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VII ENCUENTRO DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE CONCEJOS
Octubre 01 de 2004 (Pereira – Risaralda)

Compatriotas:

Si algo necesita el pueblo colombiano es debate fraterno y objetivo, no antagonismo insuperable. Los problemas de la Patria hay que examinarlos con la menor subjetividad. Aproximarse a ellos con rabia y con odios, es negar las soluciones.

El Estado comunitario que he propuesto tiene una finalidad: construir una sociedad con cohesión social, con fraternidad, con equidad. A partir de mayor participación de la comunidad en la toma de las decisiones del Estado en su ejecución y en su vigilancia.

En desarrollo de ese Estado comunitario se ha realizado esta tarea de diálogo intenso y permanente con mis compatriotas, el Gobierno ha estado en un proceso de concertación popular permanente y simultáneo de rendición de cuentas. Cada Consejo Comunitario es un examen de problemas, una búsqueda de soluciones, un escenario de concertación, también de examen, de tesis diversas y finalmente se convierte en un escenario de rendición de cuentas.

Persistir en esta tarea de manera franca y patriótica, nos debe ayudar a construir credibilidad.

Colombia tiene inmensos problemas, a ellos se han referido mis ilustres antecesores en el uso de la palabra, pero el problema principal de Colombia es el problema de falta de credibilidad en sus instituciones. El esfuerzo que estamos haciendo es para que se recupere la credibilidad en las instituciones colombianas.

Este diálogo permanente con el diálogo no permite que el Gobierno venga a hacer promesas, que el Gobierno venga a crear vanas ilusiones, que el Gobierno acuda a ganarse aplausos simplemente diciendo “si” a todo y después cosechando frustraciones porque a todo aquello que se le dijo “si”, se le responde con incumplimientos.

Comprendo el tema de la remuneración de los concejales, comprendo el tema de sus incompatibilidades, comprendo el tema de la educación y comprendo el tema de la seguridad social. Yo, por ejemplo, hoy no me puedo comprometer a impulsar una iniciativa para que ustedes, en lugar de recibir honorarios, fueran sujetos de salario y prestaciones. Si yo me comprometo a eso, les quedo mal. Me gano un aplauso ahora, pero contribuyo a profundizar la falta de credibilidad en las instituciones.

Vamos a buscar soluciones en el campo educativo y en el campo de la seguridad social.

El Gobierno, para construir confianza en Colombia, se ha propuesto la derrota del terrorismo, la transparencia, la superación de la recesión económica, la reactivación de la economía y las Siete Herramientas de Equidad –que con muchos de ustedes se han evaluado en toda la Patria-.

La primera de las herramientas de equidad es la revolución educativa. ¿Por qué? Porque la igualdad en su significado contemporáneo es la igualdad de oportunidades y aquello que consagra la igualdad de oportunidades, es fundamentalmente, una revolución educativa. Cuando todos los ciudadanos tienen las mismas posibilidades de educación, empiezan todos los ciudadanos a tener las mismas oportunidades de éxito en su vida.

Esa revolución educativa la hemos dividido en cobertura, en calidad, en pertinencia, en capacitación técnica y en ciencia y tecnología, con el apoyo de gobernadores, de alcaldes, de ustedes –concejales-, en estos 25 meses ya hemos creado 750 mil cupos escolares, ya hemos venido realizando las primeras pruebas de calidad –que confiamos sean de gran importancia para mejorar la calidad de la educación colombiana-.

Nos hemos propuesto que este año el SENA esté en todos los municipios de la Patria. Hemos desburocratizado al SENA, lo hemos sustraído del reparto politiquero, hemos duplicado el número de enseñanza y –óigase bien, que ustedes lo pueden verificar, ratificar o rectificar- mientras en el año 2002 el SENA llegaba a millón 100 mil colombianos, este año pasan por las aulas del SENA 2 millones 600 mil colombianos, con el presupuesto del SENA, sin aportes adicionales del Gobierno Nacional, buena administración.

Acabamos de graduar un nuevo grupo de 19 mil colombianos en el programa Jóvenes en Acción, estamos empezando con otros 25 mil en el SENA y tenemos cerca de 70 mil colombianos en los grupos de Jóvenes Rurales, que ustedes los conocen en muchos de sus municipios.

