AÑO 2004

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CLAUSURA DE LA XXXIX CONVENCIÓN BANCARIA
Junio 25 de 2004 (Cartagena de Indias – Bolívar)


Compatriotas:

Acudo con mucho beneplácito a esta nueva versión de reunión del sector financiero de mi Patria. He escuchado con toda atención las magnificas intervenciones de Enrique García, presidente de la CAF y el muy agudo repaso a la situación económica de la Patria que acaba de presentarnos Patricia Cárdenas.

Antes de abrir una especie de foro con ustedes, quisiera referirme solamente a algunos de esos puntos con la certeza de que muchos otros los podemos tratar a través de sus comentarios, de sus preguntas, de sus preocupaciones.

En primer lugar, quiero celebrar dos acuerdos que hemos hecho con el sector financiero, el primero sobre microcrédito general y el segundo, sobre microcrédito a la vivienda.

Esos son acuerdos que necesita la equidad social en una Patria como la nuestra. Logramos ahí, por la vía de la concertación, el beneficio que se requiere y que se siente temor de obtenerlo por la vía de la intervención administrativa. El acuerdo de casi hace dos años, sobre financiación en microcrédito, ha producido unos excelentes resultados.

Le he pedido al Gobierno que en todas partes hablemos de la agenda social, que si al Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) le preguntan por el déficit, le dedique un minuto al déficit y cinco minutos a la agenda social. Porque nosotros, para recuperar la seguridad y la confianza en Colombia, necesitamos persistir en la Seguridad Democrática.

Necesitamos avanzar en el saneamiento macroeconómico, en aquello de despejar los nubarrones, hacer las reformas que se requieran, pero requerimos la cohesión social de esta Patria, que no se logra sino con una eficaz agenda social.

Por ejemplo, en diciembre de 2002, la cartera a los microempresarios colombianos no superaban los 250 mil millones (de pesos). Ya en marzo de 2004, la cartera de los microempresarios colombianos superaba billón 440 mil millones (de pesos). Tenemos confianza que esa cartera de los microempresarios colombianos hoy supera el billón y medio.

Ese es un gran salto en lo social para construir el país de propietarios, para que los beneficios del crédito lleguen a los sectores más vulnerables de la comunidad. Pasar de 250 mil millones a billón y medio entre diciembre de 2002 y mayo – junio de 2004 es algo muy importante para la cohesión social de esta Nación, pero tenemos que seguir avanzando porque hoy no aparecen a los foros los que han recibido los créditos, sino aquellos colombianos que sienten posibilidades de recibirlos y que todavía no han accedido a ellos.

Gracias a ese acuerdo con el sector financiero y a todo lo que se ha venido haciendo con las fundaciones, con las gobernaciones, con las alcaldías, al trabajo de las diferentes instituciones del Estado muy sobresaliente, el trabajo del Fondo de Garantías, se ha podido dar ese salto.

Anoche lo veíamos en Cali que muestra hoy un dinamismo económico bastante recobrado, a pesar de que estamos allí en plena lucha para derrotar el narcotráfico. En la ciudad de Cali el desempleo se ha reducido al 12 por ciento,

Y ¿cómo ha incidido el microcrédito? Cuando este Gobierno empezó, por ejemplo, el Banco de la Mujer –que es quizás una de las instituciones más importantes en la asignación del microcrédito en Cali-, tenía una cartera de 40 mil millones (de pesos) para 40 mil clientes. Hoy tiene una cartera que supera los 110 mil millones (de pesos) para más de 80 mil clientes, solamente en la ciudad de Cali.

Y ese microcrédito junta la tonificación de la oferta con la reactivación de la demanda inmediata. Vamos a construir, pues, en la compañía de ustedes ese país de propietarios. Hay que hacerlo y a eso hay que insistirle.

Nosotros entendemos que al sector financiero hay que darle confianza, pero fundamentalmente hay que darle confianza al entorno sociológico donde opera el sector financiero, que es el pueblo de Colombia. La construcción de cohesión social exige una gran conciliación entre el sector financiero y la base popular de la Nación y eso se logra con una política agresiva, con una política de gran cobertura, como tiene que ser, entre otras cosas, la política del microcrédito.

