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DESPEDIDA MESA DIRECTIVA DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
Periodo 2003 – 2004

Julio 19 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Cada Nación tiene su día de la Patria, el nuestro este año ha empezado bien y ha empezado en vísperas.

El día de la Patria es una oportunidad para la nostalgia, el júbilo, el recuento, la proyección. Una oportunidad para el reencuentro, el abrazo fraternal, la meditación sobre lo fundamental, lo colectivo. Ese ser social en que nos desempeñamos, sin el cual ninguna satisfacción tiene el desempeño individual.

Qué bueno que en esta oportunidad, el Congreso de Colombia haya contribuido, tan eficazmente, a engalanar el día de la Patria: hoy, con la entrega de la biblioteca ‘Luis Carlos Galán’; ésta noche, con este acto tan importante para la credibilidad democrática; mañana, con la exaltación a los héroes de la lucha por la recuperación institucional.

Qué bueno que hayamos tenido la oportunidad de acudir esta noche a esta rendición de cuentas.

Qué manera tan eficaz para recuperar credibilidad. Decía el señor Vicepresidente de la Corporación, sobre una reunión que compartimos con Confecámaras, donde me permití preguntar ¿qué es primero: las soluciones o la credibilidad? Indudablemente, lo primero que necesita Colombia, es la credibilidad de las instituciones.

¡Sin credibilidad en las instituciones, no se recupera su imperio en materia de orden público!

¡Sin credibilidad en las instituciones, no se recupera su eficacia en materia de justicia!

¡Sin credibilidad en las instituciones, no se recupera su capacidad de cohesionar la Nación con inversión social!

¡Sin credibilidad en las instituciones, no es posible hallar el camino de las soluciones!

Qué bueno, pues, asistir a esta rendición de cuentas. Quiero felicitarlos a todos ustedes, encabezados por el doctor Germán Vargas Lleras, presidente del Senado, por este informe que le dan a la Nación. Un informe completo en la agenda legislativa, en la administración, en la proyección, en lo macro y en lo micro.

Qué bueno presenciar un informe detallado, porque muchas veces la Patria ha asistido a formulaciones macro de gran importancia; pero también muchas veces, esas formulaciones macro no se han convertido en realidad porque ha faltado el compromiso micro para convertir la teoría propuesta en realidad tangible.

En este informe del Presidente del Senado, se combina lo macro con lo micro, la proyección con la diligencia para la ejecución, el análisis general con el interés por el detalle. Esa es una manera, la única, de ir superando problemas a partir de que se vayan trazando metas.

Mis felicitaciones porque ese nivel de detalle, el informe prolijo, sin posibilidad de objeción, contribuye enormemente a recuperar la credibilidad de los compatriotas en las instituciones.

Una agenda legislativa bien importante, que se cumplió en medio de un debate político agigantado por los procesos electorales, surtidos en el mismo curso, y también por proyectos que generan tanta expectativa y tanta polémica, como el que autoriza nuevamente la reelección presidencial.

Y qué bueno saber que el trámite de una agenda legislativa se constituye siempre, en la superior expresión del diálogo nacional.

No hay mejor diálogo, no hay diálogo más eficaz, que el trámite de una buena agenda legislativa, al cual debe concurrir la predisposición de todos: del Ejecutivo, del Congreso –en sus diferentes vertientes-, para examinar las mejores proposiciones para el país, para desapegarse de posturas absolutas, para definir los textos más convenientes al interés de la Nación.

Ahora que tenemos que abocar temas de tanta importancia como el de resolver definitivamente la financiación de las pensiones, si que se necesita tramitar esa agenda legislativa con la mayor apertura mental e intelectual, para escoger las mejores opciones, con el mayor despojo de las actitudes de dogma. Con el mayor compromiso para entregarle respuestas al país, que resuelvan tan graves problemas.

Qué bueno que en diciembre podamos darle tranquilidad a la Nación en asuntos tan cruciales, como la financiación de las pensiones. En asuntos tan cruciales, como las materias de justicia que aún deben ser incorporadas al ordenamiento en el nivel constitucional y en el nivel legal.

Qué bueno que todos esos proyectos, a los cuales se refirió el senador Vargas Lleras, como la reforma al régimen subsidiado de salud, la normatividad antitrámites, un nuevo estatuto de contratación más ágil, rigurosamente transparente, puedan ser entregados como parte de un balance legislativo excepcional, en el mes de diciembre, cuando esté terminando el primer periodo de la legislatura.

Hablaba el senador Vargas Lleras de la política de Seguridad y del debate sobre la política Social.

Colombia tiene que prepararse –a mi juicio, compatriotas- para hacer sostenible la política de Seguridad y para lograr una política Social mucho más ambiciosa. Pero ello exige superar todos los obstáculos, empezando por los obstáculos fiscales.

