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ANIVERSARIO 84 DE LA FUERZA AÉREA
¡LIMPIEZA Y VOLUNTAD POLÍTICA SON LAS CONSIGNAS DE LA HORA!

Noviembre 07 de 2003 (Villavicencio - Meta)

Compatriotas:

Nos reunimos esta noche, aquí donde se confunden la cordillera y la llanura, en Apiay, en este corazón de la Patria, de la historia, del presente y del futuro, para celebrar un nuevo aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana.

Quiero saludar a todos sus integrantes, desde el general Edgar Lesmes Abad, su comandante, hasta el más joven de los alfereces. Quiero agradecer a todos su inmenso sacrificio, su recia voluntad para derrotar el terrorismo, su infinito amor a Colombia.

Nos congregamos esta noche para que, en esta celebración, entreguemos, en nombre de la Patria, condecoraciones fundamentales a quienes la han servido bien. La Orden de Boyacá en un nuevo grado, a los generales Carlos Alberto Ospina, comandante del Ejército; Edgar Lesmes Abad, comandante de la Fuerza Aérea y al brigadier general Ricardo Rubianogroot Roman. A ellos, a sus familias, nuestro saludo de gratitud. Este escalafón de la Orden de Boyacá, es el sentimiento de la Nación heredado del Libertador para premiar sus esfuerzos.

En quienes llevan las armas de la República, estas medallas constituyen la única prueba material del honor. El honor en su conjunto es un inmaterial, es un intangible, queda en el corazón, en la gratitud que se grava en el alma de cada colombiano.

Y entregamos la Orden al Mérito Militar Antonio Nariño a los brigadieres generales Jorge Luis Castro Martinez y Jorge Enrique Parga Parga. Y la Cruz de la Fuerza Aérea Colombiana al Mérito Aeronáutico, en categoría de Gran Oficial, al Mayor General Luis Eduardo Barbosa Hernández, al Vicealmirante Manuel Guillermo Rincón Bolívar, al Mayor General Luis Alfredo Rodríguez Pérez, al Contraalmirante Edgar Augusto Cely Núñez, al Contraalmirante Juan Pablo Vergara Loboguerrero, al Brigadier General Alonso Arango Salazar y a la Patrulla Aérea Civil de Bogotá.

Y esa misma Cruz al Mérito Aeronáutico, en categoría de Comendador, al Coronel del Ejército de los Estados Unidos, William Graves; al coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Robert Silvestri Col; al coronel de la Fuerza Aérea Española, José Ruíz Befane y a los doctores Alfonso Ávila Velandia y Álvaro Cote Hernández.

Entregamos la condecoración Servicios Distinguidos en Orden Público a los capitanes Diego Hernán Ospina Mora, Fernando Correa Duque, Ricardo Hernán Cortés Torres y a los tenientes Robert Santiago Quiroga Cruz, Luis Miguel Díaz Ríos, Giovanni Alejandro Duque Jiménez y Luis Fernando Escobar Nieto.

Y la medalla militar Marco Fidel Suárez en recuerdo del Ex Presidente a quien formalmente se le reconoce la fundación de la Fuerza Aérea Colombiana, la entregamos al comandante de las Fuerzas Militares, al general Jorge Enrique Mora Rangel, a Stephan Milliken de la Misión de los Estados Unidos -que tanto nos ha ayudado-, al científico Jorge Reynolds. La entregamos de manera póstuma al coronel Álvaro González, en las manos de su señora María Clara. El Coronel González, creador del himno de la Fuerza Aérea y al doctor Said Calmes. Y entregamos la Medalla Militar Al Valor al Mayor Miguel Angel Cabrera Albornoz y al Teniente Subjefe, Rafael Emilio Londoño Sánchez.

Como me siento de honrado, como Presidente de la República, de poner en el pecho de los servidores de la Nación estas condecoraciones.

A aquellos que de países amigos han venido a ayudarnos, nuestra infinita gratitud. Su ayuda significa su comprensión que esta amenaza terrorista hoy afecta a Colombia, mañana a cualquiera de las naciones democráticas. La ayuda de ellos y su presencia es la prueba de que las democracias del mundo están con nosotros en esta batalla. Su valor, su generosidad para hacernos sentir a los colombianos que han escogido a Colombia como su segunda Patria, nos fortalece más la determinación de derrotar el terrorismo.