Y agradezco inmensamente también el esfuerzo de ustedes por la vía concertada para ayudarnos a financiar la vivienda social. Ya la Ministra (de Vivienda, Ambiente y Desarrollo Territorial, Sandra Suárez) y Patricia Cárdenas nos han dado las cifras de cómo avanza ese proyecto.

Creo que, a futuro, Colombia tiene que pensar más en la financiación de vivienda social a través de crédito de largo plazo, de fácil acceso, de una tasa de interés razonable, que solamente la financiación basada en el subsidio estatal. La demanda en el país excede con creces las posibilidades fiscales de subsidios y cuando el país ha logrado, hoy ganándole esta batalla a la inflación –a mí me sorprende que nosotros vamos, como están las cosas, para una inflación del 5.5 (por ciento). En los Estados Unidos puede ser éste año del 2.5 por ciento y en los países de Europa del 3.5 por ciento-, se van dando las condiciones aquí para dar crédito de largo plazo a mucho mejor tasa de interés y entonces eso nos tiene que ayudar a resolver problemas sociales que antes pensábamos que no tenían solución diferente al subsidio del presupuesto.

Por eso agradezco el esfuerzo del sector financiero e invito al sector financiero a incursionar en estos sectores, directamente, ojalá todos los días más de manera directa, siempre con el Fondo de Garantías, con convenios como los que estamos realizando con FINDETER, con las Cajas de Compensación. Eso nos puede ayudar a mostrar unos resultados muy superiores en vivienda social porque estamos retrasados en el cumplimiento de la meta del Gobierno pero nos tenemos que desatrasar.

Creo que la política, como se ha revisado, como se está poniendo en vigencia, nos va a permitir mostrar en algunos meses, una ejecución mucho más acelerada en vivienda social. A propósito, en el día de hoy, se expidió un decreto que impone unos mínimos de lote para vivienda social en el país, por debajo de los que habían impuesto algunas ciudades que imponían unos mínimos tan altos que prácticamente le cerraban la posibilidad en el territorio de esa ciudad a la construcción de vivienda social.

Eso obligó al Gobierno, interpretando el concepto constitucional del Estado Social de Derecho de la comunidad solidaria, a dictar el decreto que se expidió en la mañana de hoy y que nos tiene que ayudar a avanzar en vivienda social.

Seguramente mis distinguidos compañeros del Gobierno que han conversado con ustedes ayer y hoy han presentado –generalmente el power point nada más lo presenta. Todo lo que presenta el power point es bueno, pero entonces voy a referirme a los temas de preocupación, a los que generalmente no aparecen en el power point. Yo no le conozco a los power point el capítulo que diga: ‘temas de preocupación-’. Déjenme referir inicialmente a dos: al tema de los hidrocarburos y al tema de las pensiones.

Si me preguntarán cuáles son las preocupaciones del Gobierno sobre el futuro fiscal de la Nación, yo les diría esos dos temas: hidrocarburos y pensiones.

Imagínense ustedes que el país pierda la autosuficiencia petrolera. Importar petróleo a 35, 38, 40 dólares. Nosotros tenemos en el primer nivel de nuestras preocupaciones la necesidad de recuperar un gran dinamismo en materia de hidrocarburos.

Se han tomado una serie de decisiones, una primera fue el proyecto de ley de la administración presidencial anterior para modificar el régimen de regalías que, en el período de transición, el Gobierno electo se aplicó en el Congreso de la República para que fuera aprobado. Se aprobó.

Y hay otras series de disposiciones que nos están ayudando a avanzar en contratos de exploración, en pozos explorados. En sísmica, por ejemplo.

Es bueno tener en cuenta que 1992 fue el último año de mayor cantidad de pozos explorados, se exploraron 28. A partir de ese entonces empezó una declinación año tras año. Llegamos al 2002 solamente a explorar 10 pozos. Ya en el 2003 y a esto contribuyo no solamente el conjunto de medidas del sector sino también la seguridad, pudimos explorar 28 pozos. O sea que en 2003 volvimos al nivel que habíamos perdido en 1992.

Y en lo acumulado de éste año hemos explorado 19 pozos. La meta para este año era una meta de 28 pozos, yo creo que si a la fecha hemos explorado 18, 19 vamos a superar la meta como hacia donde va dirigido nuestro esfuerzo.

