para recuperar plenamente el ejercicio de los colombianos a expresar lo que quieran sin que los moleste el terrorismo, a adherir a lo que quieran sin que los moleste el terrorismo, a expresarse libremente sin que los moleste el terrorismo.

Nuestra decisión de autoridad está fundada en una convicción de libertad y de democracia y con ese sentido vamos a explicar el referendo que habrá de disminuir el Congreso para tener un Estado austero, que habrá de desmontar los privilegios pensionales, porque no hay derecho que mientras en el Seguro Social no hay dinero para pagar a los pensionados pobres, el Presidente y los congresistas tengamos regímenes privilegiados de pensiones, que el referendo va a eliminar.

Para que al eliminar las contralorías, esa platica se dedique a la educación. Para que corruptos no puedan volver ni a contratar con el Estado ni a ser elegidos ni a ser nombrados, porque en el manejo de los interese públicos, Colombia necesita que en esta hora se imponga autoridad, se imponga la transparencia.

Esta campaña por el referendo contra la corrupción y contra la politiquería, coincide con una nueva campaña para elegir diputados, concejales, gobernadores y alcaldes. El efecto del referendo en la mentalidad de los colombianos, es crear un país con plena conciencia de que hay que derrotar la politiquería y la corrupción y va ayudar en el futuro y en lo inmediato para que Colombia derrote también esas plagas. Y va a ayudar en lo inmediato, porque ahora no se puede aspirar a ganar el poder en unas elecciones, sino someterse al poder del pueblo para servir bien al poder.

Vamos a redefinir en estos dos meses el concepto de poder. Nosotros queremos que en Colombia no haya un significado de poder como ambición para la corrupción, no queremos que en Colombia no haya un significado de poder como aspiración del clientelismo, nosotros queremos que en Colombia no haya un significado de poder como aspiración de prebendas personales.

Nosotros queremos que en Colombia no haya posibilidad de poder para el ejercicio arbitrario de las prerrogativas del Gobernante. Nosotros queremos una expresión diferente del poder. Nosotros queremos que todos los que ambicionen a puestos de elección popular, tengan un concepto solidario de poder, entiendan que el poder al primero que somete es al gobernante.

Que se entienda que el poder, lo primero que impone, es que el gobernante tenga un alto concepto de la ética. Que el poder lo primero que manda es que el gobernante de ejemplo en el respeto a la Ley. Que el poder lo primer que exige es que el gobernante de ejemplo de respeto a la moral. Que el poder, lo primero que nos impone es que los gobernantes estemos sin paréntesis de pereza ni de ocio al servicio permanente, con afecto infinito por nuestra Patria colombiana para poder merecer la confianza del pueblo.

¡Generales, hasta que se apague el último ruido del terrorismo, nuestra vocación de sacrificio!

¡Soldados y policías de mi Patria, no puede haber contemplación con el terrorismo. Ustedes que portan las armas de la República, tienen hoy le mandato de un pueblo que los quiere y que los acompaña para que derrotemos el terrorismo!

¡Señor alcalde, siga con este ejemplo de civismo, siga con este ejemplo de convocatoria!

¡Granadinos, para que estas montañas sientan de nuevo la plenitud de sus frescos aires de libertad, recuperemos el imperio de la autoridad! Carlos Castro solía decir: “paz hasta que se arruguen los cuchillos y hasta que muera el odio, paz y paz”.

Yo digo hoy: ¡para que haya paz: autoridad, orden y firmeza hasta que se arruguen los cuchillos y hasta que muera el odio, autoridad, orden y firmeza!

¡Granadinos, que viva Colombia!

¡Granadinos que viva Antioquia¡

¡Granadinos que viva el oriente antioqueño!

¡Granadinos que viva Granada!

¡Comunidad, adelante!

¡Comunidad, ni un paso atrás, porque no nos vamos a dejar quitar ni nuestro pueblo, ni nuestras libertades y las esperanzas de los que están creciendo!

A todos, muchas gracias.

 
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