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ASAMBLEA DE LA CÁMARA COLOMBIANA DE INFRAESTRUCTURA
Noviembre 25 de 2004 (Cartagena de Indias – Bolívar)

Compatriotas:

En primer lugar quiero saludar con todo el afecto patriótico el nacimiento de la Cámara de Infraestructura. Es un gran esfuerzo que el país valorara y que le será muy útil.

En medio de todas las dificultades de la Nación, bastantes de las cuales acaba de resumirnos en su brillante intervención, Juan Martín Caicedo, la circunstancia de encontrar un grupo de colombianos tan nutrido y tan calificado como el que ustedes integran, pendientes del desarrollo de la infraestructura de la Patria, es un motivo que alienta muchísimo sobre el presente y el futuro de Colombia.

Estos cascos no van a sustituir la guerra, van a ser el resultado de la seguridad. Aquí no hay guerra. La guerra en la historia ha tenido, finalmente, alguna explicación, alguna justificación. Cuando los historiadores evalúan las guerras, siglos después, alguna explicación noble se les ha encontrado.

Los movimientos insurgentes de América Latina se opusieron a dictaduras militares. Aquí hemos hecho un gran esfuerzo por profundizar la democracia y han sido los terroristas los que han obstaculizado la profundización democrática.

Los movimientos insurgentes de América Latina propusieron una agenda social de gran importancia. Los terroristas nuestros lo que han hecho es, agudizar la pobreza, frenar la economía, destruir la infraestructura y crearle más dificultades al país.

Por eso he dicho claramente, que en medio de una Nación que lucha por salir adelante, profundizando un esquema de democracia pluralista, lo que enfrentamos no es un conflicto, ni una guerra, lo que enfrentamos es un desafío de un terrorismo rico por el narcotráfico que tenemos que derrotar.

Esa tarea de la seguridad tiene que ser una tarea continua, sin vacilación y sin esguinces, porque si algo le ha faltado al país, históricamente en eso, es voluntad política para derrotar el terrorismo.

Y para construir confianza en Colombia hay que acompañar esa tarea de la transparencia y de la recuperación de la economía y del tejido social de la Nación. Todos estos temas bien importantes.

Papel trascendental, en la recuperación de la transparencia, juega el tema de la contratación. La selección objetiva, la participación de la opinión en las diferentes fases –desde el pronunciamiento de la opinión en los prepliegos-, las audiencias públicas para adjudicar los contratos, las veedurías comunitarias para hacerle seguimiento a cada uno de los contratos. En esos esfuerzos tenemos que persistir.

Y por supuesto, la recuperación de la economía y del tejido social de la Nación, tiene que acompañar la tarea de la seguridad y la tarea del rescate de la transparencia.

En el tema de la recuperación de la economía y el rescate del tejido social de la Nación, la infraestructura juega un papel de gran trascendencia.

Yo voy a empezar con un comentario positivo y también con unas preocupaciones sobre las cifras de la Nación. Y quisiera gastar la mayor parte de este espacio, para poder profundizar con ustedes, algunos de los temas que ha presentado Juan Martín Caicedo. Cuando lo escuchaba atentamente, y escuchaba al doctor Montalvo Forero, pensaba que deberíamos inaugurar el mecanismo de concertación que ellos proponen con una reunión de todos ustedes, con todo el Gobierno, de cara a la opinión pública, si quiera de dos días, porque es muy difícil una agenda tan completa, tan compleja, en un país necesitado de esa agenda y con tantas dificultades, poderla evacuar en dos discursos. En uno del Presidente de la Cámara y en otro del Presidente de la República.

Mi primera proposición, respetuosa, es que preparemos este seminario y nos reunamos dos días completos para poder examinar esta agenda.

La semana anterior, los gobiernos centroamericanos aprobaron ya formalmente el ingreso de Colombia como país observador al Plan Panamá – Puebla. Hemos estado buscando allí tres objetivos: el objetivo de la integración gasífera, el objetivo de la interconexión eléctrica y el objetivo de la carretera.

