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CONMEMORACIÓN DE LOS 140 AÑOS DEL INGENIO MANUELITA
Septiembre 24 de 2004 (Palmira - Valle del Cauca)

Compatriotas:

Cómo necesita el país en momentos de dificultades y de convulsión la confianza empresarial, la receptividad al inmigrante creativo. Aquel momento en el que don Santiago Eder se instala en esta tierra coincide justamente con las dificultades nacionales que sucedieron después de que se decretó la libertad de los esclavos.

Varias constituciones en esos diez años. La guerra de Mosquera contra Ospina y el derrocamiento del gobierno, los antecedentes que nos condujeron a la constitución del 63. Pero mientras por un lado había convulsión, por otro lado se sembraba futuro, riqueza, empleo, con la presencia del ilustre inmigrante.

Celebramos hoy los 140 años de una empresa símbolo de la patria, de los mejores valores colombianos, una empresa de trabajo de creatividad permanente, de relaciones cristianas y solidarias con los trabajadores, una empresa en la vanguardia cívica, en la vanguardia investigativa.

Y coincide esta celebración con la iniciación de la construcción e instalación de la destilería de alcohol carburante. ¡Qué buen paso!

Llego con mucho entusiasmo a Manuelita a participar de este acontecimiento, Henry Eder, para enviar desde acá un mensaje a todos mis compatriotas: para que este esfuerzo de Manuelita, de otros ingenios del Valle del Cauca, lo podamos replicar en los Llanos, donde ya hay un pequeño ensayo para producir alcohol a partir de la yuca, en la hoya del Río Suárez entre Boyacá y Santander donde el Gobierno apoya tres proyectos del sector privado y por supuesto el apoyo del Gobierno tendrá que ser mayor dadas las condiciones socioeconómicas de la zona.

Para que se replique esta experiencia en el Cesar, en la Guajira, en lo que quiso ser el ingenio Vegachí, para que esto ayude a descongestionar el mercado de azúcar, a salvar la industria cañicultora, a darle utilidad a muchas tierras que en la producción de alcohol a partir de yuca podrían convertirse en un gran aporte a la riqueza nacional.

¡Qué buen paso el que da Manuelita! Hace parte de una política empresarial de crecimiento y de mejoramiento continuo y de una política oficial con compromisos energéticos, con compromisos ambientales y con compromisos de generación de empleo.

El entonces senador Amilkar Acosta, quien hoy nos acompaña con su presencia, presentó el proyecto convertido en Ley de la República para exigir la mezcla de alcoholes carburantes a los combustibles fósiles. Visitaba yo como candidato presidencial el Valle del Cauca y me decían mis compatriotas de esta región que sería necesario derogar la Ley porque no se encontraba la iniciativa privada de destilar ese alcohol.

Con el ministro vallecaucano Luis Ernesto Mejía, nos dimos a la tarea de examinar cómo posibilitar que se cumpliera la Ley y que se hiciera la inversión particular.

Insertamos ello a la política energética, a partir de una premisa: si algo puede afectar el crecimiento de la economía colombiana en los años que vienen y de la economía mundial, son dificultades en el mundo energéticas y en Colombia en particular con el petróleo. El mapa mundial muestra por todas partes preocupaciones por suministros energéticos para el desempeño de la economía.

En el año 1992 en Colombia se exploraron 27 pozos petroleros, empezó el descenso. Diez años más tarde en el año 2002 apenas se exploraron 10. No obstante todos los esfuerzos realizados, el año pasado apenas pudimos explorar 28 y este año exploraremos 30.

Han regresado compañías que se habían ido de Colombia, otras que estaban en proceso de marcharse han tomado la decisión de quedarse en el país y expandir sus inversiones.

Hemos adjudicado concesiones tan importantes como la de cuatro millones de hectáreas en el Caribe ye estamos próximos a entregar otras, pero no es suficiente. Necesitamos explorar por lo menos 57 pozos por año para que el país recupere una senda de aumento y de sostenibilidad en la producción de petróleo. Si la política continua en esa dirección en tres años es posible estar explorando 57 pozos por año.

