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RELATO DE LOS HECHOS QUE CONDUJERON A LA MUERTE DEL GOBERNADOR DE ANTIOQUIA, SU EX CONSEJERO DE PAZ Y OCHO MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA SECUESTRADOS POR LA GUERRILLA DE LA FARC
Mayo 5 de 2003 ( Medellín - Antioquia)

Compatriotas:

Es un momento sumamente triste para la Nación.

Hoy, el grupo terrorista de las Farc cometió otra masacre enorme, otro genocidio: asesinó al señor Gobernador de Antioquia, doctor Guillermo Gaviria Correa; al señor ex Ministro de la Defensa, de Desarrollo y ex Gobernador de Antioquia, doctor Gilberto Echeverri Mejí Y esa política de orden público necesita muchos elementos, déjenme referir a tres.
a; al Teniente de la Infantería de Marina, Alejandro Ledesma Ortiz; al Teniente del Ejército, Wagner Tapias; al Sargento Viceprimero del Ejército, Héctor Duvan Segura; al Cabo Primero del Ejército, Francisco Negrete Mendoza; al Cabo Primero del Ejército, Jairsinio Navarrete; al Cabo Primero del Ejército, Mario Alberto Marín Franco; al Cabo Segundo de Infantería de Marina, Jean Peña Guarnido.

Además, falleció a consecuencia de las heridas sufridas por los terroristas, el Cabo Primero del Ejército, Ernesto Cotes Samuel, quien era trasladado al hospital de Medellín.

Están heridos, en condiciones que los médicos aprecian estables y los médicos están optimistas: el Cabo del Ejército, Heriberto Aranguren González y el Suboficial de Infantería de Marina, Antenor Biella.

Resultó totalmente ileso el Sargento Viceprimero del Ejército, Pedro Guarnizo Obando.

Todos ellos estaban secuestrados por este grupo terrorista de la Farc y llevaban mucho tiempo en el cautiverio.

La Fuerza Pública había conocido informaciones diversas sobre posibles sitios donde se encontraban los secuestrados. En las últimas semanas, la IV Brigada de Medellín recibió otra información, todo lo cual le permitió a nuestras Fuerzas organizar un operativo que se diseñó con el mejor cuidado de planeación y se propusieron a aplicarlo con toda la prudencia para minimizar el riesgo de las víctimas.

Las víctimas estaban en un lugar de la selva que uno no se lo alcanza a imaginar.

Esta tarde llegamos al sitio la señora Ministra de la Defensa (Marta Lucía Ramírez), el Fiscal General de la Nación (Luis Camilo Osorio), los Altos Mandos Militares y yo. A esta hora, la Fiscalía está realizando allí todas las diligencias para poder traer los cadáveres a la ciudad de Medellín. El sitio es de una topografía escarpada, de selva total, incomunicada.

Tan pronto conocimos el asesinato de tantos y tan apreciados colombianos, tomamos la decisión de proceder de la siguiente manera:

Primero, que se le diga toda la verdad al país y de una vez. Nada de verdades a traguitos.

Segundo, que tengamos todo el respeto por la crítica.

Y tercero, que mantengamos toda la firmeza y convoquemos a los colombianos para templarnos más en la fortaleza necesaria para derrotar el terrorismo que tanto maltrato le ha causado a nuestra Patria.

Quiero decir a los familiares de los heridos que nosotros pudimos conversar ahora con ellos en el hospital de San Vicente, que van a ser intervenidos quirúrgicamente esta noche, pero el parte médico es bueno y dan unos testimonios donde muestran su alegría de poder regresar a la libertad.

Voy a pedirle al señor general Carlos Alberto Ospina, comandante del Ejército, y al señor general Hernando Alonso Ortiz, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra) que informen a ustedes, compatriotas, todos, en detalle lo que ha tenido que ver con este operativo.

Los dejo, pues, inicialmente en la compañía del señor general Carlos Ospina.

General Carlos Alberto Ospina, comandante del Ejército Nacional: En el día de hoy, cinco de mayo de 2003, el Ejército Nacional desarrolló una operación en el sector limítrofe entre Antioquia y el Chocó, con el fin de rescatar a unos posibles secuestrados que de acuerdo a la inteligencia militar habían sido localizados en ese lugar.

Esta información fue evaluada, analizada y estudiada cuidadosamente y se llegó a la conclusión de que posiblemente era cierta y que entre las personas que se encontraban secuestradas en ese lugar se hallaban algunos miembros de las Fuerzas Militares y los doctores Echeverri y Gaviria.

