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RECORRIDO POR LAS INSTALACIONES MILITARES
DE LA FUERZA NAVAL DEL SUR

Marzo 21 de 2004 (Puerto Leguízamo – Putumayo)

Compatriotas:

Nos complace mucho venir a dar un saludo afectuoso a todos ustedes.

Este lugar, tan lejos físicamente de algunos sitios de la Patria, tan cercano en la historia, tan cercano en el sentimiento, tan cercano en lo que tiene que ser las preocupaciones estratégicas puntuales para recuperar la seguridad. A todos ustedes nuestra gratitud por la tarea inmensa que vienen cumpliendo.

Entre el aeropuerto y esta base, el Alcalde me hacia un análisis, un recorrido de los diferentes puntos de nuestras Siete Herramientas de Equidad. Por ejemplo, vimos ya bastante avanzado el hospital –por fortuna- con la ayuda de Dios este año, en una ampliación de millón y medio de cupos en el régimen subsidiado en salud, toda la población indígena de la Patria quedará con régimen subsidiado de salud y será un gran avance aquí en Leguízamo.

También me registraba el Alcalde, que no obstante que falta cobertura venimos avanzando con Bienestar Familiar, este Gobierno ha logrado ya llegar a 5 millones de niños en los programas de Bienestar Familiar y tenemos definido, Dios mediante, entre este año 2004 y el 2005, incorporar otros 700 mil niños a los programas de Bienestar Familiar.

Voy a mirar enseguida, con el Alcalde, el tema Familias en Acción y he recibido una buena noticia, que en un mes estará el SENA en Leguízamo, como lo definimos en el Consejo Comunitario celebrado en Puerto Asís.

Cuando este Gobierno empezó, el SENA atendía un millón de estudiantes por año, el año pasado atendió más de 2 millones. La meta para el 2006 es atender 4 millones de estudiantes por año. Pero la preocupación no es solamente en cobertura, fundamentalmente en calidad, la empleabilidad o sea, el porcentaje de egresados del SENA que logra una ocupación o el despegue de una empresa propia, todavía está baja, pero logramos pasar el año pasado del 47 al 62 por ciento. Vamos a seguir en esa dirección a ver cómo mejoramos la cobertura y cómo mejoramos la empleabilidad.

Hay muchas preocupaciones, el Alcalde me decía que esta bastante destruida la carretera a este sendero de 25 kilómetros entre el río Putumayo y el río Caquetá, pero cómo lo han confirmado los altos mandos, confiamos que en el programa del Plan Colombia, este sendero se pueda recuperar. Porque como lo definimos en el Consejo Comunitario de Puerto Asís, las prioridades viales que el Gobierno Nacional ha definido para el departamental son dos: la conclusión de la carretera Pitalito – Mocoa –que estamos prácticamente culminando- y segundo, el avance de Mocoa hacia el sur –que ya tiene un kilometraje bien sustancial, asignado en el nuevo programa del Plan 2.500 kilómetros de carreteras pavimentadas para Colombia. Ahí hay un contrato pequeño adjudicado y el miércoles queda en Internet, en la etapa de prepliego, el otro trayecto que espero, que en el próximo verano, avance bastante en su ejecución.

Las necesidades son inmensas, pero trabajando por con devoción por Colombia, derrotando la corrupción y la politiquería, ahorrando recursos trayéndolos a la inversión, el país tendrá que salir adelante.

Y empiezo a encontrar algo grato, al conversar con los alcaldes de la Patria, sin que lo mencione, sin que lo indague, todos me hablan que hay un alivio en seguridad.

Cuando este Gobierno empezó, 400 alcaldes estaba amenazados, más de 200 alcaldes no podían atender sus despachos, estaban desplazados de las jurisdicciones de sus municipios. Hoy, gracias al esfuerzo valeroso de las Fuerzas Armadas de la Nación, a la colaboración valerosa de la ciudadanía, todos los alcaldes están despachando en su jurisdicción municipal. Me decía el Alcalde: ‘Presidente acaben de recuperar los ríos’, tiene toda la razón y lo vamos a hacer.