Quiero destacar todas estas condecoraciones y expresarles a ustedes una sensación que cruzó por mi alma. Cuando entregaba las condecoraciones Servicios Distinguidos en Orden Público y Medalla al Valor, al estrechar las manos de los condecorados, veía allí la esperanza de la Patria, una juventud comprometida sin reservas a derrotar el terrorismo, dije a cada uno de ellos: con ciudadanos como usted, derrotamos el terrorismo, usted es una esperanza de la Patria. Al estrechar esas manos sentía el valor de la democracia, sentía la firmeza de acero, sentía la pureza del oro, sentía la razón de la ilusión de la Patria.

No hay terrorista que pueda sobrevivir cuando tenemos colombianos como aquellos que hemos condecorado esta noche por su arrojo, por su valor, por su exposición al sacrificio, por su determinación para derrotar el terrorismo. ¡Qué bueno constatar que tenemos compatriotas de esta dimensión en el seno de nuestra Fuerza!

Hoy tuvimos la oportunidad de conversar con ciudadanos del mundo y de nuestras democracias como el maestro, escritor, vigía de la democracia universal, Mario Vargas Llosa y deliberábamos sobre la manera como estamos en Colombia enfrentando el terrorismo. Las palabras con que sellamos aquella conversación fueron dos: aquí hay toda la voluntad política de derrotarlo y toda la voluntad política para proceder con limpieza para honra del pueblo colombiano ante la faz del mundo.

¡Limpieza y voluntad política son las consignas de la hora! Limpieza para que no se altere la democracia. Limpieza para que se reconozca. Limpieza para no tener declives frente a los violadores de la ley. Limpieza para no tener tentaciones de la vía fácil, de la violación de los derechos humanos. Limpieza en la mente y en la acción para servir bien a nuestros compatriotas. Limpieza para manejar con pura convicción los recursos del Estado. Limpieza para querer, sin nubarrones, esta Nación, para quererla infinitamente.

Voluntad política para vencer todas las dificultades y los obstáculos, para cancelar en el calendario de las personas nuestras, la noción de festivos y de nocturnos, la noción de horas extras y de dominicales, la noción de vacaciones.

¡Aquí compatriotas no puede haber, queda suspendido en el calendario, esa noción hasta que derrotemos al último de los terroristas!

Los integrantes de la Fuerza Pública, los más humildes policías, alféreces y soldados, suboficiales, sus oficiales de alta graduación, sus comandantes, la Ministra (de la Defensa, Marta Lucía Ramírez) y yo, que siento el orgullo de tener alma de soldado, hemos declarado que borramos de nuestro calendario cualquier noción de dominical o de festivo, cualquier vestigio de horas extras, cualquier ilusión de vacaciones y que ese calendario sólo se recuperará cuando Colombia haya recuperado plenamente la paz, cuando hayamos derrotado del territorio de la Patria al último de los terroristas.

Compatriotas: hoy la Nación entera está despierta como un león enfurecido y se mantendrá en vigilia hasta derrotar el terrorismo.

Cuando vengo al Llano o a la Costa Caribe o al Pacífico o a la región Andina o a la Amazonía y estrecho la mano de mis compatriotas y miro a sus ojos y a su frente, ausculto en el alma de todos ellos una voluntad política de la cual nunca se careció, pero que necesitaba la motivación adecuada para que se expresara a fin de derrotar el terrorismo.

Esta noche desde Apiay, en este aniversario de la Fuerza Aérea, le digo a mis compatriotas que la tarea es demorada, que no se consiguen milagros de medianoche para el día, que con 500 mil kilómetros de selva, tantos años de contemplación al terrorismo, tantas horas de dubitación, no vamos a lograr milagros pero que vamos por el camino correcto. Que cuando hay reveses, la sola circunstancia de que Dios nos conserve la vida es suficiente para notificar o para fortalecer nuestra voluntad, para tonificar nuestra determinación y reemprender el camino de la lucha en el segundo siguiente.

¡Con determinación, con voluntad, con amor a Colombia, con limpieza, con tanta honradez como entrega, lo vamos a lograr!

Colombia nunca había podido hacer unas elecciones en las últimas décadas con la relativa tranquilidad de estas últimas. Colombia nunca había podido dar tantas garantías a los opositores al Gobierno de turno, como en estas últimas elecciones y eso se deriva de nuestra voluntad de derrotar el terrorismo.