En sísmica, el kilometraje se había caído críticamente. Ya el año pasado logramos 3.500 kilómetros. Este año tenemos que hacer en sísmica, por lo menos otros 3.500 kilómetros.

Recuerdo a muchas de las grandes empresas petroleras resistidas a regresar a Colombia y las que quedaban en Colombia con deseos de irse. Pues hemos logrado revertir esta tendencia: las que están en Colombia quieren quedarse, quieren ampliar sus áreas de exploración, quieren tener más contratos con el Gobierno. Y muchas de las que se habían ido quieren regresar, como es el caso de la Shell.

Por supuesto que hay decisiones difíciles de gran controversia política como la extensión de los contratos. Pero esa extensión de los contratos hay que hacerla y a tiempo porque es lo único que permite hacer unas inversiones con la suficiente antelación para potenciar esos pozos, para extraer de esos pozos los remanentes.

Qué tal que esperemos 4 años para que termine la concesión de ballenas en La Guajira. En ese momento entra Ecopetrol a hacer las inversiones que se requieran para potenciar esos pozos o para explotar unos nuevos dentro de la misma área que le puede pasar al país en el suministro de gas con esas demoras.

Esas son las razones que nos han llevado a acordar con los actuales asociados, con los actuales exploradores, estos acuerdos para la extensión de los contratos. Hemos empezado con el de gas de la Guajira y vamos a hacerlo con otros que están explotando directamente petróleo.

Por ejemplo, al asignar para exploración lo que se llama el área Tayrona en el Caribe, entre Santa Marta y la Guajira, en el Mar Caribe de la Patria, allí se ha hecho un consorcio entre Ecopetrol, Petrobrás y Exxon Mobil. Y ahora que regresa, la Shell quiere participar de ese consorcio.

Lo bueno es que empresas que se habían ido, como la Shell, tienen toda la voluntad de regresar a Colombia. Vamos a seguir pues trabajando con toda la devoción a ver cómo le devolvemos a la Patria en el mediano y largo plazo en materia de hidrocarburos.

El segundo tema energético: el de considerar la canasta energética en su conjunto. A mí me reocupa que el país haya perdido el ritmo de instalación de proyectos de hidroelectricidad.

En este Gobierno se terminó la central de Caldas, le vamos a extender a Empresas Públicas de Medellín los avales necesarios para poder construir Porce III, queremos que impulse Porce IV. Al haber hecho el arreglo con el Metro de Medellín, la reciprocidad de la ciudad fue desistir de la reclamación a Isagen por lo que es el Consejo Hidroeléctrico del río Nare. Eso despeja, en parte los estados financieros de Isagen y le permite a Isagen entrar a considerar inversiones en proyectos que se venían aplazando.

Pero necesitamos empezar otros proyectos. El país tiene que pensar en Sogamoso, el país tiene que pensar en Pescadero. Ojalá podamos despejar Amoyá, ya tenemos asegurada la financiación y vamos a ejecutar Brazoseco en Güapí, en el Pacífico caucano y me preocupa que tenemos que crear condiciones para que el sector privado entre en el sector de electricidad.

El sector privado ha comprado represas que han vendido los Gobiernos, pero no ha construido represas, no ha construido plantas de generación hidroeléctricas. Estamos negociando un marco de condiciones para que este sector sea atractivo a la inversión privada. Aspiramos poder entrar definitivamente al Plan Panamá – Puebla, venimos solicitándolo desde que empezó el Gobierno.

Ya, extraoficialmente, los presidentes Centroamericanos, el Presidente de México, nos han anticipado su visto bueno pero aún no se ha formalizado. Los Ministros del Plan Panamá – Puebla se reunieron hace dos semanas y confirmaron su voluntad de darle ingreso a Colombia. Entraríamos en el capítulo de infraestructura, básicamente para construir la línea de transmisión de energía, lo que posibilita la construcción de centrales que se han venido aplazando, el gasoducto, que también está pendiente de un acuerdo con el Gobierno de Venezuela que venimos tramitando desde el principio del Gobierno y la carretera. No podemos hablar del Tapón del Darién, tenemos que hablar de la alternativa ambientalista. Sería la carretera por la línea costanera.

