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SANCION DE LEYES ANTITRÁMITES, MERCADO DE VALORES
Y PROTECCIÓN AL INVERSIONISTA

Julio 08 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Nos reunimos esta mañana para sancionar unas Leyes de la República de gran importancia en el propósito de construir confianza en Colombia.

Cuando empezamos este Gobierno, con la rectoría de las finanzas públicas del entonces ministro (de Hacienda) Roberto Junguito Bonett, nos propusimos recuperar para Colombia una palabra: confianza. Confianza para invertir en Colombia, confianza para generar empleo en Colombia, confianza para vivir en Colombia.

Nos propusimos trabajar esa recuperación de confianza a través de tres ejes: la Seguridad Democrática, la transparencia y la reactivación Económica y Social.

Anoche, en la cámara de comercio de Bogotá tuve la oportunidad de referirme ampliamente a lo que hemos hecho en la parte fiscal de la Nación. Me referí a los esfuerzos que se han hecho en materia de ingresos, en materia de egresos, a la reforma de la administración pública.

Me referí al tema de lo que se ha hecho en materia municipal y departamental, al tema pensional, al tema de servicios públicos, al tema de política de hidrocarburos.

Me parece que el análisis económico colombiano no ha examinado el proceso de saneamiento de las finanzas públicas en su conjunto. Que falta mucho, por supuesto que falta.

En un país que en 12 años pasó de unas finanzas públicas en equilibrio a un déficit de 4,2 por ciento. A un país que en 12 años pasó de un endeudamiento del Gobierno Nacional Central, que era del 14 por ciento, 16 por ciento, del consolidado del 10, 12 por ciento, a un endeudamiento del 56 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto). A un país que en pocos años pasó de un desempleo del 8 al 20 por ciento, de un desempleo de jefes de hogar del 4 ó del 6 al 10 por ciento. Un país que llegó al punto de tener que dedicar 40 pesos, de cada 100 del Presupuesto Nacional, para servir y amortizar deuda. Un país que tenía que empezar una tarea de inmensa dedicación de recursos al tema del rescate de la seguridad.

¿Qué ha hecho el Gobierno? En el frente de los ingresos, nuestra primera decisión fue el impuesto extraordinario sobre el patrimonio, en septiembre del 2002.

Después, han venido varias reformas tributarias. Esas reformas tributarias –entre muchas características- han tenido la característica de buscar ampliar base, de eliminar incentivos que no tenían razón de ser, de introducir incentivos directamente relacionados con la recuperación de la economía y deben crear mecanismos de construcción de equidad, que mejoren la distribución del ingreso en Colombia.

Nosotros encontramos algo menos de 400 mil contribuyentes de renta, ya estamos por el millón. La meta de este Gobierno es llegar a dos millones de contribuyentes de renta.

Cuando empezó el Gobierno, el conjunto de bienes y servicios gravado con IVA (Impuesto al valor agregado) era del 37 por ciento. Hoy es del 51, 53 por ciento.

El Congreso de la República nos aprobó una norma, que la vimos con la mayor sensatez, un IVA general para lo no gravado del dos por ciento, una tarifa antitécnica, pero una tarifa practicable en las condiciones sociales y económicas de Colombia. La honorable Corte Constitucional declaró eso inexequible.

Hemos manejado la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) con toda la transparencia. La decisión de este Gobierno ha sido no vincular a la DIAN, sino a través del concurso. Hemos avanzado en el programa MUISCA.

El resultado de ingreso es bueno. En el año 2003, los ingresos crecieron en un 18 por ciento. En el año 2004, los ingresos crecieron en un 22 por ciento. Y este año estamos cumpliendo la meta que nos propusimos el año pasado, de crecer los ingresos en un 10 por ciento y hasta la fecha hemos excedido esa meta en billón 140 mil millones.

O sea que estamos con un crecimiento del recaudo en billón 140 mil millones por encima de ese crecimiento del 10 por ciento que nos propusimos para aprobar el presupuesto del año fiscal 2005. ¡Por supuesto que falta muchísimo!