¿Cómo vamos en la integración gasífera? No vemos problemas. Incluso Ecopetrol y los productores de gas están tomando la decisión de empezar a exportar gas a Centroamérica, condensado, anticipándose a lo que será la construcción del gasoducto. Hemos incorporado a Venezuela, la necesitamos, finalmente se puede convertir –en el futuro- en el gran abastecedor de Colombia y de Centroamérica.

Con Venezuela ya hicimos el primer acuerdo para proporcionarle gas de La Guajira –donde hemos extendido el contrato de la Texas- a Maracaibo. Porque Venezuela con las altas reservas y la alta producción, todavía no alimenta su occidente debidamente. Y una vez Venezuela haya conectado el Oriente y el centro del país con el Occidente, entonces, en el momento que Colombia lo requiriese, Venezuela sería nuestro alimentador.

Y tenemos que incorporar a Venezuela, también, al Plan Panamá – Puebla, porque finalmente el interés centroamericano se puede atender en el largo plazo más, con las fuentes de Venezuela, que con las propias fuentes de Colombia.

En el tema hidroeléctrico. Vemos con inmensa esperanza la construcción de la línea de interconexión con Panamá. Ya hemos agotado los primeros estudios y confiamos que este construida por inversionistas, concesionarios, en el primer semestre del año 2008.

Proyectos de gran importancia en materia de generación en Colombia, que está esperando la consultoría, se está esperando la ingeniería, para lo cual requerimos los inversionistas. Proyectos que esperan las regiones, como por ejemplo, la Hidroeléctrica de Sogamoso, en Santander; Pescadero, en Antioquia y otros proyectos, están hoy dependiendo de las garantías de estos mercados. Por eso creemos que en la medida que avancemos con esa interconexión, abrimos el espacio para que en Colombia se de la inversión en estos proyectos.

El tema de la carretera es de trascendental importancia. Incomprensible que a estas alturas de la historia este conectado Panamá con Alaska, Colombia con la Patagonia y que sigamos con las dificultades del Darién.

Le hemos propuesto al gobierno de Panamá que el primer acuerdo nuevo sea, definir en la frontera el punto donde se encontraría la carretera que viene de Panamá y la que va de Colombia. Con esa definición, nosotros empezamos los diferentes trabajos de consecución de los dineros, de perfeccionamiento de los estudios, para poder construir el tramo colombiano.

Hay dificultades de opinión en Panamá y queremos trabajar muy coordenadamente con el gobierno del Presidente Torrijos, con los gobiernos Centroamericanos, para ayudar a superar las prevenciones de siempre, pero tenemos optimismo de que podemos superarlas.

Hemos encontrado muy serias dificultades para el tema de infraestructura. La primera la situación macroeconómica de la Nación. Hace dos años el déficit de la Nación era del 4.2. El año pasado lo terminamos con el 2.8. Estamos buscando terminar este año con el 2.5, pero tenemos inmensas dificultades en el presente y a futuro.

¿Por qué? Porque una cosa es mirar el déficit de manera consolidada y otra cosa es verlo de manera desagregada. El que finalmente importa, para las finanzas nacionales, es el déficit del Gobierno Nacional central porque el Gobierno Nacional descentralizado en ocasiones aporta mucho como Ecopetrol, en ocasiones quisiera quitar para donde íbamos si no se hace a tiempo la reforma de Telecom.

Todavía el déficit del Gobierno Nacional central es del 5.3. Y se dificulta enormemente la financiación por el alto endeudamiento de la Nación, que en diez años pasó del 24 por ciento del PIB al 54 por ciento del PIB.

Por lo menos hemos logrado frenar esa veloz carrera del endeudamiento de la Nación, está situado hoy alrededor del 50 a 52. Y de cada 100 pesos del Presupuesto Nacional para servir la deuda y amortizar, nos estábamos gastando 40. Todavía en el presupuesto del año entrante nos vamos a gastar alrededor de 36. Eso crea una situación bastante difícil que tiene bastantes nubarrones el futuro.

El primero, el país necesita más tributos. Por eso quiero pedir respetuosamente, aquí en el escenario de mis compatriotas de la Cámara de la Infraestructura, una revisión al Congreso de la República, a los diferentes partidos, a las bancadas que han apoyado al Gobierno, al Partido Conservador, para que aprobemos otro paso en la dirección correcta de los tributos.

