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CONMEMORACIÓN DE LOS 25 AÑOS DE LA ANDA
Junio 09 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)


Compatriotas:

Qué difícil, en la Patria de los últimos años, asumir una actividad tan de tanta responsabilidad, como es anunciar. En una Colombia signada de malas noticias provenientes del narcotráfico, de la guerrilla, de los paramilitares, de la corrupción, de la pobreza, qué tarea tan difícil anunciar. Cuando la actividad de anunciar generalmente se asocia con promover y para promover se necesita una materia prima absolutamente positiva.

Cuando pienso en los 25 años que ustedes han cumplido, me asombra gratamente que hubieran podido sostener esta actividad en una Patria que en estos 25 años ha vivido tantas dificultades. Solamente eso merece el reconocimiento general de la Nación.

Por eso, en asocio de la Ministra (de comunicaciones, Martha Helena Pinto de De Hart), con todo el sentimiento patrio, hemos querido entregar a ustedes la Condecoración del Ministerio de Comunicaciones Manuel Murillo Toro.

Y cuando se observa este discurrir de ustedes en un tramo difícil de la vida de la Patria, se reitera otra conclusión: Colombia ha tenido un magnífico sector privado. Ese sector privado de la Patria constituye un eslabón de capital social extraordinario. Prueba de ello es lo que han logrado ustedes en un tramo de tantas complicaciones.

Cuando he tenido la oportunidad de discutir con sociólogos, con profesores universitarios del país y de las universidades de Europa, de los Estados Unidos, siempre les llamo la atención sobre una apreciación muy equivocada que, a mi juicio, han tenido: la apreciación de señalar en el sector privado colombiano la causa de las dificultades y de la inequidad nacional.

Les he dicho: lo que ha faltado en Colombia es más sector privado para que podamos corregir las inequidades. Lo que ha ocurrido en Colombia es que todos los flagelos han impedido que el sector privado crezca y se robustezca, como lo necesita la Nación para contribuir con sus ingresos, con sus impuestos, con su empleo, con sus parafiscalidades, a construir una Nación equitativa.

Uno compara el país del sector privado formal, con el país informal. Basta salir y hacer una pequeña encuesta en las calles de Bogotá y encuentra que mientras en el sector privado el trabajador del salario mínimo tiene unos ingresos de tres, el trabajador informal tiene unos ingresos de uno.

El trabajador de menor salario en el sector privado formal, es un trabajador protegido por la seguridad social, es un trabajador que labora en condiciones de dignidad. El trabajador informal vive sometido a los padecimientos de la intemperie, de la falta de seguridad social a toda clase de incertidumbres.

Colombia tiene con quien desarrollar un gran sector privado. Prueba de ello es el esfuerzo sostenido de ustedes a lo largo de estos 25 años. Si vamos superando dificultades, si le abrimos más y mejores espacios al sector privado, vamos a tener una Nación con más equidad.

Y para que ese sector privado pueda crecer y crecer más, nosotros nos hemos propuesto la tarea de predicar al oído de los colombianos la Nación con la cual soñamos: una Nación sin exclusiones, pero sin odios en el modelo político. Una Nación con pluralismo, pero sin acidez y sin antagonismo en el debate. Una Nación que sea capaz de mantener un activo debate de ideas, pero siempre en un esquema de fraternidad. Creemos que eso es fundamental.

En los últimos años las dificultades fiscales de endeudamiento, los retos de la seguridad, nos han obligado a derramar una cantidad severa de impuestos en el sector privado colombiano, que bastante ha ayudado.

Eso se suma a los esfuerzos que tiene que hacer el sector privado, por ejemplo con la seguridad social. Y vuelvo al tema de las discusiones con muchos sociólogos, por ejemplo de Ong's internacionales: en este país las cargas parafiscales del sector privado son enormes en la comparación internacional.