Si ustedes me preguntaran ¿qué piensa este Gobierno sobre los futuros desarrollos tributarios del país, independientemente de que le correspondan a su período o no?, les diría lo siguiente: hay que dar unas señales de mediano y largo plazo que construyan confianza. Este país necesita estar en un camino permanente de construcción de confianza en la inversión que es empleo –como lo acaba de entender el Congreso de la República, al cual tengo que aplaudir hoy por el conjunto normativo que nos ha aprobado y que vamos a sancionar-.

Por eso nosotros hemos dicho, que si bien hay unos incentivos bien importantes, aprobados en la actual administración, como la deducción del 30 por ciento a las inversiones generadoras de renta, el incentivo al alcohol carburante, el incentivo al biodiesel, el incentivo a los productos agropecuarios a los cultivos de tardío rendimiento, el incentivo a la madera, el incentivo a los nuevos hoteles, al turismo ecológico, a la remodelación de viejos hoteles, la eliminación del IVA a los bienes de capital –de dos maneras: empresas altamente exportadoras se eles elimina el IVA, para que una empresa clasifique como altamente exportadora antes necesitaba exportar el 50 por ciento de su producción, hora el 30 y lo otro es, al resto de las empresas simplemente devolverles el IVA-.

Tuvimos hasta el 31 de diciembre la eliminación del arancel a la importación de bienes de capital, reestablecimos el arancel porque la revaluación ha sido mucho más benéfica para la adquisición de bienes de capital, que lo que era la eliminación del arancel. Entonces, entendimos que no necesitábamos persistir con ese sacrifico fiscal mientras el país tuviera esta tasa de cambio, que para los exportadores es muy mala pero para la incorporación de maquinaria importada, es muy buena.

Unos de esos estímulos tienen vigencia de largo plazo, otros de corto plazo. Por ejemplo, el estímulo a la reinversión de utilidades es para los años 2004, 2005 y 2006. De lo que está vigente se deduce que los contribuyentes colombianos van a reclamarlo por última vez, cuando estén presentando sus declaraciones de renta en el año 2007, correspondientes al año fiscal 2006.

¿Qué creemos nosotros?: que para el momento en el que expiren estos estímulos, el país debe tener una tarifa de renta más baja, para hacer la economía más competitiva. Centroamérica, a raíz del Cafta –que hizo el tratado de comercio con los Estados Unidos-, se apresta a reducir tarifas de renta.

Y hay unos temas ahí que hay que empezar a discutir bien importantes. El tema de las deducciones, el tema de las retenciones.

El tema de las retenciones golpea mucho en materia de capital de trabajo a la pequeña y a la mediana empresa. Creo que nosotros vamos a tener que hacer un esfuerzo para revisar hacia abajo retenciones.

Empieza a presentarse otro tema en el país, que es el tema de la renta presuntiva. La tarifa de renta presuntiva se fijo para una economía con inflaciones del 18, 20, 25 por ciento, para una economía con rendimientos patrimoniales del 15, 20 por ciento.

Hoy, con una inflación del 5 por ciento, con unos rendimientos patrimoniales del 7, 9, 10 por ciento, ese es otro tema que hay que revisar.

El impuesto del 4 x 1000 alas transacciones financieras, ha sido una necesidad en las circunstancias fiscales de este país. También hay mucha controversia, porque afecta mucho el capital de trabajo de aquellas actividades que están exigidas a mantener unos niveles muy elevados de rotación en el objeto principal de sus negocios.

Entonces, todos esos temas hay que pensarlos buscando que esta economía sea más competitiva, más atractiva a la inversión, que es ser atractiva a la generación de empleo y por supuesto, teniendo en cuenta la difícil situación fiscal de la Nación. Porque hemos mejorado, pero la Nación todavía está en un problema fiscal muy delicado.

En cuanto al tema de base del IVA, hay que seguir esa discusión tranquilamente en el país. En este Gobierno pasamos del 37 al 51 por ciento, ahí estamos. Hay que seguir esa discusión.

En cuanto al tema de las transferencias, he repetido en todos los escenarios y quiero repetirlo ante un auditorio tan importante como el que ustedes conforman hoy, que no hay razones para empezar en rebajarlas. Se necesita buen manejo de las transferencias, pero no hay maneras de bajarlas.