La capacitación de los concejales de la Patria, su actualización académica tiene que hacer parte de la revolución educativa. Yo me comprometo. Y les voy a decir por qué: porque este tiene que ser un diálogo sincero, con razones, sin demagogia, sin odios, sin zalamerías. Ni el extremo del odio ni el extremo de la zalamería. Ni la lisonja hipócrita, ni tampoco la rabia sórdida. Vamos a proceder con la mayor objetividad.


Se ha dicho que cuando los pueblos han ganado el reconocimiento al derecho de ejercer las libertades políticas, esas libertades políticas en la práctica no se han podido ejercer debidamente porque los pueblos no han tenido la revolución educativa que los habilite con el acervo de conocimientos para ejercer plenamente la democracia política.

Tendríamos que preguntarnos: ¿sirve la democracia política cuando no hay el conjunto de conocimientos para ejercerla? Queda muy limitada esa democracia política en sus consecuencias, en sus efectos. Esta democracia política necesita la revolución educativa para que sea ejercida plenamente.

El Gobierno Nacional ha propuesto que los escasos recursos del Fondo Nacional de Regalías se dediquen exclusivamente a educación, con la posibilidad de sustraer una partida par ala construcción del hospital de San Andrés y Providencia, dadas las actuales condiciones de deterioro del que presta servicios.

Yo no puedo venir a forzar adiciones presupuestales porque la situación de la Nación es muy difícil, como la voy a explicar más adelante, pero propongo lo siguiente: que el aporte que el Gobierno Nacional les pueda dar el año entrante provenga de una de las dos fuentes o de las dos. Que una puede ser: ese 20 por ciento del impuesto cooperativo que hay que llevar a educación formal y que la otra sea un convenio del Gobierno Nacional con quienes ustedes indiquen, para capacitar a concejales, para graduarlos y líderes populares de la Patria, como ediles, etcétera y que el pago del Gobierno Nacional sea con una partida de las que están en el prepuesto del Fondo Nacional de regalías. Yo me comprometería a eso.

Entonces, para que esto se concrete, ustedes definan con la Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) con quién hacer el contrato y el aporte del Gobierno Nacional para ese contrato de capacitación de concejales se hace inicialmente con los recursos apropiados del Fondo Nacional de Regalías.

Han preguntado por educación superior. Creo que en este tema también podemos colaborar con la ampliación del ICETEX. La ampliación del ICETEX en Colombia es bien importante, además se han reducido las tasas de interés y se han ampliado los plazos. Y rogaría que, en el crecimiento de cobertura del SENA también abramos un espacio para los concejales y los líderes populares.

Tema del algodón. El algodón está vinculado a lo que se llama una cadena transable en el mercado internacional, textiles y confecciones. Por eso estamos buscando cómo llevamos la recuperación del algodón de la mano del estímulo a la exportación de algodón para poder superar definitivamente el problema estructural del algodón.

El Congreso de la República nos ha dado la mano para aprobar los estímulos tributarios al alcohol carburante. El año entrante el país estará produciendo un millón de litros diarios de alcohol de caña.

Ya empieza a darse un gran experimento, un plan piloto para producir alcohol de yuca en los Llanos Orientales y se anuncia un proyecto en el departamento del Cesar y confío que la Hoya del Río Suárez, entre Boyacá y Santander, Vegachí, Villeta, puedan tener plantas de alcohol, con iniciativa privada, con los paneleros vinculados y con apoyo del Gobierno. Estamos en esa tarea.

Cuando este Gobierno empezó se encontró con el más grave problema para la industria panelera. Se había aprobado el ingenio panelero de la zona del Páez en el Norte del Cauca. Para proteger a los pequeños productores de panela, este Gobierno revocó esa licencia y se impidió que se desarrollara ese gran ingenio panelero.

Estamos trabajando con la Policía para enfrentar los derretideros de panela y la panela adulterada, pero necesitamos mirar a ver cómo podemos lograr un precio estable y equitativo para los productores de panela. Creo que el camino del alcohol es un buen camino, a condición de que no sembremos más área de caña de azúcar porque es un tema bastante saturado en el mundo entero.

