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FORO: MECANISMOS PARA COMBATIR LA POBREZA
Agosto 17 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Quiero agradecerles inmensamente esta invitación, felicitarlos por esta convocatoria y por la continuidad que le han dado al tema.

Hace un año, justamente como lo recordaba el doctor Martínez Simahan, acudimos acá a revisa la política social. Me parece fundamental que se le de continuidad al tema y que, como control político, se exija a los gobiernos dar la cara permanentemente en foros, del nivel de importancia de este foro que nos congrega hoy nuevamente.

Quiero referirme a las intervenciones de mis ilustres antecesores, intervenciones juiciosas, destacadas. La verdad es que admira mucho ver, por ejemplo al doctor Holguín Sardi, en su activismo político tan intenso y preparar intervenciones con ese orden y con esa manera de mostrar los problemas del país. A mi me causa mucha admiración y eso da ejemplo para el ejercicio de la política.

Al lado del doctor Rodrigo Noguera, rector de la universidad, sobre el papel de la universidad es asociada a la política social. Estoy plenamente de acuerdo con él. La universidad tiene que ser la caja de resonancia de los problemas nacionales, el laboratorio donde se conciban las soluciones. Hasta ahí se produce una acción de la sociedad sobre la universidad, pero cuando la universidad procesa, cuando la universidad reflexiona alrededor de cuáles tienen que ser las soluciones, se produce una acción de réplica de la universidad sobre la sociedad y esa acción de réplica se tiene que dar en recomendaciones de acciones para que la sociedad vaya superando los problemas que llegan al examen de la universidad.

Por eso la universidad tiene que ser una universidad en permanente agitación intelectual, tiene que ser una universidad de masas, tiene que ser una universidad científica, tiene que ser una universidad agitacional, pero no puede ser una universidad anárquica.

He ahí lo que yo siempre valoro de esta universidad: una universidad agitando ideas, una universidad en la vanguardia del pensamiento colombiano, pero una universidad sin anarquía.

Y es bien importante destacarlo porque, por ejemplo, recuerdo mis épocas de universitario, donde la universidad agitacional y científica se confundían con la universidad anárquica, donde la lucha por la libertad de cátedra llevaba simplemente a que se impusiera la cátedra dogma para examinar muchos temas.

El doctor Carlos Martínez Simahan ha traído unos temas bien importantes, me quiero referir a ellos.

El tema de reajustes de terrenos y ordenamiento territorial. Creo que hemos dado dos pasos importantes en este Gobierno: el primero, la nueva ley de extinción de dominio que hace competente a la Fiscalía General de la Nación para iniciar procesos de extinción de dominio allí donde encuentre un indicio, donde tenga la sospecha que la persona que figura como titular de ese inmueble, no tiene la manera de haberlo adquirido lícitamente.

Entonces, la Fiscalía inicia el proceso llamando a la persona y diciéndole: ‘usted me explica cómo adquirió ese bien.’ En alguna forma, a partir del indicio, de la sospecha, le está diciendo a la persona: ‘pruebe la legítima adquisición de ese inmueble.’

Se demandó ante la Corte Constitucional, con el argumento de que rompía la presunción de inocencia y que trasladaba la carga de la prueba al investigado. Afortunadamente, esta ley de la República –que impulsara con tanto entusiasmo el ex ministro (del Interior y de Justicia) Fernando Londoño-, está hoy en firme.

Creo que hemos avanzado mucho en sentencias y en recuperación de bienes. Esta tarde el Ministro (del Interior y de Justicia) Sabas Pretelt les va a traer las cifras, que son bien importantes, y confío de acuerdo con lo conversado con el doctor (Mario) Iguarán, nuevo Fiscal General de la Nación, que se va a avanzar muchísimo en eso.

Me parece de la mayor importancia examinar con el doctor Sabas Pretelt, y con el Fiscal Iguarán, lo que propone el doctor Carlos Martínez Simahan, que es un examen cuidadoso, predio por predio, en muchas zonas del país.

Además de esta ley de Justicia Y Paz, impone como obligación, para que las personas que se desmovilicen accedan a esos beneficios, entregar los bienes ilegítimamente adquiridos. O sea que hay dos obligaciones concurrentes: una emana de la ley de Extinción y otra emana de la ley de Justicia y Paz y no se excluyen.

