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ORDEN NACIONAL AL MÉRITO EN EL GRADO DE OFICIAL AL PROFESOR JULIO CARRIZOSA
Septiembre 21 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

El Gobierno Nacional ha querido hacerle un homenaje al profesor Julio Carrizosa Umaña, otorgándole la Orden Nacional al Mérito, en el Grado de Oficial. Para ello, la mejor ocasión: el trigésimo aniversario de la expedición del Código de Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio Ambiente, el Decreto 2811 de 1974.

La disciplina ambiental supone percibir el mundo de la manera más compleja y elaborada. Antes el hombre era cosmocéntrico, se veía como el dueño y señor de la naturaleza, a la que podía expoliar como si fuese una simple esclava al servicio de su hedonismo. Sólo unos cuantos iluminados pensaban en las especies animales y vegetales como hermanas del hombre. Frente a la naturaleza había crueldad, ignorancia, altanería.

Cuánto honra a Colombia tener hijos como usted, profesor Carrizosa. Ha enseñado a muchas generaciones que no sólo hay que proteger la naturaleza, sino estar en permanente proceso de perfeccionamiento en la tarea de protegerla.

Usted nos ha enseñado que el medio ambiente no existe sin el conocimiento. Que es imposible proteger la fauna y la flora, si no se protege el pensamiento que las identifica. Que lo físico y lo biótico debe acompañarse de lo cultural, de lo social, para poder abarcar la realidad, porque la ecología es la disciplina que abarca todas las variables.

Usted no se redujo al discurso sino que concretó la defensa del patrimonio universal, con su gran aporte pedagógico y su apostolado administrativo. Nos ha hablado esta tarde de temas tan importantes como la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad social, y el tema de la política ambiental como factor de convergencia.

Soy relativamente menos pesimista en el tema. Cuando veo que el país todavía tiene 578 mil kilómetros de bosque, que a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho para acabar nuestros recursos naturales se ha evitado lo que pudo ser una destrucción fatal, creo que le debemos mucho al Código, a su tarea, profesor Carrizosa Umaña, a esa fuerza de sensibilización que se desató con la expedición normativa y con las instituciones que tomaron fuerza, justamente en la época y gracias a su insistencia pedagógica.

Hay que trabajar inmensamente. Pero mire: el problema mayor lo ha causado la financiación del terrorismo a cargo de la droga. Uno habla con los campesinos del Bajo Putumayo y le cuentan que cuando se instalaron allí hace 30 ó 40 años, todos los días descubrían una nueva variedad de peces, todos los días descubrían una nueva variedad de árboles, de maticas, de animales en la selva. Cuando llegó la droga los terroristas comenzaron a financiarse con ella, fueron contaminados esos ríos con los vertimientos, empezó ese proceso de destrucción. Hace 30 años sobrevolábamos el Putumayo y era selva tupida, hoy esa inserción colombiana en la Amazonía está llena de claros. Destrucción que se hizo solamente para plantar droga.

Entonces ahí vamos viendo cómo el terrorismo ha financiado la droga, se ha convertido en la gran amenaza ambiental y como todo eso frenó el crecimiento de la economía.

Una economía que creció casi al 5 por ciento entre 1960 y 1980, entre 1980 y el año 2002 creció escasamente al 2 por ciento en promedio. Mientras la población creció velozmente, la economía no creció y eso nos condujo a los mayores niveles de pobreza que el país nunca conoció y nunca imaginó.

Ese crecimiento poblacional que no fue acompañado de un crecimiento de la economía que absorbiera las necesidades de la gente, produjo destrucción en el campo, destrucción de recursos naturales, estampida del campo a la ciudad, hacinamiento en las ciudades, cordones de miseria, saturación de nuestras calles por ventas informales, todo expresión de esa pobreza, conectada por la falta de crecimiento de la economía, la destrucción ambiental, la destrucción de la droga para financiar el terrorismo.

