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DÍA NACIONAL DE LA SEGURIDAD PRIVADA
X ANIVERSARIO DE LA SUPERINTENDENCIA DE VIGILANCIA PRIVADA

Junio 04 de 2004 (La Calera – Cundinamarca)

Compatriotas:

Quiero felicitarlos en este aniversario tan importante de la participación de la actividad privada en la seguridad de la Patria.

Agradecer a ese grupo de más de 200 mil colombianos que trabajan en las empresas privadas de seguridad.

Agradecer a sus directivos por este enorme esfuerzo. Agradecer al Superintendente (Hernán Sanín Posada) la tarea enjundiosa, transparente, eficaz que viene realizando y que le ha generando confianza a la ciudadanía, cariño y respeto de los vigilados.

Hay que reiterarlo como lo han mencionado el señor superintendente y el señor ministro, el primero de los derechos humanos es la seguridad de los colombianos.

Esa lucha es una lucha sin claudicaciones, de todas las horas, de todos los minutos. Mientras el creador nos preserve energías no desfalleceremos un momento, no desatenderemos un momento el esfuerzo por la seguridad de los colombianos.

Ese concepto democrático de seguridad se ha venido profundizando, interiorizando con mucha fortaleza en el alma del pueblo colombiano. Seguridad para todos, seguridad sin distingos políticos, seguridad para el amigo de las tesis gobernantes, seguridad para el opositor, seguridad para el dirigente empresarial, seguridad para el trabajador, para el dirigente sindical, seguridad para todos es la acepción más bella de la seguridad democrática. Seguridad para todos es el significado de seguridad democrática. En eso hay que persistir.

Encuentro que todos los días el mundo nos acompaña más, nos comprende más a pesar de que llevamos tantos años de propaganda negativa. De que cada vez que agitamos una bandera contra los violentos salen una serie de voces en la comunidad internacional a desacreditar las banderas nuestras, hoy veo que el mundo nos comprende y nos acompaña más.

Lo hemos notado en foro internacional tras foro internacional, en decisión internacional frente a Colombia, tras decisión internacional.

Esa seguridad la hemos querido trabajar en cuatro grandes temas: el control territorial, el aislamiento de los grupos violentos, su desabastecimiento, y la confianza ciudadana.

El control territorial no es fácil. Esta Patria nuestra tiene casi un millón 200 mil kilómetros cuadrados, todavía por fortuna preservamos en bosques 578 mil kilómetros, la extensión de Francia es de 500 mil.

Pero hemos avanzando con las brigadas móviles, con los batallones de Alta Montaña, con los grupos especiales, con los escuadrones de carabineros, con la presencia de la Policía en aproximadamente 154 cabeceras municipales que no contaban con esa presencia, hemos avanzado con los Gaulas, con los soldados de mi pueblo en 436 municipios de la Patria. Ese avance es bien importante.

Y no solo desde el punto de vista cuantitativo sino cualitativo. Los soldados y policías de la Patria realizan una tarea muy abnegada. Si uno sale de oficina aquí y se encuentra con un pantanito y esta lluvia cariñosa y se queja y se ofusca porque se le ensuciaron los zapatos, cómo serán los soldados y policías de la Patria en esa batalla de 24 horas con el zancudo, el mosquito, la humedad, las temperaturas, el riesgo, enfrentando a la delincuencia.

Hay que tener a toda hora en la mente y en el alma, conectados con los soldados y policías de la Patria, están haciendo un enorme esfuerzo, una exposición al riesgo infinita.

En mis años siempre he conocido heroísmo en los soldados y policías de la Patria, pero yo nunca había visto y espero no estar desorientado por el ejercicio de la Presidencia, nunca había visto un compromiso de esta magnitud de los soldados y policías de la Patria, para derrotar a los violentos, para recuperar la seguridad de la Patria.

Sin embargo al control territorial todavía le hace falta mucho más esfuerzo. La Nación es muy extensa, con unos accidentes geográficos bastante complicados como todos los conocemos.

Hemos avanzado en el desabastecimiento de los grupos violentos, para ello es muy importante la derrota de la droga. Mire, los colombianos nos tenemos que sensibilizar todos los días más de que hay que derrotar la droga. Eso no le ha dejado a este país sino tragedia, ruptura familiar, ruptura con los valores, financiación del terrorismo.

Hay que desabastecer a los violentos acabando con la droga. Acabando con el secuestro, cortándoles los corredores de movilidad. Hay que seguir en la tarea de aislarlos. Por ello es muy importante capturarles todos los enlaces urbanos, y en esa tarea sí que es necesaria la cooperación de ustedes.

Tenemos que proponer, con la ayuda de ustedes, que no quede en la calle libremente, un solo enlace de los grupos violentos. Ese es un camino importantísimo para aislarlos.