Un campesino del Putumayo, viejo amigo mío, me visitó alguna vez en Bogotá hace menos de un año, me dijo: ‘Presidente, llegué al Putumayo hace 35 años, me instalé en una isla, empecé allí a cultivar plátano, a montar una ganadería, a atender las embarcaciones que surcan el río aguas abajo, aguas arriba y eso era un paraíso de peces, era una riqueza de diversidad infinita. Allá todos los días descubríamos una nueva especie y en los últimos lustros llegó la droga y empezaron los narcoterroristas a cultivar la coca Putumayo arriba, Caquetá arriba, nuestros afluentes y se empezó a destruir la fauna del río Putumayo’. Me dijo: ‘Presidente, si queremos recuperar la riqueza en biodiversidad del Putumayo, la riqueza piscícola del río, tenemos que destruir la droga. No podemos hacer caso a aquellos que dicen que la droga no se puede destruir con fumigaciones que porque la fumigación destruye la ecología’.

Agregó ese campesino: ‘al contrario, la fumigación al eliminar la droga nos reestablece la ecología, lo que tenemos que hacer es eliminar la droga que fue lo que ha venido acabando con nuestra biodiversidad, con nuestra selva y con nuestros ríos’. Eso es claro y esa observación, la narración de esa experiencia de ese campesino, coincide plenamente con los descubrimientos científicos.

Vamos pues a derrotar la droga totalmente y a derrotar a los terroristas que se han beneficiado con ella, a devolverle la paz a Colombia. Ustedes viven en un sitio de la historia de la Patria de gran importancia, este sitio esta llamado de nuevo a cumplir otro papel trascendental en la historia de la Patria, a ser punto estratégico por excelencia para recuperar la paz de Colombia.

Sino derrotamos a los terroristas aquí, los terroristas no solo lograrán que sucumba la democracia colombiana, sino que hará colapsar al Perú y no pasarán muchas décadas para ver destruida toda la cuenca amazónica por la acción de la combinación del terrorismo y la droga. ¡Millón 700 mil hectáreas de selva virgen tropical, destruida por la droga, justamente en el acceso colombiano a la cuenca amazónica! Por eso estamos obligados aquí, a derrotar ese flagelo.

A ustedes, mis compatriotas que portan las armas de la República, en estos ríos y en estas selvas, un saludo lleno de afecto. Háganse querer de todos los ciudadanos. Que el campesino, el pescador residente en la ribera del río, el joven, el comerciante, el profesor, que todos ellos, al ver un soldado, un infante, un policía, sientan emoción, se llenen de confianza y de alivio, gracias al esmero de la tropa por cuidar a los hijos de Colombia.

Que cada uno de ustedes sea un constructor de afecto con la ciudadanía, que el comportamiento de cada uno de ustedes le inspire confianza plena a la ciudadanía. Que 44 millones de colombianos que observan esperanzados la acción de ustedes, en los resultados cotidianos de su tarea, vean que se está abriendo el camino de la esperanza para construir una Nación en Paz, una Nación solidaria, una Nación democrática, una Nación con debate, una Nación con un semillero de ideas diversas, pero siempre expuestas y defendidas fraternamente. Una Nación sin terroristas, una Nación sin corrupción.

Mil gracias por ese esfuerzo, la victoria de ustedes es la garantía de un futuro promisorio para la Patria.

Mi generación no ha vivido un día de paz, los mayores aquí presentes y los papás de los más jóvenes, sabemos lo que han sido estas décadas de Estado débil y de dominio arrogante de los violentos. Décadas infernales que Colombia tiene que suprimir de una vez por todas.

Es que el terrorismo solamente ha dejado la destrucción de especies piscícolas en el Putumayo, la destrucción de la selva, solamente ha dejado desplazados, pobreza, desempleo, desconfianza, jóvenes que no quieren vivir en Colombia, empresarios que no quieren vivir en Colombia, oportunidades que no quieren darse en Colombia.

¡Vamos a derrotar ese terrorismo! Que bella tarea la que esta en sus manos y vengo a expresarles toda la gratitud y a reiterarles toda la esperanza en el logro de su sacrificio y de su esfuerzo.

Colombia sin duda alguna, será brillante y próspera con el sacrificio de ustedes.

A todos mil y mil gracias

 
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