No vacilo en repetir, profesor Carrizosa Umaña, que el país tiene que superar el problema terrorista como una condición para tener mayor éxito en la lucha por el medio ambiente y en su gran compañera que es la lucha para erradicar la pobreza.

Tenemos que derrotar la droga. Un país que llegó a tener 170 mil hectáreas de droga no tiene ninguna posibilidad en materia ambiental, no tiene ninguna posibilidad en materia económica, no tiene ninguna posibilidad en materia social. 50 mil terroristas financiándose de la droga frenan todas las posibilidades del país

Por eso nosotros creemos profundamente en la necesidad de conectar la política de seguridad con la política ambiental. Hemos dado unos pasos bien importantes en los últimos días, como es la integración de las brigadas que empiezan a hacer presencia en sitios como Paramillo, que estaban controlados en unas partes por los paramilitares y en otras por la guerrilla. Allí empieza a haber una gran coordinación de Parques Nacionales con la Brigada.

Lo mismo en la Sierra Nevada. Allí todavía tenemos un problema paramilitar grave, un problema guerrillero grave, pero el control era total. Hace dos años no se podía ir de Valledupar a Santa Marta, ni de Santa Marta a Riohacha, ni de Riohacha a Valledupar. En todas partes retenes de la guerrilla. Una despreocupación de la gente por la recuperación institucional. Los que querían defenderse apelaban no al Estado sino a los paramilitares, y eso se convirtió allí en otro objeto de destrucción ecológica. En un lado la guerrilla haciendo daño, en otro lado los paramilitares haciendo daño, la gran fábrica de agua siendo sembrada en droga.

Hoy hemos logrado avanzar bastante y confiamos que la integración de Parques Naturales, las comunidades indígenas, la Fuerza Pública, el concepto de recuperación institucional nos permita frenar esa destrucción ecológica que tanto daño ha hecho y que tanto daño podría hacer si no se le frena y si no recuperamos lo allí destruido.

Tenemos inmensos retos. Después del Código vino la Constitución del 91. Después de la Constitución del 91, la Ley 99, las corporaciones ambientales.

Las corporaciones ambientales dejan mucho que desear. Se fueron perfilando ante el país simplemente como unos pulpos burocráticos. En el recorrido por el país como candidato presidencial, muchos colombianos me decían: “hombre, no se gasten ese platal en esas corporaciones, son innecesarias, además dañinas. Más bien hagan unos planes de concertación con gobernaciones y alcaldías. Nosotros, después de oír a muchos colombianos sus voces autorizadas en la materia, hemos tomado la decisión de insistir en reestructurarlas.

La primera medida que se tomó fue obligarlas a reducir sustancialmente sus gastos de administración. La segunda medida que se tomó fue imponer un proceso de meritocracia, que se surtió en diciembre, para nombrar sus nuevos directores. La tercera medida que se ha tomado es exigirles unos indicadores de desempeño. Próximamente haremos el segundo consejo comunitario en televisión, de cara al país, haciendo pasar al tablero a cada uno de los directores de las corporaciones ambientales, para que den cuenta de los indicadores de desempeño que se les ha impuesto.

Allí el país tiene unos recursos muy importantes, unos resultados hasta la fecha muy pobres, un marco institucional que se creó con todo entusiasmo, y vamos a hacer el esfuerzo para que eso salga adelante. Si no se tiene éxito en la tarea de que funcionen las corporaciones ambientales, creo que la ciudadanía se va a cansar y será inevitable en algún momento su desaparición.

Hay unos retos inmensos: el problema de sustitución de la droga. Nosotros creemos que se necesita un crecimiento muy acelerado de la economía, como el factor esencial de sustitución de la droga. Y acciones puntuales, para no repetirlas todas, hemos asignado principal importancia a la acción puntual de las Familias Guardabosques. Tenemos 21 mil. Inicialmente no se entendía el tema, se decía que era una acción no sostenible, pero qué más sostenibilidad que recuperar las áreas en donde se ha destruido la selva, que recuperar bosque protector en fábricas de agua como la Sierra Nevada o el Macizo Colombiano o Paramillo, que más sostenibilidad para Colombia y para el planeta que obtener ese objetivo.