Nosotros con este déficit del Gobierno Nacional central, con este endeudamiento y con las necesidades que reclaman todos los colombianos: las necesidades de infraestructura, las necesidades de seguridad, las necesidades de más inversión social, necesitamos dar otro paso tributario en la dirección correcta.

Pido pues, muy respetuosamente, una nueva reflexión al Congreso de la República para que podamos entregarle al país una decisión positiva en esta materia.

Y nos preocupa inmensamente el tema de la declinación en la producción de petróleo y el tema pensional. Descubrimos Caño Limón, Cupiana y Cupiagua y nos pusimos a dormir en el triunfo.

En el año 1992, Colombia exploraba 28 pozos por año. Diez años más tarde 10. Este año hemos regresado a una exploración de 28 pozos, hemos aumentado sustancialmente el área contratada para sísmica, creemos que vamos a superar este año los seis mil kilómetros cuadrados. Han regresado inversionistas muy importantes, llegan otros nuevos. Solamente, en el Caribe, hemos asignado un área de exploración de cuatro millones de hectáreas. Han aumentado los contratos de exploración con posibilidades de eficacia, pero necesitamos llegar a 57 pozos explorados por año y no se ve posible antes del año 2006, antes del año 2007.

La declinación de hidrocarburos, en el caso petrolero, es sumamente difícil para la Nación, por eso hay que hacer todo el esfuerzo para superarlo.

Por supuesto, hemos crecido bastante en carbón. Hace dos años exportábamos 32 millones de toneladas. Este año vamos a superar las 54 millones de toneladas.

Y el tema pensional es de inmensa gravedad. Uno tiene una cifra de la deuda explícita de la Nación a la cual no se le suma la deuda pensional. La deuda pensional, todavía en la contabilidad pública, la mantenemos escondida como un pasivo implícito, no obstante que la Nación tiene que pagar.

Quiero decirles que el año entrante los giros de la Nación para pagar las pensiones que están a su cargo, superarán las transferencias a las entidades territoriales.

Durante muchos años se nos dijo: ‘cuidado que se acaban las reservas del Seguro Social’. No lo creímos. Aprobamos la ley 100 en 1993 y nos olvidamos de dar nuevos pasos pensionales. Apenas pudimos dar uno, al principio de este Gobierno, con una ley aprobada en diciembre de 2002, con el liderazgo del ministro Juan Luis Londoño, que nos acompaña desde el cielo.

No fue posible eliminar los regímenes privilegiados en el Referendo, faltaron 40 mil votos. Y estamos, ahora, haciendo un gran esfuerzo a ver cómo los eliminamos en una reforma constitucional tramitada por el Congreso de la República.

Confío, que antes del 16 de diciembre que el Congreso haya aprobado este paso, en primera vuelta. Seguramente no quedará todo corregido, pero yo soy de la tesis que temas tan delicados como el tema pensional, los países no los resuelven de la noche a la mañana. Hay que estar constantemente dando pasos, lo grave es: frente a un problema de esta dimensión, quedarse 10 años sin dar un nuevo paso. Tenemos que estar en un proceso permanente de trabajo haber como superamos definitivamente esta dificultad.

El pasivo pensional de Colombia vale el 176 por ciento del PIB. Y a eso hay que sumarle el 50, 54 por ciento del endeudamiento explícito. Entonces, cuando uno lo consolida, ahí ve una situación sumamente grave. Por eso quiero instar a mis compatriotas y muy respetuosamente al Congreso de la República a que avancemos en la dirección correcta en el tema pensional.

Bueno. Pero uno ve también cosas bien importantes.

