AÑO 2005

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SALUDO AL CUERPO DIPLOMÁTICO ACREDITADO EN COLOMBIA
Enero 31 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)

Señoras y señores:

Quiero agradecer inmensamente su presencia esta noche. Las palabras generosas, llenas de compromiso por Colombia, que acabamos de escuchar del excelentísimo Nuncio. Deseo reiterar la solidaridad del pueblo colombiano con los pueblos asiáticos, víctimas del desastre natural del tsunami. Que con la cooperación del mundo entero, que con la solidaridad del mundo entero, podamos apreciar rápidamente una recuperación allí.

Nosotros seguimos empeñados en tener una Nación profundamente democrática, con diversidad de opiniones, con debate permanente, pero debate fraterno, sin acidez que lo haga irreconciliable. Una Nación sin exclusiones, pero una Nación sin odios. Con una economía en permanente crecimiento y en permanente capacidad de construir equidad. Una Nación con un nivel económico signado por la solidaridad como garantía de la calidad humana del crecimiento.

Nuestra política de Seguridad Democrática ha avanzado pero mucho falta. En 2003 el homicidio se redujo en un 20 por ciento. En 2004 volvió a mostrar otra reducción del 15 por ciento. El país llegó a tener 30 mil homicidios por año. 20 mil todavía es una cifra enorme. Los porcentajes de reducción no pueden darle al Gobierno tranquilidad para la pausa. Nuestro objetivo es una Colombia sin violencia.

El secuestro tuvo una reducción del 27 por ciento en el 2003. La del 2004 supera el 42 por ciento. Pero todavía es muy alto. Este es un proceso en donde se han logrado metas parciales, importantes, pero todavía falta muchísimo en las metas finales que debe ambicionar el pueblo colombiano.

Estamos abiertos a todos los procesos de paz como lo reclama Su Excelencia, el Nuncio de su Santidad. Esos procesos de paz necesitan de fe. Esos procesos de paz no pueden ser para que los grupos violentos se refuercen, para que los grupos violentos se pongan en condiciones de avanzar más eficazmente hacia la toma violenta del poder, hacia la destrucción terrorista de la sociedad colombiana.

Establecemos una diferencia: una cosa es la agresión de los grupos violentos contra la ciudadanía colombiana y sus instituciones y otra muy distinta la tragedia social de la Nación. En cuanto a la relación de la ciudadanía colombiana con los grupos violentos, no podemos reconocer conflicto. ¿Por qué? Porque históricamente esos conflictos se dieron entre unas insurgencias y unas dictaduras. Esas insurgencias buscaban la libertad del pueblo mediante la derrota armada de las dictaduras que no había dejado opción.

En Colombia tenemos todo lo contrario de una dictadura. Ustedes han presenciado diariamente cómo se ejerce la libertad de prensa en Colombia, cómo se ejerce la libertad crítica en Colombia. Ustedes presenciaron cómo se desarrolló el Referendo de 2003, las garantías para la oposición, las garantías para la abstención. Ustedes han presenciado cotidianamente cómo es el acceso de la crítica a los medios de comunicación en Colombia. Ustedes saben que este Gobierno en nombre de la Seguridad Democrática, se ha afanado por darle igual protección a aquellos que ejercen labores políticas con ideas afines al Gobierno y a aquellos que ejercen labores políticas llevando la vocería de la oposición y de la crítica.

Miren: en el Gobierno de la seguridad se dio plena protección a los diferentes candidatos a alcaldías y gobernaciones. Eso nos permitió hacer el tránsito de un largo período en Colombia de garantías teóricas a un período que se ha iniciado a garantías efectivas.

Una cosa es que la Constitución y la ley ofrezcan plenas garantías a todos los candidatos y otra es que efectivamente tengan esas garantías. La primera garantía que este Gobierno ha ofrecido es la protección de todos ellos, lo cual facilitó su llegada a tantas alcaldías y a tantas gobernaciones. La segunda garantía es el respeto al ejercicio de sus funciones en esos cargos. La tercera garantía es el propósito de coordinar acciones con todos ellos para construir una patria democrática, a la cual la diversidad le contribuya en su camino al progreso, en lugar de estancarla.

