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CONMEMORACIÓN DE LOS 40 AÑOS DE LA FUNDACIÓN CORONA
Junio 11 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Al iniciar las palabras don Hernán Echavarría ofreció excusas por el tiempo que según él le ha hecho perder a varios Presidentes de Colombia para asistir a estos eventos.

¿Cómo les parece a ustedes, después de la intervención de Don Hernán Echavarría, la inutilidad para los Presidentes de Colombia, de escucharlo? Lo grave sería que el Presidente de la República no pudiera asistir a un evento tan importante para la Patria y a una intervención como todas las de Don Hernán, de tanto talento, de tanto pragmatismo, para mejorar esta Nación.

Cuando lo escuchaba decía: lo que debería hacer, es dar un saludo coger el discurso de Don Hernán, irme a la Casa de Nariño, llamar al Consejo de Ministros y decir: revisemos este discurso a ver cómo ajustamos el programa de Gobierno.

Reconforta el espíritu participar en la conmemoración de los 40 años de la Fundación Corona. La historia de ejemplo de esta institución meritoria de la familia Echavarría Olózaga, nos alienta a proseguir la dura faena por la paz, la seguridad, el bienestar de todos los compatriotas.

Esta tradición de servicio a la Nación, al conglomerado social, que encarna la familia Echavarría Olózaga es una tradición ya centenaria en nuestra Patria, que comprende varias generaciones. Una pujanza expresada en la creación de industria, de producción, de ingresos para los colombianos. Una pujanza que se ha manifestado siempre en la producción de solidaridad.

Evidencian ustedes que la generación de empresa, desde la iniciativa particular, necesita siempre complementarse con la construcción de solidaridad.

La misión y filosofía de la Fundación esta muy bien descrita en las palabras de Don Hernán, ha dicho él que los empresarios tienen que ayudar porque el problema es muy grande. El problema no lo puede resolver el Gobierno solo y dice él: ‘si todos los empresarios en Colombia pusieran su granito de arena, el Gobierno trabajaría mucho mejor’. Dice don Hernán, ‘que el Gobierno ha hecho un esfuerzo grande en los últimos 20 años pero aún falta más. Es un reto a los gobiernos para ser más, un reto al sector privado de la Patria para ser más’.

En las palabras de Don Hernán -que están avaladas por una trayectoria de servicio a la Patria, que todos aplaudimos, que tenemos como un ejemplo-, hay siempre ese elemento que es la credibilidad derivada de la consistencia. El mismo discurso, cualquiera sea el auditorio, la congruencia, esa sincronía perfecta entre lo que le ha dicho al país y el ejemplo de su realización.

La Fundación Corona testimonia la fecunda producción de bienestar colectivo –que se ha cortado con transparencia, con desprendimiento-, evidencia todo lo que puede hacer un sector privado para complementar el Estado, para corregir en benéfico de la sociedad los desaciertos del Estado y también para llenar los vacíos del Estado.

La Fundación, que inició con el capital semilla aportado por Don Hernán, Don Elkín, Don Norman, Don Felipe y Doña Alice, junto con su madre Doña Helena, es ejemplo nacional. Hoy se impone rendir un homenaje a ustedes, a todos los que han unido sus esfuerzos en estos primeros 40 años, obliga un tributo a sus antecesores, a Don Gabriel, a Don Alejandro, que allá en esa tierra nuestra lo recordamos siempre, construyendo el Hospital de San Vicente, dirigiéndolo en todos los momentos, conduciéndolo en detalle hasta el día final de su existencia.

¡Qué gran estirpe de compatriotas!

Cuántos proyectos podríamos resaltar hoy en cada una de las áreas de la Fundación Corona, permítanme mencionar algunos, para convocarlos más en la memoria de mis compatriotas.

En desarrollo empresarial: la asesoría, capacitación y recursos a miles de tenderos, micro y pequeños empresarios, los importantes aportes al diseño de las políticas de este sector, el apoyo a la creación de Incubadoras de Base Tecnológica en Cali, Bogotá, Medellín y Bucaramanga.