Por ejemplo, si alguien no entregara un bien ilícitamente adquirido, de todas maneras, por más que se haya sometido a la ley de Justicia y Paz, queda vigente, frente a ese bien, la ley de Extinción de Dominio. La ley de Justicia y Paz no excluye a los sometidos a ella, a sus beneficiarios, de la aplicación de la ley de Extinción de Dominio. Es bien importante recordar eso ante los ojos y los oídos de los compatriotas y ante la comunidad internacional.

El tema de servicios públicos en el campo, el tema de la competitividad del sector agropecuario, lo comparto plenamente. El banco de los pobres, déjenme hacer un amistoso comentario. No lo llamen Banco de los Pobres, llamémoslo Banco de la Prosperidad o algo por el estilo, porque es que, se lo dije a mis coterráneos allá: ‘todo ese programa de microempresas, llamémoslo Banco de la Prosperidad u otro nombre’, pero eso de condenarlo ‘que pobrecitos y eso’, no, eso no es bueno.

Vi que en la gráfica del doctor Carlos Holguín, arriba mostraba, en el cuadrante, que el saldo de cartera ha pasado de 735 mil millones de pesos a 2 billones 350 mil, pero abajo, en las noticas del pie, ya hablaba de dos billones y medio. Hoy está el saldo ya en dos billones y medio, lo de 2 billones 350, era por allá de mayo, eso ha venido creciendo velozmente. Es un crecimiento del 190 por ciento mientras el resto de la cartera ha crecido al 22 por ciento. Ese crecimiento de la cartera de microcrédito es muy bueno.

Yo les sugeriría esto: con la idea de Medellín tuvimos alguna discrepancia, porque el municipio se convirtió en banco de primer piso. Yo creo que los municipios deben fondear recursos a entidades especializadas, y más que fondear recursos, dar garantías, que es el acuerdo que hemos venido haciendo con muchos municipios y departamentos del país. Pero no constituirse en bancos de primer piso, conocemos los fiascos que en eso se han presentado.

¿Cómo ha sido nuestra política de garantías? Generalmente, el Fondo Nacional de Garantías, que ha crecido muchísimo en este Gobierno –creo que ha duplicado el capital popular garantizado-, da garantías del 50 por ciento del total de la acreencia. Le hemos pedido a departamentos y municipios que nos ayuden con unos recursos contingentes, o sea que no tienen que hacer los desembolsos, para que esa garantía se eleve al 70 por ciento y eso nos ha ayudado a avanzar en microcrédito.

Yo sugeriría que, en lugar de que las entidades territoriales se conviertan en bancos de primer piso, se generalice su obligación de aportar, para poder aumentar el monto de las garantías. Porque de aquí –frente a lo que en esta materia presentan el doctor Martínez Simahan y el doctor Carlos Holguín-, creo que lo que ha presentado el doctor Carlos Holguín es una muy grande, generosa y noble defensa de la política social del Gobierno. Pero, ya que él la defendió, yo la voy a criticar.

¿Para dónde tenemos que ir en microcrédito?, porque en un país con tantos problemas, todos los días que tenemos que pensar: ¿llegamos aquí pero para dónde vamos?

Veo dos problemas en microcrédito: veo el problema de que hay regiones muy atrasadas y que aún, en regiones muy adelantadas, hay unos municipios muy atrasados. Diría que los dos grandes retos inmediatos de microcrédito, es crear equilibrios, trabajar para sacar adelante las regiones atrasadas y los municipios atrasados en muchas regiones que sus capitales, por ejemplo, van bien.

En eso del crédito, agregaría esto –para mirar esto todo en perspectiva-: vamos bien en microcrédito, con esa salvedad de desequilibrios regionales y de rezagos municipales, vamos bien en lo que es la financiación de la gran empresa y de la empresa organizada y vamos mal, todavía, frente a la mediana empresa.

La gran empresa, la empresa organizada tiene hoy unas posibilidades de acceso al crédito en Colombia, como nunca las había tenido. La DTF está esta semana al 7.01 por ciento. A mi no me había tocado, en los 53 años que tengo, una DTF más baja: 7.01 por ciento.

La gran empresa le está financiando a DTF + 2. Con la ley que nos acaba de aprobar el Congreso que es una ley de crecimiento económico, de financiación y de política social. De crecimiento económico de financiación, porque facilita que las empresas inscritas en el registro público de valores crezcan y se financien más fácilmente-. ¿Por qué social?: porque crea unos órganos de Gobierno a favor de los pequeños accionistas. Eso hace parte del conjunto legislativo que acaba de aprobarse.