Por eso nosotros no podemos aceptar legitimidad alguna a la lucha de los grupos violentos. Por eso los denominamos terroristas. Pero también las insurgencias armadas se revelaron contra la injusticia social, contra las desigualdades y la pobreza. Aquí en el período de la violencia lo que hemos tenido es más pobreza, más miseria, más desigualdad.

Estos grupos han espantado el capital. Estos grupos han producido una estampida de los colombianos al interior y hacia el exterior. Estos grupos han aumentado la miseria, la des-inversión y han aumentado el desempleo. Por eso no les cabe el calificativo histórico de insurgencia con algún viso de legitimidad para poder tipificar un conflicto.

Estos grupos apelan todos los días a la cobarde acción terrorista. El año pasado cerca de 600 integrantes de la Fuerza Pública colombiana fueron afectados severamente en su fisonomía, en su capacidad física, muchos de ellos mutilados por la acción cobarde de las minas antipersonales. A tiempo que el Vicepresidente de la República (Francisco Santos) lideraba la efectiva campaña, esa muestra de buena fe de Colombia al mundo de que nuestro Ejército, nuestra Fuerza Pública, se despojara de las minas antipersonales que aún quedaban.

Colombia tiene una democracia. Colombia tiene un propósito democrático de construir justicia social. Colombia sufre todos los días, en cabeza de su Fuerza Pública y en cabeza de su ciudadanía inocente, la acción bárbara del terrorismo. Por eso con ellos no reconocemos conflicto.

No quiere decir ello que al calificarlos de terroristas, como los ha calificado buena parte de la comunidad internacional, que al no reconocer conflicto con ellos, las puertas estén cerradas. Las cifras son más elocuentes que lo que yo pueda decir esta noche acá.

Se han reinsertado aproximadamente 10 mil integrantes de estos grupos: 4 mil de las autodefensas, 4 mil de las Farc y 2 mil del ELN. Cuando se reinsertó el M-19, eran alrededor de 200 integrantes armados y se sumaban otros 500 que eran apoyos políticos al M-19.

Cuando se reinsertó el EPL no había más de mil en armas. Cuando se reinsertó la Corriente de Renovación Socialista, en armas había algo más de un centenar.

Comparemos esas cifras con 10 mil reinsertados en este Gobierno, a los cuales se les ha tratado con toda la generosidad, con patriótico afecto. Eso demuestra nuestra voluntad de paz.

Ojalá, excelentísimo Nuncio y muy distinguidos integrantes del cuerpo diplomático, haya expresiones de voluntad de paz. Si quieren con este Gobierno negocian cinco minutos.

¿Cómo queremos construir una Nación con equidad? Primero, la tributación de los colombianos en este período gubernamental ha crecido en 2 puntos del PIB y la hemos radicado sustancialmente en mayor tributación de los sectores más pudientes. Eso hay que tenerlo en cuenta.

Estamos haciendo un gran esfuerzo, en medio del déficit fiscal que todavía enfrentamos, del alto endeudamiento que no hemos podido reducir en la magnitud necesaria, para hacer política social.

Nos propusimos crear millón y medio de cupos educativos. Acabamos de terminar una reunión del Consejo Nacional de Política Económica y Social, donde se han puesto las bases para crear este año otros 400 mil cupos educativos que, sumados a los 750 mil creados hasta el mes de diciembre, nos permitiría un acumulado de millón 150 mil. Con la ayuda de Dios, vamos a llegar al millón y medio. Ese es un avance sin precedentes.

El SENA, que llega a los sectores más pobres de la población, en las áreas urbanas y rurales, ha pasado en este Gobierno de atender millón 100 mil ciudadanos por año a atender 2 millones 900 en el año que acaba de pasar. La meta es atender 4 millones de ciudadanos en el año 2006.