En educación: además de las escuelas e institutos tecnológicos, el impulso a la creación de Corporación Mixta para el Desarrollo de la Educación Básica, la creación del Modelo de Mejoramiento de la Gestión Escolar, los estudios sobre gestión educativa descentralizada y financiamiento del sector, la Agenda Ciudadana de Educación y el seguimiento sistemático a los compromisos del Gobierno, las iniciativas sobre Formación para el Trabajo y el apoyo a Fundación Empresarios por la Educación.

En el área de Gestión Local y Comunitaria: cuánto agradecemos la creación del Consorcio para el Desarrollo Comunitario, el Premio Cívico por una Bogotá Mejor, la Escuela de Gestión Social y Territorial, el seguimiento sistemático a los resultados de la Administración Distrital, para los resultados del Concejo de Bogotá y las Juntas Administradoras Locales.

En salud: ha sido fundamental su apoyo a los hospitales, el respaldo al diseño de la Reforma a la Seguridad Social en Salud, en pensiones, la creación e implementación del Modelo de Gestión Hospitalaria y el diseño de un Sistema de Garantía de Calidad para este sector.

En mi carrera política como Congresista, Gobernador, Presidente de la República, siempre he tenido en la Fundación Corona un gran apoyo que en un momento nos dio luces para la Ley 100, en otro momento para su aplicación, en otro momento para enfrentar la crisis hospitalaria y ahora, para hacer los ajustes que estamos tramitando en el Congreso de la República a fin de corregir el modelo del régimen subsidiado y poder dar un salto a una cobertura de mínimo, de 20 millones de compatriotas.

La Orden al Merito en el grado Cruz de Plata, que entrego hoy en nombre de todos los compatriotas a la Fundación Corona, es la sentida expresión que el sentimiento de la Patria a los valores, a la ética empresarial, al trabajo por el desarrollo y engrandecimiento del país, y al esfuerzo por el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos. Valores que siempre han sido la guía de la Fundación Corona y de la actividad empresarial del grupo que la ha patrocinado.

En el prólogo de su libro conmemorativo, escribimos confianza y cariño, como palabras que resumen la labor que desde hace tanto tiempo adelantan la Fundación y la Familia Echavarría Olózaga. Confianza para que los colombianos le apuesten a su empresa privada, cariño y solidaridad para que empresa privada le ayude a sus compatriotas.

Ustedes han logrado prender en el corazón de los colombianos una gran ilusión: hoy vemos que 40 años apenas son un periodo de arranque, la ilusión es inmensa, necesitamos muchos, muchos espacios de 40 años de la Fundación Corona.

Las muy agudas palabras de don Hernán Echavarría esta mañana me obligan a hacer unos comentarios: tiene, él, un aporte muy importante porque sociólogos y economistas, no solo en el estudio del Banco Mundial sino en cátedras internacionales y en seminarios, suelen señalar a la empresa colombiana como la gran culpable de la tragedia nacional. Yo pienso que en Colombia el problema no es causado por la empresa privada, sino por falta de empresa privada.

La desconfianza generada por la violencia y por otros factores, frenaron el ensanche de la empresa privada a medida que se presentaba un enorme crecimiento de la población. El resultado fue una descompensación entre un tamaño pequeño de la empresa privada y un tamaño muy grande de la población colombiana.

Se refería don Hernán al nivel de vida de los trabajadores de la empresa privada de Colombia. Basta comparar lo que ocurre en las calles de Bogotá. Comparar un trabajador de salario mínimo de una empresa organizada, con un trabajador informal de las calles de Bogotá; el de salario mínimo de la empresa organizada tiene calidad de vida, ingresos que superan casi tres veces los ingresos del trabajador informal.

Cuando se critica a la empresa privada colombiana, yo examino sus cargas fiscales y parafiscales, en países de la región, cuyos gobiernos están afiliados a la Internacional Socialista, todas las cargas parafiscales de seguridad social las paga el trabajador. En Colombia el mayor porcentaje lo paga el empresario.

Si nosotros sumamos la fiscalidad y la parafiscalidad, encontramos una empresa privada colombiana sumamente solidaria con el Estado y con la sociedad. Por eso creo que lo que requiere el país es mejorar las condiciones para la expansión de la empresa privada colombiana. Para que esa empresa pueda construir más capital productivo.