Cuando empezó este Gobierno, el ministro de Hacienda, Roberto Junguito y Santiago Montenegro, director de Planeación, me dijeron: ‘no podemos presentar en el Plan de Desarrollo sino una proyección de crecimiento muy modesta, porque no vamos a tener más crecimiento’. Me dijeron: ‘entre los 60 y los 80 la economía colombiana creció al 4,5. De principios de los 80 a la fecha, en promedio ha crecido al 2. Nosotros para el primer año de este Gobierno, no podemos aspirar a crecer por encima del 2 ó 2,5. Y yéndonos muy bien en el último año de este Gobierno estaremos creciendo al 3’

Eso nos llevo a proponer, en el capítulo macroeconómico del Plan de Desarrollo, unas metas de crecimiento bastante modestas. Por fortuna las hemos venido superando.

El año pasado, sin contabilizar la droga, crecimos al 4,07. Cuando se consolida con la droga, que por fortuna viene descendiendo, crecimos al 3,75.

Este año estamos haciendo todo el esfuerzo para crecer cercanamente al 5 por ciento. El país tiene que comprometerse a crecer de manera sostenida por encima del 5 por ciento.

¡Qué bueno que el Banco de la República, ahora que va a elegir Presidente el próximo viernes, piense que tiene que cumplir su tarea de controlar la inflación! Sin una inflación controlada no hay posibilidades de largo plazo en el crédito a tasas asequibles de interés. Pero que los problemas de este país no se resuelven sino con un acelerado crecimiento de la economía. Es oportuno plantear esto, a pocas horas de que el Banco de la República tome la decisión de escoger a su Presidente.

Porque los escogen para períodos largos, el doctor Urrutia completará este viernes 12 años, desde cuando la Constitución de 1991 introdujo el principio de la independencia del Banco.

¡Hay que poner esta economía a crecer velozmente!

En materia tributaria hemos avanzado y muchos colombianos, con razón, se quejan. En este Gobierno se ha aumentado la tributación en 2 puntos del PIB, pero también eso nos da credenciales internacionales. Porque cuando uno pedía apoyo para una y otra cosa en Colombia le decían: ‘¿y el esfuerzo colombiano?’

Al presidente Bush le expresamos, el pasado lunes, que el total de la carga en Colombia ya está en alrededor del 19 por ciento del PIB, muy semejante a la de los Estados Unidos.

Diría que en el proceso estructural de revisión de la tributación, hemos venido trabajando con esta regla: una tributación alta para quienes no quieran crecer y con estímulos para quienes quieran crecer.

Por ejemplo, para facilitar el tema del alcohol carburante –en el cual el país empieza a hacer unas grandes inversiones que nos permitirán tener el año entrante, a finales, por lo menos un millón de litros del alcohol al día–, eliminamos el impuesto al valor agregado, no el impuesto de renta. Estamos proponiendo lo mismo para el biodiesel.

Para la infraestructura turística nueva introdujimos incentivos bien importantes.

Para energías alternativas como la eólica, que ya instaló en La Guajira el primer conjunto de 20 mil kilovatios, de una gran importancia experimental, introdujimos incentivos.

Y para no referirme a todos ellos, déjenme hablar de algunos generales.

Eliminamos el IVA a la adquisición de bienes de capital para empresas altamente exportadoras. Las empresas altamente exportadoras antes de este Gobierno, necesitaban exportar el 50, ahora basta con que exporten el 30 por ciento de su producto.

Estamos regresando el IVA a todo lo que es la adquisición de bienes de capital e introdujimos el año pasado una deducción por cuatro años del 30 por ciento a las inversiones generadoras de renta.

Tengo confianza de la manera como ha venido respondiendo el sector privado colombiano. Estaba prácticamente sin crecer la inversión privada. El año pasado creció al 16 y este año está creciendo cercanamente al 20.

Entre enero y agosto, la importación de bienes de capital creció al 23 por ciento. El informe de los gremios es que la adquisición de bienes de capital para el sector industrial, sin incluir transporte, puede crecer este año alrededor del 30 por ciento.

Entre 1994 y el año 2000, el desempleo general en Colombia pasó del 7,5 a casi el 20 por ciento. En esos mismos seis años, el desempleo de jefes de hogar pasó del 4 al 10 por ciento. Recuerdo que Juan Luis Londoño me decía: ‘Presidente, preparémonos para ver el desempleo en el 25’. Por fortuna ha venido descendiendo. Falta muchísimo. Ha descendido el desempleo y el subempleo. En el último trimestre se situó en el 12,8. En el mes de septiembre se situó en el 12,5.