¿Ustedes hablan Tolima – Huila? El subsidio del Gobierno Tolima – Huila, que vale más de 17 mil millones está incorporado. Deben estar en los trámites, pero el Gobierno cumple con ese subsidio, amigos algodoneros del Tolima – Huila. Ustedes son testigos del esfuerzo del Gobierno por reactivar el algodón en esas regiones y por reactivarlo en la Costa Caribe colombiana.

¿Aquí están los del Cesar? Cuando este Gobierno empezó era imposible avanzar en algodón en el Cesar, porque a nadie le prestaban dinero. Hemos creado el sistema de los patrimonios autónomos, hemos avanzado con el Fondo de Garantías y hemos recuperado la condición de sujetos de crédito para muchos cesarenses.

Y hace poco ampliamos el PRAN cafetero, con un costo adicional de 17 mil millones para favorecer a los pequeños productores que habían sido cumplidos. Atendimos un reclamo muy sentido. Se nos decía: le condonan la deuda a los que no pagan y no nos ayudan a los que hemos pagado cumplidamente. Por eso lo extendimos en favor de los pequeños productores que han sido cumplidos en sus cuentas.

Cultivos de tardío rendimiento: palma africana, caucho, cacao. Varias medidas. Hemos estado tramitando el estímulo tributario. Vemos la posibilidad de que este país tenga más de 600 mil hectáreas de palma africana, cultivo intensivo en generación de empleo.

Cuando este Gobierno empezó teníamos 170 mil. Vamos a terminar el año con 220 mil. ¿Qué estamos haciendo? Los subsidios, lo que se llama el ICR, lo hemos orientado totalmente a los pequeños productores. Cuando visito el Magdalena Medio, veo con enorme entusiasmo que esa situación rural tan difícil se ha venido mitigando, gracias al crecimiento de los cultivos campesinos de palma africana, bastante apoyados por los subsidios del Gobierno.

Cuando comparo la situación urbana de Barrancabermeja con el entorno rural del Magdalena Medio, veo que la situación social es menos grave en el entorno rural, gracias a esos cultivos.

Cuando miro el Sur del Bolívar, todos los municipios ribereños del Magdalena, que tienen su espalda contra la Serranía de San Lucas, veo que allí después de un problema histórico de coca, guerrilla, paramilitares, hemos avanzado bastante en el tema de orden público y ya se empiezan a hacer inversiones bien importantes en este tipo de cultivos.

Hemos tenido un enorme problema con los servicios públicos. ¿Cuál es? Hay un tema que es la papa.

El tema de la papa, el tema del banano, el tema del plátano. El arroz este año hemos tenido varios problemas. Un problema de una gran cosecha nacional, un problema de dificultades para sacar arroz de algunas regiones de Colombia, que empieza a resolverse, y un problema de contrabando. Como también lo hemos tenido en lo que se llama harina de maíz blanco.

Estamos buscando cómo superamos esos problemas y hemos hecho un gran esfuerzo presupuestal para subsidiar los costos financieros del almacenamiento del arroz.

Confío que si eso lo podemos complementar con un esquema de comercialización internacional más razonable el año entrante, podemos tener un precio más remunerativo.

Hemos tomado una decisión: la de avanzar con el distrito de riego del Ariari, pero con el compromiso que ese distrito no se dedique a arroz, porque entonces seguiremos saturando la oferta de arroz y todos los países vecinos producen arroz y cada uno quiere resolver el problema, enviándoles sus excedentes al otro, y así lo que vamos a lograr finalmente es que entre todos nos quebremos.

He visto una gran recuperación del área sembrada en papa en el Cauca, en Nariño, en Boyacá, y hemos tenido altibajos en el precio. Pero fundamentalmente he encontrado mayor tranquilidad en los productores, porque ha avanzado el tema de la seguridad.