Con base a esta información se planeó una operación para la cual fue seleccionada la Brigada de Fuerzas Especiales, que es una unidad entrenada, especializada y con mucha experiencia en este tipo de operaciones en lo profundo de la selva.

La Brigada realizó un planeamiento que fue presentado al Comandante del Ejército y fue revisado, corregido varias veces, hasta que finalmente se consideró que el plan para esta operación era lo suficientemente bueno y se ordenó su realización.

Los detalles del desarrollo de la operación los va a exponer el señor general Ortiz, Comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido y comandante en el terreno de esta operación.

Antes de que él hable yo quiero enfatizar tres puntos. Primero, que en todo, no hubo ningún combate. En ningún momento los soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido de la Brigada de Fuerzas Especiales entraron en combate, porque los bandidos de las Farc, al percatarse de la presencia de estos soldados, los asesinaron y huyeron del lugar.

En segundo lugar, ningún soldado de nuestra unidad disparó su arma porque no encontró bandidos y, por el contrario, únicamente encontraron los cadáveres de los secuestrados que habían sido asesinados.

En tercer lugar, el plan preveía que en su aproximación los soldados harían uso de algunos altavoces que llevaban, con el propósito de persuadir a los bandidos de que se entregaran y pusieran en libertad a los secuestrados.

En nombre del Ejército Nacional, quiero presentar mis sinceras y sentidas condolencias a las familias Echeverri, Gaviria y las demás familias de nuestros hombres, cobardemente, asesinados en el día de hoy.

Pero también quiero reiterar ante el pueblo colombiano nuestra inquebrantable voluntad de seguir adelante en esta lucha hasta conseguir la tranquilidad para Colombia.

General Hernando Ortiz, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra): La Fuerza de Despliegue Rápido ha desarrollado una operación en el día de hoy que a continuación voy a reseñar.

La semana anterior se obtuvo una información sobre la existencia de un campamento en área limítrofe de los departamentos de Antioquia y Chocó, jurisdicción del municipio de Murindó, parte selvática que divide los departamentos anteriormente mencionados.

La información daba cuenta de la presencia de un campamento en el que estaban albergadas 13 personas secuestradas, entre las cuales podría estar el señor Gobernador del departamento de Antioquia y el señor ex Ministro de Defensa Nacional, así como oficiales y suboficiales secuestrados en años anteriores.

El terreno bastante abrupto, difícil, selvático, se materializa en el sector de los municipios de Urrao, Murindó, específicamente en el río Murrí, que corre de sur a norte y que vira al occidente para desembocar en el río Atrato. De igual manera, el río Curbatá y la quebrada Papayal conforman el panorama geográfico del sector.

Se tenía una información de la presencia allí de aproximadamente 100 terroristas en el sector, en inmediaciones al río Murrí, río Curbatá, pero específicamente la presencia entre 15 y 20 terroristas de esta banda subversiva en el sector que daba cuenta del campamento.

Analizada la información, se hace el planeamiento muy detallado. Como ya fue reseñado por el señor Comandante del Ejército, hasta el punto de prever megáfonos para dar instrucciones a los secuestrados una vez en el área, a fin de preservar su vida y lograr que los terroristas desistieran de hacer uso de sus armas, se entregaran y facilitaran el rescate de nuestros secuestrados.

Para esta operación tuvimos el apoyo de cinco helicópteros Black Hawk, dos helicópteros Arpía, un avión EC-47 y otro helicóptero de comando y control, concretando así una primera rotación –que voy a explicar- con 75 hombres que llegaron al sector.

Para orientar a los televidentes, la operación se inicia en la guarnición de Tolemaida –guarnición sede de las Fuerzas Especiales- un desplazamiento aéreo al aeropuerto de Rionegro y de allí hasta la localidad de Urrao por vía terrestre.

Entre Urrao y el sitio de los hechos hay 55 kilómetros y un tiempo aproximado de 18 minutos de desplazamiento en helicóptero. Concretamos acá (muestra el mapa) el sector y en el planeamiento determinamos lo que llamamos tres áreas de desembarque a donde iban a llegar las tropas: La Oro, La Plata y La Bronce en el sector de interés, en inmediaciones al objetivo o al campamento del cual dábamos cuenta.

Como lo dije anteriormente, utilizamos en el primer desembarco 75 hombres en los helicópteros Black Hawk que estaban debidamente dotados para descenso por el sistema de soga rápida, dado que lo abrupto del terreno era de difícil acceso y los helicópteros no podían aterrizar.