Por ejemplo en Chile, todos los aportes a los fondos de pensiones están a cargo del trabajador. Aquí, la mayor parte a cargo del empleador. Allá, obstante que se ha transcurrido un período de gobiernos que se suponía iban a cambiar ese modelo, al trabajador le brindan el plan de salud que sea capaz de comprar. Acá creamos, financiado básicamente por el sector privado, un plan de salud solidario, un plan de salud que le da la misma atención al trabajador de salarios mínimos que al trabajador de mayor nivel de ingresos.

Y hemos tenido que gravar al sector privado con un impuesto extraordinario de patrimonio, con un aumento de renta, una sobretasa, con una eliminación de algunos descuentos y también con un impuesto al patrimonio.

Lo bueno es que hasta allí aparece una tributación muy alta, pero en la medida que el sector privado se comprometa a crecer, también tiene alivios y tiene estímulos.

Me decía el doctor Carlos Delgado que el año pasado ustedes crecieron el 36 por ciento y que este año están registrando un crecimiento mayor. Eso estimula bastante y yo creo que se están dando condiciones para que el país pueda soñar y convertir el sueño en realidad, de un crecimiento promedio de la economía del 5 por ciento sostenido en el mediano y largo plazo.

Quiero hacer un recuento de algunos de esos estímulos: primero, hemos eliminado el arancel a los bienes de capital. Segundo, estamos devolviendo el IVA a los bienes de capital. Tercero, en aquellas empresas altamente exportadoras simplemente no se cobra el IVA. Cuarto, redujimos del 50 al 30 por ciento el porcentaje que se le exige a una empresa de exportación frente a su producto total, para que clasifique como empresa altamente exportadora.

Tenemos algunas actividades como cultivos de tardío rendimiento, nuevos hoteles, remodelación de viejos hoteles, turismo ecológico, energías alternativas, que han recibido exenciones de impuestos.

Nosotros hemos procedido allí con varias fundamentaciones. Quiero recordar dos. La primera, eliminar los estímulos caprichosos y sustituirlos por estímulos orientados al crecimiento, por estímulos pensados para que Colombia pueda convertir ventajas potenciales de su economía en ventajas reales.

Y una segunda fundamentación: que lo que es inicialmente un conjunto de tributación y de parafiscalidad alto, esté adicionado por un conjunto de estímulos, para que aquellos que quieran crecer tengan los suficientes alicientes.

Este año estamos trabajando dos normas aprobadas en diciembre. La primera, para devolver dos puntos de IVA a los colombianos que paguen sus bienes y servicios con dinero plástico. El Gobierno hasta la fecha ha devuelto aquello que se causó hasta el mes de abril inclusive.

Estamos procediendo con sumo celo en la DIAN, para que los colombianos reciban a tiempo esa devolución, la encuentren abonada en sus cuentas de débito o en sus cuentas de crédito. Eso nos va a ayudar mucho a construir confianza, a que la gente vea que en el Estado hay esmero, diligencia, para cumplir con las normas y con la palabra empeñada, a 'bancarizar' la economía, a formalizarla.

El segundo estímulo es la deducción general del 30 por ciento, que aprobamos en diciembre del año pasado, a cualquier inversión generadora de rentas. Eso le va a costar al fisco el año entrante, pero va a ser muy importante para el crecimiento de la economía.

Incluso ya hemos producido tres decretos reglamentarios de esa deducción. El último, la semana anterior. Para aclarar que cualquier inversión generadora de renta en Colombia es beneficiaria de esa reducción, sea en cualquiera de los sectores de la economía. Para aclarar que no solamente son beneficiarias de esa deducción las inversiones sometidas a un régimen de depreciación, sino también aquellas sometidas a un régimen de amortización.

Pienso que eso nos tiene que ayudar a que crezca y crezca esta economía. Y les voy a pedir a ustedes que nos ayuden con el sector privado a anunciar y anunciar estos estímulos, porque necesitamos que la economía crezca al 5 por ciento. Y es posible.