Tenemos 21 mil Familias Guardabosques, hoy lo que ocurre es que no damos abasto, en todas las regiones las reclaman. Antes no se entendía el tema y se criticaba, hoy en todas partes las reclaman, vamos a ver cómo avanzamos para tener más Familias Guardabosques, estratégicamente ubicadas, para cuidar estas áreas de la Patria tan importantes en materia ambiental.

Tenemos inmensos retos, como la conciliación con comunidades indígenas en muchas regiones del país. Hace dos semanas les dije a los indígenas del Cauca que no me oponía a su tesis de que las áreas de páramo no se les cuente dentro de las áreas agrícolas asignadas. Me parece un absurdo que eso se les sigua contabilizando como área agrícola. Uno les asigna esas áreas de páramo en la convicción de que ellos son los mejores cuidadores de las fábricas de agua, pero no los puede poner a cuidar el páramo como fábrica de agua y simultáneamente a darle una utilización de tierra agrícola. Aceptamos eso, lo vamos a aplicar y creemos que ahí se ha dado un gran paso.

Nos preocupan tres fuentes de contaminación en el país, inmensas: Bogotá, Medellín y Cali. La salvación de Emcali nos va a ayudar para que opere la planta de tratamiento de agua residual allí, la Ptar, no abarca el 100% de las necesidades de la ciudad pero es un gran paso. Confiamos que Empresas Públicas de Medellín, que siempre ha tenido una situación financiera despejada, construya las otras plantas de tratamiento después de haber hecho un gran esfuerzo en Itagüí y un gran esfuerzo con el sistema paralelo de captación de aguas residuales.

El Alcalde Garzón ha dado un paso importante, al cual no fue ajeno el Gobierno Nacional, para resolver el problema de la Planta del Salitre, en su relación con el Banco Interamericano de Desarrollo. La Ministra (de Ambiente, Sandra Suárez) ha venido involucrada de lleno en el tema de encontrar una solución definitiva al Río Bogotá, que involucre a todos los actores: la ciudad, el departamento, la CAR, el Gobierno Nacional, la empresa generadora de energía, el problema del Muña, de Sibaté, etcétera.

Confiamos que rápidamente, después de lograr el acuerdo entre todos, el CONPES apruebe el respectivo documento, y manos a la obra. Y que ese documento no entre en contravía con la sentencia que acaba de producir una jueza de la República después de un exhaustivo estudio.

Con usted los colombianos tenemos el inmenso compromiso de acatar lo que ha sido un magnífico ejemplo en defensa de los intereses ambientales de la Nación, que son los intereses sociales.

Sabemos que hay un reto muy grande, que es con el TLC, y nos hemos comprometido a que en el tema de patentes debe quedar claro que aquellas derivadas de la biodiversidad amazónica deben ser un privilegio, un patrimonio exclusivo de los países convergentes a la cuenca amazónica.

Creo que no hay motivos de preocupación por el TLC. La semana pasada me decían las comunidades indígenas que íbamos a afectar sus derechos de territorialidad. En eso no hay propuesta alguna, no hay norma alguna. Vamos a tener mucho cuidado para que el texto final del TLC ponga a salvo todos los derechos del pueblo colombiano en materia de patentes de propiedad intelectual que se deriven de los recursos de biodiversidad de la Nación y de la Nación mirada en el conjunto, también, de la cuenca amazónica.

Quería hacer estos comentarios en su presencia, en un día que para nosotros en muy importante, porque esta Patria llena de malas noticias tiene que distinguir y recordar ante los colombianos quiénes son sus mejores hijos. Y usted con su tarea, con su perseverancia, con sus obras, es un hijo notable de la Patria a quien debemos respeto, admiración y a quien reconocemos un gran ejemplo.

Lo hemos hecho con todo el cariño por Colombia, porque Colombia se siente muy orgullosa de tener hijos como usted, profesor Carrizosa Umaña”.

 
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