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VISITA AL BATALLÓN JOAQUÍN PARÍS DE LA VII BRIGADA
Mayo 24 de 2004 (Miraflores – Guaviare)

Compatriotas:

Quiero expresar a todos ustedes un saludo lleno de afecto. La Nación entera está atenta a la tarea que ustedes están cumpliendo para devolver a Colombia la paz y la tranquilidad.

Esta selva que aquí empieza, que es uno de los recursos ambientales más importantes del planeta, se venía convirtiendo en un imperio de droga y de terrorismo, se venía dando una paulatina destrucción del bosque, un reemplazo por la droga y un enseñoramiento de parte de los grupos terroristas.

La Patria miraba con algún desinterés ese fenómeno, pero pronto empezamos a darnos cuenta que desde aquí se producían los recursos ilícitos provenientes de la droga para financiar el terrorismo, que desde aquí se ordenan los atentados terroristas a las ciudades colombianas, que desde aquí se sostiene la acción terrorista.

Por eso, hemos tomado la decisión, apoyada por las grandes mayorías de compatriotas, de derrotar el terrorismo en todos los rincones de Colombia, derrotarlo en las calles de nuestras ciudades, derrotarlo en las carreteras de la Patria y derrotarlo en la selva, donde ellos han instalado su retaguardia estratégica, donde ellos han instalado su campo, hasta hace pocos días impenetrable, donde ellos posaban ante el mundo mostrándose inderrotables, invulnerables.

En ustedes, soldados y policías de la Patria, tenemos los colombianos depositados la gran esperanza. El terrorismo es cobarde. Este fin de semana nos han asesinado campesinos. Este fin de semana nos han asesinado con bombas humildes moradores de Medellín, compatriotas de Apartadó. El terrorismo es cobarde. Lo importante frente a los cobardes es que las fuerzas institucionales tengan persistencia.

Hemos venido aquí para que las fuerzas institucionales de Colombia, que ustedes, mis compatriotas, soldados y policías encarnan, se queden para siempre en estos lugares, para que vuelva a imperar la soberanía de la Patria. Allí donde se recupera la soberanía de la Patria regresa la tranquilidad. Allí donde la soberanía de la Patria, gracias a la acción de ustedes, desaloja a los terroristas, su negocio criminal de la droga. Allí vuelve la esperanza.

Cuando ustedes derrotan a los terroristas acá, eso se siente en un eco de tranquilidad, en la actividad económica y en las grandes ciudades de la Patria. El mundo mira hoy con apoyo, mira hoy con positiva inquietud, mira hoy con agradable sorpresa, el esfuerzo heroico de los soldados y policías de Colombia. Cuando oyen decir que hay unos soldados y policías enfrentando a 50 mil terroristas, que esos 50 mil terroristas habían formado el imperio de droga más poderoso del mundo, cuando escuchan esas noticias se llenan de emoción y solidaridad con el valor de los soldados y policías de Colombia, que son capaces de librar esta gran batalla.

Cuando ustedes hablen con sus esposas, con sus hijos, con sus papás, con sus mamás, con sus hermanos, transmitan a ellos la gratitud que por ustedes sentimos todos sus compatriotas, todos sus compatriotas. Transmitan a ellos la admiración que por ustedes siente el mundo entero.

Si me preguntan: ‘¿cómo hacen el Ejército y la Policía de Colombia para enfrentarse a esos terroristas que tienen los recursos de la droga?’, porque en nuestros soldados y policías prevalece el patriotismo. Y el mundo mira con asombro que aquí opera la democracia en medio del terrorismo. Y me preguntan: ‘¿cómo impera la democracia?’ Y contesto: por el valor y el arrojo de los policías y soldados de Colombia.

Y el mundo se asombra de que nuestra economía empiece a dar señales de crecimiento y de generación de empleo. Y me preguntan los observadores, los casuales interlocutores: ‘¿cómo hace un sector privado para crecer y generar empleo en una nación tan maltratada por el terrorismo?’ Y contesto: por el valor y el arrojo de los soldados y los policías de Colombia.

