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AMPLIACIÓN DE PLANTA DE LECHE LA ALQUERÍA
Junio 07 de 2005 (Cajicá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Acudo a una celebración importante para la Patria: la puesta en marcha de esta moderna ampliación de La Alquería, que tanta ilusión nos crea sobre la recuperación de la empresa privada colombiana, sobre la recuperación del sector agropecuario, sobre la renovación de su confianza en Colombia para hacer estas inversiones y sobre las mayores posibilidades de competitividad de nuestra industria.

Acudo a entregar la orden al Mérito Comercial en la categoría de Gran Oficial a La Alquería, en cabeza del doctor Enrique Cavelier Gaviria, en nombre de todos los colombianos que sentimos gratitud por esta familia, por esta empresa, por estos esfuerzos, por estos trabajadores, por esta generación de empleo.

Tres generaciones, la de su padre, doctor Cavelier Gaviria; la de sus hijos, la suya y la de sus hijos, y ahí van apareciendo los nietos, que son garantía de continuidad de este gran esfuerzo por Colombia.

Una familia de tenacidad, una familia de visión, una familia de acción, una familia de ética en el trabajo productivo, una familia de solidaridad en las relaciones laborales, una familia que tiene un concepto de familia ampliada –como lo dijera el doctor Cavelier Gaviria–, para incluir en ella a todos quienes hacen esta empresa.

Me ha llamado mucho la atención aquella frase de La Alquería cuando empezó a introducir en Colombia el concepto de leche pasteurizada, de leche que no llegara solamente del ordeño al consumidor sin pasar por estos procesos industriales. Dijo La Alquería: “una botella de leche es una botella de salud”.

Esa frase muestra su adhesión a ella a lo largo de su historia, muestra la gran vocación de esta empresa por servir bien a los consumidores.

¡Qué bueno este esfuerzo de ampliación! En el recorrido por la planta me mostraban varias gráficas. Una gráfica el crecimiento de litros procesados por la Alquería diariamente. De 2002 a la fecha, por fortuna, se ha inclinado bastante, está procesando 400 mil litros al día.

Una segunda gráfica, el crecimiento de la capacidad instalada y de la capacidad realmente utilizada como porcentaje de la capacidad instalada. Ahí ve uno un paralelo hacia arriba, crece la capacidad instalada, crece la capacidad utilizada, especialmente en los últimos años.

Un crecimiento de las exportaciones: el año pasado 40 toneladas, este año van a exportar 400 toneladas. Es un crecimiento bien importante, con valor agregado e incursión a mercados tan importantes como el mercado venezolano, el mercado de las Antillas y a varios puntos de los Estados Unidos.

¡Qué bueno esa agresividad exportadora de La Alquería!

Y me mostraban una gráfica, la que más me conmovió, la que más nos interesa a los colombianos: la gráfica del crecimiento del empleo. De 2002 a la fecha, La Alquería ha ampliado su planta laboral en un 30 por ciento. Eso es construcción de paz, eso es construcción de solidaridad.

Alguien que estaba en la calle que se pudo vincular a la Alquería, no solamente empieza a percibir un salario justo sino un régimen prestacional justo, una afiliación a la seguridad social que es garantía para el trabajador y para la familia.

Por eso he repetido que la empresa privada colombiana no es causa de la pobreza del 52 por ciento del país, sino solución para esa pobreza. Si aquí hubiéramos mantenido una confianza permanente para un crecimiento acelerado de la empresa privada, no tendríamos ese 52 por ciento de pobreza.

Confío que con la responsabilidad social de la empresa privada colombiana, como lo pone hoy de presente La Alquería, en la medida en que esa empresa gane confianza, siga creciendo, genere empleo, vamos a ir reduciendo ese porcentaje de pobreza que tanto nos golpea.

Todo puesto de trabajo que se crea en las empresas serias de Colombia, es una garantía de superación de la pobreza, es una garantía de salario justo, de prestaciones justas y de afiliación familiar a la seguridad social, y una garantía de pago de impuestos.

La Alquería es una expresión de esa empresa privada colombiana que, como lo dijera la Constitución del 36, “cumple una función social”.

Subyace a esta decisión de entregarle la Orden al Mérito, nuestro aplauso por la función social que ha cumplido La Alquería y que seguirá cumpliendo.