Por ejemplo, uno esperaba que pudiéramos presentar un mejor resultado de crecimiento en el primer trimestre. Hay tres factores que no nos permitieron cumplir la meta. Uno es el agropecuario. Yo ya le veo en este segundo trimestre una gran recuperación. Nosotros habíamos propuesto en el Plan de Desarrollo terminar el cuatrienio con 200 mil hectáreas de maíz tecnificado. Este año ya estamos llegando a unas 160 ó 170 mil. En la zona cafetera, solamente en las socas de café, se deben sembrar 40 mil hectáreas de maíz tecnificado.

En este Gobierno la palma africana ha crecido en 50 mil hectáreas. Vemos un gran dinamismo en la recuperación del algodón, con mayor productividad, con la introducción de la semilla transgénica que nos ahorra muchísimo en costos y con unos experimentos, por ejemplo, con riego, que nos han permitido tener unos logros de productividad comparables con los países campeones.

En el interior del país en este momento tenemos 26 mil 800 hectáreas de algodón sembradas. Venimos de 9 mil hace dos años. Y el plan para la Costa Caribe, que empieza a ejecutarse en julio – agosto: el Ministro (de Agricultura, Carlos Gustavo Cano) dice que vamos a sembrar más de 60 mil. Yo creo que podemos asegurar 50 mil hectáreas y eso va a ayudar bastante. Yo veo un sector agropecuario tonificado. Eso nos tiene que ayudar muchísimo.

Y el segundo elemento que no nos permitió mostrar el crecimiento que esperábamos es la droga. Ustedes vieron muy bien que cuando no se incluye la droga en la suma algebraica de los sectores, el crecimiento en el primer trimestre fue del 4.06 (por ciento). Cuando se incluye la droga resta, porque el país ha venido en una actividad con toda la dedicación para eliminar la droga y se reduce al 3.8 (por ciento). Esa pela sí la tenemos que asumir. El país tiene una determinación que es eliminar la droga y en eso no puede haber claudicación.

El tercer elemento es el de la baja inversión pública. Están empezando los alcaldes, están empezando los gobernadores, la Nación ha tenido restricciones fiscales grandes. Pero hemos logrado financiar el 70 por ciento del Transmilenio de Bogotá, 70 por ciento del Transmilenio de Cali, lo mismo estamos haciendo en Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena, Pereira y Valle de Aburrá.

Esos proyectos han estado en unas etapas de consultoría, salvo Bogotá que está en ejecución y el martes de la semana entrante empieza ya a ejecutarse la obra en Cali, lo cual es bastante alentador y en los próximos meses irán entrando las otras ciudades.

Confiamos que a los 2.500 kilómetros del plan de pavimentos, se sumen otros 800 que se vienen adelantando. Y hay obras tan importantes sobre las cuales el país había perdido la esperanza como el Túnel de la Línea. Ayer se adjudicó en audiencia pública la primera etapa.

Estamos estudiando con todo el juicio el tema de la doble calzada Bogotá – Girardot y hay otras obras de gran importancia en el país.

Pusimos en marcha el sistema de las audiencias públicas en aras de la transparencia. Es mejor que surjan todos los problemas de las licitaciones antes de adjudicarlas. Y las etapas que se prevén para la doble calzada Bogotá – Girardot son estas: mañana habrá un análisis con Jurídica de la Presidencia sobre los conceptos que tiene el Ministerio, el Instituto de Concesiones de INVIAS, alrededor de las diferentes propuestas. En una o dos semanas, dependiendo del recaudo de unas verificaciones que ha pedido Jurídica de la Presidencia, se hará una audiencia pública televisada y el Ministro le contará al país detalladamente el análisis de cada una de las propuestas.

Se permitirán las objeciones, se escucharán, se suspenderá la audiencia y se convocará para reanudarla en fecha prudente, a fin de hacer la adjudicación.

Yo confío que estos grandes resto los podamos sacar adelante con transparencia y con eficiencia, para que vayamos poniendo un buen ritmo, un mejor ritmo de ejecución de inversión en el sector público.