Noventa y ocho mil jóvenes campesinos ingresaron al SENA en el último semestre para el programa Jóvenes Rurales y aspiramos superar esa cifra este año.

En Cali, la semana pasada, concretamos con el ICETEX cómo vamos a avanzar para acercarnos a la meta de 400 mil cupos universitarios.

Hemos democratizado ampliamente y facilitado el crédito educativo y aspiramos concretar una gran reserva este año. Que esa entidad sea autónoma, para que no esté limitada por los problemas de presupuesto de la Nación.

En Protección Social este Gobierno ha pasado de 11 millones a casi 16 millones el número de colombianos protegidos por el Régimen Subsidiado de Salud.

Ayer veíamos que por ejemplo en departamentos como La Guajira, hemos crecido en un 50 por ciento. Aspiramos este año que otros colombianos en cuantía de más de un millón ingresen al régimen subsidiado de salud.

Y estamos tramitando en el Congreso de la República la ley para facilitar que podamos avanzar rápidamente hacia el objetivo: una Colombia con plena cobertura de salud para los estratos 1, 2 y 3. Confiamos que aprobada la ley este año, en los años 2006, 2007 y 2008 Colombia logre definitivamente esa meta.

En Bienestar Familiar estamos atendiendo más de 6 millones de niños. Ayer pude presenciar en Riohacha un Centro Múltiple de Bienestar construido, funcionando, que agrupa varios hogares comunitarios.

Hemos incorporado 503 mil niñitos de menos de cinco años al programa de los desayunos y confiamos para el 20 de julio de este año haber incorporado otro medio millón de niñitos.

Cuando el Gobierno empezó, Colombia subsidiaba 60 mil ancianos. Los pagos eran irregulares. Estamos subsidiando hoy 170 mil y les pagamos cumplidamente.

Pero ahí no nos quedamos. Esperamos el 20 de julio poder decirle al Congreso que hemos incorporado 400 mil ancianos, adicionales a los 170 mil, a un programa de una comida diaria.

Estamos pagando cumplidamente cada dos meses 37 mil millones de pesos a 340 mil Familias en Acción, para que sus hijitos puedan estudiar.

Ya estamos subsidiando 30 mil Familias Guardabosques. Su compromiso es cuidar las áreas respectivas libres de droga y cuidar la recuperación del bosque.

Hay dos programas bellísimos: El programa de alfabetización que le ha llegado ya a 500 mil colombianos y el programa de Seguridad Alimentaria de la Red de Solidaridad que le ha llegado ya a un millón de colombianos.

Ustedes son testigos cómo con la colaboración de muchos de sus gobiernos, a pesar de nuestro grave de problema de desplazamiento interno, hemos venido mejorando la atención al desplazado.

Y la hemos venido mejorando con la atención inmediata, con el subsidio permanente de salud y con programas que les puedan mejorar sus condiciones de acceso a la vivienda social.

A propósito de vivienda social, modificamos la política, la reestructuramos para poder cumplir con una característica: subsidio a la demanda pero efectivo. Y eso nos va a permitir aproximarnos muy cercanamente a la meta de 400 mil viviendas sociales en este cuatrienio.

Estamos trabajando en todas las áreas sociales. Soñamos con un País de Propietarios. Hoy los trabajadores son dueños de Paz del Río en un 49 por ciento y la empresa es exitosa.

Hemos reformado 142 empresas del Estado y a nosotros no nos guía el animo de la privatización que destruya la herramienta social del Estado. Pasamos de una Telecom ineficiente y burocrática a una Telecom estatal, sostenible, eficiente. Perdían más de 400 mil millones y en el año que acaba de pasar se ganó cerca de 900 mil, con lo cual ha sido posible pagarles puntualmente a sus pensionados.

