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CELEBRACIÓN DE LOS 30 AÑOS DEL INPAHU
Octubre 6 de 2004 (Bogotá - Cundinamarca)

Compatriotas:

He conocido la formidable obra de INPAHU, a través de uno de sus más distinguidos egresados, Ricardo Galán, quien me ha acompañado en un tramo esencial de mi carrera pública, con patriotismo, con carácter, con verticalidad, con absoluta transparencia y que refleja el sello que imprime esta Universidad.

Acudo hoy a la Fundación, doctor Linares, a rendir un homenaje a este inmenso esfuerzo de ustedes, tan oportuno para que la Patria salga adelante.

Cuando fui informado que acudiríamos hoy, que hoy era la fecha de Inpahu, pasaron por mi mente dolores y preocupaciones.

No hace muchos meses me correspondió asistir, en la Plaza de Armas de la Escuela José María Córdova, a la graduación de unos jóvenes de la Patria, como subtenientes del Ejército. Ese día, fue distinguido como el mejor de su promoción, Diego Alejandro Barrero Guinand, hijo del consejero que nos acompaña hoy, que es Fernando Barrero.

Ese día, cuando los graduábamos, cruzaron sentimientos en mi ser. El de Presidente comprometido con la recuperación institucional, que veían en esos jóvenes todo el compromiso con la recuperación institucional de la Patria. El de padre de familia que miraba las caras de esos muchachitos, adolescentes prácticamente y las responsabilidades que asumían, los riesgos que enfrentaban.

Y hace pocos días, tuve que levantar el teléfono para llamar a Fernando Barrero, ante la noticia de que Diego Alejandro, en cumplimiento de su deber patriótico, había sido asesinado por los terroristas. Qué momento tan difícil.

Pero quiero rendirles un homenaje a Fernando y a su Familia, a Diego Alejandro, por esa vocación de servicio a Colombia, por esa lealtad con las instituciones y con la democracia, por ese patriotismo.

Nuestros héroes no pueden seguir en el anonimato. Nuestros héroes no pueden seguir en el recuerdo de unas horas. Nuestros héroes tienen que estar grabados permanentemente, en la mente, en el alma de todos los colombianos, en los lugares visibles de la Patria, para que nuestro comportamiento no sea inferior al sacrificio de nuestros héroes.

Y al saber de este compromiso en Inpahu y de que coincidiría con el homenaje a don Roberto García-Peña, surgió otra preocupación: un Gobierno de orden, de mano dura –como muchos dicen y yo no lo niego–, tiene que asumir gran responsabilidad frente a la lucha de Roberto García-Peña y tantos compatriotas como él, por las libertades públicas, por la libertad de prensa, por los Estados de Opinión, por el respeto de los gobiernos a las normas superiores, que son el consenso de la comunidad.

Doctor Roberto Posada García-Peña, reitero hoy, ante esta concurrencia de compatriotas en Inpahu, todo el compromiso con las libertades públicas.

La Seguridad Democrática, es democrática por su compromiso por las libertades públicas. Es democrática, por su compromiso para que en Colombia no prevalezca alguno de los actores terroristas. Es democrática, por su compromiso para que Colombia recupere plenamente el imperio de las instituciones. Es democrática para que las instituciones protejan por igual a aquel cercano a las ideas del Gobierno y al crítico a las ideas del Gobierno.

El orden, por el que estamos luchando, necesita sustentarse en la eficacia, en la iniciativa del Presidente y de la Fuerza Pública y en el cumplimiento de los derechos humanos. Es lo que finalmente recupera la reconciliación, es lo que finalmente la logra.

Orden para el disenso. Orden para que en Colombia construyamos pluralismo de verdad. El pluralismo se inhibe, es limitado por la violencia, venga de donde venga. Y el pluralismo también es limitado por los fundamentalistas.

Por eso, lo que nosotros queremos contribuir a crear en Colombia, es un amplio pluralismo, pero fraterno. La fraternidad permite que a partir de la contradicción se construya la síntesis, el acuerdo, la opción que le resuelva problemas a la Patria.

Hemos querido ser muy cuidadosos para que nuestro proyecto de orden respete el pluralismo, respete los derechos humanos, respete plenamente las libertades públicas para que la protesta quepa dentro del orden. Para que el orden no excluya el perdón, para que el orden no se fundamente en la arrogancia del poder.

Yo no estuve de acuerdo con los motivos de las comunidades indígenas del Cauca, pero hicimos todos los esfuerzos. Me involucré personalmente en ese diálogo, explicándoles una razón y la otra, finalmente hicieron la marcha, ellos cumplieron: no obstruyeron las carreteras, no afectaron la tranquilidad de los ciudadanos. Y el Gobierno les respetó, hasta en el más mínimo detalle, su protesta.