El Batallón de Fuerzas Especiales Número 2 que ejecutó la maniobra está debidamente entrenado, equipado, para este tipo de operación, para lo cual, hecho el planeamiento, se hicieron varios ensayos.

Una vez desembarcadas las tropas en los tres sitios, estimamos entre 50 minutos y una hora para acceder al lugar del campamento, tiempo que fue reducido a 30 minutos aproximadamente, en razón a que no obtuvimos resistencia de los terroristas. Es decir, la tropa en ningún momento combatió, porque los terroristas no opusieron resistencia.

Una vez llegado al lugar, a los 30 minutos de hecho el desembarco, el Mayor Comandante del Batallón informa de lo que había encontrado: nuestros secuestrados asesinados, encontró unos heridos, los cuales procedimos a evacuar hacia Medellín, uno de los cuales durante el trayecto falleció.

Los heridos y el ileso, como el señor Presidente y el señor Comandante del Ejército lo explicaron, dan cuenta de la forma en que fueron asesinados los secuestrados. Ellos nos han contado cómo el terrorista alias ‘El Paisa’ ordenó asesinar a los secuestrados en el lugar donde se encontraban cautivos.

Quiero decirle al país, reiterarle que la tropa utilizada para esta operación es altamente calificada y entrenada, que están a la altura de las mejores fuerzas especiales del mundo, que su valor, arrojo, experiencia y capacidad nos permiten acceder a cualquier lugar de la geografía nacional.

Lamentamos profundamente la pérdida irreparable de estas 10 vidas. En esta oportunidad y quiero manifestar que la moral de los hombres de la Fuerza de Despliegue Rápida es muy alta y nos anima a seguir trabajando para entregarle al país un mejor mañana lleno de sosiego, paz y tranquilidad.

Ricardo Galán Osma, Secretario de Prensa de la Presidencia de la República: Esta noche, poco antes de esta transmisión, el señor Presidente, la señora Ministra de la Defensa, los Altos Mandos y el Fiscal visitaron el hospital San Vicente de Paúl, donde están los heridos. Una cámara de Telemedellín –un canal local- logró dos testimonios.

El primero de ellos y que ustedes van a ver (es importante que los televidentes sepan que estas imágenes están sin editar, uno por falta de tiempo y dos porque hemos preferido que salgan al aire tal cual se presentaron y se lograron los testimonios por parte de los periodistas y camarógrafos de Telemedellín, a quienes además les damos las gracias) es el de Agenor Enrique Vieyar Hernández. Él es un miembro de la Infantería de Marina de la Armada Nacional, llevaba tres años y medio secuestrado y este es su testimonio:

Cabo: Buenas noches, soy el Cabo Primero de Infantería de Marina, Agenor Enrique Vieyar Hernández, pertenezco al Batallón de Fusileros de Infantería de Marina Número 6. Fui secuestrado en la toma de Juradó, Chocó.

Periodista: ¿Qué pasó hoy, cómo fue el operativo, ustedes en donde se encontraban en ese momento y a qué hora se presentaron los hechos?

Cabo: Pues como de costumbre estábamos reunidos, uno estudiando inglés con el señor Gobernador de Antioquia, yo me encontraba –en ese momento cuando pasaron los helicópteros- en el orinal, entonces nos ordenaron que nos quedáramos todos en los cambuches, entonces nosotros nos pusimos a empacar lo de nosotros por si había que salir.

Como a los cinco minutos dieron la orden que no dejaran ni uno vivo, que nos mataran a todos y el doctor Gilberto y yo, cuando sonó tres disparos, me tiré al piso y el doctor Gilberto cayó herido encima de mí y gritaba y lo remataron y me pegaron un tiro en la pierna pero como no me moví pensaron que estaba muerto.

Periodista: ¿Hubo algún disparo de la Fuerza Pública en ese momento?

Cabo: A los 20 minutos llegó el Ejército, Las Fuerzas Especiales Número 2 con megáfono diciéndole a los guerrilleros, invitándolos a entregarse, que entregaran los secuestrados, que les perdonaban la vida y no hubo ninguna necesidad de ningún disparo.

Periodista: ¿O sea que no hubo fuego cruzado en ningún momento?

Cabo: No, en ningún momento. Todo fue una masacre de las Farc.

Periodista: ¿Hubo advertencia por parte de las Fuerzas Militares cuando llegaron a los 20 minutos del operativo?