La reforma nuestra en el Estado es para garantizar la sostenibilidad de las entidades estatales y para que las entidades estatales cumplan su tarea de inducir la cláusula social en la comunidad colombiana.

Ha sido muy grato constatar cómo Telecom está haciendo contratos de servicio con trabajadores de la antigua Telecom. Cómo ya hay una cooperativa de trabajadores de la antigua Inravisión realizando contratos de servicio con la nueva Inravisión.

Ha sido muy grato constatar los acuerdos con sindicatos tan importantes como el sindicato del Acueducto de Cúcuta o los sindicatos del sector eléctrico que nos han ayudado al siguiente transito.

Cuando este Gobierno empezó todas las empresas estatales de distribución de energía perdían dinero. Hoy todas están en saldo negro. Y eso se ha hecho con una política de eficiencia y de criterio social.

Hemos comprometido a los bancos a llegar con los recursos de crédito a los sectores más populares de la Nación y hemos repetido que un sistema bancario privado no se legitima sino en la medida en que las bases populares lo entiendan como un sistema útil para su reivindicación.

Por eso se ha orientado muchísimo el microcrédito a la vivienda social, banca privada, Findeter, cajas de compensación familiar. Ahora estamos creando los mecanismos para llevarlo a la educación universitaria.

Cuando este Gobierno empezó la cartera de microcrédito ascendía a 707 mil millones. Hoy está en cerca de un billón 800 mil millones.

En el nuevo aniversario del Banco de la Mujer, la semana pasada en Cali, constatamos ese colosal crecimiento en microcrédito que hace parte de nuestra estrategia de construir un País de Propietarios.

Comprendo la tragedia social de Colombia. Pero estos elementos de política social, que no todos han sido numerados y que he traído a cuenta esta noche, indican claramente a la comunidad internacional para dónde vamos en política social.

Las cifras son más elocuentes que los discursos: cómo estamos buscando llevar de la mano la política de seguridad con la política social. En una tarea sostenida, donde haya confianza inversionista, Colombia se irá poniendo en condiciones de superar esta tragedia social.

No aceptamos que hay conflicto con los terroristas, pero aceptamos que hay una profunda crisis social. Desvinculamos ambos fenómenos y así lo debemos repetir esta semana en la mesa de donantes, a la cual el ánimo, la organización de ustedes, está contribuyendo tan generosa y eficazmente.

Una cosa es una organización terrorista contra unas organizaciones democráticas. Eso es muy diferente a un conflicto. Y una totalmente independiente es esta crisis social que tenemos que superar en esta Patria con una tarea sostenida de inversión social.

Quiero hoy desear a todos ustedes, a sus gobiernos, a sus pueblos, que el año 2005 traiga para todos ustedes prosperidad. Nosotros le pedimos a Dios que con la ayuda de ustedes, con la comprensión del pueblo colombiano, con un compromiso personal y de cada uno de mis compañeros de Gobierno para trabajar más dedicadamente, con más amor por esta Nación, con más febrilidad para poder producir resultados, esta Nación vaya mejorando.

Saludo a cada uno de ustedes. Colombia cree en la paz y en la libertad, en la convivencia entre los pueblos, en las buenas relaciones entre los gobiernos, con todos los gobiernos del mundo.

Creo que con el presupuesto de la libertad, que con el presupuesto del respeto, que con el presupuesto de la fraternidad entre los pueblos y de las buenas relaciones entre los gobiernos, las incompatibilidades políticas jamás pueden ser obstáculo para que se cumpla ese objetivo en el cual soñamos: las buenas relaciones de esta Nación con todos los gobiernos y con todos los pueblos del mundo.

Asumamos este año 2005 con mucho entusiasmo. Con amor. Si uno no se aplica las cosas con ganas, con garra, con dedicación, no las logra. Para que con la ayuda de Dios, al poder reunirnos acá a principios del 2006, podamos registrar, con el testimonio y la ayuda de ustedes, una Nación que ha mejorado.

A todos, muchísimas gracias.

 
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