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CONMEMORACIÓN DE LOS 60 AÑOS DE FENALCO
Junio 10 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Acudo a rendir un homenaje a este gremio de la Patria en sus primeros 60 años. Una lucha democrática ardua, librada en todas las horas de la vida nacional. Cuando leía algunos aspectos de la monografía de Fenalco, momentos difíciles en sus inicios, momentos difíciles en muchos tramos de la vida nacional, tomé la decisión de no hacer referencia a esas dificultades sino de destacar el papel de representación de los grandes intereses nacionales que ha jugado Fenalco.

Quiero decir desde esta tribuna a mis compatriotas, que los gremios de la Patria como la Federación Nacional de Comerciantes, en lugar de haberse dedicado a defender exclusivos intereses gremiales, han asumido, con la responsabilidad que exige la democracia, con la responsabilidad que han demandado los grandes problemas colombianos, el reto de defender los superiores intereses, los colectivos intereses, los intereses de todos los colombianos.

Gremios al servicio de la Nación entera, no simplemente de las aspiraciones de sus afiliados, esa es una gran característica demostrativa del capital social de la comunidad colombiana, de ese espíritu de solidaridad de la comunidad colombiana.

Esta mañana, en un foro de inversionistas que se reúne en Cartagena, convocado por el Gobierno Nacional y coordinado por la revista The Economist, bastante bien concurrido por parte de empresarios internacionales, expresaba yo que una de las características más importantes de las grandes ventajas para invertir en Colombia, es que es un país donde prima la solidaridad sobre el odio de clase, es que es un país que no se ha entristecido, ni se ha enfurecido, ni se ha llenado de odios por la violencia, pero tiene toda la determinación de superarla, que es un país consciente que hay que resolver el problema de pobreza, pero que entiende que hay que hacerlo con solidaridad y no con odio de clases.

A esa circunstancia de que prevalezca la solidaridad sobre el odio, ha contribuido mucho el espíritu solidario, patriótico, la visión de largo alcance de gremios como Fenalco, que no se han reducido al ámbito de los intereses particulares de una actividad de la economía. Felicitaciones por esa contribución que hay que empezar a resaltar.

Los gremios, en muchas décadas de la vida colombiana, han jugado un papel de vigías de la democracia, han jugado un papel de guardianes de la Constitución, han jugado un papel de catalizadores de contradicciones, han jugado un papel de constructores de solidaridad, y allí se destaca Fenalco. Cuánto ha servido eso a nuestra Patria.

Es bella la historia de Fenalco. Bella la historia de aquel coterráneo mío, Don Lorenzo Botero Jaramillo, de ese bello paraje antioqueño: Sonsón, y de todos sus compañeros en la gesta de creación de Fenalco. Bella la historia de quienes han ayudado tanto a conducir esta empresa gremial y de solidaridad de la Patria.

Qué importante la gestión de todos los que han sido presidentes de Fenalco, algunos de ellos Hernando Agudelo Villa, Jaime Tobón Villegas, Arcesio Londoño Palacio, su actual presidente Guillermo Botero Nieto, con toda su agudeza, con su patriotismo, Juan Martín Caicedo Ferrer, alcalde de Bogotá, ex ministro de Estado, nuevamente en la actividad gremial, y del hoy Ministro del Interior y de Justicia, el doctor Sabas Pretelt de la Vega, a quien como compañero de trabajo quiero rendir aquí, en presencia de quienes han estado a su lado durante tantos años, el homenaje de mi gratitud. Es un artesano de la gestión pública para la conveniencia de Colombia.

Cuando la política trae y conlleva tantas dificultades, hemos visto al Ministro, sin perder su alegría, sin dejar reducir su fe en Colombia, sin agriar su efusivo temperamento, su cordialidad, sus relaciones humanas. Y creo que la semana entrante, con la ayuda de Dios, gracias a esa armonía que ha venido construyendo con el Congreso de Colombia, va a entregar una agenda legislativa de gran importancia.

Para avanzar en el problema de déficit fiscal de la Nación, nos falta un debate. Para la reforma constitucional de pensiones, y confió que mis compañeros, los Ministros, con la coordinación del ministro Sabas Pretelt, le van a entregar esa buena noticia al país, a los pensionados de la Patria, a las nuevas generaciones, que van a tener la posibilidad de su pensión y de que el país no solamente tenga que gastar el dinero en pensiones privilegiadas que se van a desmontar, sino en otros frentes de inversión.

Y confío que el lunes o martes, el doctor Sabas le diga al país que se ha perfeccionado plenamente el Estatuto Antitrámites, un paso muy importante para simplificar aspectos de la vida nacional. Cómo se ha apersonado él de esa ley. Hoy envió a publicación en Anales del Congreso el acta de conciliación, esa acta de conciliación que pone ya de acuerdo al Senado con la Cámara.

Una ley que se ha discutido durante largo rato. Discutir sobre trámites es muy difícil, todo el mundo tiene su propia opinión, seguramente quedarán muchos problemas por resolver, pero ahí hay un paso importante. Por supuesto, la concertación, como tiene que ser en la democracia, exige que todo el mundo ceda un poquito de sus aspiraciones.