Yo quería llamar la atención de ustedes hoy para que ustedes, con toda su gente, con la Policía, con el Ejército, todos integrados trabajando, nos propongamos meter a la cárcel a todos los enlaces de los grupos violentos que merodean aún por las ciudades de Colombia, para aislar a los grupos violentos.

La recuperación de la confianza ciudadana es lo más importante. ¿Por qué? Porque finalmente Colombia es un Estado de derecho y más que un Estado de derecho es un Estado de opinión.

Los grupos violentos en Colombia han tenido pedidos indefinidos, infinitos, para insistir en su acción violenta. Las políticas de seguridad que durante el curso vital de mi generación han emprendido algunos gobiernos, han sido de muy corta duración.

Entonces ahí se presenta un contraste que ha hecho mucho daño: el de unos grupos violentos de visión de largo plazo, sin angustias de períodos, y unas políticas de seguridad de muy corto plazo.

¿Para qué se necesita confianza ciudadana? Para que el pueblo colombiano exija que la política de seguridad en Colombia sea permanente. Que se le hagan ajustes, que se le mejore por un lado, que se le introduzca un correctivo, pero que sea permanente. Es una necesidad.

Y esa permanencia solamente la garantiza el respaldo de la opinión. Y ese respaldo de la opinión exige que la política de seguridad sea democrática, eficaz, transparente.

Hay que mostrar resultados todos los días: eficacia. Resultados desmantelando grupos violentos, resultados con los indicadores de seguridad y transparencia.

No solo por salvar la apariencia hay que respetar los derechos humanos, no solo por el qué dirán internacionalmente, esos derechos humanos hay que respetarlos por el respeto que les debemos a nuestros ciudadanos, por nuestro deber de construir consenso en esta Nación, por nuestra obligación de unir esta Nación.

En la medida en que toda la ciudadanía sienta que aquí hay una determinación de respeto total a los derechos humanos y acompaña nuestra vocación de eficacia y nuestro compromiso de derrota a los violentos, la ciudadanía estará tranquila, la ciudadanía acompañará estas políticas.

Y entro a un punto bien importante. Si no hay cooperación ciudadana esta política no es sostenible y no será posible la victoria final.

En Colombia hay que desmitificar los temas. Ayer en un foro en Santa Marta en presencia de los medios de comunicación alguien decía: ‘Presidente, pero si ahora en determinadas zonas se retiran las autodefensas ¿quién nos va a defender?’ Yo les decía: Colombia no puede seguir ni sometida a la guerrilla ni creyendo que el medio defensa es el medio de autodefensas ilegales.

Colombia tiene que recuperar el imperio institucional. Es el único camino, y por supuesto, en muchas regiones del país plantean eso y la gente está asustada porque tuvo muchos años la guerrilla encima, el Estado no se acordaba de ellos y se encontraron una manera que hoy les causa bastantes problemas que son los grupos ilegales de autodefensas.

Es que hemos tenido a la ciudadanía en todo ese círculo vicioso antinstitucional donde aparecen sí guerrillas y sí autodefensas y no aparece el Estado por parte alguna.

Entonces nos toca hacer un gran esfuerzo, con la Policía, con el Ejército, con las instituciones, para que los colombianos vean que vamos a derrotar la guerrilla, que no vamos a depender de autodefensa y que vamos a recuperar plenamente el imperio institucional.

Les decía ayer en Santa Marta: correcto, hay que hacer un mayor esfuerzo de la Policía y del Ejército, que los ciudadanos vean que si allí salieron autodefensas, las derrotó el Estado y se desmovilizaron y entraron en un proceso de paz, pero que eso no se lo va a tomar de nuevo la guerrilla. Que la fuerza institucional es para defender a los ciudadanos, pero con eso no es suficiente.

Necesitamos que todo ciudadano sea un cooperante de la Fuerza Pública. Yo les decía, necesitamos que toda finca en el Magdalena tenga un cooperante con la Fuerza Pública, y que ese cooperante tenga un radio o un celular, y que la Fuerza Pública esté permanentemente buscando el apoyo ciudadano y que la Fuerza Pública tenga disposición de recibir al ciudadano cuando el ciudadano llegue a informar, que los teléfonos no se apaguen, los teléfonos tienen que funcionar las 24 horas, que las oficinas para recibir informantes no se cierren, tienen que funcionar 24 horas; que el ciudadano cooperante sienta que nosotros somos diligentes, que reaccionamos, que nos pellizcamos, que tenemos bríos, que no acude a encontrar una Fuerza Pública con moridera, sino que acude y encuentra una Fuerza Pública con energía, pronta, solícita, para acudir a verificar o a descartar la información del ciudadano. Eso sí que es importante.