Esa ley le va a permitir, a las empresas que cumplan con ella y que estén en el registro público de valores, mucha mayor facilidad para financiarse directamente en el mercado de capitales. Entonces, debe haber empresas colocando papeles en el mercado de capitales y captando recursos a la misma DTF. Eso va a ser bien, bien importante.

Tal vez el único limitante, y es mea culpa, es Gobierno culpa, es que el Gobierno coloca TES con tasas de interés más atractivas. Si no fuera por ese limitante, la gran empresa colombiana hoy se estaría financiando al 7.01 por ciento, que es la DTF de esta semana.

Lo microcrédito va bien, con la salvedad advertida, lo de la empresa seria y organizada va bien. Nos preocupa la mediana empresa porque todavía no hemos podido como queremos, a pesar de que hay avances. Todavía hay mucho mediano que está reportado a raíz de la crisis.

El Congreso está estudiando, ahora, un proyecto de ley –que nosotros en el Gobierno lo queremos apoyar, darle todo el impulso-, sobre el Habeas Data. Salir con una cosa razonable, no demagógica, es una necesidad.

Y el Gobierno está trabajando permanentemente con las cámaras de comercio en lo que se llama las ‘Ferias de Crédito’ y ‘los Consultorios Empresariales’ para mejorar el acceso al crédito de estos sectores medios y populares. -Hoy, a partir de las 3 de la tarde tenemos una nueva evaluación en Bogotá-.

Y estamos procediendo de la siguiente manera: con el Fondo de Garantías de Antioquia desarrollamos un software que se llama ‘People Point’ y entonces, esta tarde qué vamos a hacer en Bogotá, vamos a presentar ese software y esas Ferias de Crédito las estamos dividiendo en dos etapas: la etapa virtual y la etapa presencial.

En la etapa virtual, todos los que tienen necesidad de crédito entran allí y en el software hacen un apareamiento con los oferentes de crédito. Están ayudándonos muchas instituciones del sector financiero. Y cuando hay problemas que no se ha podido resolver en la etapa virtual, viene la etapa presencial, que la hacemos con frecuencia.

Entonces, ahí sentamos a quienes no pudieron acceder al crédito, con los representantes de las diferentes instituciones financieras, a ver cómo se resuelve el problema. –Esta tarde volvemos a hacer el ejercicio sobre Bogotá-.

Poniendo eso en perspectiva, ahí tenemos que insistir y ojalá pueda salir del Congreso, ese proyecto de ley de Habeas Data.

Oyendo al doctor Carlos Martínez Simahan y las tasas del mercado, podríamos hacer este esfuerzo doctor Carlos, entonces manejarlo con el Viceministro Zarruck (Carlos Alberto, de Desarrollo Empresarial), a ver cómo, Banco Agrario y Banco Cafetero –no del Banco del Café-, para reforzar el crédito popular hemos tomado la decisión de mantener el nuevo Banco del Café, se liquida el Banco Cafetero, hace tres años no teníamos los recursos para apoyar las pensiones, ya los tenemos –un patrimonio del 500 mil millones de pesos-, no teníamos los recursos para liquidar a sus antiguos funcionarios, ya los tenemos. Eso va bien. Pero, con activos del viejo Banco del Café y con parte del capital de Granahorrar, se constituye el nuevo Banco del Café.

¿Por qué tomamos esa decisión?: porque la experiencia del Banco Agrario –que lo reformó el anterior el Gobierno-, va bien. Eso se ha mantenido blindado contra la politiquería. –En señal de respeto a lo que se hizo, este Gobierno confirmó y ha mantenido al doctor Jorge Restrepo como gerente de ese banco-. Y queremos que el nuevo Banco del Café siga el mismo camino.

Vemos que el Banco Agrario, solo, no es capaz. Los Consejos Comunitarios dan la posibilidad de estar observando los problemas nacionales cada semana. Uno, de pronto en una oficina aquí, viendo el power point, le muestran todo color de rosa. Cuando uno está, a toda hora, con la base de la comunidad colombiana, se da cuenta más cabalmente de los problemas. Y la realidad es que el Banco Agrario solo no es capaz, por eso tomamos la decisión de mantener otro banco trabajando esos sectores populares como es el nuevo Banco del Café, con el mismo esquema de blindaje del Banco Agrario.

Creo que podríamos buscar cómo, alrededor de plazas de mercado de estos sitios funcionan los dos o el uno en una parte y el otro en otra, con los fondos de garantías.

Ahora, Colombia tiene un instrumento muy importante para el microcrédito que son las fundaciones. Por ejemplo, Cali es un ejemplo de fundaciones, en otras ciudades colombianas no las tenemos. Hay una presencia muy desequilibrada. Bogotá las tiene excelentes, en otras ciudades colombianas no las tenemos.