Tenemos hoy un buen esquema de vivienda social, pero todavía a un ritmo lento. Aspiro que en este segundo semestre podamos mostrar mejores resultados en esa materia.

El país tiene que ver con mucho optimismo los pasos que viene dando nuestra economía internacionalmente. Primero hicimos el Acuerdo Can – MERCOSUR. Logramos reunir un consenso total en el sector privado. Aquí se le tenía mucho miedo a ese Acuerdo Can – MERCOSUR. Nos decían: cómo nos vamos a poner a competir con Brasil. Y habría sido muy complicado iniciar la negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos sin dar ese paso con nuestra América del Sur, porque entonces los opositores a ese Tratado estarían diciendo que nosotros habíamos abandonado todos los compromisos con nuestros hermanos suramericanos.

Confío que salga con equidad, con respeto a la pequeña empresa, con el entendimiento de que Colombia tiene en su sector agropecuario un gran futuro, el tema del tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, y que sea un paso para el ALCA.

Es buena y reconfortante la noticia de que los mandatarios europeos ya hubieran expresado públicamente, en las últimas reuniones que con ellos tuvimos en México, la decisión de ampliarlo, no por un año, ni por seis meses, sino por diez años, el Sistema General de Preferencias para el Mercado Europeo, con menos restricciones de las que hemos tenido ahora. Y que en ese período negociemos un tratado de comercio para evitar la incertidumbre, porque aún para muchas inversiones un plazo de 10 años es todavía un plazo corto.

El sector privado colombiano ha venido reclamando mayor estabilidad en las reglas de juego. La Comisión Tercera del Senado de la República nos acaba de aprobar un proyecto de ley, que seguirá haciendo su curso en la plenaria y en la Honorable Cámara, que autoriza al Gobierno a suscribir pactos de estabilidad con los inversionistas. Yo confío que eso le dé un motivo de mayor tranquilidad al sector privado.

En el frente fiscal la situación es difícil. Si ustedes me preguntarán: ¿cuáles son los nubarrones más preocupantes que yo advierto en el panorama fiscal de la Nación?, me referiría a dos: al tema de pensiones y al tema de hidrocarburos.

Sobre el tema de hidrocarburos, el país tuvo los picos de exploración en el año 1992. Empezamos a vivir una etapa de descenso. En el año 2002 apenas hubo 7 exploraciones en Colombia. En el año 2003 ya logramos 28. Este año vamos a pasar la barrera de los 30.

Acabamos de adjudicar un área de exploración de gran importancia en el Caribe colombiano, en frente de Santa Marta hasta La Guajira. Ahí están las empresas como Exxon Mobil, Petro Brass y Ecopetrol.

Es bueno saber que empresas que se querían a retirar de Colombia, hoy han resuelto todo lo contrario: invertir más en Colombia. Confiamos que podamos recuperar el ritmo de sísmica, el ritmo de exploraciones y que le podamos superar al país ese nubarrón, esa incógnita para el frente fiscal, tan delicada, que es la escasez de combustibles, de hidrocarburos.

Pero estamos por otro lado poniendo gran atención a las energías alternativas. Declaramos una exención tributaria a la energía eólica. Ya se instaló, gracias a esa exención, el primer parque de generación de 20 mil kilovatios en La Guajira. Ojalá ese parque sea adicionado por otros muchos, porque La Guajira tiene un potencial de energía eólica de aproximadamente 4 millones de kilovatios.

El Valle del Cauca, el año entrante, con las decisiones que hemos tomado: la exención tributaria, el reglamento aprobado por la Organización Mundial de Comercio y la política de precios, empezará a producir un millón de litros de alcohol carburante. Cuatro, cinco ingenios, incluido el de Risaralda, ya han hecho el pedido de las plantas.

Y confiamos que siga y se acelere el ritmo de siembra de palma africana y que vayamos a producir el biodiesel. Lo necesitamos.