Si uno mira, solamente educación y salud, encontramos lo siguiente: este Gobierno –a la fecha- ha creado millón 140 mil cupos educativos, la meta es crear millón y medio. Esa es una meta muy exigente, pero insuficiente para las necesidades del país. Si creamos ese millón y medio de cupos, todavía habrá 500 mil niñitos por fuera.

Hemos hecho un inmenso esfuerzo de productividad. Hoy tenemos casi, 30 estudiantes por profesor. Entonces, para poder llegar a la cobertura completa no podemos pensar en rebajar transferencias.

En salud hemos pasado en este Gobierno de 10 millones de afiliados al régimen subsidiado a 15 millones. El Congreso está estudiando un proyecto de Ley –que ojalá quede aprobado ahora, ojalá no se deje para diciembre, apreciados congresistas, sino que se apruebe en las primeras semanas de la legislatura para poder trabajar su implementación-, que nos permitirá crecer mucho más cobertura.
El país necesita llegar rápidamente, a una cobertura de salud del ciento por ciento para los sectores pobres. Eso no se puede aplazar más, como no se pueden aplazar más las coberturas de Bienestar Familiar.

Nosotros hemos crecido Bienestar Familiar en un 40 por ciento, sin embargo ayer, antes de ayer, adjudicamos otra licitación y vamos adjudicar otras dos en los próximos días, para poderle decir al Congreso de la República –el 20 de julio-: hemos incorporado otros 500 mil niñitos, menores de cinco años, al programa de desayunos infantiles y 400 mil ancianos –en adición a los 170 mil que veníamos subsidiando- con una comida diaria’. Esas licitaciones están en plena marcha, son tres, antes de ayer se adjudicó una de las tres.

Lo que sí necesitamos es tener un acto legislativo razonable en materia de transferencias, porque el que se aprobó en la administración anterior, bajo la rectoría en el Ministerio de Hacienda del doctor Juan Manuel Santos, vence en el 2007, 2008. El mismo texto constitucional dispone cómo habrá de reemplazarse, cómo habrá de sustituirse.

Y a la inversión hay que darle señales anticipadas. Uno no puede dejar eso para última hora, por eso, así corresponda eso a otra administración, la discusión en Colombia hay que empezarla desde ya para dar confianza.

Todos estos proyectos de ley que ustedes han aprobado, giran alrededor de la palabra confianza. Lo que tiene que seguir haciendo el Gobierno y el Congreso en materia económica, tiene que girar alrededor de la palabra confianza.

En materia de egresos hemos hecho un gran esfuerzo. Esta Presidencia de la Republica, para dar ejemplo, ha logrado ahorros entre el 26 y el 30 por ciento. Nosotros tenemos crecimiento de gasto en lo que es defensa, en transferencias, en pensiones. Lo que manejamos discrecionalmente en nómina y gastos generales, en todas las entidades del Estado, hay un gran decrecimiento.

Eso nos ha ayudado, de la mano con el mejor desempeño de la economía, a lograr lo siguiente: a pesar de que en seguridad hemos crecido en 96 mil hombres, casi 100 mil, anoche veíamos las cifras del Ministerio de Defensa. El presupuesto de seguridad hoy, como proporción al PIB (Producto Interno Bruto), se encuentra en el mismo nivel de 2002. Cuando llegó el Gobierno, subió mucho con proporción al PIB, pero ha vuelto a bajar su proporción al PIB, gracias al mejor desempeño de la economía.

Y gracias a los ahorros, en otros frentes, de gastos generales y de nómina, nosotros hemos logrado sortear ese gran desafío de financiar esta expansión de la seguridad. Vamos a seguir en esa tarea de egresos.

Y llego al tercer punto: la reforma administrativa -inicialmente bajo la dirección de la doctora Claudia Jiménez, ahora bajo la dirección del doctor Mauricio Castro. Este Gobierno ha reformado 152 empresas del Estado, pero nos faltan muchas.
Si ustedes me preguntaran ¿cuál es el mejor legado fiscal, de este Gobierno al país?, no vacilaría en decir: la Reforma Administrativa. Porque hoy uno habla de 152 reformas, otra cosa es haber emprendido la reforma de Telecom o la de Inravisión o la del Banco Cafetero o la que apenas se ha hecho en su primera etapa del Seguro Social o la del hospital Ramón González Valencia, etcétera.