Vamos a trabajar ese punto, recogiendo esa idea con fundaciones, fondos de garantías, Banco Agrario y nuevo Banco del Café. Pero cámbienle de nombre.

La Mojana. Creo profundamente en eso. Eso va a incorporar 400 mil hectáreas, pero de suelos muy buenos, son de bancos aluviales, depósitos aluviales históricos del río Cauca, del río San Jorge y en alguna partecita, también entra el Magdalena.

¿Qué estamos haciendo?, usted lo dijo. Hoy está adjudicada la pavimentación de la carretera San Marcos – Majagual – Achí, son 98 kilómetros. Ese es un principio de revolución. Nosotros oímos mucho a los candidatos presidenciales hablar de La Mojana, allí hay un principio bien importante.

Y por el lado de Antioquia, que sería la inserción por el sur a La Mojana, va a quedar pavimentada la carretera hasta Nechí, queda un tramo pequeño entre Achí y Nechí sin pavimento. Yo miro con mucho entusiasmo ese plan de la Mojana.

Lo segundo, es que estamos taponando las entradas de agua, los sitios más críticos de inundación.

Lo tercero, es que hay unos programas sociales ahí con Bienestar Familiar. Por ejemplo, el programa Maná en la parte de Antioquia –programa de la gobernación de Antioquia- con el apoyo de Bienestar Familiar, en el área de los departamentos de Bolívar y Sucre.

Y, hemos hecho unos experimentos de piscicultura, pero no lo hemos hecho en La Mojana, lo vamos a llevar allá. Lo hemos hecho en Simití y en otras partes del país que, es aprovechar todo el conjunto cenagoso del país, que especialmente en esa región es muy rica, para que los campesinos excedan pescado en cautiverio en esas ciénagas.

Entonces, en lugar de tener que construir estanques –que allí hay espejos de agua, un mar de agua dulce en esa parte de la Patria-, el campesino en la orilla de la ciénaga tiene la jaulita de pescado en cautiverio, le suministra alimentación. Tenemos mucha fe en eso, ya se está evaluando con el Sena allá en Simití. Es una vieja tesis del doctor Carlos Martínez, la gerencia de La Mojana.

Entonces, ¿por qué no hacemos lo siguiente?, hablemos con el Ministro de Agricultura (Andrés Felipe arias), por lo menos creémosle una junta que se reúna periódicamente y que nos ayude a coordinar todos los programas de La Mojana, a hacerle seguimiento a lo de la carretera, a lo del taponamiento de las entradas de agua, a los esfuerzos de piscicultura, a la política social.

Yo le hablo ahora, al Ministro de Agricultura, para que mire con usted doctor Carlos, que ha tenido histórico interés en eso. Cuando usted y yo éramos compañeros del Senado, usted siempre mantenía el tema de La Mojana en primera línea, a ver cómo le hacemos seguimiento.

El Fondo de Equidad Social. Podemos pensar en esta opción: incorporar en la Ley Anual de Presupuesto un artículo que obligue a mantener, en valor real –o a crecer- la financiación de proyectos sociales de gran importancia como algunos de los que se trataron aquí esta mañana, tal el caso de Familias en Acción y otros. Y ahora, que está en discusión el proyecto de Presupuesto, pienso que eso podría ser un camino.

Familias en Acción. Ya llegamos a 400 mil y vamos para 500 mil. Con la ayuda de Dios terminamos el año con 500 mil Familias en Acción, pero hay que pensar en un millón. Esas 500 mil Familias en Acción nos cuestan 400 mil millones de pesos en un año fiscal. Ese es un costo bien alto dadas las dificultades presupuestales.

El domingo pasado fue el primer pago en Soacha. Ese programa se aplica en municipios de menos de 100 mil habitantes, hemos hecho tres excepciones: una excepción en El Pozón de Cartagena, otra excepción en Quibdó y una tercera excepción en Soacha.

Creo muchísimo en ese programa, porque es la manera de garantizar a las familias más pobres de la Patria la educación y la nutrición de sus hijitos. El país, con 500 mil Familias en Acción al final de este año, va a sentir a un alivio y si se pudiera llegar rápidamente a un millón, el alivio sería mucho más grande.

Empresas sociales, de participación de trabajadores. Ustedes mencionaron lo de Paz del Río, el fondo de capitalización de Emcali hasta hace mes y medio ya llevaba 9 mil millones de pesos, la idea es que en los primero años capitalice cada año 20 mil millones de pesos.

