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ALMUERZO EN HONOR AL PRESIDENTE DE HONDURAS, RICARDO MADURO
Noviembre 12 de 2003 (Bogotá - Cundinamarca)

Señoras y Señores:

En toda ocasión que nos reúna, diré con entusiasmo que entre los pueblos de Honduras y Colombia ha reinado, reina y reinará fraternidad.

Nuestros lazos históricos son profundos. Las Provincias Unidas de Centroamérica, guiadas por ese gran patriota hondureño, Francisco Morazán, fueron las primeras en responder al llamado del Libertador, para constituir una gran federación que se convirtiera en escudo de nuestro destino independiente y permitiera consolidar los intereses y las relaciones que nos unían.

Geográficamente muy cerca nuestras dos Patrias. La tarea de hoy es que esa cercanía física se profundice con hermandad espiritual, asociación económica y voluntad para labrar un destino común.

Su trabajo al frente de los destinos de su Patria es encomiable, señor Presidente. Las futuras generaciones de hondureños disfrutarán de los avances que usted ha logrado con la modernización y adelgazamiento del Estado, con la reestructuración de las empresas oficiales, con el conveniente manejo de su deuda externa y con el acelerado y benéfico proceso integracionista de los centroamericanos.

Los analistas económicos internacionales ponderan sus logros que se expresan en unos indicadores muy satisfactorios, en una fluida relación con los organismos internacionales de crédito y en un sostenido crecimiento económico. Sólo con gobiernos que moderen los gastos de los Estados, enemigos del derroche y la concupiscencia fiscal, vamos a enrumbar a los pueblos de América Latina por el progreso. No podemos seguir en la tarea de mantener unos Estados burocráticos enormemente costosos y fundamentalmente ineficaces. Usted ha dado ejemplo en la dirección correcta, señor Presidente.

Usted también, Presidente Maduro, ha sufrido directamente los golpes de la violencia. Usted ha estado permanentemente expresando su solidaridad al pueblo de Colombia. Usted ha sido un gran aliado en nuestro propósito de derrotar el crimen y esa no puede ser tarea aislada de ninguno de nuestros pueblos, tiene que ser una empresa de todas las sociedades democráticas.

Es un aliado, usted, en la defensa de nuestra política cafetera, en nuestras naciones madre de la democracia económica, barrera contra la droga y el terrorismo.

La comunidad internacional, particularmente los Estados Unidos, deberían ayudar con entusiasmo a esa gesta de los países productores, reforzando la Organización Mundial del Café (OMC). Sigamos trabajando en ello, para que con el ingreso de los Estados Unidos a la Organización Mundial de Café, se den unas señales claras sobre estándares de calidad a los consumidores, que premien los esfuerzos de nuestros productores. Sigamos trabajando para aumentar la producción de café orgánico, de cafés especiales, para encontrar nuevos conductos de mercadeo a fin de llegarle directamente al público con un café de mayor valor agregado.

Trabajemos para avanzar en la complementación de nuestras economías, para que podamos presentar rápidamente el acuerdo sobre la integración parcial. Y qué bueno que rápidamente nos encontremos en el ALCA.

Ustedes en Centroamérica han dado un gran ejemplo de unir cinco naciones para trabajar un tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Nosotros confiamos que el día 18, en la ciudad de Miami, los Estados Unidos anuncie, oficialmente, la iniciación de la negociación con Colombia.

Con usted coincidimos señor Presidente, en la necesidad de derrotar el narcotráfico y el terrorismo. Actividades hoy imposible de no asociar en nuestro medio.

Usted encuentra un país, una Colombia resuelta a derrotar la droga y el terrorismo. Aquí no hay vacilación, al contrario, toda la voluntad para enfrentar obstáculos, para hacer los sacrificios que demanda el empeño y toda la voluntad para liberar a los colombianos, finalmente, de estos flagelos.

Hemos encontrado en usted un Jefe de Estado resuelto, que ha comprendido la dimensión que proviene de estas acechanzas contra nuestras democracias. En momentos en que Colombia ha sufrido crueles atentados, su Gobierno, usted personalmente, han acudido a expresarnos toda la solidaridad.

Inolvidable la reunión de los Jefes de Estado de Centroamérica en Panamá y su voz al unísono en la OEA para lograr que este organismo se pronunciara contra las acciones de los grupos terroristas de Colombia, que hasta ese momento habían sido bastante consentidos por estos sectores de la opinión internacional que los tomaban como luchadores por reivindicaciones sociales, cuando no han hecho nada distinto que hacer campear el terrorismo.

Muchas gracias por su visita señor Presidente Maduro, por su constante solidaridad, como lo dije esta mañana, que esta reunión nuestra le haga llegar también un mensaje de solidaridad al pueblo y al Gobierno de Nicaragua. Una cosa son los temas de las cortes, otros son los temas de la fraternidad de nuestros pueblos.

Y repetirle toda nuestra gratitud, porque ustedes con entereza sacaron adelante el tratado de límites con Colombia. Colombia ha encontrado en Honduras su vecino, su hermano, con quien no hay diferencias, siempre cuentas claras, siempre relaciones fraternas.

Los invito a brindar por la suerte de nuestras dos Patrias y agradecemos de inmenso corazón señor Presidente su visita, la de su señora esposa y la visita de los muy ilustres integrantes de su delegación.

¡Salud!

 
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