Cabo: Pues por el megáfono gritaban que se entregaran, que les perdonaban la vida, pero no había un solo guerrillero. Ya no había guerrilla, habían salido hacía 20 minutos.

Periodista: ¿Cuántos hombres lo estaban custodiando a usted?

Cabo: A nosotros nos custodiaban alrededor de 50 guerrilleros, pero en ese momento había máximo 20 ó 25 porque habían salido unos con leishmaniasis a buscar la droga y había unos comprando víveres, estábamos mal de víveres.

Periodista: ¿Y usted volvería a vestirse el uniforme para defender a Colombia en algún momento si así se presentara?

Cabo: Siempre me he sentido orgulloso de ser Infante de Marina y, claro, apenas pueda vuelvo a las filas.

Periodista: Bueno, ojalá se recupere mucha fuerza de voluntad y para adelante. ¿Algún mensaje que le quiera dar a los colombianos y sobre todo a sus compañeros que en este momento están liderando diferentes batallas en distintos puntos del territorio colombiano?

Cabo: A mis compañeros que felicitaciones porque he escuchado las noticias y van muy bien. Que así como van, van muy bien, respetándoles la vida a los guerrilleros que se entregan, porque muchos de ellos están aburridos y se quieren entregar, entonces eso, los felicito por eso.

Y a todos los colombianos, que apoyemos al Presidente. Tenemos Presidente, que este es el Presidente que necesitábamos y mi a familia que no se preocupen, que gracias a Dios estoy bien.

Periodista: ¿Lo que se presentó hoy fue una orden directa de ejecución por parte de la guerrilla?

Cabo: Una orden directa, a viva voz de alias “Paisa”, comandante de las Farc. El mismo que secuestró al Gobernador de Antioquia y a su Comisionado de Paz.

Periodista: ¿Qué orden dio?

Cabo: Dio la orden que no dejaran uno vivo, que no dejaran uno solo vivo.

Periodista: ¿Había alguien allá que tuviera problemas de salud? ¿Por ejemplo leishmaniasis? ¿Había buena atención, qué pasaba?

Cabo: Yo estoy enfermo de lesmaniasis en la frente y en el brazo, junto con el Cabo Marín y muchos guerrilleros. El doctor Gilberto había salido de una gripa pero estaba bien, los dos civiles estaban bien, el Gobernador y el doctor Gilberto. Había uno con paludismo que era mi Teniente Patria, había recién salido del paludismo.

Periodista: ¿Los atendían, les prestaban la atención suficiente en condiciones normales humanitarias?

Cabo: Pues mientras hubiera droga nos atendían y siempre y cuando alias “Paisa” estuviera de buen humor, porque él es muy resentido con la Fuerza Pública, él a veces sicológicamente nos trataba mal.

Periodista: ¿Hubo alguna vez alguna intención de liberarlo?

Cabo: Varias veces. En una estábamos cerca de Dabeiba en una operación, me acuerdo que se llama Héroes de Urabá, llegó la Fuerza de Despliegue Rápida pero alcanzamos a salir, la guerrilla nos mandó que empacáramos y saliéramos corriendo y estuvieron cerca, cerca, pero no como ahora. Esta fue, mejor dicho ahí mismo, no hubo tiempo de nada, entonces los mataron.

Periodista: ¿Cómo le curaban la leishmaniasis?

Cabo: Bueno, al principio me tenían un cuchillo caliente al rojo vivo en la frente y me trataban, la tapaban con panela derretida al calor, con candela. Ya después me echaron cera caliente, cera de abeja caliente, ellos le llaman canturrón y así nos la estaban tratando.

Periodista: ¿O sea que ustedes estaban en condiciones infrahumanas?

Cabo: Sí, pero eso era lo único que había, no había más.

Periodista: ¿Qué mensaje le envía a sus compañeros?

Cabo: Quiero mandarle un mensaje a mis compañeros de Infantería de Marina: que ahora sí vamos por dónde es, que tenemos un buen Presidente, que felicitaciones porque estamos bien.

Y a los soldados del Ejército de Colombia, Policía, Fuerza Aérea: felicitaciones y los invito a seguir con la lucha, que la vamos a ganar.

Ricardo Galán Osma, Secretario de Prensa de la Presidencia de la República: Esta entrevista fue lograda por un periodista y un camarógrafo de Telemedellín, quien nos las ha cedido cordialmente, cortésmente y se han transmitido sin editar.

Ahora vamos a transmitir el testimonio, también sin editar, del Sargento Segundo, Humberto Aranguren González. Él pertenece al Ejército Nacional.