Cada usuario de servicios públicos de la ciudad de Cali es socio del Fondo. ¿Cómo se nutre el Fondo?: todo el mundo paga un recargo del 2 por ciento a la tarifa y eso se le devuelve en acciones del Fondo.

¿Qué beneficios trae el Fondo?: el Fondo elimina la contradicción entre usuarios y proveedores. El que abra la llavecita del agua en Cali sabe que ya no la recibe solamente como usuario, sino que hace parte del Fondo de Capitalización Social de esa empresa proveedora.

Es bien útil, para evitar también los antagonismos cuando los proveedores de empresa son empresas privadas. Por eso a los operadores de acueductos privados les hemos pedido que allí, donde entre el Gobierno Nacional a apoyar, tiene que crearse el Fondo de Capitalización Social.

Creemos que es una manera de ampliar la base de propietarios en Colombia, de avanzar hacia el País de Propietarios, de meterle espíritu social, realidad social, a nuestro capitalismo, de hacer capitalismo democrático, de superar contradicciones.

Empresas como Emcali, con ese Fondo de Capitalización Social, pueden llegar a tener autonomía financiera. Que se demore 20 años para tener autonomía financiera, pero eso puede ser un gran logro.

Y ese Fondo va a ayudar al buen manejo, porque cuando la Nación le devuelva al municipio de Cali la empresa, se la tiene que devolver con un contrato de manejo y el contratista, en nombre de la Nación, va a ser el Fondo de Capitalización Social. O sea que eso tiene que ser una garantía para buena administración de estas empresas.

Hemos hecho otros esfuerzos grandes, de capitalización social. Por ejemplo la entrega de las Salinas de Manaure a la comunidad de allá, eso va muy bien. Hemos entregado, recientemente, contratos sindicales en electrificadoras, estamos manejando algunas generadoras como la de Prado a través de los propios trabajadores. –Se está haciendo un gran esfuerzo en materia de capitalismo social. Ojalá lo pudiéramos expandir-.

Y Paz del Río, donde los trabajadores han pasado de ser dueños del 9 por ciento a ser dueños del 48 por ciento y la empresa va sumamente bien, es una muestra de que eso puede salir adelante.

En vivienda social. Necesitamos mucho más. Soy crítico en lo que estamos haciendo y hemos tenido un gran problema que es el problema fiscal. Estamos tratando de financiar vivienda social, que no depende exclusivamente de subsidios, por eso hemos hecho dos acuerdos con el sector financiero: el del año pasado y el nuevo.

En el nuevo, el sector financiero se compromete a colocar en vivienda social, un billón de pesos en crédito, entre el 30 de junio de este año y el 1 de julio del año entrante.

Hemos encontrado casos como Cúcuta, urbanización Ciudadela Atalaya. Son terrenos de invasión, unas casas en muy malas condiciones pero se pueden mejorar. El alcalde de Cúcuta nos ha dicho que el municipio está dispuesto a comprarle a los dueños de esos terrenos para legalizar los títulos. Y el Gobierno Nacional, a través de este acuerdo con el sector financiero, ayudar a proveerlos de crédito. Además el Gobierno Nacional con el Fondo de Garantías de por medio, para que la gente mejore su casita.

Creo que debemos darle un gran impulso al programa de vivienda social, en el capítulo de mejoramiento, a través de crédito y no sujetarlo, exclusivamente, a la disponibilidad de recursos fiscales para pago de subsidios.

Además, el Congreso aprobó una ley muy buena que está empezando a producir resultados, que es la ley que autoriza a las cajas de compensación familiar a tener cuentas de ahorro y crédito, para poderse fondear y mejorar los programas de microcrédito y los programas de crédito de vivienda.

Yo estoy de acuerdo con que Colombia se comprometa, en lo que es el ‘Plan 2019: Visión Colombia II Centenario’, a hacer una revisión periódica de esas metas. Y estoy de acuerdo que vayan ajustadas a las del milenio.

Esta mañana, en un foro convocado por la Cámara de Infraestructura, expresamos la necesidad de que el Plan Decenal de Infraestructura, que algunos vienen proponiendo, se incorporen a ese documento ‘Visión Colombia 2019’.

–Sea esta la oportunidad para proponerle a la universidad que nos ayude con el examen de ese documento. Ese documento, que lo pusimos a consideración de los colombianos el 7 de agosto, busca que el país no tenga que vivir en el cortoplacismo, que a través de la discusión democrática fijemos una visión de largo plazo, la presentación del doctor Holguín me exime de hablar de algunas de estas metas.