En leche. Hace dos años el primer Consejo Comunitario fue en Nariño y me dijeron los campesinos de Nariño: Presidente, hace diez años nos hicieron la apertura, nos quebraron el cultivo de trigo y la cebada, nos dijeron que venían cultivos sustitutivos, no vinieron, nos tuvimos que ir a sembrar coca al Putumayo, y aquí empezamos en el minifundio andino nariñense a desarrollar explotaciones de leche, y hoy con las importaciones, me decían hace dos años, ya no nos compran la leche.

¿Qué hizo este Gobierno? Suspendió las importaciones de leche. Visitaba Nariño hace cuatro semanas, y sin que estén viviendo un mundo ideal, por lo menos les compran la leche, tienen a quién vendérsela y la están vendiendo a un precio menos inequitativo.

A este Gobierno no le tiembla la mano para defender al sector agropecuario. Si nosotros buscamos mercados como el TLC o MERCOSUR o Europa, es para que esta economía crezca, para que haya empleo. Da gusto atender a lo que asistí antenoche en Miami: 602 empresarios de Colombia, buscando exportar al mercado de los Estados Unidos. 221 de ellos por primera vez participaban en una macro rueda de negocios. 457 de ellos son pequeños y medianos empresarios. 50 de ellos por primera vez obtenían una visa de ingreso a los Estados Unidos.

Y empecé a conversar con ellos y unas señoras me decían: nosotras venimos de Granada, Meta. Estamos empezando a exportar a los Estados Unidos el hartón llanero, el plátano hartón llanero. Y los otros señores me decían: nosotros venimos de Villavicencio. Estamos empezando a exportar a los Estados Unidos tilapia, criada y engordada en cautiverio.

Da gusto ver a estos colombianos abriendo mercados para poder generar empleo para expandir esta economía, para afiliar a los colombianos a la seguridad social. No nos dejemos distraer por la demagogia. Colombia ha tenido un discurso social muy lindo y unos resultados sociales muy pobres. No nos dejemos distraer por la demagogia. Vamos a ponerle todo el cuidado a estas negociaciones para que sean con equidad, pero estas negociaciones no tienen objetivo distinto que abrir oportunidades para que crezca esta economía.

Cuando nos quejamos de lo social, tenemos que ver que ha pasado en lo económico. Mientras la economía china crece hasta al 7, al 10 al 11, mientras las economías asiáticas han tenido esos promedios, la nuestra, entre los años 60 y 1980, creció al 4 y medio. Eso no es lo grave: del 80 para acá en promedio ha crecido al 2 por ciento. Con una economía anémica, con los colombianos sin posibilidades de encontrar empleo, volcados a las calles a medio subsistir de la informalidad, no tenemos posibilidades de mejorar la situación social.

Hoy tenemos en Colombia 21 mil familias guardabosques. Hemos empezado en el Putumayo, en el Tolima, en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Nariño. Aspiramos a arbitrar los recursos presupuestales para llegar a 50 mil familias guardabosques.

Hoy tenemos un gran avance en extinción de tierras apropiadas por el narcotráfico. El doctor Fernando Londoño, primer Ministro del Interior de este Gobierno, tramitó con el Congreso de la República una ley para facilitar la extinción de dominio. Esa ley le entrega instrumentos a fiscales y a jueces para recuperar para el pueblo colombiano, los bienes mal habidos del narcotráfico y de los grupos terroristas que giran alrededor del narcotráfico.

Además de haber entregado ya algunos predios, en las próximas semanas aspiramos a entregar a los campesinos 12 mil hectáreas, de buena calidad, y vamos a avanzar para cumplir metas ambiciosas en esta materia.

Encontramos arruinadas las electrificadoras de Colombia. Hemos sacado adelante electrificadoras como la de Santander, como la de Norte, hemos sacado adelante electrificadoras como la del Meta, hemos sacado adelante electrificadoras como la CHEC, aquí en esta tierra, como la electrificadora del Quindío. Nos quedan faltando otras, pero con la ayuda de Dios las vamos a sacar adelante a todas.

El Congreso aprobó algo que propuse en el Plan de los 100 Puntos del Manifiesto Democrático: que los ajustes tarifarios a los sectores populares no crecieran por encima de la inflación. Lo hemos cumplido, pero eso nos implica un subsidio de cerca de 300 mil millones este año al consumo de energía de los sectores populares de la Patria.