Pero la política energética tiene que ser más integral, por eso hemos hecho un gran esfuerzo para estimular la energía eólica, con una exención tributaria se logró que ya se instalaran los primeros 20 kilovatios de energía eólica en la Guajira, departamento donde hay un potencial para producir 5 millones de kilovatios.

El precio mundial de carbón, el mejoramientote la confianza inversionista del país, nos ha llevado a que pasemos en dos años de una exportación de 32 a 54 millones de toneladas de carbón.

Estamos haciendo grandes esfuerzos para sacar adelante pequeñas centrales eléctricas. Hidroeléctricas como las de Amoyá en el Tolima y la del Guapi en el departamento del Cauca. Estamos en un proceso importante de integración con Venezuela que ya empezó con Puerto Carreño, que está totalmente interconectado y que deberá seguir con Inírida.

Nos hemos dado a la tarea de buscar también pequeñas soluciones. Contrariando la costumbre de recetas muy caras para un país muy pobre, en el mes de diciembre instalaremos las primeras centrales de bajo costo-alta eficiencia. Cuando la vieja receta era de instalar una central de 20 mil millones en Cupica, vamos a resolver el problema para producir un ejemplo para el país con una Pelton moderna de 1.300 millones que empezará a funcionar en diciembre.

Estamos buscando crear condiciones para que el sector privado aboque responsabilidades tan importantes como la construcción de la hidroeléctrica de Sogamoso en Santander y de la hidroeléctrica de Ituango en Antioquia.

En nuestra política internacional hemos obtenido que el Plan Panamá Puebla acepte la participación de Colombia en tres áreas: la construcción de la carretera en el tramo que separa las Américas buscando la línea costanera de gran importancia turística; en la construcción del gasoducto para lo cual hemos logrado acuerdos con Venezuela, y en la construcción de la línea de interconexión eléctrica.

Tenemos que interconectar todo el continente. Hemos avanzado hacia el sur, el año pasado exportamos más de 100 millones de dólares a Ecuador, pero tenemos que conectarnos con el Plan Panamá Puebla.

Estamos terminando las condiciones que se acuerdan con Venezuela para abrir la licitación, a fin de construir inicialmente el gasoducto de la Guajira-Maracaibo y alimentar esta ciudad venezolana. Paradójicamente cuando Venezuela tiene 200 teras de gas en reservas probadas y Colombia una mínima parte, Venezuela todavía no tiene conectada su frontera occidental y por eso habrá que suministrarle gas a Maracaibo desde la Guajira, con la reciprocidad de que más adelante, apenas se realice esa interconexión, Venezuela se convierta en fuente de abastecimiento de gas para Colombia, y ese gasoducto debe cruzar de Maracaibo por el caribe colombiano y conectarse al Plan Panamá- Puebla.

Un tema que tengo que mencionar en el Valle del Cauca es el acuerdo con el gobierno de Venezuela para construir una tubería de combustibles entre el Golfo de Maracaibo y el Pacífico.

Es de gran importancia porque le permite a Venezuela exportar petróleo al Asia en los buques Post Panamax, es de gran importancia porque le da a Colombia una nueva fuente de abastecimiento de combustible y no hay que temerle a la posibilidad de que se haga un puerto en el Pacífico norte de la patria, eso no rivaliza con Buenaventura.

Quiero reiterar aquí toda la voluntad del gobierno Nacional de trabajar por Buenaventura. Hemos invertido en este Gobierno 110 millones de dólares para sacar adelante la concesión ferroviaria, que ya llegó a Cartago y confiamos en agosto del año entrante llegar a la Felisa y estamos explorando las posibilidades de arribar hasta Bolombolo.

Con el Señor Gobernador el pasado domingo pusimos en marcha un subproducto de esa concesión para el turismo, como es la línea turística entre la Tebaida, cerca de Armenia y Buga.

Los vallecaucanos pueden tener la certeza de que la salida de un tubo con combustible de Venezuela por el territorio de la patria al pacífico chocoano, en ninguna forma va a debilitar el interés o los recursos presupuestales que deben aplicarse a Buenaventura.

La Ley que se aprobó en el mes de diciembre, define claramente que los ingresos de esas concesiones portuarias se tienen que destinar exclusivamente a mejorar el respectivo puerto o su entorno.