Este año la afiliación a las cajas de compensación ha crecido en un 15 por ciento. En los dos años, un millón 300 mil colombianos se han afiliado al sistema de régimen contributivo de salud. 500 mil colombianos más, al sistema de riesgos profesionales. 800 mil colombianos más, al sistema de pensiones. Eso indica que se viene recuperando el nivel de creación de empleo con afiliación a la seguridad social.

En el tema de las obras públicas, empecemos por esta ciudad de Cartagena. El Gobierno Nacional ya empezó la ejecución de la Vía Perimetral de la Ciénaga de la Virgen. Estamos en plena ejecución de obras. La reforma tributaria del 2002 incluyó unos recursos para este tipo de obras.

Será de gran importancia para empezar a redimir la zona tugurial de la ciudad. Además que es un eslabón esencial para conectar la carretera de La Cordialidad con la carretera costanera. Y ahí debe trabajar el INCO, para facilitar la extensión de esas concesiones y hacer esa conexión.

En el 2006, Cartagena celebrará los Juegos Centroamericanos. Estamos en plena construcción de la infraestructura para esos Juegos Centroamericanos. El Alcalde, el Gobernador, me prometieron hace quince días, que lo que les corresponde al Distrito y al Departamento lo van a aportar oportunamente.

Este Gobierno se comprometió en la estrategia de Calidad de Vida Urbana, que es una de las 7 Herramientas de Equidad, a impulsar los sistemas de transporte masivo en las grandes ciudades y llevar de la mano de esos sistemas los procesos de renovación urbana, para construir calidad de vida en nuestras urbes.

Le entregamos muy rápidamente, sin dilaciones burocráticas, 989 millones de dólares de vigencias futuras a la ciudad de Bogotá. Lo que le ha permitido avanzar velozmente en la construcción del Transmilenio en estos dos años.

Le entregamos rápidamente a la ciudad de Cali, 241 millones de dólares. Ya se han adjudicado dos contratos en Cali. El último, la semana pasada, por 36 mil millones y viene el tercero. Y estamos con toda atención puesta en que esa contratación se dé con toda la transparencia.

Estamos financiando en todas estas ciudades el 70 por ciento de los sistemas de transporte masivo. Empezamos la ejecución en Pereira, tuvimos dificultades con el primer contrato, el segundo se adjudicó ya sin dificultades y estamos próximos a adjudicar el tercero.

Cartagena abre la licitación en diciembre. Hemos resuelto unos problemas delicados de Ley 550 y de Ley 617 en Barranquilla y confiamos que abra la licitación en marzo.

En el Valle de Aburrá, para conectar con el Tren Metropolitano, están próximas a abrirse licitaciones, salvo en Bello, donde tenemos dificultades.

La mayor dificultad la hemos tenido en Bucaramanga, pero confiamos sortearla. Le hemos propuesto a las autoridades de Bucaramanga y del área metropolitana que la concesión Comuneros, si tiene espacio, o una concesión futura, se encargue de construir el tercer carril: Bucaramanga – Florida – Piedecuesta, para superar el obstáculo que han presentado allí, a fin de poder tener el sistema de transporte masivo.

Allí hay un gran compromiso, que es del presente, del futuro mediato e inmediato, para la calidad de vida urbana en Colombia.

Tenemos, entre las dificultades, los pleitos de concesiones. Un país que encuentra todas sus concesiones en pleito, es un país que no tiene futuro. Ahí si que no hay confianza inversionista y eso no se puede soslayar.

Nosotros encontramos en pleito las concesiones viales. Las que no estaban en pleito, el Gobierno les debía una gran cantidad de dinero porque no se habían cumplido los mínimos de tráfico.

Les doy la buena noticia de que para el año entrante tenemos 60 mil millones para ir desatrasando esas deudas. Y tenemos toda la voluntad de revisar plazos de concesiones, a ver si también podemos compensar deudas acumuladas con extensión de plazos.