Este testimonio fue logrado en el Hospital San Vicente de Paúl en la ciudad de Medellín, a donde fue esta noche el señor Presidente de la República, la señora Ministra de la Defensa, los Altos Mandos militares, el señor Fiscal General de la Nación.

El reporte médico, según lo contó el señor Presidente hace algunos momentos, indica que están estables, que van a ser tratados quirúrgicamente esta noche y que para buena nueva a sus familias, están fuera de peligro.

Este Sargento Segundo, Humberto Aranguren González, llevaba cuatro años secuestrado, estaba en compañía del gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, del señor ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri y de otros militares –que si los televidentes recuerdan- solían salir en los testimonios que entregaban las Farc sobre su supuesto estado de superviviencia,

Este es el testimonio del sargento Humberto Aranguren González.

Presidente, Álvaro Uribe Vélez: ¿Cómo se siente mi Sargento?

Sargento: Bien, señor Presidente, muchas gracias señor Presidente

Presidente de la República: ¿Cuánto llevaba allá?

Sargento: Cuatro años. Cuando sentimos los helicópteros nos recogieron en la casa que nos tenían y la orden era que si la tropa descargaba, nos mataban.

Presidente de la República: ¿Y a sangre fría los mataron? ¿La tropa disparó?

Sargento: No, ellos mataron a mis compañeros y salieron corriendo.

Presidente de la República: ¿Y su familia de dónde es, ya habló con ellos? Lo vamos a dejar porque lo van a intervenir quirúrgicamente, que le vaya muy bien, le pedimos a Dios que se recupere prontamente y vamos a quitarle al país la plaga de estos bandidos.

Sargento: Gracias a Dios salimos vivos para contar esta historia y para contarle al país la clase de gente que son ellos. En estos cuatro años aprendí a querer más a mi Institución (el Ejército Nacional).

Periodista: ¿Hay algún mensaje que le quiera dar a sus compañeros?

Sargento: Que adelante, que vamos a ganar la guerra, esta guerra la ganamos.

Presidente de la República: Bueno, se tiene que cuidar unos diítas, pero con la ayuda de Dios lo reparan totalmente

Sargento: Aquí en Medellín hay buenos mecánicos.

Presidente de la República: Saludes a la familia, hombre.

Sargento: Gracias señor, Presidente

Ricardo Galán Osma, Secretario de Prensa de la Presidencia de la República: Este era el testimonio del Sargento Segundo Humberto Aranguren González, del Ejército Nacional, les repito, imágenes y entrevista sin editar.

Presidente de la República: Compatriotas, el señor general Mario Montoya, Comandante de la IV Brigada se quedó esta tarde en la selva para apoyar toda la acción de la Fiscalía.

También, el oficial de nuestra Fuerza Pública que resultó ileso, gracias a Dios, Pedro Guarnido Valle, Sargento Viceprimero del Ejército. Se le pidió a él que le diera su testimonio con total espontaneidad a la Fuerza Pública porque, repito, hemos querido que estos dolorosos hechos el país los conozca en su absoluta verdad.

Hoy habíamos inaugurado el Batallón de Alta Montaña en Cali, recibimos allí la noticia del asesinato de estos colombianos, nos trasladamos a Medellín, a Urrao y a la selva y la decisión tomada en el avión y en los helicópteros fue de tres puntos que ya se los había relatado a ustedes esta noche: que el país conozca la verdad absoluta y de una vez, no gota a gota.

Segundo, respetar la crítica, respetar los reclamos. Tercero, firmeza, firmeza para persistir en la lucha que nos conduzca a derrotar el terrorismo.

Quiero recordar que no hubo un solo disparo de la Fuerza Pública, que el terrorista apodado ‘El Paisa’, quien había secuestrado al doctor Gilberto Echeverri y al doctor Guillermo Gaviria en una marcha de paz, es el mismo que ordenó asesinarlos cuando la Fuerza Pública no había hecho un sólo disparo.

Muchos colombianos han venido pidiendo el acuerdo humanitario, todos quisiéramos el acuerdo humanitario, lo que tenemos que hacer es pensar las condiciones en que deba darse.

Como candidato presidencial y durante las primeras semanas de Gobierno, sostuve la tesis que un acuerdo humanitario tenía que ir acompañado de un cese de hostilidades, de la iniciación de un diálogo serio, conducente a un proceso de paz, de la mediación de Naciones Unidas.