Hemos hecho una cuantiosa inversión en la vía alterna interna. Tuvimos dificultades con uno de los contratistas que se vienen superando y confío que la política social en educación, salud, alimentación, en todos los órdenes, a pesar de las inmensas dificultades fiscales, puedan ir produciendo un impacto importante en Buenaventura.

¿Y cómo contribuye a la política energética esta iniciativa de Manuelita? El Gobierno Nacional después de la Ley del senador Amilkar Acosta, ha dado unos pasos importantes. El primero, la exención tributaria. Quiero referirme a ella porque se ha debatido de cara al país. No es una exención al impuesto de renta, no es una exención al productor, es una exención en favor de los consumidores, es una exención de IVA, es una exención de impuesto global de combustibles.

¿A quién beneficia? Al usuario. ¿Qué beneficia? Beneficia el precio de la gasolina, evita que tenga que crecer más aceleradamente. ¿Por qué? Porque a pesar de la elevación de los precios del petróleo, para poder mezclar inicialmente un 10 por ciento, después un 15 y hasta un 25 por ciento de alcohol a esos combustibles fósiles, necesitamos garantizarle al público un precio accesible y los combustibles biológicos a pesar del precio del petróleo tienen todavía un costo muy superior, entonces, no estaríamos en condiciones de introducirlos al mercado con el nivel de precios de combustible en Colombia sin quitar ese IVA y sin quitar ese impuesto global al combustible.

Este tema del debate político es bien importante reiterarlo en el Valle del Cauca. Con diligencia y sapiencia el Ministro de Minas dio el paso de sacar adelante la reglamentación de la producción de alcoholes carburantes de acuerdo con las exigencias de la Organización Mundial del Comercio.

También el Gobierno ha venido estimulando estas actividades de otra manera: eliminamos el arancel a las importaciones de bienes de capital. Quiero anunciar que en el mes de diciembre produciremos un decreto para nueva prórroga. En esta hora de la patria lo que necesitamos es que crezcan las empresas, que se expandan las fuentes de generación de empleo. Y hemos tomado dos decisiones frente al IVA de bienes de capital: en el caso de empresas altamente exportadoras hemos eliminado el IVA a los bienes de capital y hemos facilitado que una empresa clasifique como empresa altamente exportadora pues antes se exigía que exportara el 50 por ciento de su producto y ahora se exige que exporte el 30 por ciento.

Y en el caso de cualquier empresa exportadora o no, estamos devolviendo el IVA que se causa y se cobra por bienes de capital.

Es bien importante mantener, por el periodo inicialmente definido en la ley de diciembre del año pasado, la deducción tributaria a las inversiones generadoras de renta –y a ello me quiero referir-. Colombia tiene una legislación tributaria cara, para quien no quiera crecer,

Hemos revivido el impuesto al patrimonio. En este Gobierno lo hemos cobrado en dos ocasiones: en una ocasión por conmoción para la Seguridad Democrática y ahora, en virtud de la ley tributaria del año pasado. Recargamos el impuesto de renta con una sobretarifa que lo elevó al 38,5. Hemos elevado las cargas de cotizaciones personales que afecta principalmente a los empleadores.

Este esfuerzo, de empleadores y propietarios, lo han hecho con patriotismo, sin repulsa, en el entendido de que la legislación fiscal tiene que visionar el problema fiscal y el problema de inequidad en la distribución del ingreso en Colombia. Pero el Gobierno es conciente que la legislación fiscal también tiene que visionar la necesidad de que el país sea competitivo y atractivo a la inversión.

Por eso hemos dicho: si creamos patrimonio y aumentamos renta, si hemos aumentado las cotizaciones pensionales en cabeza de los empresarios, nosotros no podemos dejar a un lado las medidas fiscales que se necesitan para hacer que la inversión se oriente a Colombia, para hacer de Colombia un país más atractivo para inversión.

De ahí que tomamos, con la aprobación del Congreso en diciembre del año pasado, la decisión de deducir el 30 por ciento de las inversiones generadoras de renta.

Esto no es como han dicho algunos: ‘que el Gobierno quiere cobrarle IVA a los pobres para darle exenciones a los ricos’. Estos temas hay que enfrentarlos de cara al país. Aquí no les estamos devolviendo plata a los ricos. Aquí simplemente le estamos diciendo a los empresarios: ‘si ustedes no invierten, pagan unos impuestos muy altos. Si ustedes invierten, tienen unas deducciones’.