Encontramos en pleito a los asociados de Telecom, todos los contratos de Telecom en pleito. Encontramos pleitos en concesiones de aeropuertos, encontramos pleitos en concesiones ferroviarias.

¿Qué ha hecho el Gobierno? Arreglar los pleitos hasta donde podamos con tres criterios. Primero, contraprestaciones equitativas. Segundo, ceñimiento riguroso al ordenamiento jurídico. Y tercero, transparencia ante la opinión pública.

La instrucción que he dado es: que nos arriesguemos a resolver los pleitos, pero que antes de firmar el acuerdo final, ese acuerdo se publique para que la opinión pública lo conozca ampliamente. Y así lo hemos venido practicando.

Nos atrevimos, con el liderazgo de Alicia Naranjo, a resolver el problema de COMMSA. –Ya se refería a él, Juan Martín Caicedo-. A mi me da vergüenza que los colombianos ahora en diciembre, que seguramente por el esfuerzo del Ejército y de la Policía, van a transitar de manera masiva esa carretera, la encuentren llena de huecos. Vamos a ver si el año entrante esta en mejores condiciones.

Hemos arreglado otras concesiones, nos faltan algunas. Hace pocos días ya los tribunales de arbitramento dieron su visto bueno a la transacción en la concesión del Eje Cafetero, y quiero reiterar ya ante ustedes el propósito del Gobierno, con esos tres presupuestos, de arreglar hasta donde sea posible todos los contenciosos que encontramos en las concesiones.

Hay dificultades. Por ejemplo, en una de las concesiones ferroviarias tenemos muy serias dificultades y ahí sería muy bueno que, si los socios no quieren ayudar a resolver esos problemas, entonces vendan a precios razonable, pero no le pueden estancar al país su crecimiento y su desarrollo, y las cosas hay que hablarlas con toda franqueza, porque muchas veces dicen: ‘es que el Gobierno no arregla, el Gobierno no arregla’, y el Gobierno entra a arreglar pero se tropieza con unas aspiraciones excesivas de los concesionarios. Y un Gobierno que ha demostrado su voluntad de arreglar tiene la autoridad moral para decirle a aquellos que no quieren arreglar, que entonces no le frenen a Colombia el avance, que vendan equitativamente su participación en esas concesiones y que nos permitan seguir adelante.

En servicios públicos hemos resuelto unos problemas sumamente severos. A mi me parece que el paso que se dio en la administración Gaviria, con la Ley 142, fue extraordinario. Pero ¿qué encontramos?, por ejemplo, se habían privatizado las electrificadoras de la Costa Caribe. Los privados se quería ir y los usuarios incendiados contra ellos. En medio de todo apagones. Y un discurso demagógico violento contra la participación del capital privado en los servicios públicos.

¿Qué hemos hecho? Una pedagogía en todo el país, especialmente en esta sección, explicándole a los colombianos que en servicios públicos necesitamos: capital público, capital privado. Que, solo el Estado no es capaz, solo los particulares no son capaces, y que ambos tienen que proceder, públicos y privados, con total transparencia y con total equidad.

Esa pedagogía ha servido, nos han ayudado los privados, ya tenemos 37 microempresas de distribución en el Caribe, en acuerdos con las dos grandes empresas privadas del Caribe, eso ha reducido mucho la tensión, ha mejorado el servicio, hemos aumentado la tarifación y ya se esta recaudando el 90 por ciento de la cuenta mensual de energía, cuando en principio apenas se recaudaba el 40.

Encontramos las electrificadoras casi todas quebradas. Hemos salvado la CHEC, hemos salvado la electrificadora del Quindío, va sumamente bien la electrificadora de Boyacá, salvo el TPA. Salvo dos electrificadoras, vamos bien en las demás. Y estamos pendientes de unas decisiones de la Comisión de Regulación, que le den señales claras a los inversionistas en el largo plazo.

Es muy grave encontrar una empresa como Emcali quebrada. Es muy grave encontrar el Acueducto de Cúcuta quebrado. Es muy grave encontrar la Empresa de Teléfonos de Barranquilla quebrada. La semana entrante vamos a tener un Consejo Comunitario para explicarle al país como se han intervenido estas empresas.