Quisiera acudir a este foro de concejales y no encontrar quejas en seguridad. Mi ambición es que en algún momento todos los concejales de la Patria se sientan plenamente seguros. Hemos hecho un gran esfuerzo. Todavía nos asesinan concejales. La vida no se puede tasar en cantidades.

Es igualmente grave un asesinato que centenas de asesinatos, pero cuando este gobierno llegó, aquí asesinaban a los concejales por centenares, asesinaban a los sindicalistas por centenares, asesinaban a los periodistas y a los maestros por centenares.

Yo visité el 8 de agosto a las 6:00 de la mañana a Valledupar, y los que se quejan hoy de que esa democracia está capturada, deben recordar que acudí a las 6:00 de la mañana para empezar con el Ejército y la Policía el destaponamiento de la carretera que impedía que los colombianos se transportaran entre Valledupar y Santa Marta, entre Valledupar y La Guajira: en una parte estaban los paramilitares y en otra la guerrilla, y si bien nos falta avanzar muchísimo, bastante hemos avanzado con el pueblo colombiano.

Por eso, en el Caquetá lo visité en la tarde del 8 de agosto de 2002. Todos los alcaldes estaban refugiados en Florencia. Hoy creo que casi todos están despachando en sus municipios con menor intranquilidad.

Nos falta pero hemos avanzado. Y reitero ante ustedes el compromiso de no perder un minuto para derrotar el terrorismo. No hablemos de guerra, doctor Antonio. La guerra ha sido dura en todas las etapas de la humanidad, pero finalmente la guerra ha tenido una explicación, una justificación.

¡Aquí no hay guerra, aquí hay problemas sociales, problemas de inequidad, problemas de diversa índole, de miseria, pero aquí no hay guerra, aquí lo que hay es un desafío de 50 mil terroristas contra 44 millones de ciudadanos de bien!

¡Por eso, aquí el camino es la derrota del terrorismo, y el país en eso no puede ser flojo. El país, en eso, no puede volver a actitudes pusilánimes!

Recuerdo a Luis Carlos Galán. Si los colombianos hubiéramos escuchado su convocatoria contra el narcotráfico, su convocatoria firme y patriótica por la cual expuso su vida, el país hubiera ahorrado mucha sangre y muchos dolores de cabeza.

¡Vamos a seguir en esta tarea: no hablemos de actores del conflicto!

Hace unos días con los compatriotas indígenas del Cauca, alguien de ellos me decía: ‘Presidente, es que usted no nos puede obligar a tomar partido en el conflicto’. Yo les decía: ‘¿qué es tomar partido?’ ‘Pues lo que usted nos dice, que nos tenemos que aliar con la Fuerza Pública’. Y les preguntaba: ‘¿y por qué no?’ Me decían: ‘porque no podemos estar con alguno de los actores del conflicto’. Y les dije: ‘¿y quienes son los actores del conflicto?’ Y me contestaron: ‘guerrilla, paramilitares, Fuerza Pública’. Y les dije: ‘no, no, no’. A la Fuerza Pública no la podemos medir con el mismo rasero con que medimos a los actores del terrorismo.

Aquí hay unos actores del terrorismo que son: el narcotráfico, la guerrilla, los paramilitares. Y unas fuerzas institucionales, destinadas a fortalecer la democracia, que son nuestras Fuerzas Armadas.

¿Saben por qué esta política de seguridad se llama Democrática? Porque busca defender con el mismo empeño al amigo de las tesis del Gobierno, que al crítico de las tesis del Gobierno. Ésta política se llama Democrática, porque como se comprobó en el proceso electoral del 2003, dimos garantías efectivas.

Los invito a una reflexión: a establecer la diferencia entre lo que son las garantías teóricas, abstractas, farragosas en lo político, y lo que son las garantías reales.