Más tarde, al hablar con el Secretario General de las Naciones Unidas, el señor Kofi Annan, también con el Presidente de Francia –con quien me entrevisté como Presidente electo-, con el Ministro de Relaciones de Francia –con quien he hablado sobre el tema varias veces- y con familiares de los secuestrados, el Gobierno –por mi conducto- aceptó introducir una variación: desvincular la posibilidad de un acuerdo humanitario de la exigencia de un proceso de paz.

Y entonces definimos unas condiciones para que ese acuerdo humanitario pueda ser conveniente para el país. Esas condiciones no las he definido por capricho, no las he definido por soberbia, las hemos querido definir con argumentos, razonablemente, porque nosotros tenemos la responsabilidad de que el acuerdo humanitario no entorpezca nuestra política de orden público.

Hemos pedido que en cualquier circunstancia tengamos los buenos oficios de las Naciones Unidas. ¿Por qué? Porque en el pasado este grupo terrorista de las Farc siempre les respondió con más violencia a los gobiernos que generosamente le dieron la oportunidad de hacer la paz.

Este grupo terrorista aplicó bien la interpretación que Stalin hizo de Maquiavelo, según la cual, cuando el adversario tiene un gesto de generosidad, no se debe tomar como generosidad sino como debilidad, se debe aprovechar para armarse más y para golpear.

Ha sido la crónica de mala fe de las Farc cuando quiera que ha tenido oportunidades para hacer la paz.

Colombia necesita en todos estos procesos el ente supranacional: las Naciones Unidas, que garantice la seriedad del proceso, que garantice que no haya engaños a las instituciones democráticas, que garantice que esos procesos no sirvan para alimentar el terrorismo sino para conducir a la paz y que también le de un testimonio objetivo a la comunidad internacional, porque este grupo terrorista de las Farc ha sido especialista en engañar a la opinión internacional.

Hoy mismo ha producido varios comunicados diciendo que hubo un desembarco de no sé cuántos hombres, en otra parte dicen que un bombardeo, que estos colombianos fueron asesinados en el fuego cruzado. ¡Falso de toda falsedad! Han mentido hoy, una vez más, de la misma manera que han mentido a lo largo de su historia terrorista. Por eso necesitamos los buenos oficios de Naciones Unidas.

La otra condición ha sido que se libere a todos los secuestrados, lo tengo que pedir, es mi deber como Presidente de Colombia. Yo no puedo categorizar los secuestrados, no puedo decir ‘hay secuestrados de primera, de segunda, de tercera’, mi responsabilidad es buscar la liberación de todos. Esa es la razón para exigir esa condición.

Una tercera: el país no puede entrar a conceder zonas de despeje y desmilitarizaciones, al contrario, lo que nos reclaman los colombianos es fortalecimiento creciente de la Fuerza Pública para que la Fuerza Pública pueda recuperar la soberanía de la Patria en todos los lugares del territorio.

Nosotros –como lo decía esta mañana a una cadena radial- estamos dispuestos no a conceder desmilitarizaciones ni a conceder despejes que tanto daño han hecho, sino a buscar, por ejemplo con la Cruz Roja, un mecanismo de facilitación para que nos entregue a los secuestrados.

Las Farc, habilidosamente, en los últimos días han omitido la exigencia de la desmilitarización para engañar a muchos colombianos, pero siempre refiere a su comunicado de febrero y en esos comunicados pidió la desmilitarización de dos departamentos de Colombia.

¡Qué tal! Una de las primeras determinaciones que tomé después del 7 de agosto del año pasado fue exigir que el Ejército de Colombia entrara a todos los sitios del territorio, incluidos los famosos laboratorios de paz. No puede haber laboratorios de paz para que sean imperio de los violentos, para que excluyan la presencia de la Fuerza Pública.

La Farc ha pedido que se libere a todos los guerrilleros que están en las cárceles, son casi 5 mil. Nosotros tenemos limitaciones constitucionales y legales, hoy no tenemos la facultad jurídica de liberar a aquellos que están por delitos atroces y supongamos que vamos a liberar a aquellos que no están en las cárceles por delitos atroces, aquellos a favor de los cuales podría caber una excarcelación, ese tema lo tenemos que manejar en armonía con la política de orden público.