Y además, ha insistido don Hernán en la necesidad de que la gente colombiana se le estimule más la creatividad empresarial, que el espíritu de subalternidad laboral. Eso es clarísimo, por allí tenemos que avanzar en la construcción de un país de empresarios, en la construcción de un país de propietarios. Su celo por la pequeña empresa lo compartimos plenamente y lo conectamos con la tesis que él ha venido defendiendo de la inserción de nuestra economía en la economía internacional.

Nosotros dimos el primer paso en el tratado CAN – MERCOSUR, se le temía mucho en nuestro país, pero se logró dar ese paso construyendo un gran consenso con el sector privado. Además nos ha creado condiciones políticas para poder dar otros pasos como el del TLC entre algunos países de la Comunidad Andina y los Estados Unidos. Pasos que daremos buscando siempre la construcción de equidad, teniendo muy presente –como lo ha dicho don Hernán- la necesidad de una pequeña y mediana empresa vigorosa, y consientes de que, pro ejemplo la oferta exportable de Colombia, en todos los años que viene, dependerá en gran medida del desarrollo del sector agropecuario y de la agregación de valor en los desarrollos de agroindustria.

Por eso, el tema, en la medida que lo manejemos con equidad, puede ayudar a construir un gran consenso nacional. Pero qué bueno escuchar en la voz de don Hernán que esos pasos son inaplazables, que no podemos seguir frenando la inserción de la economía colombiana en la economía mundial. ´

Y qué bueno sus anotaciones sobre la educación. Desde hace muchos años, él nos está llamando la atención a los colombianos para tener una educación más aplicable, menos teórica. Algún paso hemos dado, pero lo tenemos que reforzar.

Nuestro proyecto de Revolución Educativa está trabajando la cobertura, la calidad, la pertinencia, la capacitación técnica y el impulso a la investigación cinética.

El Sena en el año 2002 capacitaba un millón de colombianos, este año va a capacitar dos millones 600 mil colombianos y aspiramos que en el año 2006, el Sena esté capacitando cuatro millones de colombianos.

Hemos empezado a medir más rigurosamente la empleabilidad de los egresados del Sena y los resultados van mejorando. Ya hemos encontrado en las últimas encuestas, porcentajes de empleabilidad del 62 por ciento, cuando veníamos del 40. Y empezamos a desarrollar acuerdos del Sena con todos los colegios de bachillerato, porque es necesario que en algún momento todos los bachilleres de Colombia se gradúen como bachilleres con una previa inducción a las actividades productivas.

Recogemos plenamente las inquietudes de don Hernán y de la Fundación Corona, en esta materia educativa en la cual necesitamos avanzar muchísimo en nuestra Patria.

Y por supuesto en la formación de capital productivo en todas las áreas. Él estaba mencionando después de resaltar el buen aporte de la empresa privada colombiana, algunas desviaciones del consumismo hacia el consumo suntuario.

Yo creo que el marco tributario que tenemos hoy y que por supuesto habrá que seguir revisando, es un marco tributario que castiga al capital ocioso, pero que estimula el crecimiento.

En las últimas dos reformas tributarias hemos buscado que a medida que se ha creado un impuesto moderado al patrimonio, una sobretasa de renta, se eliminen unas exenciones caprichosas que se habían introducido por presiones de grupos de interés y se sustituyan por unos estímulos orientados a sectores en los cuales podemos convertir ventajas potenciales en ventajas reales.

Para no citar sino un estímulo del último año, todas las inversiones generadoras de renta del sector privado colombiano, desde el primero de enero, tienen una deducción tributaria del 30 por ciento. Si eso se compara con impuesto de renta alta, con una sobretasa de renta alta, con un impuesto patrimonial –que a muchos preocupa-, podemos concluir que a quien no este creciendo se le castiga, pero se han creado unos estímulos bien importantes para el crecimiento, que esperamos nos contribuyan a lograr la meta de un crecimiento del 5 por ciento y proyectarlo para que el país lo tenga como base, y crezca en los años que vienen por encima de esa meta.