¡Qué bueno que crezca esta economía! Recuerdo mi primer Consejo Comunitario en Pasto, era sábado, el Gobierno había empezado ese miércoles, los campesinos muy quejosos, me dijeron: ‘Presidente, aquí no hemos podido incorporar los productos para reemplazar el trigo y la cebada, que no volvimos a cultivar con la apertura, nos han lanzado a cultivar coca al Putumayo, tenemos en este altiplano nariñense unas vacas de leche pero la leche está a 350 pesos y no en todas partes la compran’.

Era un drama que se vivía en muchas partes del país. ¿Qué decisiones tomamos? Mantener por mucho tiempo la leche en licencia previa. Ese día dijimos: ‘yo no puedo solamente enviar soldados y compatriotas policías a Colombia, hay que devolverle ingresos a los campesinos’. Tomamos la decisión de someter la leche a licencia previa. Ese año se importaron 24 mil toneladas y esas importaciones estaban ahogando la posibilidad de la producción interna de leche, del ingreso de nuestros campesinos, del crecimiento de estas plantas.

Y hemos venido tomando decisiones sectoriales y decisiones generales. Por ejemplo, en el Congreso de Colombia se ha discutido muchísimo nuestro conjunto de incentivos tributarios. Ese conjunto de incentivos tributarios expresa sus bondades cuando se asiste a ampliaciones como esta ampliación de La Alquería. Esta ampliación tiene una deducción tributaria del 30 por ciento, como quedó consignado en nuestra ley tributaria de diciembre de 2003. Ese es un aporte fiscal a la erradicación de la pobreza, a la generación de empleo a través de la expansión empresarial.

Hasta diciembre 31 tuvimos vigente la medida de no cobrar arancel a las importaciones de bienes de capital. Revivimos el cobro de arancel, porque la caída del dólar se ha convertido en un estímulo a la importación de maquinaria mucho más determinante que la propia eliminación del arancel. Pero estamos dispuestos a que en el momento en que se requiera, por razones cambiarias, volver a eliminar el arancel para bienes de capital, lo haríamos.

Y por supuesto, hay una serie de incentivos adicionales para el conjunto del sector agropecuario y para los sectores productivos, vistos integralmente, a lo cual no me voy a referir.

¿Cuál ha sido nuestra concepción tributaria? Derramar impuestos a quienes no están creciendo con tarifas altas, pero dar estímulos a quienes crezcan. Eso le ayuda mucho a la generación de empleo.

Creo que Colombia se debe preparar para que una vez termine la vigencia de estos incentivos tributarios, se baje la tasa general de renta, a fin de que seamos más competitivos internacionalmente. Ese es uno de los pasos que tenemos que dar.

Y si nosotros avanzamos en soluciones fiscales tan importantes como la solución pensional, si avanzamos en soluciones fiscales tan importantes como la ampliación de la base de contribuyentes, la eliminación de la evasión (empezó este Gobierno con 300 mil contribuyentes de renta, este año debemos terminarlo con millón y medio y confío en que en el 2006 el país se acerque a dos millones de contribuyentes de renta), todo eso, más una tendencia hacia la baja relativa del endeudamiento público, en su porcentaje como proporción del PIB, nos debe ayudar a que Colombia pueda tener unas tarifas de renta más bajas que hagan esta economía nuestra más competitiva.

Confiamos, apreciados integrantes del sector agropecuario, que las negociaciones del TLC terminen en un acuerdo justo, útil, para poder ser nosotros de verdad competitivos con nuestros productos del agro en la economía internacional.

A la familia Cavelier, al doctor Enrique Cavelier, a Margarita, a Carlos Enrique, a María Teresa, a toda esta familia, nuestras felicitaciones, nuestra gratitud por lo que han hecho por Colombia. A todo el equipo de La Alquería, encabezado por el doctor Jiménez López, gerente general; por los integrantes de su junta directiva; por los funcionarios técnicos; por los trabajadores, nuestras felicitaciones. Sigan creciendo porque Colombia tiene que superar el alto índice de desempleo y el alto índice de pobreza”.

La Orden al Mérito es un pequeño gesto institucional para reconocer sus esfuerzos, y quien hace buenos esfuerzos como los que ustedes han hecho, queda acreditado para que les pidamos nuevos esfuerzos.

Sigan creciendo, que Colombia espera mucho de ustedes.

Muchas gracias, muchos éxitos a La Alquería, y me llevo esa placa adherida al corazón, en gratitud por todo lo que ustedes han hecho por Colombia.

 
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