Estamos adelantando, con la abnegación de la Fuerza Pública, la política de Seguridad. Confiamos que la perseverancia en esa política permitirá que el país recobre la credibilidad en las instituciones, que todo ser de la Patria, independientemente de su manera de concebirla, de su acerbo ideológico, sienta confianza por la política de Seguridad y eso facilite una Nación reconciliada, eso facilite conminar exitosamente el encuentro con la seguridad a través de una etapa final de diálogo y de reconciliación universal.

La política de Seguridad no es excluyente con la política Social, ni la política Social puede orientarse restándole entusiasmo, recursos e importancia a la política de Seguridad, porque entonces no sería sostenible la política Social.

La política de Seguridad es un presupuesto para que la economía crezca, para que haya ese mínimo de confianza que nos permita resolver los problemas de inversión y de empleo y eso a su vez, se constituye en un presupuesto para que la política Social sea permanente, ambiciosa. No simplemente, un lanzamiento en vísperas electorales.

Quiero pues, a raíz de su intervención Presidente del Senado, llamar a mis compatriotas sobre la necesidad que no nos asomemos al examen de estas dos políticas como excluyentes, que las veamos como polos convergentes para la mejor construcción de la Nación.

Confío que podamos dar en esta legislatura un gran avance en materia de régimen subsidiado de salud.

El año pasado –y esa es nuestra segunda herramienta de Equidad-, vinculamos 1.100.000 colombianos al régimen subsidiado de salud. Este año aspiramos no quedarnos en otro millón y medio, sino llegar a 1.700.000. Pero confiamos que concertando ese instrumento legal con el Congreso, al finalizar el 2006, hayamos dado el salto de 11.500.000 de colombianos del régimen subsidiado de salud, a más de 20.000.000.

Y tenemos que seguir en la revolución educativa. A penas hemos cumplido la primera etapa con 750.000 cupos creado en educación primaria y secundaria, para una meta de 1.500.000. Meta que si cumplimos, todavía quedará corta porque aún en es supuesto, 500.0000 niños de la Patria estarán todavía sin cupo escolar.

Hasta ahora el gran esfuerzo en materia educativa ha sido con productividad del profesorado, con compresión del Magisterio, con liderazgo del Ministerio, con apoyo de Gobernadores y Alcaldes, lo cual nos ha permitido subir a una carga de casi 30 estudiantes por profesor. Pero necesitamos recursos, adicionales y frescos para poder pasar de 750.000 a 1.500.0000. De ahí la importancia de la nueva ley que vamos a proponer en materia de regalías indirectas que maneja la Nación.

Esta Nación para construir equidad, para abrir los canales de movilidad propios de los estados democráticos, esta Nación para dar oportunidades, igualar a sus ciudadanos en el partidor de las oportunidades, necesita primero que todo, la revolución educativa.

Qué bueno que podamos, en diciembre, entregar un instrumento legal que nos permita aplicar preferentemente esos recursos de regalías a la revolución educativa.

¡Y qué bueno seguir la reforma administrativa!

Hoy me preguntaban los amigos de los medios de comunicación si es cierto lo que ha dicho The Financial Times, de que este Gobierno ha considerado privatizar a Ecopetrol. No, de ninguna manera. Este Gobierno no hace parte de la ola privatizadora que recorrió América Latina.

¡Nosotros creemos en la economía privada, pero no le rendimos culto al mercado. Nosotros pensamos que se requiere el Estado como garante de la equidad. Nosotros sabemos que se requiere el Estado para salvar a las comunidades ante las fallas del mercado. Nosotros somos conscientes que una sociedad democrática solidaria, requiere para su consolidación, un Estado de derecho y además con profunda convicción y solidez social!

Pero lo que sí necesitamos es continuar la reforma del Estado, para que sea austero, para que sea sostenible, para que en lugar de derrochar recursos permita excedentes que profundicen la inversión social.

Qué bueno que con la reforma administrativa podamos decirle hoy a los colombianos que el Sena, sin un peso del presupuesto nacional, solamente con las cotizaciones que recauda de las nóminas de trabajadores, ha pasado de formar un 1.100.000 colombianos en el año 2002 a 2.600.000 colombianos este año, y se prepara para formar 4.000.000 de colombianos en el año 2006.

Qué bueno que con instrumentos estatales como el Fondo Nacional de Garantías, que con el liderazgo del Ministerio de Comercio, ha convocado a los gobernadores y acaldes para que le contribuyan y lo fortalezcan, hoy podamos decir que un 1.100.000 colombianos se han beneficiado del programa de microcrédito. Un altísimo porcentaje de ellos ha accedido al crédito por primera vez y empiezan a ser parte de un país que debe constituirse en una Patria de propietarios.