Prácticamente tenemos salvada a Emcali con un paso bien importante: tendrá un Fondo de Capitalización Social. Ese fondo se nutrirá con un porcentaje de la tarifa. Todos los ciudadanos usuarios de Emcali serán socios de ese fondo. Y ese fondo cumplirá tres tareas: una tarea de apalancamiento financiero a la empresa, en el futuro se puede convertir en un gran banco que le independencia financiera a la empresa. Una tarea de integración del proveedor y el usuario del servicio. Y una tarea de fiscalización popular.

Para evitar el clientelismo futuro en Emcali, que tanto daño hizo en el pasado y fue una de las causas que la condujo a la bancarrota, habrá un contrato de administración entre la Alcaldía de Cali, responsable en el futuro de la empresa, y el Fondo de Capitalización Social. O sea que será un elemento de coadministración al que le asignamos toda la importancia. En fin, hasta el momento hemos intervenido 143 empresas del Estado, reformándolas profundamente. Nos quedan muchas por delante.

Si ustedes me preguntarán ¿cuáles son mis grandes preocupaciones en la reforma del Estado, en los meses que vienen?: la red pública hospitalaria y las clínicas del Seguro Social.

Entre el mes de octubre y marzo del año entrante, tenemos que invertir 400 mil millones de la Nación en la Red Pública Hospitalaria. Ha sido difícil arbitral los recursos y llegar a los acuerdos. Porque oiga, Juan Martín, usted que hablaba de descompensaciones en la descentralización, son clínicas departamentales o municipales, pero la Nación no puede ser indolente ni indiferente a eso.

Entonces que hemos dicho: ‘hombre, no podemos seguir con la moda de enviar un dinero para que les curen un dolor y que a los pocos meses se recrudezca la enfermedad’.

Entonces ¿qué acuerdos estamos haciendo?, como el que quiero señalar con el Gobernador de Bolívar. La Nación le aportó la semana pasada, en un acuerdo, 13 mil millones pero él liquida, totalmente, el Hospital Universitario de Cartagena y automáticamente renace uno nuevo sin las cargas anteriores. Eso obedece a un criterio que ha venido guiando nuestro proceso de reforma en la administración pública: el Estado sostenible.

Nosotros creemos que Colombia necesita un gran espacio para el sector privado, pero Colombia por razones políticas y sociales y de futuro, no puede eliminar su sector público.

Y el sector público se acaba por la demagogia, por la corrupción, por el exceso de cargas burocráticas y prestacionales. Hay que hacerlo sostenible. Y es lo que hicimos con la nueva Telecom, lo que hemos hecho en la reforma del SENA, en la reforma de Ecopetrol y ahora en la reforma de las clínicas públicas.

Hay muchos temas de infraestructura, porque no miramos algunos, Juan Martín, de los que usted trató y profundizamos un poquito con la intervención de los distinguidos compatriotas que nos acompañan esta mañana. Por ejemplo, lo de largo plazo, la agenda interna. Santiago Montenegro esta en ese trabajo. Aspiramos a entregarle al país un proyecto de agenda interna para discutirlo con todos los colombianos. Y que sea un capítulo que acompañe una adición de Colombia a largo plazo.

El compromiso de este Gobierno es suceder el Plan de Desarrollo aprobado el año pasado con un documento de visión de largo plazo discutido ampliamente con el pueblo colombiano, que se le entregue a la próxima administración, para que la próxima administración mire como conecta este Plan de Desarrollo y los anteriores con el suyo y los siguientes, y que el lazo vinculante para una visión de largo plazo permita superar los planes cuatrienales de desarrollo sea ese documento, y que ese documento se actualice permanentemente.

Planteó usted el tema de crear nuevos mecanismos de concertación. Manifiesto toda la apertura, ojalá toda la receptividad, ojalá me precisarán cómo lo hacemos y el Gobierno tiene toda la voluntad por decreto, presentando un proyecto de ley, en eso no discutimos. Cuanta más concertación con ustedes mejor.

A todos muchas gracias y abramos a la parte de las preguntas e inquietudes.

 
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