Esos son ejemplos que van poniendo de presente cómo el tranquilo discurrir de nuestra democracia puede sustentarse en un orden en el que cabe el disenso y en el que cabe la protesta.

Qué bueno las reflexiones sobre la protestas, de acuerdo con el orden comunitario.

Acaba de terminar un paro de camioneros, el Gobierno ha hecho todos los esfuerzos por resolver esos problemas, no tuvimos espacio de negociación, estamos limitados por el precio internacional del petróleo a 51 dólares, en un país donde declina la producción, estamos limitados por el severo déficit fiscal, porque estamos limitados por el atraso en infraestructura. No obtuvimos espacio para negociar, pero fuimos muy cuidados en no dejarnos jalonar de la arrogancia. Fue una experiencia para combinar la firmeza con el esfuerzo de que la firmeza no incurra en un exceso que es la arrogancia.

Por ahí vienen los muchachos de Santander marchando, hay que protegerlos totalmente en esa carretera. Yo estuviera en la edad de ellos, seguramente me vincularía alborozado a esa marcha y mientras tanto, lo que tiene que hacer el Gobierno es buscar cómo avanzamos en la solución de la crisis hospitalaria. Que no puede ser simplemente ‘entregue plata’, tiene que ser: hagamos esfuerzos presupuestales, pero garanticen que esos hospitales los vamos a salvar. Nada ganamos en ayudarles para que a los tres meses estén otra vez quebrados.

La defensa de lo público, que es de superior interés comunitario, exige garantizar la sostenibilidad de lo público. Por eso el Gobierno ha pedido que llevemos de la mano mayores esfuerzos presupuestales por salud, por los hospitales públicos y esfuerzos de los hospitales para ser sostenibles. Con 37 nóminas al año, es insostenible un hospital público.

Todos estos casos, nos van permitiendo hacer el traslado de lo general a lo específico, a lo particular, deductivamente y después una retroalimentación inductiva. Que cada caso nos enseñe a construir orden, recuperación institucional, con el buen cuidado de no afectar las libertades.

Era muy difícil en Colombia entender un proyecto de orden, dentro de la tradición civilista de la Nación, garante plenamente de las libertades públicas. Nuestro compromiso es demostrar en la práctica que se puede.

Es mi homenaje, el que quiero rendir, con la preocupación de todos los días sobre estas materias, a los vigías insomnes de las libertades públicas, como lo fue Roberto García-Peña, desde la tribuna de El Tiempo, en esos 50 años.

Y acudo a Inpahu, a rendir un homenaje a ustedes, en esta tarea, doctor Linares, doctor Rodríguez Pulido.

Una tarea que ha coincidido con momentos tan difíciles de la vida colombiana, con oportunidades tan cerradas a los sectores medios y populares, con economías declinantes que produjeron fenómenos de contracción de la matrícula tecnológica y universitaria y de masivas deserciones.

Cuatro temas son esenciales para recuperar la credibilidad en las instituciones: la Seguridad Democrática, la transparencia, la recuperación de la economía y la construcción de equidad social.

Y en la construcción de equidad social son fundamentales las Siete Herramientas de Equidad, la primera de las cuales es la revolución educativa. Esa revolución educativa la hemos venido trabajando en cinco grandes aspectos: cobertura, calidad, pertinencia, capacitación técnica y el tema de ciencia y tecnología.

No voy a abrumarlos a ustedes con cifras, la Ministra de Educación Nacional (Cecilia María Vélez White), el Ministro de la Protección Social (Diego Palacio), diariamente las repiten, pero voy a tomar algunos minutos para algunos comentarios.

Por ejemplo, en el tema de cobertura en primaria y secundaria ¿qué venía ocurriendo? A medida que crecía la cobertura oficial, decrecía la cobertura privada. Entonces en el neto no había ampliación. Lo importante de estos 25 meses es que hemos logrado más de 750 mil cupos de ampliación en el sector público y frenamos la deserción en el privado y se empieza a recuperar la matrícula privada. Eso nos va ayudar a cumplir la meta de millón 500 mil cupos y a eso están contribuyendo esfuerzos muy grandes, por ejemplo como el de Familias en Acción, donde 340 mil familias pobres reciben un subsidio del Estado a condición de que garanticen la matrícula de sus niñitos. Eso está favoreciendo a casi 900 mil niñitos.