Es muy diferente lo que hemos hecho en Colombia, a aquello que se debate hoy en la campaña presidencial de los Estados Unidos. Más aún. Aquí el incentivo es para que crezca la empresa. Si en lugar de crecer la empresa, los dividendos se reparten, entonces la empresa tiene plena tarifa.

Creo básico, ¡básico! en el debate de la Patria, hacer claridad que necesitamos incentivos para la inversión y para el empleo. No podemos olvidar que el país entre los años 60 y 80 creció casi al cinco por ciento, pero después de los 80, en promedio, hemos tenido un crecimiento anémico.

Se habla mucho en las campañas de que hay que poner la economía a crecer velozmente, pero después parece que se impusiera en la mentalidad de muchos, la obsoleta idea de atajar el crecimiento poniendo cargas excesivas a la expansión de la inversión. Por eso llamo la atención de los compatriotas sobre la necesidad de cuidar bien los pasos que hemos dado para estimular la inversión y el empleo.

No olvidemos qué estaba pasando con el empleo. Entre el año 1994 y el año 2000, en solo seis años, el desempleo de jefes de hogar saltó del 4 al 10 por ciento, y el desempleo general saltó del 7,5 al 18 y al 20.

Recuerdo a Juan Luis Londoño (Q.E.P.D.) –uno de los inspiradores de esta política de estímulos tributarios-, que me decía: ‘Presidente si no actuamos rápidamente para que haya confianza inversionista, con esta inercia que tiene el desempleo vamos a ver niveles de desempleo del 25’.

En medio de tantas dificultades, gracias a la confianza en Colombia, se ha logrado reducir el desempleo en 3 puntos –en estos dos años-. Y eso tiene un factor adicional importante: lo hemos logrado con contracción de inversión pública, con contracción de empleo público. O sea que la creación de 1.200.000 empleos se ha generado exclusivamente en el sector privado, a pesar de que el Estado ha hecho contracción por el tema fiscal.

Y se ha dado en medio de una lucha denodada contra la droga, que infortunadamente en las finanzas públicas colombianas se ha contabilizado la droga. A uno le pasan esta información, le dicen: la agricultura, –por ejemplo en las últimas cifras que he visto y me ha sorprendido desde que entré al Gobierno, siempre me dan dos cifras sobre la agricultura-, me dicen la lícita está creciendo al 5.5, pero como han reducido las plantaciones de coca de 160 mil hectáreas a 60, 80 mil, entonces eso ha rebajado el crecimiento total de la agricultura. Y mientras la lícita está creciendo al 5.5, la agricultura total por efecto de la droga, está creciendo al 3, al 3,7.

Entonces, en medio de un problema fiscal que ha obligado a contracción estatal y en medio de la lucha contra la droga, generar por parte del sector privado colombiano, en dos años, 1.200.000 empleos es bien importante.

Yo creo que si seguimos por buen camino, si somos capaces de superar este problema de revaluación, si con el Congreso de la República nos damos un paso para superar problemas fiscales, un paso para expandir la base tributaria, un paso para enfrentar nuevamente el problema pensional –que tantos nubarrones le propone al discurrir de la economía colombiana-, yo creo que si seguimos por ese camino y tomamos esas medidas, estaremos en posibilidades de ver que esta economía crezca al 5 por ciento o más, establemente y esa es la base para poder derrotar la pobreza.

Nos hemos comprometido a que la pobreza se reduzca en una proporción superior al crecimiento de la economía. Pero incluso, los más estudiosos en el tema de reducción de pobreza, como el profesor Kakwani, Indú, que dirige el Centro Internacional contra la Pobreza en Brasilia, vincula la derrota de la pobreza al crecimiento económico. Su fórmula es: reduzcan la pobreza por lo menos en el mismo porcentaje en que crezca la economía.

Quiere ello decir, que si queremos una reducción sustancial de la pobreza, como la necesita el país, necesitamos un crecimiento sustancial de la economía y es el único camino para tener un empleo estable, unas relaciones de empresas y trabajadores solidarias.