Esa reforma, en entidades reformadas como Telecom, tiene que completarse. En otras entidades como el Seguro Social, tienen que desarrollarse y tiene que llevarse a efecto en muchas entidades donde todavía no hemos reformado.

Caso de Telecom. Dimos el gran paso de una Telecom que perdía 400 mil millones de pesos al año, cuyo gerente iba a tocarle la puerta al Ministro de Hacienda a decirle: déme medio billón para poderle pagar a los pensionados. A una Telecom el año pasado ganó 950 mil millones de pesos y que puede tener unos años buenos, pero su futuro no está despejado, porque el crecimiento de la telefonía inalámbrica, de las comunicaciones inalámbricas, nos trae muchísimas incógnitas no solamente para Telecom, sino para la Empresa de Teléfonos de Bogotá, para Emcali, para Empresas Públicas de Medellín.

¿Qué está haciendo el Gobierno Nacional? El Gobierno Nacional está buscando un socio estratégico para invertir en Telecom porque tenemos dos opciones. O conseguimos el socio estratégico que nos ayude a salvar tres cosas: salvar ese patrimonio para los colombianos, salvar esa generación de utilidades para pagarle a los pensionados, salvar un proceso permanente de mejoramiento en la oferta de servicios al pueblo colombiano, es una opción.

La otra opción, es que se nos vaya marchitando Telecom y que le traslademos todo ese problema pensional al fisco.

Entonces, este Gobierno tiene que empezarle a hablar al país con mucha claridad y yo quería aprovechar este auditorio de hoy: nosotros necesitamos llegar a la nueva reforma de Telecom y por eso requerimos el socio estratégico. Una vez hayamos acordado con el socio estratégico, antes de firmar, de perfeccionar ese acuerdo, vamos a publicarlo ampliamente para que lo conozca el pueblo colombiano en detalle. Pero mal haríamos nosotros, en el año de Gobierno que nos queda, no encarar esa responsabilidad. Hay que hacerle frente.

¿Entidades donde apenas ha empezado la reforma?: el Seguro Social. Desprendimos las clínicas de la parte central del Seguro, eso trae un alivio porque se han desmontado muchos privilegios en la parte laboral de las clínicas, pero no es suficiente. Esa reforma hay que continuarla en las clínicas, con un alto costo, y en la parte central del Seguro que maneja la EPS, que maneja riesgos profesionales y que maneja pensiones.

¿Y entidades que aún no hemos reformado?: muchos hospitales. Este Gobierno se propuso algo: primero, no estar en lo que tanto se controvierte hoy, que fue la ola privatizadora a ultranzas que recorrió a América Latina en los 90’s. Segundo, no ser indiferente frente a la quiebra y desaparición de entidades públicas hospitalarias. Pero tampoco, permitir que el Estado siga siendo botín, que el Estado siga siendo clientelismo, que el Estado siga haciendo burocratismo.

El Estado tiene que cumplir una misión con la comunidad y para eso, no podemos mantener un Estado burocrático, que es insostenible y que no se legitima ante la comunidad.

Estamos trabajando en la visión del Estado Comunitario con unas entidades estatales sostenibles y eso queremos trasladarlo a la salud. Hemos avanzado mucho en la reforma de la red de salud en Boyacá, en la reforma de la red hospitalaria en Caldas, un principio tan importante como aquel con el hospital Ramón González Valencia de Bucaramanga, la red hospitalaria del Atlántico, parte de la de Antioquia, etcétera, pero nos falta.

Este Gobierno ha invertido en salvamento hospitalario cerca de 800 mil millones de pesos y nos falta, falta mucho. Es una tarea para completar.