El documento lo hemos llamado primer borrador. Esperamos que cuando se de esta primera ronda de discusiones, en el primer trimestre del año entrante se produzca el segundo borrador, que sea producto de la discusión del primer borrador y que sea el primer borrador, ya ajustado con esa discusión-.

En el tema de educación yo creo que vamos a cumplir, vamos a cumplir la meta de millón y medio de cupos escolares. Hay que hacer un gran énfasis en el tema de calidad. Ahí estamos avanzando. Yo creo que en el tema de educación vamos por buen camino.

Estoy de acuerdo con impulsar la ley de saneamiento, con todas las advertencias del caso. Diciéndole a esa ley: esta ley no se excluye con la Ley de Extinción o algo por el estilo, cualquier duda se disipa. Entre otras cosas porque hay que abaratar el saneamiento de títulos. El Gobierno se propuso una meta modesta de 40 mil títulos saneados en el cuatrienio, la vamos a superar, pero es muy costoso.

Entonces todo lo que la ley pueda hacer para eliminar gastos notariales para esos casos de saneamiento de títulos, etcétera, ayuda muchísimo.

Quería así referirme, de la manera más respetuosa y constructiva, a las intervenciones del rector, del doctor Carlos Martínez y del doctor Carlos Holguín. Yo les traía algunas ideas.

Pensaba, para este foro de la Universidad Sergio Arboleda hoy, hablar de lo que son contradicciones aparentes.

Se suele proponer que hay una contradicción entre la seguridad y la lucha contra la pobreza. Que hay una contradicción entre crecimiento y pobreza. Que hay una contradicción entre economía interna y economía externa. Que hay una contradicción entre el manejo de corto plazo y la visión de largo plazo. Y, hay un debate bien importante que dar en política social en Colombia: ¿queremos una política asistencial o una política estructural?

Entonces déjenme referir –y voy a procurar hacerlo brevemente- a estos temas.

El diálogo con los colombianos nos ha demostrado que, del pueblo colombiano, surge la tesis de que la Seguridad Democrática y la lucha contra la pobreza no son excluyentes, sino que son acciones de Estado que necesariamente tienen que ir de la mano.

Lo repitió el doctor Carlos Martínez, yo suelo decir, para ilustrar eso: me reúno con los alcaldes, con los gobernadores e independientemente del origen político de su elección, todos reclaman más política social y más autoridad, más policía, eso es impresionante.

La verdad es que, sin seguridad, sin una señal clara de seguridad, no hay confianza inversionista, no hay crecimiento, no hay manera de financiar la política social. Y si no hay una política social de fondo, no se puede estabilizar la seguridad en el largo plazo.

Entonces uno ve ahí una relación de mutua dependencia. La sostenibilidad de la política de seguridad depende de que haya una política social que legitime las instituciones. Y a su vez, la sostenibilidad de la política social, depende de que haya una política de seguridad que garantice la afluencia de la inversión y el crecimiento continuo.

Creo que es muy importante, en el tratamiento doctrinal de los problemas de la Patria, presentar la política de Seguridad y la política Social, como políticas hermanas, gemelas; políticas que van la una de la mano de otra, en una ecuación en la cual cada una de las partes se convierte en un factor necesario para la sostenibilidad de la otra.

Política Social, factor necesario para la sostenibilidad de la política de Seguridad. Sin política Social no se legitima la política de seguridad. Y sin legitimidad, no hay manera de sostener la política de Seguridad. Y por el lado de la política de Seguridad, sin ella, es imposible que afluyan los recursos para la política Social.

El segundo tema, es la contradicción aparente entre crecimiento y pobreza. Esa contradicción hoy no existe. Bien lo decía el doctor Roberto Junguito: “un país que no crece es un país que no tiene recursos para redistribuir”.

La práctica ha hecho mucha claridad sobre ese debate, porque el país ha llegado a momentos tales de postración, que si se insiste en la redistribución a partir de la postración, no hay que redistribuir. Por eso necesita el crecimiento. El país hay que mantenerlo en una senda de crecimiento acelerado, ojalá como lo propone el Plan 2019, podamos llegar a un crecimiento estable superior al 6 por ciento.

Los estudiosos me han dicho que en el segundo trimestre del año, el crecimiento estuvo por encima del 4.5 por ciento. Esperemos a ver qué dan las cifras, pero incluso, han hablado algunos del 4.8 por ciento. Pero el país se tiene que aproximar a eso: crecimientos del 6 por ciento, crecimientos sostenidos, en una trayectoria de largo plazo, para poder financiar una política social bien agresiva.

