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CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO
DEL NACIMIENTO DE PABLO NERUDA

Julio 08 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)

Señoras y señores:

Quiero agradecer a todos inmensamente este esfuerzo. Al presidente Belisario Betancur, que ha asumido la Presidencia, la coordinación de esta tarea. A quienes lo han acompañado. Al Embajador, al maestro Dalmazzo, quien tan generosamente nos conectó con todo lo que había programado Chile para este centenario y ha facilitado esta integración.

Unos raciocinios elementales. La violencia quiso arrebatarle a esta Nación su sensibilidad artística en múltiples expresiones. No lo logró. Hoy para librar a esta Nación de la violencia necesitamos aprovechar esa gran sensibilidad por el arte, por las letras. Eso, que recordaba el Presidente Betancur: que no se olviden los labios del pueblo.

Esta gran Nación necesita recuperar el imperio de sus instituciones. En la sensibilidad de los colombianos por el arte, por todas sus expresiones, por la poesía, reposa una altísima dosis de capital social para recuperar el imperio de las instituciones.

Esta gran Nación necesita resolver grandes problemas de inequidad, de miseria, de desempleo. Eso se resuelve más fácil con la actitud dulcemente crítica inspirada en la sensibilidad por el arte, por la cultura, que en la amargura al desconsiderar el arte y la cultura.

Yo veo una gran conexión entre la posibilidad de aprovechar ese capital social fundado en la sensibilidad por el arte de todos mis compatriotas y la necesidad de recuperar el imperio de las instituciones.

La necesidad de construir un sendero de crecimiento acelerado de la economía. De construir un marco de equidad. De construir una Nación solidaria. Una Nación en permanente debate, pero no en debate ácido. En debate fraterno, no el debate de antagonismo insuperable. El debate constructor de consenso. Una Nación sin exclusiones, una Nación sin odios.

Qué bueno, Presidente Betancur, este aporte que ustedes le hacen a la Patria entera. Qué bueno que lo que acabamos de escuchar esta mañana lo puedan escuchar en todos los confines de la Patria. Porque la Patria toda se reencuentra. Toda se une alrededor de esta sensibilidad.

Es más fácil unir lo desunido a partir de lo que ya nos ha unido. Esta sensibilidad nos ha unido. Y a partir de esta sensibilidad podemos avanzar más para unir a Colombia.

Le iba a pedir a Fanny o a Laura que leyeran este autorretrato, que mantengo allí en frente del escritorio donde trabajo. Pero el Presidente Betancur lo ha traído hoy de manera bien oportuna. Claro: ya lo leyó el Presidente Betancur en su papel.

Entonces a ustedes les ahorro un trabajito y nosotros nos ahorramos un placer. Porque ya el presidente Betancur nos lo anticipó.

¿Cómo se llama la casa de Neruda en Santiago? ¿La Chascona? Allá en las paredes hay algo que no sé si esté en los libros. Léalo, Laura. Yo no sé si entiende estos garabatos de un visitante que fue allá y los copió”.

Laura Restrepo: Pido silencio. Ahora me dejen tranquilo. Ahora se acostumbren sin mí. Yo voy a cerrar los ojos y sólo quiero cinco cosas. Cinco raíces preferidas. Una es el amor sin fin. Lo segundo es ver el otoño. No puedo ser sin que las hojas vuelen y vuelvan a la tierra. Lo tercero es el grave invierno. La lluvia que amé. La caricia del fuego en el frío silvestre. En cuarto lugar el verano redondo como una sandía. La quinta cosa son tus ojos. Matilde mía, bienamada. No quiero dormir sin tus ojos. No quiero ser sin que me mires. Yo cambio la primavera porque tú me sigas mirando. Amigos: eso es cuanto quiero. Es casi nada. Y casi todo. Ahora si quieren, se vayan.

He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza. Borrándome de la pizarra. Mi corazón fue interminable. Pero porque pido silencio, no crean que voy a morirme. Me pasa todo lo contrario. Sucede que voy a vivir. Sucede que soy y que sigo. No será pues sino que adentro de mí crecerán cereales. Primero los granos que rompen la tierra para ver la luz. Pero la madre tierra es oscura y dentro de mí soy oscuro. Soy como un pozo en cuyas aguas la noche deja sus estrellas y sigue solo por el campo. Se trata de que tanto he vivido que quiero vivir otro tanto. Nunca me sentí tan sonoro. Nunca he tenido tantos besos. Ahora como siempre es temprano. Vuela la luz con sus abejas. Déjenme solo con el día. Pido permiso para nacer.

Presidente de la República: Qué interesante todas estas cositas que unen a Colombia. La semana pasada sentimos un país totalmente unido alrededor del Once Caldas. Que todas estas celebraciones hagan que el país se reencuentre en algo que lo ha unido, que va a ayudar a unirlo. Su sensibilidad por el arte. Por tantas expresiones de la cultura. Por las letras. Por Neruda.

Decía el Presidente Betancur: cómo lo avivaban los poetas de izquierda. Y también los heterodoxos de derecha. Creo que hoy nadie lo denostaría. Hoy su letra, su legado, es un factor de unidad para los pueblos. Para el hermano pueblo de Chile. Para este gran pueblo colombiano. Gracias, Presidente Betancur. Gracias, Embajador.

A todos, muchas gracias. Denle un recorridito al país con esta letrica que siempre construye tanto, tanto, Fanny.

Muchas gracias a todos.

 
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