¡Qué tal, compatriotas, que como Presidente, para facilitar el intercambio humanitario, permita que 600 ó 1.000 guerrilleros de las cárceles para regresar a la guerrilla! ¡Eso sería desastroso para Colombia! Por eso hemos dicho que aquellos guerrilleros que llegaren a salir de las cárceles deben darle a Colombia la garantía de que no se van a reintegrar a los grupos violentos a apoyar las acciones terroristas de estos grupos y que una manera efectiva puede ser a través del compromiso de un país amigo –así lo propusimos a Francia- que los acoja y asuma la responsabilidad de tenerlos allí, bajo su tutoría para dar a Colombia la garantía de que no van a regresar a delinquir.

La política de orden público es una política prioritaria hoy en Colombia. Esta seguridad que buscamos, la hemos denominado Democrática porque es para derrotar el terrorismo a favor de todos los colombianos, es para proteger al empresario y al obrero, es para proteger al pobre y al rico, es para proteger al líder gremial y al líder sindical, es para proteger al amigo del Gobierno y al crítico del Gobierno. Esta política la necesita Colombia para deshacerse de esa plaga que es el terrorismo.

Y esa política de orden público necesita muchos elementos, déjenme referir a tres: necesita claridad en el mando, necesita claridad en el objetivo y en la visión, ¿en qué queda eso?, ¿yo libero unos guerrilleros para que regresen a delinquir? No. Estaría afectando totalmente la claridad en el mando, estaría dando a la Fuerza Pública y a ustedes –compatriotas- un mensaje equivocado.

Esta política de orden público necesita una alta motivación de nuestros soldados y de nuestros policías. Esta mañana, cuando recibíamos la mala noticia, nos encontrábamos lanzando el Batallón de Alta Montaña en los cerros de Cali, batallón Rodrigo Lloreda Caicedo y decía allá que si algo bueno tiene hoy nuestra Patria es la motivación, la disposición, el propósito, la energía de nuestra Fuerza Pública, comprometida con entusiasmo a rescatar nuestra paz.

Esta mañana, cuando yo daba las gracias a los papás y a las mamás de estos muchachos integrantes del Batallón de Alta Montaña de Cali y les decía que: en nombre de todas las familias de Colombia sentíamos una inmensa gratitud con las familias de ellos, porque estaban haciendo ese esfuerzo y ese sacrificio, veía en las caras de todos un compromiso alegre, una alta motivación para darle la paz a Colombia.

¡Que tal compatriotas, que mañana o pasado mañana salgan 600 ó 1.000 guerrilleros de las cárceles para regresar a delinquir!, destruiríamos la motivación de nuestra Fuerza Pública. Eso no se puede permitir.

Por eso creemos que es razonable la exigencia de que aquellos guerrilleros que llegaren a salir de las cárceles no puedan regresar a delinquir, que se pongan bajo la tutoría de un país amigo.

¡Claro que nos duele! ¡Nos duelen las familias colombianas!

Miren, desde el aeropuerto de Urrao llame esta tarde a doña Martha Inés Pérez, la esposa del doctor Gilberto Echeverri, no me salían las palabras. Sentía mi responsabilidad de Presidente de darle esta noticia a una familia a quien conozco desde niño, a quien tanto quiero. Para mí es un golpe muy duro que Gilberto Echeverri muera en estas circunstancias, siendo yo Presidente. Y esa llamada la hice con dolor.

Llamé al Gobernador de Antioquia a contarle esto y a pedirle que hiciera otra llamada. A esta hora no he podido llamar, porque no he tenido todavía fuerzas, a mi buen amigo, el doctor Guillermo Gaviria Echeverri, padre del gobernador Guillermo Gaviria Correa.

Estamos llamando con dolor a los familiares de nuestros suboficiales asesinados.

En Colombia, el 50 por ciento de las familias ha sufrido estos duelos. Cómo nos ha golpeado el terrorismo, ¡por eso lo tenemos que derrotar! Y por eso tenemos que saber que el dolor por lo que ha ocurrido con tantos secuestrados, el afán de tener un acuerdo humanitario para liberarlos, no nos puede llevar a afectar la política de orden público. Yo no puedo desmotivar la Fuerza Pública.

De ahí que hemos exigido unas condiciones que consideramos totalmente razonables.

Colombia tiene que derrotar dos enemigos: tiene que derrotar el terrorismo. Y tiene que derrotar la corrupción. Que haya debate con grupos empresariales, que haya debate con grupos sindicales, que haya debate sobre política económica, que haya debate sobre reforma política, está bien, nuestra democracia es pluralista y eso nos honra.

Y queremos manejar el debate sobre todos los temas, solamente apelando a los argumentos, con gran respeto por la idea contraria, para que el 7 de agosto del 2006 podamos entregar un país más unido, un país más próspero, más solidario.