Hemos hecho un gran esfuerzo en productividad de profesores. Hoy ya estamos casi en 30 estudiantes por profesor. Yo recibo cartas. El domingo, respondiendo llamadas de compatriotas, me decía una señora: ‘Presidente, ayúdenos con los salones de clase, porque es que ya con tanto muchacho en el salón de clase, hay unos que no alcanzan a ver el tablero’. Le dije: ‘hija, estamos haciendo el esfuerzo que hicieron los asiáticos, después de la Segunda Guerra, en lugar de empezar con lujosos edificios, nosotros tenemos que empezar con la cobertura’.

Aquí hay que llegar a plena cobertura, así tengamos que estudiar incómodos. Funcionen en iglesias en salones comunales, en oficinas. Pongan los edificios a trabajar día y noche. Los dominicales hay que excluirlos, para muchos de nosotros los humanos, hay que excluirlos también para las construcciones. Esos edificios tienen que estar a toda hora funcionando, pero vamos a dar el primer esfuerzo, porque si condicionamos la cobertura a la construcción de edificios nunca la vamos a ampliar.

Mientras uno financia la construcción de un colegio, mientras se cumple con todo el trámite presupuestal, mientras se ejecuta la obra, y los muchachos sin posibilidades de asistencia escolar.

En educación universitaria nos propusimos una meta de 400 mil. Creo que hemos resuelto un gran problema: la contradicción entre la universidad pública y la privada.

En la campaña como candidato a la Presidencia, me llamaban mucho en esos debates públicos: ‘es que usted va acabar la universidad pública’. ¡Ni riesgos, yo soy hijo de la universidad pública! Lo que tenemos que hacer es que la universidad pública sea eficiente, tenga la mejor productividad, la mejor aplicación de los recursos, superemos esta contradicción, este ácido debate a favor de la universidad pública o privada, nosotros necesitamos ambas. Y creo que nos ha respondido en la universidad pública.

Con el mismo presupuesto, en la universidad pública este Gobierno ha creado alrededor de 107 mil cupos, 75 mil en la universidad pública y 32 mil en la privada. Pero hay una cosa importante: la reducción de la matrícula y la deserción en la privada era muy alta. Creemos que eso se ha frenado y que ya empezó a recuperarse la matrícula en la privada.

Eso lo estamos apoyando, también, con otras estrategias, como ICETEX. El crecimiento de ICETEX es formidable y la reforma administrativa de ICETEX lleva a cerrar una serie de oficinas burocráticas, a permitir el acceso de los muchachos a ICETEX por internet y a que ICETEX tenga convenios con las universidades para que las universidades los representen.

En Barranquilla, en lugar de tener una pomposa oficina de ICETEX y de que los muchachos tengan que llegar con una recomendación política para el crédito, que puedan acceder a través de internet, o a través de la misma universidad, que la universidad sea la que haga los convenios con ICETEX para facilitar el acceso de sus estudiantes a esos créditos.

Y hay un tema todavía no bien percibido por la opinión, porque empieza, pero de gran importancia, que es el tema de los centros universitarios regionales.

Hasta el momento hemos creado 15, la aspiración del Gobierno eran 30, pero ya las solicitudes son para 70. Eso responde a la preocupación del doctor Linares, ese desequilibrio regional en materia de oferta de educación superior.

Ya, por ejemplo, está funcionando uno de esos centros en Aracataca. Confiamos que eso, con la idea de tener una educación superior básica, a partir de la cual la gente se vaya especializando, nos va permitir resolver problemas en regiones bastante remotas.

Javier, ¿cuántos estudiantes debemos tener hoy en esos 15 centros regionales de educación superior?

Javier Botero, viceministro de Educación Superior: 1.240.

Presidente de la República: en el momento en que tengamos los 70, usted cree que ¿cuántos cupos van a tener?

Viceministro de Educación Superior: 40 mil jóvenes.

Presidente de la República: eso es bien importante, 40 mil muchachos y ahí concurre la administración privada.

Nosotros con alcaldes y gobernadores cofinanciamos el centro y se le puede entregar a una universidad privada como concesionario, para que la universidad privada adelante los programas. Y creo que va ayudar muchísimo, también, el avance en telecomunicaciones. Porque ahí necesitamos programas a distancia pero con la ayuda del computador, con la ayuda del internet. Y eso está avanzando bastante.

Y quiero referirme al tema de las tecnologías. Yo no puedo estar más de acuerdo con el doctor Linares, hay que impulsarlas. Hace pocos días asistía a una discusión con estudiantes en Mosquera, Cundinamarca, sobre el SENA.

Este Gobierno ha tomado una serie de decisiones administrativas en el SENA: supresión de nóminas burocráticas. Yo les he dicho: gasten en instructores, no en burocracia administrativa.