Tenemos en el frente fiscal que darle más seguridad al sector privado colombiano. Yo veo dos nubarrones en el frente fiscal que tenemos que superar: el descenso en la producción de hidrocarburos y el déficit fiscal.

El país tuvo hasta el año 1992 un ritmo acelerado de exploración de hidrocarburos. En 1992 se exploraron 28 pozos, a partir de ahí declinó inmensamente la exploración. En el año 2002 apenas exploramos siete. El año pasado regresamos a los 28. Confiamos que este año superemos los 30. Pero todavía no tenemos los hallazgos que nos permitan dar tranquilidad a partir del año 2009.

Lo bueno es que no solamente se ha recuperado el ritmo de sísmica, el ritmo de exploración, sino también la confianza de los principales inversionistas internacionales, y que la reforma que hemos dado en Ecopetrol no es una reforma privatizadora de aquellas que recorrieron América Latina, sino una reforma sustenta en el concepto de estado sostenible para que las cargas laborales no consuman ese patrimonio de los colombianos.

Vamos a hacer todo el esfuerzo para que el país recupere la dinámica en producción de hidrocarburos porque ahí, me podría decir el sector privado, tiene un nubarrón que le crea dudas sobre Colombia.

Y simultáneamente estamos buscando alternativas energéticas con estímulos tributarios, por ejemplo, para que se instale la energía eólica en La Guajira, ya esta la primera planta generando 20 kilovatios allí, para que se instale la producción de alcohol carburante en el Valle del Cauca. Confiamos que al finalizar el año entrante, el Valle del Cauca este destilando un millón de litros diarios de alcohol carburante, y confiamos que el crecimiento de la palma africana y nuevos estímulos que estudia el Congreso de la República, nos permita que el país avance también hacia la producción de biodiesel.

Y tiene el sector privado colombiano una gran preocupación por el tema pensional. Hemos dado algunos pasos, nos faltan otros.

El 20 de julio vamos a presentar un proyecto de Reforma Constitucional para eliminar los regímenes privilegiados de pensiones. Estamos haciendo todo el esfuerzo para que encuentre mayorías en el Congreso, por supuesto tiene que tener un período de transición, pero no es suficiente. Lo acordado hasta hoy no es suficiente. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional porque esa reforma nos ayuda en el mediano y largo plazo, pero tenemos un problema de caja inmediata.

Las transferencias del presupuesto este año al Seguro Social valen billón y medio de pesos. Además, el presupuesto de la Nación tiene que pagar este año pensiones públicas del orden de 10 billones y las transferencias que tendrá que hacer el año entrante el presupuesto al Seguro Social, valdrán alrededor de cuatro billones.

O sea que lo ha avanzado hasta ahora en el acuerdo político es insuficiente. El Gobierno expresa su angustia por el tema, tenemos que buscar complementarlo, haber cómo garantizamos una Reforma Pensional más tranquilizante que se apruebe en la legislatura que habrá de empezar el 20 de julio.

En fin, Don Hernán, lo voy a obligar a que me pida excusas otra vez porque le voy a hacer una ‘visitica’ en estos días. Me voy a ir a la oficina de Don Hernán a dar una perdidita de tiempo escuchándolo, pero también lo voy a molestar y no lo voy a visitar solo allá, voy a ir acompañado por varios de quienes me acompañan en el Gobierno Nacional, que es bueno que lo escuchemos con más frecuencia de lo que acostumbramos a hacerlo.

Que habría sido de la Patria en estos 40 años de tantas dificultades sin entidades como la Fundación Corona.

Es que para mi generación, revisar 40 años de aquí para atrás es muy fácil, y encuentra uno tantas dificultades, tantas dificultades en una Patria maltratada en este mismo período de tiempo por la violencia, por el narcotráfico, por la miseria, por el desanimo empresarial, etcétera. Si quiera ha existido la Fundación Corona.

Un saludo afectuoso a todos quienes la han acompañado, la han ayudado a producir tanto buen resultado por la Patria y los colombianos les mandan un mensajito: se acreditaron para seguir sirviendo.

Muchas gracias.

 
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