Pero, aquello en lo que tiene que haber total firmeza, determinación sin claudicaciones, es en la derrota de los terroristas y en la derrota de la corrupción.

Nuestra Fuerza Pública está haciendo crecientes esfuerzos para perfeccionar sus operaciones, para dar resultados por el bien de todos ustedes, mis compatriotas.

Y esta política de Seguridad Democrática tiene otro elemento que la caracteriza: la generosidad para la deserción.

La generosidad para recibir a aquellos que un día estuvieron en el camino equivocado de los grupos violentos y que toman la decisión de regresar a vivir con nosotros en la vida constitucional. Desde el mes de agosto hasta la fecha, se han entregado centenares de colombianos de los grupos violentos, los hemos recibido con cariño, los hemos recibido con afecto, estamos apostando a que esos colombianos sientan la plenitud de las oportunidades.

Hace una semana en Cartagena, la Ministra de la Defensa y los Altos Mandos acudían con el jefe del frente de las Farc de Santander, quien se acogió a la política de desmovilización. Cuarenta años de edad, 20 en la guerrilla. Me decía: ‘qué lucha tan infructuosa, qué cosa tan grave matar colombianos para empeorar el país’. Me contaba cómo no pudo conocer a sus hijos, cómo se le desintegró su familia.

Y hemos conocido el testimonio de niñas que han desertado porque las tuvieron en la guerrilla por coacción, las obligaron a la prostitución, las obligaron al aborto.

Hemos tenido el testimonio de jóvenes en la guerrilla porque los ilusionaron con negocios y con pagos, defraudados de que no les cumplieron. Otros, porque amenazaron a sus padres de que los fusilaban si sus hijos no seguían la causa de estos delincuentes.

A todos esos colombianos engañados por los grupos violentos, los llamo hoy a que dejen estas organizaciones. Delante de ustedes, compatriotas, asumo la responsabilidad de buscar todos los medios para dar a los colombianos que se desmovilicen de los grupos violentos la plenitud de las oportunidades. Lo vamos a lograr.

Nosotros queremos derrotar los matones profesionales, nos estamos preparando para ir detrás del señor Marulanda y del señor Briceño, para que este país, paso a paso, derrote estos matones profesionales, quienes han posado tantas veces de señorones con discursos engañando a la dirigencia política del país e internacional.

A esos matones profesionales hay que derrotarlos y a todo ese grupo de colombianos, por ellos engañado, hay que atraerlos.

Hace 8 días le dije a Rafael –cuando tuvimos ese encuentro en Cartagena-: Rafael ¿usted cuándo tomó esta decisión? Y me dijo: ‘el viernes’. Le estiré la mano y le dije: hasta el viernes, mano dura. Desde el viernes, corazón grande, Rafael.

Nosotros no tenemos interés de capturar unos inocentes, de mostrarlos de piyamas de raya en cárceles subterráneas, bajo tierra, enjaulados. Aquí hay tanta decisión para derrotar el terrorismo, como tanta decisión para facilitar la reconciliación, para facilitar la desmovilización, para recuperar el imperio de los derechos humanos.

Compatriotas: en medio del dolor, quiero pedir a ustedes que no desfallezcamos en la tarea de derrotar los terroristas. Vamos a reincorporar a quien salió ileso, a curar a quienes están heridos, a pedirle a quienes han sido asesinados que desde el Cielo nos ayuden para cumplir bien esta tarea.

En este momento de dolor, Colombia no se puede rendir. Ahora es que tenemos que fortalecer nuestra decisión de derrotar el terrorismo, ¡derrotemos el terrorismo!

Ese terrorismo todos los días nos roba inversión, ese terrorismo nos quita posibilidades de empleo, ese terrorismo todos los días condena a la gente pobre a ser más pobre y a Colombia a vivir en más atraso. Yo sé que lo podemos derrotar.

Un pensador decía que el valor superior es el coraje porque del coraje se derivan los otros valores. En esta hora de dolor, en esta hora que nos desgarra a todos, compatriotas, coraje para que derrotemos el terrorismo.

Mis condolencias sinceras a las familias de quienes han muerto.

La Fuerza Pública planeó esta operación con toda responsabilidad y con toda prudencia. El señor general Mora (Jorge Enrique, comandante de las Fuerzas Armadas) llamó a la señora Ministra de la Defensa y ella a mí. Esto fue consultado, yo no puedo eludir responsabilidades. Las asumo.

Buenas noches, compatriotas.

 
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