Yo, no los voy a fatigar a ustedes esta noche con el repaso pormenorizado de la agenda social; pero esa agenda social, para nosotros, es de primera importancia no en el discurso, en la realidad, no en la víspera electoral, en todo momento.

Por eso ahí vamos, adelantando esas Siete Herramientas de Equidad. Hoy pagamos trimestralmente a 340.000 familias un subsidio para que mejoren la nutrición de los niñitos, para que se garantice su asistencia escolar.

Antes solamente 60.000 ancianos, ocasionalmente, recibían un subsidio del Estado, ahora 144.000 lo empiezan a recibir.

Yo no diría que debemos discutir la agenda social, lo que corresponde discutir es cómo la vamos a fortalecer. Porque cuando atendemos 140.000 ancianos no nos podemos solazar que venimos de un país que solamente atendía 60.000 y que hemos pasado a 144.000 y que ahora les estamos pagando cumplidamente. Hay que pensar que quedan 350.000 ancianos pobres de la Patria sin subsidio alguno del Estado.

En fin, solamente vamos a aclimatar la concordia, de manera permanente, con una agenda social que construya una Nación fraterna y solidaria. Pero principio tienen las cosas: si no empezamos por la seguridad, no se crean las condiciones para financiar esa inversión social.

Y si esa inversión social no se realiza, tampoco se crean las condiciones para estabilizar la paz que inicialmente se consigue a partir de la seguridad.

Al entrar a este salón, saludaba a ilustres colombianos como los doctores Augusto Ramírez Ocampo y el ex procurador Jaime Bernal Cuellar, quienes han trabajado toda la vida por los diálogos y por la paz.

Seguramente en muchos momentos de la vida nacional, con discrepancias frente a las tesis que yo profeso y practico, creo que con una identidad de haberlo hecho –ellos y yo- en el ejercicio público, con infinito amor a Colombia.

Y les decía: si esta tareita de seguridad la cumplimos, a ustedes se les va a facilitar el sueño de su vida, que es el diálogo conducente a la paz. Tengan paciencia, doctor Augusto y señor ex procurador Bernal Cuellar, dejen que con terco patriotismo, yo encabece este grupo de colombianos que insiste en la seguridad y eso les va a facilitar a ustedes cumplir el sueño de su vida, el diálogo y la reconciliación del universo colombiano.

Transmitan por allá que han escuchado de mí una idea, la idea de que Colombia necesita una política de Seguridad firme, sin claudicaciones, pero que no la ejercemos con jactancia. Una política de Seguridad firme, para que el pueblo no vea unos gobiernos vacilantes frente a la delincuencia, para que el pueblo crea en las instituciones.

Y una política de Seguridad sin jactancias, para que se puedan abrir las puertas del diálogo y finalmente lograr los acuerdos que consoliden esa seguridad y la proyecten al infinito en la vida de la Patria.

Hemos realizado, con el Congreso de la República, una tarea política diferente, diría yo, que es el Congreso que individualmente menos ha recibido del Gobierno, pero el que más ha trabajado con el Presidente de la República.

Superamos el periodo de tener que obtener la voluntad de cada congresista con auxilios o con nombramientos, pero inauguramos un periodo de más independencia del Congreso, inauguramos un periodo de más iniciativa del Congreso en materia legislativa.

Recuerden ustedes cómo se discutió con el Congreso el referendo, cómo el contenido de la ley que lo convocaba, tuvo variaciones sustanciales frente al proyecto inicial que presentó el Gobierno. Toda la normatividad de iniciativa del Gobierno, ha sido aprobada con textos bastante modificados frente a sus proyectos iniciales, gracias al espíritu del Congreso y del Gobierno, de buscar en la discusión creativa las mejores opciones para la Patria.

Yo celebro que ello así ocurra. Y reitero esta noche la disposición de co - legislar de nuevo en el periodo que empieza, para que le entreguemos al país otro gran producto de agenda legislativa que todos los colombianos esperan.

Colombia tiene una gran clase política. Lo que hemos tenido son malas costumbres políticas. Y el informe del Senador Germán Vargas Lleras, demuestra que estamos en condiciones de cambiar para siempre y para bien lo que fueron las malas costumbres políticas.

Pienso que todo el proceso de la agenda legislativa, de la manera como se han surtido las relaciones con el Gobierno, de la administración interna del Congreso, del celo en los recursos, del rigor en el control de los gastos, están configurando lo que Colombia requiere: un Congreso de opinión. Esa tarea es grande, apenas empieza y hay que perseverar en ella. Haremos un gran bien a la Patria en el momento que las mayorías colombianas digan: tenemos un Congreso de opinión.

Y a fe, senadores Germán Vargas, Efraín Cepeda, Álvaro Araujo, y representante Alonso Acosta, que ustedes han dado un gran paso para que Colombia cuente con un Congreso de opinión.

Muchas gracias.

 
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