Y también nos hemos propuesto que no solamente se le envíen unos recursos a los hospitales, para que prolonguen su agonía. Los recursos que le hemos entregado a los hospitales y a la red hospitalaria, están condicionados a reformas profundas, para que garanticen su sostenibilidad fiscal. Que no sea que hoy los calmamos y en cuatro, seis meses, reaparece la enfermedad y vuelven ellos a volcarse ante el Gobierno Nacional –desconociendo la descentralización- para pedir recursos de emergencia. Ahí falta pues, una tarea muy importante en el área de la administración.

El Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) me dice, que mirando apenas unas pocas entidades de las que hemos reformado, las de mayor peso, eso ha traído un alivio de 12 puntos del PIB. Por eso digo que ahí hay una reforma que va a ser un gran legado fiscal de este Gobierno para el saneamiento de las finanzas públicas.

En el tema pensional. Cuando este Gobierno empezó, el déficit pensional giraba alrededor del 200 por ciento del PIB, lo hemos rebajado en unos 70 puntos. ¿Cómo se ha reducido?: la reforma legal de diciembre de 2002, liderada por el doctor Juan Luis Londoño –q.e.p.d.-. La nueva reforma legal para revivir unos artículos esenciales que la honorable Corte Constitucional había declarado inexequibles por razones formales. La reforma pensional transversal, en todas las entidades que este Gobierno ha reformado y la Reforma Constitucional que ustedes acaban de aprobar en el Congreso de Colombia y que yo destaco.

Es muy fácil, para la dictadura de Pinochet, firmar unos decretos de reforma pensional. En un país democrático, con problemas sociales, con pluralismo, con diversidad ideológica, es muy difícil aprobar una reforma de esta entidad en el Congreso de la República y se logró. Eso tiene que hablar bien por Colombia. ¡70 puntos de ahorro en déficit pensional, es algo bien importante!

Pero, ahí no se han quedado nuestras reformas, hay algunas que los economistas deberían ver en su conjunto. Me voy a referir a tres: combustibles, servicios públicos y departamentos y municipios con catastro y predial.

Combustibles. Nos ha tocado vivir una etapa con dos características, ha pasado el precio del combustible, en estos tres años, de una cotización internacional de 22, 27 dólares, a una cotización internacional de 60 dólares. Y esto ha coincidido con lo se preveía: una disminución de la producción interna de combustible.

Ustedes conocen la política del señor Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía), exitosa para recuperar confianza en el área sísmica, en el área de contratación, en el área de exploración. Hemos pasado, en un país que estaba explorando en el año 2002, diez posos, a un país que este año explora 40, pero necesitamos llegar a 57 por año, de acuerdo con quienes estudian probabilidades para garantizar hallazgos importantes.

¿Qué vemos en combustibles?: primero, que ha descargado un peso muy grande sobre el pueblo colombiano en precio interno. Necesario. Anoche me preguntaba alguien en la cámara de comercio de Bogotá: ‘bueno, lo que pasa es que a nosotros nos cuesta menos producirlo en el Casanare, en Arauca’. Y decía yo: ‘pero es que el Gobierno no puede tener eso como punto de referencia, porque esas producciones son declinantes, nosotros tenemos que tener hoy como punto de referencia, lo que nos costaría importarlo, sacarlo del Golfo de México a Colombia, los seguros, la nacionalización, aranceles, etcétera.

Un país que ve declinar su producción de petróleo, tiene que ser muy cuidadoso para fijar la política presente de precios a fin de que, nada nos tome por sorpresa sino llegare a haber los hallazgos que todos estamos esperando.

Este Gobierno, con toda responsabilidad, con un inmenso sacrificio del pueblo colombiano, ha hecho un ajuste inmenso en materia de política de combustibles, de precios de combustibles.

Anoche decía en la cámara de comercio –que según me ha dicho el Ministro de Minas-: con el actual precio de referencia, de mediano y largo plazo, en dos o tres meses, debemos terminar esta fase de ajustes en gasolina.

Pero hay incertidumbre sobre si se puede o no mantener ese precio de referencia, porque ya lo han venido moviendo internacionalmente hacia arriba, porque cuando llegó el petróleo a 40 dólares, dijeron: ‘no, se vuelve a poner a 25’; cuando llegó a 50, dijeron: ‘no, se vuelve a poner a 30’. Y ahora que está en 60 y con unos problemas mundiales que todos conocemos, donde prácticamente los que están produciendo petróleo no tienen capacidad de aumentar más. Y una demanda recalentada, especialmente por China.