Entonces, es la segunda contradicción que tenemos que eliminar: no hay contradicción entre crecimiento y política social.

La tercera contradicción que hay que eliminar, en mi concepto, es la contradicción entre el fortalecimiento de la economía externa y el fortalecimiento de la economía interna: no son excluyentes.

Hace pocos días, comentando con el doctor Santiago Montenegro, director de Planeación, la propuesta que él hace en el documento ‘Colombia 2019’, de que el sector jalonador sea el sector externo, yo le decía: pero no como un sector que excluya al interno, porque en un país con un 52 por ciento de pobreza, el sector interno se convierte en una gran fuente de crecimiento de la economía. Lo ha mostrado el modelo chino.

El modelo chino, creo que está basado en lo que (Danilo) Zolo decía el modelo japonés, recién pasada la Segunda Guerra: en una disponibilidad permanente de capital y de mano de obra.

Los chinos están recibiendo 67 mil millones de dólares de inversión al año y tienen todavía mil millones de pobres. Entonces, crecen al 10 por ciento sostenido, porque cada año les llegan 67 mil millones de dólares a invertir allí y van reivindicando esos sectores pobres. Y esos sectores pobres se convierten en consumidores y a medida que los van vinculando, activan muchísimo la demanda.

La erradicación de la pobreza hay que entenderla como una fuente de crecimiento de la economía, además, hay que presentarla como tal. Y eso nos tiene que llevar a considerar que no hay contradicción entre una economía jalonada por el sector externo y la necesidad de mantener la economía interna, a través de la erradicación de la pobreza en permanente expansión.

La otra contradicción que se ha querido presentar, especialmente por este Gobierno –y por el defecto de este Presidente de ser mirón de los detalles- es la contradicción entre la visión de largo plazo y el corto plazo. No hay tal.

Hay que tener visión de largo plazo y hay que tener angustia, febrilidad para trabajar en el corto plazo. Si uno simplemente se queda en la visión macro, en el discurso macro y no trabaja en lo del día a día, el discurso macro se queda en la teoría.

Hay que tener una gran vocación ejecutiva, con todos los elementos que la vocación ejecutiva exige para dar resultados, a fin de ir cumpliendo con las metas macro, con la visión de largo plazo. Y no es un tema de abandonar la macrogerencia y sustituirla por la microgerencia, no. Es un tema de estar pendiente, como obligación del gobernante, de que las cosas se ejecuten. Si no, no vamos a lograr las metas de largo plazo de la política social y económica.

Es bien importante sí, en una visión de largo plazo, para que la ciudadanía se entusiasme y legitime esa visión, presentar metas parciales, victorias parciales, victorias de corto plazo. Porque de ahí la importancia y coincido con ustedes, de proponer esas revisiones trienal, cada tres años; porque si la revisión da mal resultado, nos tenemos que pellizcar a ver qué nos está fallando. Y si da buen resultado, se convierte en una victoria de corto plazo que anima a seguir.

Entonces, la relación entre la meta de largo plazo y las metas parciales es fundamental, como es fundamental la relación entre la visión de largo plazo y la dedicación ejecutiva a lo del día a día. Esa es otra contradicción que se debe eliminar en la doctrina política de la Patria.

Y finalmente, ¿la política social debe ser asistencial o estructural? ¿Cómo la definiría yo?, de manera muy elemental: una política social estructural, en un medio como el colombiano, debería ser una política que cada momento esté presentando reducciones de pobreza, de miseria, de indigencia; y que muestre un mejoramiento en los indicadores de distribución. Eso debe ser la manera de medir una política, para decir si esa política es estructural o meramente asistencial.

¿Qué es la política nuestra? ¿Estructural?: creo que sí. ¿Tiene elementos asistenciales?: lo reconozco. ¿Por qué digo que es estructural?: porque está dividida en Siete Herramientas de Equidad, pero la fundamental es la educación.

La Educación es la (primera) herramienta de equidad alrededor de las cuales giran las otras. Por ejemplo, todo el programa de Protección Social (segunda herramienta), que venimos orientando a niños, Familias en Acción, etcétera, es para facilitar el acceso al aparato educativo.

El programa de País de Propietarios (sexta herramienta) no funciona si no hay capacitación. El programa de País de Propietarios es un programa relacionado con la formación técnica.

El programa de Calidad de Vida Urbana (séptima herramienta), necesita una gran de construcción de capital social a partir de la educación.