Cuando entraba a Manuelita, tuve la oportunidad de estrechar la mano a varios de sus trabajadores. En todos ellos veía caras alegres, la expresión de unas relaciones laborales fraternas, y le dije a algunos: ‘qué bueno que la Patria algún día pudiera, en todas partes, tener empresas tan organizadas con este sentido social de Manuelita’.

Quiero repetir sobre el tema del TLC que para el Gobierno no es una postura ideológica. El Gobierno lo que quiere es encontrarle mercados a los productos de Colombia. Alguien me decía, cuando empezó el Gobierno, ‘para qué va a negociar con los Estados Unidos, como le dan la cara a los Estados Unidos y la espalda a los vecinos del sur’.

Ya hicimos la negociación con Mercosur, creo que nos quedó bien hecha, construyó consenso. Para que esa negociación empiece a regir falta un acuerdo sobre soya entre Paraguay y Venezuela. Esa negociación tiene un gran significado en lo inmediato: político, y en lo mediato: económico.

La negociación con el TLC la asumimos con un criterio pragmático de que Colombia busque sin sesgo político ampliación de mercados. Ninguna región de la Patria más importante para debatir el TLC que el Valle del Cauca y este corazón agroindustrial que es Palmira.

Una reflexión: ¿qué nos pasaría si termina el año 2006, muere el Atpdea, no hay ALCA y carecemos de TLC?, ¿qué pasaría con el acceso que hemos venido ganando al mercado de los Estados Unidos?

Ahora, por su puesto, hay que defender la agricultura por muchas razones: porque Colombia tiene 12 millones de habitantes que viven en campo y como cifra absoluta, ese número crece año tras año.

Hay que defender la agricultura porque Colombia tiene una gran cantidad de ciudades y poblados que aparecen en el registro del censo urbano, pero sus habitantes tienen una dependencia total del sector agropecuario.

Hay que defender la agricultura porque vista la Patria a 20, 30 años, la canasta exportadora surge del sector agroindustrial y sus nuevos desarrollos.

Hay que defender la agricultura porque cuando hay menos algodón y hay menos caña y hay menos arroz y menos diversidad lícita agrícola, hay más droga y hay más terrorismo.

Pero vamos a defender la agricultura sin fundamentalismos ideológicos. Vamos a defender la agricultura con posiciones pragmáticas, con opciones pragmáticas, producto por producto.

Y estoy de acuerdo con usted, Henry Eder, tenemos que ser muy exigentes en la cuota de acceso del azúcar colombiano al mercado de los Estados Unidos.

Diría yo, que este tratado tiene que empezar a considerar las cláusulas de cómo vamos a acceder con el alcohol carburante, porque hasta hace pocos años todavía se creía que este producto no podía ser transable en los mercados internacionales por problemas de transporte, pero ya hoy se avizora que si es posible que sea transable y que sea transportable a grandes distancias.

Y hay que defender el tema del azúcar no solamente en lo relativo a cuota, sino también en lo relativo a lo que nos pueda pasar con el jarabe de maíz. Eso hay que cruzarlo en la negociación y somos hoy muy concientes de ellos.

Queremos trabajar todos los días para que esta gran tierra vallecaucana salga adelante, para que Cali tenga el MIO, para resolver definitivamente el problema de Emcali, para ver prosperidad con la industria de alcoholes, para recuperar cultivos que otrora eran bien importantes, que desaparecieron y ahora quieren resurgir. Para que haya confianza inversionista, inversión social, solidaridad en esta gran tierra vallecaucana.

Y por supuesto nada de eso es posible si no derrotamos el terrorismo y la droga que lo alimenta. Por eso, aquí la política de generación de empleo y la política social tienen que ir de la mano de la política de orden público.

Además se lo dice a uno la soberanía popular, los mimos compatriotas de la base que me dicen: ‘Presidente arregle el problema de la ARS. Presidente, un millón de niños más en Bienestar Familiar. Presidente pongan rápido el restaurante a los ancianitos’. Esos mismos colombianos me dicen: ‘Presidente más soldados y más policías. Presidente, no aflojemos en la lucha contra el terrorismo’.

Henry Eder, no afloje en la lucha para que Manuelita siga en la vanguardia.

Muchas gracias.

 
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