Entonces quiero decir ante ustedes que tenemos una gran dificultad en hallazgos de hidrocarburos. Pero estamos dando todos los pasos para que el país no vaya a tener graves perturbaciones por la crisis energética que se le avecina al mundo, que hizo estragos en Brasil en la anterior administración presidencial, que tiene problemas hoy en la recuperación de la economía argentina, que está produciendo problemas en la economía chilena. Hasta el punto de que Chile, para poder generar, acaba de hacer un acuerdo con Taiwán, para traer desde Taiwán gas licuado para las plantas de generación en Chile.

Hay una preocupación grande sobre lo que puede pasar en materia energética, su impacto en la economía mundial en la próxima década y nosotros estamos tomando todas las medidas para que Colombia pueda sortear exitosamente esa amenaza mundial.

El otro tema es el de pensiones. La verdad yo vi esfumarse la juventud luchando en el tema de pensiones. Nos demoramos de 1986 a 1993 para dar el primer paso: el de la Ley 100, que se dio gracias al apoyo del presidente Gaviria y su Gobierno.

Con el ministro Juan Luis Londoño –q.e.p.d.- dimos el segundo paso. Intentamos dar el tercero con el referendo del año pasado. No fue posible. Hemos venido después del referendo conversando con todas las fuerzas políticas y hoy creemos tener un consenso para aprobar una reforma constitucional que vamos a radicar el 20 de julio. Una reforma constitucional para eliminar los regímenes privilegiados. Eso ayuda bastante.

Pero tenemos una preocupación, que es la Caja Pensional en el corto plazo. Este año la Nación tiene que girar, para efecto pago de pensiones, 10 billones de pesos. De esos 10 billones de pesos, billón y medio van al Seguro Social. Y el año entrante ese billón y medio que tenemos que trasladar al Seguro Social, se puede convertir en cuatro.

Entonces yo he hablado, tanto con el Ministro del Interior como con el Ministro de Protección y les he dicho: no es suficiente el acuerdo que tenemos. El acuerdo político hay que adicionarle otro punto que nos ayude en caja, en un período de tiempo más corto. Vamos a buscar ese acuerdo, a ver cómo tramitamos la reforma constitucional para eliminar los regímenes privilegiados y la reforma legal para resolver un problema de caja en un plazo más corto.

Tengan la certeza de que somos plenamente conscientes de estas dificultades fiscales. Tenemos toda la voluntad de removerlas, para que la economía del país se robustezca más y más.

Por supuesto, reformas tributarias o pensionales milagrosas no hay. Perfectas no hay. Todo el mundo tiene su propia versión de reforma pensional. Cuando uno habla de reforma estructural a la tributación, en eso cada voz en el Congreso de la República tiene un concepto diferente.

Por ejemplo, a algún sector del país lo han orientado con la tesis de que la reforma estructural en materia de tributación hay que hacerla contra las transferencias. Imposible. Imposible. Una cosa es examinar las transferencias de acuerdo con los libros de la hacienda pública y otra de acuerdo con las necesidades de los departamentos y municipios.

Nosotros, con todo el esfuerzo hecho, apenas hemos logrado crear en estos dos años 750 mil cupos escolares. Si logramos mantener el esfuerzo, crearemos al final del Gobierno millón y medio. Y en ese momento todavía habrá entre 500 y 800 mil niñitos sin cupo.

O sea que el recorte de las transferencias es de inmensa dificultad. Estamos haciendo una reforma legal a ver si podemos darle mejor uso a las transferencias de salud.

Este Gobierno se ha propuesto crear 3 millones de cupos en el régimen subsidiado de salud. Este año se crea millón y medio. El año pasado entraron millón 100 mil colombianos al régimen subsidiado de salud. Vamos a ver si con esa reforma legal, que tiene bastante entusiasmo el Congreso, podemos al final no entregar tres millones de nuevos cupos, sino una cifra muy superior.

Algunas voces optimistas del Congreso me dicen que con esa reforma podríamos aspirar a terminar el período con 20 millones de colombianos en el régimen subsidiado de salud. Ojalá. Ojalá. Eso sería un gran salto.