Detrás de ustedes, viene la acción social. La presencia del Ministro de Protección (Diego Palacio) hoy con nosotros en el Guaviare, es para ir poniendo en marcha el propósito de que todos los habitantes pobres de esta zona ingresen cuanto antes al régimen subsidiado de salud.

Estamos dando los pasos para que este año, millón y medio de colombianos pobres entren al régimen subsidiado de salud y estamos dando los pasos para que al final de este Gobierno Colombia se esté aproximando a la cobertura total de seguridad social. Una política social en medio de dificultades.

Y me preguntan: ‘¿cómo hacen para financiar la política social en medio del terrorismo? Y contesto: porque el valor de nuestros soldados y policías ha posibilitado que la economía empiece a crecer, que el Estado, en medio de tantas restricciones y limitaciones, empiece a hallar recursos para financiar de nuevo la expansión de nuestra política social.

Soldados y policías de mi Patria, mi generación, a la cual pertenecen los papás de muchos de ustedes, a la cual pertenecen sus altos comandantes, no ha visto un día de paz. Pero con la acción valerosa y patriótica de ustedes, estamos creando las condiciones para que las nuevas generaciones de colombianos, sus hermanos, sus hijos, mis hijos, nuestros hijos, ellos y quienes detrás de ellos hayan de venir, puedan vivir felices en nuestra Patria.

Espero que día a día la noticia no sea el hecho aleve y cobarde del terrorismo, sino la victoria tras victoria de los soldados y policías de mi Patria. Lleven ustedes en su corazón el estímulo de la victoria. Lleven ustedes en su alma las vibraciones de la victoria, para que en el terrorismo empiece a aparecer la mueca amarga de la derrota.

Nosotros necesitamos quitarle la tristeza a los colombianos. Nosotros necesitamos quitarle el luto a los colombianos. Para quitar la tristeza y el luto de los colombianos, soldados y policías de mi Patria, nosotros tenemos que depararle derrotas al terrorismo para que el terrorismo cambie su cinismo, su desdén, su desprecio por la civilidad, por la mueca amarga de la derrota.

Esos terroristas, delincuentes, que pensaron que iban a triunfar con su negocio miserable, con sus actitudes sanguinarias sobre el pueblo colombiano, con la acción de ustedes, compatriotas, soldados y policías, tienen que transformar esa arrogancia en la mueca amarga de la derrota.

La mueca amarga de la derrota, el triunfo en todos los sitios del territorio de los soldados y policías de la Patria, es la garantía de la democracia, es la garantía de una Colombia donde florezcan mil ideas, donde se debatan mil proposiciones, de una Colombia que viva en ebullición ideológica, de una Colombia de trabajo honrado, de una Colombia de generación de empleo, de una Colombia de construcción de justicia social.

Vamos, pues, a continuar el incremento de estas acciones para producir la mueca amarga de la derrota en el terrorismo, la gran victoria de las fuerzas institucionales de Colombia y su más noble resultado: la felicidad y las ilusiones de todos nuestros compatriotas.

A cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su abnegación, por su sacrificio, por su coraje, por su vocación de victoria. Nunca antes, como ahora, habíamos visto a las fuerzas institucionales de la Patria tan dispuestas a la batalla, tan convencidas de la victoria, tan apropiadas de su responsabilidad de darle felicidad al pueblo de Colombia.

Muchas gracias a todos ustedes. Que las noticias del mundo tengan que registrar permanentemente la hazaña de ustedes, sus victorias. Recuerden: la felicidad de los colombianos depende de la hazaña victoriosa de los soldados y policías, que sea capaz de convertir el desdén, la actitud cínica del terrorismo, en la mueca amarga del terrorismo.

A ustedes, muchas, muchas gracias.

La Patria entera los aplaude. El mundo los admira. Los niños de Colombia están pendientes de la hazaña de ustedes para que los niños de Colombia puedan tener garantizado un futuro feliz.

Los saludo con toda la emoción y con todo el patriotismo. Muchas, muchas gracias, por lo que están haciendo.

 
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