Y allí va entrando la seguridad privada. El mundo entero ha reconocido que la seguridad privada es una absoluta necesidad. Hubo muchos debates filosóficos, hoy los veo superados, hay una aceptación universal a la seguridad privada, la requerimos.

¿Cómo la ubico yo? Yo la ubico con mayor coordinación con Policía, Ejército, DAS, otras fuerzas y Fiscalía y al mismo tiempo con un gran dinamismo para ayudar a que toda la ciudadanía participe del concepto de seguridad.

Ustedes tienen que ser un puente entre ciudadanía e instituciones, tienen que ser un apoyo a la institución armada democrática y tienen que ser un puente de esa institución con la ciudadanía y tienen que ser un motivador para que todo ciudadano colombiano asuma su responsabilidad frente a la seguridad, frente al orden público.

Y eso lo tiene que hacer todo el mundo. A mí me sorprende cuando la Policía en algunas ciudades me dice: que en los barrios populares hay entusiasmo por los frentes locales de seguridad. Y que en los barrios de los más riquitos no. Todo el mundo tiene que trabajar en eso.

Pero hay otra cosa bien importante. También eso hay que balancearlo, porque el más riquito puede pagar un contrato con una empresa de seguridad privada, el pobre no.

Hay que desarrollar mecanismos cooperativos, para que ustedes estén en todos los barrios populares, con costos infinitamente menores para la gente. En las comunas de Medellín hay unos celadores que ahora los quieren institucionalizar. Qué bueno. Y que la gente les ha pagado una platica informalmente. Es una gente pobre, que no puede tener un contrato con una empresa de seguridad privada. Han hecho un esfuercito allí para pagarle a un celador o a otro. Qué bueno encontrar que las empresas de seguridad privada ayuden a organizar todos esos procesos.

Que les digan a los barios populares de Bogotá, de Medellín, de Cali, de Barranquilla, de todo el país: mire, entendemos que ustedes no tienen el dinero para pagar estos servicios, pero les vamos a ayudar a que ustedes como ciudadanos se organicen para que la seguridad en el barrio sea una seguridad del mejor nivel. Estamos en mora de hacer eso.

Yo quería proponerlo hoy como una tarea que debemos cumplir, una tarea que debe cumplir el Ministerio, la Superintendencia, ustedes, con el apoyo de la Policía y el Ejército.

Definir por todos los medios lícitos un propósito: que todos los ciudadanos cooperen con la Fuerza Pública. Ya no es el millón que propuse en la campaña, ahora son 40 millones.

A los que no les gustan mis ideas les voy a decir: está bien, está bien. Si tienen desacuerdos con mis ideas, magnífico, pero a cooperar con la Fuerza Pública. Hay que poner a todo el mundo a cooperar con la Fuerza Pública, es el único camino para que este país logre el alto grado de seguridad que requerimos.

Me parece bien importante examinar cómo va esto, cómo va la mayor integración de ustedes con la Fuerza Pública y cómo va el mayor compromiso de ustedes para vigilar no solamente el edificio a su cargo, o el escenario deportivo a su cargo, o la oficina a su cargo, sino el espacio público del vecindario, que fue uno de los temas de campaña.

Me parece que salvo otros temas debemos mirar, primero, como nos van a ayudar ustedes para que todos los ciudadanos cooperen con la Fuerza Pública, para que los ciudadanos que viven en localidades donde el ingreso es bajo y la gente no puede pagar un servicio de seguridad como el que ofrecen ustedes, tengan su organización, transparente, por supuesto de costos inmensamente reducidos.

Evaluemos como va la integración de ustedes con la Policía y con el Ejército y evaluemos como va la tarea de ustedes para ayudarnos no solamente a cuidar la esfera de quien los ha contratado sino el área pública y comunitaria adyacente. Esa es una tarea fundamental.

Lo otro es el tema de las relaciones laborales. Ya lo refirió el ministro. Eso sí que es importante. Si algún sector necesita armonía, solidaridad, cariño, en las relaciones laborales es el sector de ustedes. ¿Quién da seguridad con unos celadores disgustados? O sea que allí hay que construir unos superiores, óptimos niveles de buenas relaciones laborales.

Colombia los necesita a ustedes, queridos amigos de la seguridad privada, sin ustedes no podemos garantizar el éxito de esta tarea. Colombia necesita que todos los ciudadanos cooperen con la Fuerza Pública, sin eso la Fuerza Pública sola no podrá.

Los felicito. Churchill decía: Que el día que uno amanece tranquilo, sin el entusiasmo por nuevas batallas, ese día empieza a desaparecer. Aquí hay que tener el entusiasmo, la angustia, el nervio para estar dando nuevas batallas.

Por eso quería proponerles estos cuatro temas, sin perjuicio de otros que ustedes quieran traer a ver como avanzamos.

Muchas gracias.

 
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