El resultado de las últimas elecciones tiene que hacer pensar a las grandes mayorías que nos han acompañado y a aquellos que todavía mantienen reservas frente a esta política de Seguridad Democrática, que es hora de que todos las rodeen porque el debate electoral demostró ante el mundo que esta política de Seguridad no es caprichosa, que no tiene sesgos, que carece de parcialidades, que es una política universal para proteger por igual a los colombianos afectos al Gobierno y a aquellos que enarbolan las banderas críticas.

¡Política de Seguridad férrea, firme, no para anular la democracia, sino para que florezca la democracia!

Una Fuerza Pública por encima de la contienda de las ideas, pero en la contienda contra el terrorismo. Una Fuerza Pública para proteger la democracia, no para determinar sus resultados. Una Fuerza Pública, no para deliberar alrededor de las opciones de la democracia ni para parcializarse, sino para proteger todas las opciones de la democracia.

General Lesmes, con la ayuda de ciudadanos como el Fiscal General de la Nación (Luis Camilo Osorio), con la ayuda de tantos compatriotas como el Gobernador del Meta, con la ayuda de miles de colombianos que se han volcado a apoyar la Fuerza Pública y que entienden que esta tarea tiene que ser el producto de una alianza irrompible entre la Constitución, la Fuerza Pública, el sistema democrático y el pueblo, vamos a lograr aquello por lo que muchos no batallaron, porque pensaron que no era lograble: la derrota del terrorismo y de su funesto patrocinador, el narcotráfico.

Que dentro de unos meses, gracias a la circunstancia de que se ha reiniciado el programa de interdicción aérea, en esta llanura de la Patria, el cielo este proscrito para el bandidaje, para el tráfico de drogas, que este proscrito para el tráfico de armas, que este proscrito para el narcotráfico, que el cielo este libre para las esperanzas de una Patria que quiere libertad, progreso y paz.

Con la ayuda de todos ustedes, con una Fiscalía que respetando su autonomía, tiene todo el compromiso para ayudar a la restauración del imperio institucional la nueva generación, aquella que apenas empieza a adquirir uso de razón, podrá ejercer el derecho de vivir feliz en su Patria.

Cuando condecoraba ahora a estos jóvenes valerosos por sus acciones de riesgo, pensaba que ellos están cumpliendo la más bella tarea, sacrificando y exponiendo su juventud a todos riesgos para construir la felicidad de los que han de venir.

Me parecía allí, ver la definición de Patria, del pensador inglés, ese pacto que se repite permanentemente entre los que nos acompañan desde la historia, los presentes y los que han de venir. Y ese pacto lo reeditamos esta noche, la generación nuestra no ahorrará sacrificios. Para nosotros el esfuerzo no es sacrificio. La generación nuestra no ahorrará riesgo, para nosotros el riesgo es el deber, es nada sobresaliente.

La generación nuestra no ahorrará recursos para cumplir el pacto con la Patria, para honrar la memoria de quienes lucharon por ella y para cumplir el pacto más importante, para buscar la felicidad de quienes habrán de vivir en la Patria.

¡En esta hora: cero declives, voluntad total! ¡En esta hora: manos puras, sin tembleque!

Puras para manejar los recursos del Estado, mente pura para pensar en el bien de nuestros compatriotas y manos sin tembleque para redoblar a cada momento la voluntad política, hasta que derrotemos al último de los terroristas. Hasta que este suelo de la Patria, que en esta llanura construyó su independencia, recobre su nueva independencia.

Que dentro de poco tiempo la euforia de los terroristas, derivada del dinero, de su narcotráfico, de su capacidad militar, a las cuales no se les hizo la oposición requerida, que dentro de no mucho, esa euforia, ese desdén, esa arrogancia, se convierta en una sicología resquebrajada, en una seguridad para ellos perdida, en una reflexión para que se tengan que someter a la democracia y que eso sea el producto de nuestra lucha.

General Lesmes: cuéntele al país todos los días un éxito, en aviones del narcotráfico derribados. Cuéntele al país todos los días un éxito, en positivos contra el terrorismo. Haga que sus compatriotas vibren con los triunfos de la Fuerza Aérea, que serán los triunfos del rescate de la paz.

¡Que viva Colombia y que viva este inmenso llano que reclama la felicidad de su tranquilidad!

 
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