Confiamos que si esto se formaliza en el Plan Panamá – Puebla, nosotros podamos acceder a un crédito de condiciones conexiónales y empezar el tramo de la carretera. La idea que le he venido sugiriendo a los Ministros, es que busquemos empezar de la frontera con Panamá a buscar el Golfo de Urabá a buscar el río Atrato y creo que eso nos puede ayudar inmensamente. Estamos trabajando también al impulso a las fuentes alternativas de energía.

La legislación tributaria colombiana hoy tiene varias características que, cuando se habla de reformas estructurales, no se deberían ignorar.

Primero, nosotros eliminamos una serie de incentivos caprichosos y hemos introducido unos incentivos orientados a convertir ventajas potenciales de Colombia en ventajas reales. Por ejemplo, se introdujo el estímulo tributario a la energía eólica, ya hay una planta de 20 mil kilovatios en la Guajira, ojalá con ese estímulo y con el ejemplo de esa planta, podamos tener allí otras plantas. El potencial de La Guajira en energía eólica algunos lo estiman en 4 millones de kilovatios, apenas hemos logrado instalar los primeros 20 mil kilovatios.

Y estamos trabajando con el Congreso de la República que, ya en primer debate, nos aprobó un proyecto para poder estimular la producción de Biodiesel. Ustedes saben que hoy tenemos saturada la capacidad de producción de diesel, que con las dificultades que nosotros hemos advertido en Colombia, en materia de hidrocarburos, es absolutamente necesario desarrollar el alcohol, desarrollar los combustibles de origen biológico.

La buena noticia es que, después de todas las decisiones que tomamos, como el estímulo tributario, el reglamento que aprobó la Organización Mundial de Comercio y la política de precios, 5 ingenios colombianos de azúcar han confirmado la adquisición de plantas destiladoras de alcohol combustible. Y a finales del año entrante, aspiramos que el país ya tenga una oferta de un millón de litros de alcohol combustible al día, lo cual nos puede abrir un camino bastante promisorio.

Veía ésta mañana un titular de un periódico que decía: ‘hay petróleo para mucho rato, para 44 años’. Eso es nada. 44 años en un tema tan delicado pasan en nada. Por eso es muy importante que el país no solamente se preocupe por resolver el problema de los combustibles fósiles, sino que hagamos un manejo mucho más amplio e integral de todo lo que tiene que ser la canasta energética y la diversifiquemos de acuerdo con nuestras posibilidades.

Esta Patria nuestra, no con 170 mil hectáreas de palma africana, sino con 3 millones de palma africana y generando alcohol combustible. Esta Patria nuestra con plantas destiladoras de alcohol, no solamente en el Valle del Cauca sino ojalá en La Guajira, en la hoya del río Suárez, en Vegachí, en la ladera cundinamarquesa, tiene que ser una Patria diferente en materia ambiental, en materia energética, en materia de generación de empleo.

Y ahí entra un tema de gran importancia: prepararnos a tiempo. Confío que vayamos despejando esa gran incógnita fiscal que es el tema de los hidrocarburos y además, la escasez de suministros energéticos puede ser el gran obstáculo al desempeño de la economía mundial en la próxima década. Hablo con los voceros de los gobiernos de la región y hay enorme preocupación. El Ecuador nos compró el año pasado 100 millones de dólares de hidroelectricidad, Chile acaba de hacer un convenio con Taiwán para traer gas licuado desde Taiwán para las plantas de generación en Chile. En Argentina esa recuperación del crecimiento se esta viendo obstaculizada, en muchos sectores del país, por la dificultades de los suministros energéticos. El Presidente Cardoso se quejaba de que su gobierno había perdido bastantes puntos de crecimiento económico por las limitaciones energéticas.

EL TEMA DE LAS PENSIONES

Ese tema es bien difícil y es bien difícil –también- encontrar la última palabra.

¿Cuál es la realidad?: la realidad es que este año tenemos que girar 10 billones de pesos del presupuesto nacional para pagar pensiones. De esos 10 billones, 915 mil millones (de pesos) van al Seguro Social, el año entrante le tenemos que transferir al Seguro Social 4 billones (de pesos). Aquí hablamos durante muchos años que se acabarían las reservas del Seguro, no se creyó. Decíamos: ‘se va caer ese edificio, se nos va a venir encima’, no hicimos caso, se nos vino encima ese edificio. El problema hay que resolverlo.