Entonces, uno revisa las Siete Herramientas de Equidad y cada una de las siete está conectada con la principal, que es la educación. Por eso diría yo que esta política es estructural.

Me preguntarán ustedes: ‘¿y eso garantiza un mejoramiento de los indicadores de distribución?’ Yo sí creo. Los resultados de la educación no son de corto plazo, pero si hay persistencia, se dan.

Ahora, en el tema de la igualdad lo fundamental es la igualdad de oportunidades, que sólo se consiguen a través de la universalización del acceso a la educación y a educación de calidad.

Por eso el Gobierno le hace tanto énfasis a la Revolución Educativa, que tiene que ser una revolución dialéctica, en permanente mejoramiento, en permanente revisión.

No les voy a hablar de lo que se ha hecho hasta ahora en la Revolución Educativa, para no ser tan extenso. Simplemente, a manera de ejemplo de cómo tiene que ser dinámica esa política, si ustedes e preguntaran cuales tiene que ser los siguientes pasos de la Revolución Educativa, yo les hablaría de dos: este Gobierno va a pasar de 6 millones 900 mil usuarios de Bienestar Familiar, a más de 10 millones.

En los próximos días voy a invitar al Congreso de la República a solemnizar que hay 570 mil ancianos recibiendo subsidios del Gobierno y que han entrado un millón de niñitos menores de cinco años, al programa de desayunos reforzados.

Entonces sumemos: un millón de niñitos menores de cinco años, en el programa de desayunos más un millón 300 mil niñitos en el programa de hogares comunitarios, que no tiene educación. Ahí hay 2 millones 300 mil en esos dos programas.

¿Cuál debe ser un paso de la Revolución Educativa? A esos muchachitos, a medida que están en los programas de nutrición, empezar en los programas educativos. El mundo entero coincide, que si se anticipa la edad escolar, se crea mejor ciudadanía, hay menos riesgos de que los jóvenes entran a la delincuencia, etcétera.

Otro reto para mantener la Revolución Educativa en dinámica: cumplir, nosotros, lo que hemos propuesto al Sena.

Colombia es un país que miraba las técnicas y las tecnologías con desdén, las veía como oportunidades educativas de cuarta categoría. Mientras los países desarrollados por cada 10 técnicos producían un profesional, aquí al revés, por cada 10 profesionales un técnico. Eso hay que invertirlo.

¿Qué hemos hecho?: estamos proponiendo el acuerdo del Serna y de las entidades de formación técnica y tecnológica con las universidades, para que el muchacho que se gradúe en el Sena, esos créditos se los valgan para después acceder a un título de educación superior.

El Sena termina este año con acuerdo con más de 60 universidades. Entonces en poco tiempo habremos de ver muchachos que se graduaron en una tecnología del Sena, que la Universidad Sergio Arboleda le recibe esos créditos y así pueden graduarse, acceder al título superior.

Y eso dentro de un punto que es medular en nuestra Revolución Educativa, que es crear en los colombianos el hábito, a partir de darles la oportunidad de que los colombianos estudiemos y trabajemos toda la vida.

El año pasado, cuando lanzábamos eso, me decían en el Sena de Cundinamarca: ‘¡Ah! Presidente, pero es que uno ya cuando entra aquí tiene que aprender a manejar un tractor y una máquina, esto está muy aburrido’. Les decía: muchachos, después van avanzando en sus estudios pero permítanle al Sena hacer esta reforma, para que ustedes empiecen conociendo un oficio productivo. Entonces el Sena los habilita para entrar al mercado del trabajo o para seguir estudiando hasta cuando quieran, hasta llegar a ser científicos.

Esa concepción piramidal de la educación, nos puede ayudar mucho y estos dos serían los dos grandes retos.

Hay elementos asistenciales de la política social, claro que los hay.

Así como es claro el tema de que la nutrición infantil, para posibilitar la educación, es un elemento estructural; hay que entender que subsidiar 570 mil ancianos, es un elemento asistencial. Pero es que la democracia tiene unos elementos de legitimidad, no creo que le convenga a la democracia nuestra tradicional indiferencia por los ancianos. Una solidaridad simplemente de discurso y no de resultados.

Reconozco, por ejemplo, que ahora que este Gobierno va a ajustar 570 mil ancianos subsidiados, esa es una política sustancial pero es una política necesaria para la democracia, para la legitimidad, para el conglomerado social.

Les agradezco inmensamente, quería hacerles estas reflexiones.

 
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