En Colombia siempre se hablaba de garantías para todo el mundo, pero muchos candidatos por el solo hecho de aspirar, eran asesinados. Nosotros nos propusimos en las elecciones del 2003, proteger por igual a aquellos candidatos que compartían las tesis del Gobierno y a aquellos candidatos que disentían de las tesis del Gobierno

Ahí está la Alcaldía de Bogotá, dirigida por el Polo Democrático, con todo nuestro respeto, en una campaña política que tuvo todas nuestras garantías. Ahí está la Gobernación del Valle del Cauca y muchas, muchas, posiciones de elección popular en Colombia.

¿Saben por qué esta política de seguridad es Democrática? Porque el Ejército de la Patria, la Policía de la Patria, no son el Ejército de mi Gobierno, no son las Fuerzas Armadas de Uribe, son las Fuerzas Armadas de la Constitución, son las Fuerzas Armadas del pueblo.

Mi instrucción en público y en privado a las Fuerzas Armadas de la Patria, es que ellos tienen que defender la Constitución y en nombre de la Constitución, los derechos de todos los colombianos, sin detenerse mirar qué piensan esos colombianos en materia política, en tesis económicas, qué piensan esos colombianos frente al Gobierno, o cómo discrepan del Gobierno. Por eso llamamos ésta política de seguridad una política Democrática.

Queridos concejales de mi Patria: quisiera escucharlos a todos, pero muchos de ustedes han tenido la oportunidad de mantener este diálogo conmigo sábado tras sábado, y me comprometo a avanzar en los acuerdos entre el Gobierno, el Congreso y la Federación de ustedes, alrededor de los temas sobre los cuales hablamos esta mañana.

Déjenme dar esta cifra. El año pasado en homicidios, se redujeron 20 por ciento, este año lo hemos reducido en un 13 por ciento. Teníamos enormes dificultades en Barranquilla y Cali y por primera vez Barranquilla y Cali, en el mes de septiembre que acaba de terminar, ya muestran reducciones en homicidios, frente al mismo mes del año pasado.

El año pasado redujimos el secuestro en un 27 por ciento y este año se va reduciendo el secuestro en más de un 42 por ciento.

Esta política de Seguridad ha salvado 8.318 vidas, pero no estamos contentos, no estamos contentos, estaremos contentos el día que no haya un concejal amenazado, el día que no haya un concejal asesinado, el día que cese el asesinato en la Patria, el día que cese el secuestro en la Patria.

Le he dicho a la Fuerza Pública: ¡hay que proceder con voluntad política. El Gobierno la tiene, yo no me rajo! Yo le propuse al pueblo colombiano una política con todo el vigor contra el terrorismo y así lo cumpliré hasta el último día.

Pertenezco a una generación que no ha vivido un solo día en paz y quiero hacer todos los esfuerzos necesarios, mientras el Creador me mantenga la energía, para contribuir con ustedes a que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices y con ilusión en esta Patria.

¡Le he dicho a la Fuerza Pública: procedan con agresividad y procedan con transparencia!

Y creo que a aquella convocatoria para que se mantenga la iniciativa, la Fuerza Pública ha respondido. Son muchos los soldados de la Patria mutilados, muchos los policías de la Patria cobardemente asesinados por las minas antipersonal.

Yo deploro que ésta guerrilla tenga unos colombianos secuestrados: diputados, ex candidata presidencial, congresistas y muchos colombianos, simples ciudadanos del común. Por eso es la lucha contra el secuestro.

Yo no me opongo al acuerdo humanitario. Pero no puedo hacer acuerdos humanitarios, de aquellos del pasado, que hicieron de los acuerdos humanitarios unos factores de estímulos del terrorismo, tomaron unas decisiones para darle más fuerza a los terroristas y para afectar la motivación de la Fuerza Pública.

Cuando era candidato, en las primeras semanas de Gobierno, dije que el acuerdo humanitario tenía que ir de la mano de la reiniciación de diálogo, y que el diálogo solo podía reiniciarse con un cese de hostilidades. Después de hablar con el Secretario General de las Naciones Unidas, con el Presidente de Francia, su Ministro de Relaciones, con los familiares de los secuestrados, modificamos la posición y aceptamos desvincular el acuerdo humanitario de un eventual proceso de paz.