Cuando se habla de ajustes hay que mirarlos en su conjunto. No creo que el análisis económico pueda ignorar lo que este Gobierno ha hecho en materia de combustibles ni lo que ha hecho en materia de servicios públicos.

Nosotros encontramos todas las electrificadoras, de las cuales es socio mayoritario la Nación, en pérdidas. Hoy están todas en negro. Y a eso han contribuido dos elementos: la política de tarifa de servicios públicos y la mejor administración, la reforma de electrificadoras. Hemos reformado muchísimas: la Chec, la del Quindío, la del Tolima, el arreglo para quitarle a la de Boyacá la carga del GOT –alivia inmensamente la de Boyacá-, nos faltan otras, pero en ese proceso estamos.

Pero estamos subsidiando a los colombianos más pobres. La política de tarifas es una política realista y solidaria. Realista para no quebrar estas empresas, realista para atraer inversión en servicios públicos y solidaria para subsidiar a los colombianos más pobres.

Este año los subsidios de energía nos cuestan más de 600 mil millones. Parte se maneja, directamente en cada empresa, con subsidios cruzados: las tarifas altas trasladan a los de abajo. Pero el Gobierno Nacional tiene que trasladar –María Inés (Agudelo, viceministra técnica de Hacienda), alrededor de 400 mil millones del presupuesto que nos aprobó el Congreso el año pasado, para subsidiar a los sectores más pobres en materia de servicios públicos.

Otro ajuste bien importante: departamentos y municipios. Anoche, la doctora Ana Lucía Villa, nuestra directora de la DAF (División de Apoyo Fiscal), daba un gran informe en la cámara de comercio de Bogotá. Hemos pasado de un alto déficit de departamentos y municipios en el 2000, a un superávit de ahora. Y ha mejorado la estructura de su deuda y se ha reducido sustancialmente su nivel de endeudamiento.

¿Qué ha incidido en ello?: la administración anterior –en buena hora- aprobó la ley 617. ¡Un gran paso! Y este Gobierno ha tenido toda la disciplina para aplicarla.

A mi me preguntan: ‘¿por qué si con Bogotá se firmó el acuerdo para financiar transmilenio en diciembre de 2002, cuando este Gobierno apenas llevaba cuatro meses, por qué a penas vinieron a firmarlo la semana pasada con Barranquilla?

En efecto, con Barranquilla la semana pasada firmamos tres acuerdos: uno para entregarle 150 mil millones para su sistema de transmilenio, otro para invertir 55 mil millones en las obras de defensa del río Magdalena, de defensa del Puerto y otro, de 46 mil millones para los caños. No lo habíamos podido hacer antes, por razones fiscales y porque estaba incumpliendo la ley 617.

Nosotros hemos sido muy exigentes en materia de disciplina, para exigirle a departamentos y municipios que cumpla la ley 617. La situación de departamentos y municipios hoy, teniendo en cuenta que todavía los hay en ley 550 y que todavía los hay con déficit, en términos generales pasó de ser una situación de déficit a una situación de superávit y una situación con una estructura de deuda mucho más sana.

Predial. Rogaría también, que el análisis económico incluyera lo que este Gobierno ha hecho en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), sumamente bien manejado. Hoy tenemos el catastro urbano de Colombia al día y el catrastro rural, con un atraso de 30 por ciento, una actualización del 70.

Ahí hay un tema de ajuste que se ha hecho por la vía de administración del Agustín Codazzi, sumamente interesante. Creo que el Ministerio de Hacienda tiene que empezar a entregarle al país las cifras en materia de evolución catastral que se obtienen en este Gobierno, porque uno no puede hablar de ajustes y de saneamiento fiscal sin mirar todos estos componentes.

¡Este país necesita crecimiento de la economía, inversión!