Supresión de construcciones de edificios. Hace dos semanas visité Ciudad Bolívar. Cuando el Gobierno empezó me dijeron: ‘Presidente, necesitamos 25 mil millones para construir un edificio para el Sena en Ciudad Bolívar’. Les dije: ‘¿en Bogotá?’. Sí, en Bogota. Les dije: ‘hombre, en Bogotá sobran edificios, busquen uno allá’. Y se encontraron un magnífico edificio del Hogar Don Bosco y el Hogar Don Bosco quebrado. El edifico estaba sin estudiantes y lleno de maleza y los salesianos que manejan el Don Juan Bosco nos dijeron: ‘no, fue que tuvimos que cerrar la formación por falta de recursos’. ¿Qué hicimos? Contratamos con Don Juan Bosco en Ciudad Bolívar, le estamos pagando por cada muchacho que forme, el SENA vigila y homologa los títulos.

Hasta hace 15 días ya habíamos formado allá 4.800: 800 de los reinsertados. Nos ahorramos 25 mil millones de un edificio, le dimos buen uso a un edificio, el de Don Juan Bosco, contratamos con una comunidad sobre la cual el país tiene el mejor concepto, la Comunidad Salesiana. Los muchachos están recibiendo una magnífica formación.

Una serie de medidas nos han permitido que el SENA, más que duplique este año las horas de formación y nos ha permitido que el SENA pase de tener un millón 100 mil estudiantes del 2002, a tener este año dos millones 600 mil. Entonces apareció un punto de debate con los muchachos en Mosquera, me decían: ‘Presidente, pero es que ya no nos gradúan, nosotros queremos entrar aquí a que nos gradúen de tecnólogos en administración’.

Les dije: ‘¿para qué? No encuentran empleo. El que quiera ser ahora administrador de escritorio está tragado de la tierra. Entiendan la reforma del SENA, que es el ejemplo de lo que queremos llevar, una educación piramidal: ustedes entran y en la primera etapa les estimulan las competencias laborales básicas, el aprendizaje de un oficio que los conecte con la evolución de la economía. Eso les facilita a ustedes empezar a trabajar y esos créditos se los valen para que después se gradúen como tecnólogos, pero es mejor graduarse como tecnólogos a partir de haberse graduado en oficio básico. Y una vez terminen la tecnología, estamos buscando los acuerdos con las universidades, para que esos créditos les valgan para obtener grado de educación superior’.

Yo creo muchísimo en eso y creo que el Gobierno tiene que masificar esos acuerdos. Esa formación piramidal, creo que va ayudar mucho. Ahora, voy a decir una cosa bien atrevida: el mundo contemporáneo, más como una sociedad como la colombiana, exige el esfuerzo de trabajar y estudiar.

Entonces, por eso, nosotros tenemos que diseñar todos estos programas, de tal manera que los estudiantes puedan empezar desde el estímulo a las competencias laborales básicas y llegar hasta los doctorados, en las más especializadas ciencias. Que puede ser en un proceso largo, siempre combinado con el trabajo.

Me parece que en la sociedad colombiana de hoy, todos los días va a ser más difícil, estudiante de tiempo completo en estos niveles.

¿Galán, usted cuando estaba estudiando aquí trabajaba?

Ricardo Galán, secretario de Prensa: sí, señor.

Presidente de la República: ¿qué porcentaje de los estudiantes de Inpahu trabaja al mismo tiempo?

Secretario de Prensa: Yo creo que los de la nocturna trabaja el 90 por ciento.

Presidente de la República: a esos colombianos sí que hay que rendirles un homenaje. Porque hoy es bien complicado: trabajar todo el día por ahí con una cámara buscando al Presidente de la República para que no les dé una declaración.

La única manera que tengo ahora para defenderme de estos muchachos comunicadores… Allí abrimos el ascensor y ahí mismo estaban esperándome, sobre el debatico aquel, pero nombré de abogado al Espíritu Santo y dije: ‘muchachos, antes de enfrentarme a las cámara de ustedes, le voy a decir al Espíritu Santo que me dé prudencia’. Imagínese los estudiantes de Inpahu todo el día en ese trabajo y estudiar de noche, ese es un gran ejemplo. Es una muestra de una disciplina que tiene que sacar adelante este país.

Avancemos en la revolución educativa, no veo más camino para construir la igualdad de oportunidades. Me parece que la equidad contemporánea se refleja en la igualdad de oportunidades y lo que finalmente la garantiza es la revolución educativa.

Muchas felicitaciones a la comunidad Inpahu, por este esfuerzo. A ustedes les ha correspondido un período muy difícil de la vida colombiana. Deseo que este esfuerzo de ustedes contribuya a que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices en esta Patria.

Muchos más éxitos, doctor Linares, por el bien de la juventud colombiana.

A todos, muchas gracias.

 
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