Hemos enviado una propuesta a través del Gobierno Suizo, nosotros estamos dispuestos a liberar un número de guerrilleros de las Farc, antes de que las Farc libere a nuestros secuestrados, para mostrar la seriedad del Gobierno.

Esa propuesta, que no queríamos hacerla pública, finalmente la conoce el país, pero ustedes mirarán si lo que les voy a decir tiene razón o no tiene razón.

Hemos propuesto que solamente salgan de la cárcel guerrilleros enjuiciados o condenados por rebelión. Nosotros no podemos liberar a los que están allí por delitos atroces. ¿En qué quedaría el proceso con los paramilitares? ¿En qué quedará un eventual proceso con el Eln o con las Farc, si desde ahora creamos el mal antecedente de liberar a los responsables de delitos atroces?

Y una segunda condición: que aquellos que salgan de la cárcel, no pueden regresar a delinquir. ¿Ustedes creen que haríamos un bien sacándolos a todos de la cárcel para que vuelvan a delinquir? ¿Qué le pasa al sacrificio de la Fuerza Pública? A la Fuerza Pública hay que quererla y acompañarla, por supuesto, criticarla, pero con afecto, como uno lo hace con los hijos. Pero no se les puede desmotivar cuando está en semejante sacrificio.

Por eso he dicho: los que salgan de la cárcel nosotros no podemos aceptar que vuelvan a delinquir. Hemos dado dos opciones: o que se vayan a un país como Francia o que entren al programa de reinserción. Programa totalmente generoso, compatriotas.

En este Gobierno se han reinsertado más de siete mil integrantes de estos grupos, y los hemos tratado con toda fraternidad, con todo afecto, nos hemos dado la mano y el Gobierno hace un enorme esfuerzo presupuestal por ellos.

Una cosa es que salgan de la cárcel para estar en Francia o en un programa de reinserción y otra cosa es que salgan de la cárcel para seguir en la lucha terrorista. Por eso tenemos que insistir en propuestas razonables.

Y yo no puedo caer en la trampa de zonas desmilitarizadas. A mí me pedían los ciudadanos del Caquetá: ‘Presidente, la Fuerza Pública, la Fuerza Pública’.

La zona desmilitarizada creció enormemente el poder de los terroristas, creció enormemente el narcotráfico. Nadie sabe en cuánto hicieron rendir sus ambiciones terroristas los usufructuarios de la zona desmilitarizada, durante esos tres años largos. Nosotros no podemos incurrir en zonas desmilitarizadas.

Queremos el acuerdo humanitario, pero en condiciones que contribuyan a la paz, no en condiciones que fomenten el terrorismo.

Le hemos dado al Eln todas las posibilidades. Ahí está el testimonio del Gobierno de México. ¿Por qué no se atreve el Eln a avanzar en la paz?, es mi pregunta. Deseo que lo haga.

A mí me han probado conduciendo las Fuerzas Armadas como soldado, como policía. Ojalá me probaran en la paz.

Con el mismo entusiasmo con que estimulamos y dirigimos a la Fuerza Pública para derrotar a los terroristas, nos aplicaríamos a negociar la paz. Con nosotros no hay cuentitos. Estamos dispuestos a negociarla rápidamente, en condiciones razonables.

Pero el Eln no da pasos porque le da miedo de las Farc. Ojalá le demuestre al país que es independiente, que no le tiene miedo a las Farc. Ojalá el Eln sea capaz de avanzar en este proceso de paz. Y ojalá las Farc algún día lo tome, pero con seriedad.

¡Mientras tanto, un objetivo: una Colombia sin narcotráfico!

Cuando yo recorría, como candidato, estas regiones, la gente hablaba en los cocteles y en las reuniones sociales de los carteles, pero no se atrevían a enfrentarlos.

Nos hemos atrevido a enfrentarlos con toda la determinación para quitarle al país esa pesadilla del narcotráfico, que acaba con la ecología y que ha maltratado a tres generaciones de colombianos.

Una Colombia sin guerrilla. Una Colombia sin paramilitares. Una Colombia en permanente ebullición democrática.

Un saludo lleno de afecto a todos ustedes, los concejales de mi Patria. Muchas gracias.

 
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