Entonces tengan la certeza que tenemos toda la preocupación por estos temas de la economía, para que siga la recuperación.

Y el tema de la seguridad y el tema de la Reforma del Estado. Me refiero primero a éste. Nada ganamos con tener más ingresos, con tener un régimen pensional más razonable, si continuamos con un Estado derrochador.

Hasta el momento hemos introducido reformas en 37 empresas del Estado, empezando por el Sena. La reforma en el Sena, que nos ha costado inmensos dolores de cabeza. El Sena educaba, formaba, un millón de colombianos en el año 2002. Este año forma 2 millones 600. Y aspiramos que al finalizar el cuatrienio en el año 2006, el Sena esté formando 4 millones de colombianos por año, y por supuesto mejorando la empleabilidad, que la hemos venido midiendo rigurosamente.

Está la reforma de Telecom, que hay que cuantificar lo que ha incidido eso en el problema estructural de las finanzas públicas. Que Telecom estaba perdiendo 500 mil millones al año, que se los tenía que demandar al presupuesto nacional para cumplirle a los pensionados. Se suprimió esa pérdida. Este año debe ganar 500 mil millones y son 500 mil millones que le está ahorrando al presupuesto nacional. Eso es de gran importancia.

Telecom se pone en condiciones de pagarle a los pensionados de la antigua Telecom y al mismo tiempo de contribuir al mejoramiento de las telecomunicaciones en la Patria. La última decisión dolorosa, difícil, fue la del pasado sábado con TeleSanta Marta, pero eso implica un gran ahorro.

Hemos avanzado en las reformas de Ecopetrol, en las reformas de 37 entidades del Estado. El Seguro Social apenas lo llevamos a medias. Dimos un paso muy importante, que fue desvincular todo el sistema de clínicas del sector central de la entidad, hoy en firme, gracias a las sentencias de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado. Pero nos falta muchísimo en la reforma del Seguro Social.

El país puede tener la certeza que nosotros seguiremos en la eliminación del gasto burocrático y del Estado derrochador, hasta el último día de Gobierno, para que los colombianos puedan pagar sus impuestos con más tranquilidad.

El tema de la seguridad es un tema de insistencia. Tenemos operaciones en todo el país. Tenemos unos avances, también hay unos problemas. Habíamos avanzado mucho en el occidente de Caldas. Esta mañana fui informado de unas dificultades allí, pero estamos las 24 horas del día enfrentando el tema de seguridad.

Ese tema necesita persistencia. Ese tema necesita voluntad de hierro. Ese tema necesita una visión elemental: Colombia tiene que derrotar el terrorismo. No hay más camino. Eso no puede ser de pare y siga. Una política de seguridad con dubitaciones, frágil, enfrentada a unos terroristas con propósitos de 40 años, es una política de seguridad llamada a perecer.

Por eso esta política de seguridad tiene que tener toda la fortaleza, tiene que tener toda la contundencia, sin jactancias. Toda la severidad en la política de seguridad, sin jactancia alguna. Para que, al no existir jactancias, se habrán las puertas del diálogo en el momento que lo quieran los grupos violentos.

El Gobierno ha asumido una actitud de total prudencia frente a las perspectivas con el ELN y confiamos que la gestión de buena voluntad emprendida por México, le pueda dar un buen resultado a nuestros compatriotas.

Tienen que anunciar mucha cosa para que esta economía crezca.

Hace pocos días me decían en Cartagena: bueno, ¿por qué no nos ayuda con más presupuesto para la promoción turística de la Nación? Yo les contestaba: ¿qué nos ganamos promoviendo una Patria bien hermosa en el extranjero, si a cada rato hay malas noticias?

Las malas noticias pueden con las buenas fotos. Entonces vamos a hacer un pacto: ustedes siguen anunciando y anunciando bien de Colombia. Y nosotros seguimos en un esfuerzo a ver si en Colombia los hechos no desvirtúan los buenos anuncios de ustedes.

Muchas felicitaciones.

 
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