Manejar el tema de pensiones con titulares de prensa es muy delicado, hay que gastarle tiempo, análisis y búsqueda de opciones. Vamos a seguir resolviendo el tema.

Ahora, yo creo que hay que tener confianza en que el tema los vamos a resolver. Recuerdo que entre 1986 y 1993, casi todo lo que hice en el Congreso de la República fue trabajar el tema, que finalmente quedo plasmado en la Ley 100 de 1993.

La otra, la segunda reforma pensional del país fue la que aprobó el Congreso en los primeros 4 meses de éste Gobierno, liderada por el ministro Juan Luis Londoño. ¡Claro, el acumulado de ambas, insuficiente!

Hicimos un esfuerzo inmenso en el referendo, las normas del referendo eran de gran importancia: por un lado el congelamiento de las pensiones de valor superior a 2 salarios mínimos y por el otro lado, el techo pensional y la eliminación de los regímenes privilegiados. No faltaron votos, lo que pasa es que el Consejo Electoral nos contabilizó, en el censo, las cédulas de los militares que no podían votar, las cédulas de los muertos y nos contabilizó, también, las cédulas que no habían entregado pero el pueblo colombiano, responsable, el pueblo colombiano con una gran cultura política, acudió masivamente a aprobar esa norma.

Sobre eso hay todas las discusiones, encuentro, inclusive, dividida a la opinión especializada que pide la reforma. A algunos de los más destacados economistas nacionales dicen: hay que acabar el régimen de los fondos y crear un régimen de pilares.

Le asignan a la creación del régimen de los fondos todos los males fiscales. Yo me hago una pregunta: ¿ustedes se imaginan qué hubiera sido del país de 1993 a la fecha, sobre todo en esas épocas que se presentó ese gran desahorro privado, en que saltaron los déficit fiscales, en que se encarecieron enormemente las tasas de interés, si no nos hubiéramos dado a la tarea de construir los fondos privados de pensiones? Esa es la pregunta que nos tenemos que hacer.

Y entonces parece un tema superado. No, no está superado porque entre economistas muy importantes, que conversan con ustedes todos los días, hay divisiones y hay algunos que están pidiendo que eliminemos los fondos y que creemos el sistema de pilares. Esos sistemas crean ilusiones de corto plazo, por egresar al sistema de prima media, porque entonces hay más cotizantes en el sistema de prima media y se siente menos la presión del déficit sobre el presupuesto. Pero en el largo plazo son más ineficientes en la asignación de los recursos en la economía y por supuesto, mucho más difíciles para superar los déficit que se van causando en la ecuación entre lo que cotizo y ahorro como trabajador activo y lo que recibo como pensionado.

Por esa razón no me atrevo a presentar una propuesta que elimine aquello que hemos avanzado en los fondos, pero ahí tenemos que buscar cómo se construye ese consenso entre los que han estudiado al fondo el tema.

¿Qué se propone presentar el Gobierno el 20 de julio?: una reforma constitucional que se ha venido examinando en el acuerdo político.

Esa reforma constitucional tendría lo siguientes puntos: eliminación de los regímenes privilegiados, un techo pensional de pensiones máximas de 25 salarios mínimos, eliminación de la mesada 14 hacia delante.

Uno de los artículos de la Constitución del 91 dice que la seguridad social tiene que basarse en tres principios: eficiencia, universalidad y solidaridad, adicionaríamos sostenibilidad, que es de gran importancia.

Eso tiene un periodo de transición, el Congreso no nos va aprobar una reforma de esta naturaleza para que produzca todos sus efectos de inmediato. Lo que se ha venido hablando es que se tendría un periodo de transición más o menos hasta el año 2007, hasta el año 2008 y entonces ahí no solamente juega el Congreso, sino los maestros, un sector, el otro.

Entonces los maestros dicen: ‘bueno, está bien, pero que esa eliminación del régimen especial que tenemos no afecte las expectativas de quienes están próximos a jubilarse, sino que sea para la nueva generación de jubilados’. Entonces eso tiene un régimen de transición. Creo que es una medida muy sana para el país, nos va a ayudar en el mediano y largo plazo, pero no nos ayuda en el problema inmediato de caja.

Entonces cuando muchos colombianos preguntan: ¿y por qué no se presentó en esta legislatura que acaba de terminar el proyecto?, se ha venido trabajando, es que en octubre del año pasado todavía tuvimos el último intento, que fue el del referendo y lo que está en el acuerdo político es muy importante, pero es incompleto.