Es muy importante en esta Patria –donde los medios de comunicación cumplen su tarea que es criticar y no alabar-, que creemos conciencia de lo que significa la legislatura que acaba de pasar, la gran importancia de esas leyes: esa reforma pensional, la ley que autoriza al Gobierno a los pactos de estabilidad normativa con los inversionistas. El propio doctor Enrique Iglesias, presidente del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), estaba sorprendido de que Colombia aprobara esa ley, decía: ‘esa es una gran cosa, pero no creí que fuera posible que Colombia la aprobara’.

A eso se le suma, los convenios internacionales que hemos suscrito recientemente, dos con España: uno para el desmonte de la doble tributación y otro para la protección de inversiones.

Nos comprometemos a que inversionistas colombianos que inviertan allá, paguen impuestos en uno de los dos países. Inversionistas españoles que inviertan acá, paguen impuestos por esas inversiones en uno solo de los dos países. Y nos comprometemos a protegernos mutuamente, en cada país, las inversiones del otro.

Creemos que ahí abrimos camino, empezamos a abrir la trocha para replicar esos convenios con otros países. Eso ayuda mucho.

El Estatuto de Capitales. Ayuda muchísimo para democratizar las oportunidades en Colombia, porque le exige a las empresas que estén en el registro público de valores unos órganos de administración que garanticen el respeto a los accionistas minoritarios. Y eso le da mejores oportunidades a esas empresas, de colocar sus papeles en el mercado y de recaudar recursos directamente del mercado. Lo que de contera, libera recursos del sistema financiero para la mediana y pequeña empresa, en lo cual estamos empeñados.

Nosotros hacemos las ruedas de crédito en 37 ciudades colombianas, antes de ayer la hicimos en Medellín, anoche empezamos una en Bogotá en la cámara de comercio –que la vamos a continuar el 12 de agosto-, y hemos encontrado lo siguiente: en los dos extremos hay un gran mejoramiento del crédito. La gran empresa colombiana hoy, está en glorioso frente al crédito, adquiriendo crédito fácilmente y a una DTF que está en 7.18, 7.19 más 2, más 4.

El microempresario ha mejorado, este Gobierno le ha llegado con microcrédito a casi dos millones de colombianos. La cartera de microcrédito, cuando empezó este Gobierno, el saldo de cartera era de 735 mil millones, hoy es de 2.5 billones. Ese es un salto sin precedentes.

Nuestra gran preocupación es por la franja de la mitad: el pequeño y el mediano. Muchos de ellos perdieron su condición de sujeto de crédito, recuperarlo no ha sido fácil, tienen todavía unos altos costos de intermediación, hay dificultades, pero ahí estamos trabajando, uniendo esfuerzos del Gobierno Nacional, el Fondo de Garantías, el sector financiero, trabajando con ellos.

Antes de ayer lanzamos en Medellín un instrumento muy bonito, se llama el ‘People Point’. He dicho mucho que uno no puede trabajar solamente en estos salones con el power point. El power point le muestra a uno las soluciones, lo que se ha resuelto, pero no le muestra lo que falta.

-Una vez me decía el Ministro Botero (Jorge Humberto, de Comercio, Industria y Turismo) en una reunión aquí en Bogotá: ‘¿pero por qué están tan bravos si ha mejorado mucho el microcrédito?’ y le dije: porque aquí no han venido los que recibieron microcrédito sino los que todavía no lo han recibido. Por eso, si el Gobierno se queda en estas oficinas viendo el power point y no convoca al power people, no se da cuenta de lo que falta-.

Entonces, en este proceso permanente, introdujimos esa herramienta de crédito virtual que se llama el ‘People Point’. Ya están trabajando con ella 22 cámaras de comercio. Entonces un pequeño empresario accede a través de Internet y ahí se le busca crédito y frecuentemente se hace en unas reuniones ya de contacto personal, para resolver los casos que no pudieron obtener el crédito vía el software. Allí hay un gran paso.

Confiamos mucho que este estatuto de Capitales sea un gran paso en ese proceso de mejorar el acceso al crédito en Colombia.

Y, está la ley antitrámites, que se luchó tanto por ella y que le simplifica la vida a las empresas y a los ciudadanos.

Muchas gracias a todos.

 
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