Algunos dicen: ‘eliminemos la mesada 14, no solamente hacia delante, sino hacia quienes ya la tienen’. Si lo hacemos por Ley, eso inmediatamente lo van a declarar inconstitucional por afectar derechos adquiridos y me temo que el Congreso de la República no nos va a aprobar la eliminación de un derecho adquirido por norma constitucional. Más aún, si en estricto derecho, un derecho adquirido se considera como no adquirido cuando se le opone la norma constitucional, yo considero que no es buen precedente para el país apelar a la modificación constitucional para afectar derechos adquiridos. Ese camino seria peligrosísimo porque entonces, cada vez que se necesite una reforma y se tropiece con que esa reforma no puede afectar derechos adquiridos, se apelaría al facilísimo expediente de reformar la Constitución. No creo que ese sea un buen precedente para el país.

Por ejemplo con la mesada 14 hay que conocer la historia. La mesada 14 se introdujo para compensar a un grupo de pensionados que durante años les habían hecho el ajuste de pensiones por debajo de pensión. La Corte Constitucional, en una decisión que respeto pero que no comparto, dijo que tenía que ser para todo el mundo e igualó a los desiguales, porque los nuevos pensionados ya no tenían ese problema. Mientras a los viejos pensionados, durante muchos años se les ajustaba las pensiones por debajo de la inflación, a los nuevos pensionados, desde el día del reconocimiento de pensión hacia delante, se les ajustaba la pensión mínima con inflación. Sin embargo la Corte desconoció esa realidad y generalizó la mesada 14.

He pensado en opción: eliminemos a ese grupo, pero tropezamos con lo mismo, ese grupo adquirió el derecho, justa o injustamente, pero lo adquirió y lo adquirió por una sentencia de la Corte Constitucional. Por Ley de la República, incurriríamos en el vicio de inexequibilidad y por reforma constitucional crearíamos el peligrosísimo antecedente de apelar a la constitución para vulnerar derechos adquiridos. Esto pues, tiene, bastantes complejidades.

En síntesis, nosotros tenemos definida la reforma constitucional, la vamos a presentar el 20 de julio, pero no es suficiente. Hay que entrar a considerar cómo vamos a resolver ese problema de caja.

Las veces que hemos insistido en un impuesto a las pensiones, nos dicen: ‘de ninguna manera’. Pudimos anticipar el periodo de transición de las semanas de cotización, no pudimos anticipar la elevación de la edad. Creo que hay que volver a discutir todos esos temas.

Está bien no cobrarle impuesto a los pensionados de salario mínimo, pero las pensiones privilegiadas, ya reconocidas que se van a mantener –porque la eliminación de las pensiones privilegiadas seria hacia delante-, ¿por qué no cobrarles un impuesto para que nos ayuden a financiar esta situación de caja tan difícil?, ¿por qué no revisar la mesada 14, vía impuestos, para las pensiones privilegiadas?

Quiero invitarlos a todos ustedes a hacer una gran reflexión sobre el tema, me parece que hacemos daño si simplemente manejamos el tema pensional con titulares de prensa, ‘que esta propuesta, que este es neoliberal, que este es social’, que una cosa, que la otra. La mejor manera de desacreditar al adversario político es decirle neoliberal.

El tema necesita una reflexión de fondo, tengan la seguridad que en el Gobierno hay toda la voluntad política, olvídense que yo no me voy a poner de candidato, yo estoy, hasta el último día, cumpliendo las responsabilidades de Presidente y jugado a ser todas las reformas que el país necesite para salir adelante. Lo que pasa es que cuando hemos hecho tanto intento y cuando tenemos tantas dificultades, hay que pensar cómo vamos avanzando en estas materias tan difíciles.

Tengo claro el tema de la reforma constitucional, tenemos que aclarar qué hacemos para lo inmediato que es el problema de caja. Hay que pensar en el tema de edad, hay que pensar en el tema de impuestos a las pensiones privilegiadas, hay que pensar en el tema de porqué la mesada 14 en pensiones privilegiadas, etcétera.

Bueno quería referirme a esas preocupaciones y quisiera suspender aquí para escucharlos a ustedes.

Muchas gracias.

 
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