Y qué bueno que se entregue también al país el nuevo Estatuto de Capitales, que crea unas instituciones de gobierno en las empresas, para darle confianza a los inversionistas, y que nos va a facilitar el cumplimiento de un objetivo: que la gran empresa organizada se pueda financiar más directamente en el mercado de capitales y que entonces los recursos del sistema financiero, los recursos de segundo piso de las instituciones de Gobierno, se puedan orientar más directamente a la pequeña empresa, a la mediana empresa.

Qué bueno que también se le puedan entregar al país otras disposiciones de gran importancia para la democracia, como la Ley de Garantías, que, en medio de un difícil debate, en un país que no debería necesitar Ley de Garantías porque es un país de plenas garantías democráticas, el ministro Sabas Pretelt, con su paciencia, con su laboriosidad, con su buen humor y con su capacidad de construir concertación, en el Congreso de Colombia le vaya a entregar a los colombianos ese paso tan importante. Será un final de una agenda legislativa bien, bien positivo.

Acudo hoy a Fenalco en un momento de bastantes inquietudes de la vida nacional. Esta mañana, apreciados amigos, cuando estábamos en el foro coordinado por la revista The Economist, en Cartagena, nos sorprendía gratamente la afluencia de inversionistas a nuestra Patria.

Hace pocos días, a primera hora de la mañana, asistí a una reunión con 400 inversionistas de Alemania que se habían retirado de la Patria y que hoy regresan. Al mediodía asistí a una reunión con delegados de más de 20 países de sus fondos de pensiones, entusiasmados por el avance de esta actividad en Colombia, que tanto ha contribuido al ahorro, a la financiación de las actividades públicas y privadas, y que es tan promisoria. Y en la tarde asistí a una reunión con 400 inversionistas, principalmente internacionales, en el área de gas y de petróleo.

Confío que todo ese entusiasmo por invertir en Colombia se traduzca en realidad, que nos ayude a generar empleo, a superar la pobreza.

Quiero sembrar en ustedes una idea: a América Latina la han venido dividiendo, equivocada y simplistamente, entre países con gobiernos de derecha y países con gobiernos de izquierda. Creo que esa división es obsoleta, inconveniente y no practicable. Era válida para aquellas épocas en las cuales era necesario combatir dictaduras. Sometidos hoy todos a la regla democrática, esa división es totalmente obsoleta.

Inconveniente, polariza, como lo demostró recientemente la elección del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, enfrentamiento que se pudo superar en muy buena parte gracias a la prudente diligencia de nuestra Canciller, la doctora Carolina Barco.

E impracticable. Hace dos semanas recibí a una periodista internacional, y hablaba de este Gobierno como un gobierno de derecha, y ella se autocalificaba de centroizquierda. Le dije: dame ejemplos de gobiernos de izquierda en el continente. Fulano, perano, sutano. Le dije: dime del Gobierno del presidente Lula, a quien tanto respeto, qué puedes predicar de él para decir que es un gobierno de izquierda y que este Gobierno de Colombia es de derecha. Enmudeció.

Por eso es muy importante en el debate defender lo que nos rige: la regla democrática. No dejar que a Colombia la polaricen en el continente y al interior de su sociedad con estos apelativos.

¿Entonces qué es lo que debemos preguntar para las democracias? Debemos preguntar: ¿son democracias progresistas o son regresivas? ¿Son democracias caudillistas o son democracias de instituciones? ¿Son democracias regidas por la ley que tiene que cumplir de manera principal el gobernante o son democracias conducidas por los caprichos de los elegidos?

Creo que ahí hay unas preguntas para poder caracterizar nuestras democracias. Y para responder a esas preguntas, quiero proponer a mis compatriotas, hoy en estos 60 años de Fenalco, cinco parámetros. Examinar nuestras democracias a la luz de la seguridad, a la luz de las libertades públicas, a la luz de la cohesión social, a la luz de la transparencia y a la luz de la independencia de instituciones.

Nosotros hemos avanzado bastante en seguridad, nos falta mucho, con un concepto democrático de seguridad.

¿Por qué democrático? Porque no es seguridad para perseguir el disenso, no es seguridad para suprimir expresiones de la democracia. Es seguridad para la democracia. Seguridad para proteger por igual al líder gremial que al líder sindical. Seguridad para proteger por igual al doctor Juan Hurtado Cano, representante a la Cámara, uno de los más fervorosos defensores de este Gobierno, y proteger por igual al doctor Wilson Borja, uno de mis más fervorosos opositores. Seguridad para la democracia.

Y en el avance de esa tarea, adheridos por igual a la eficacia, a los derechos humanos y a la transparencia de realizar esa labor con las cartas sobre la mesa y apelando exclusivamente al ejercicio de las instituciones, eso tiene que ayudarnos a superar el estado terrorista. Esta situación terrorista que no ha dejado que la generación nuestra, la mía, haya podido vivir un día de completa paz.

En el año 2002 fueron asesinados casi 30 mil colombianos. Quisiéramos tener cifras mejores. En lo que va corrido de este año llevamos 7.200 asesinatos. Aspiramos que el fin de año muestre una reducción bien importante frente a esos casi 30 mil asesinatos de 2002.

Mirando esto a la luz de nuestros deberes democráticos. En el año 2001 fueron asesinados más de 160 integrantes de organizaciones sindicales en Colombia. Quisiéramos que no hubiera un solo caso. Este año todavía van 7, llegando casi a la mitad de año. Pero ahí vamos trabajando, para dar completas garantías.

En el año 2001 fueron secuestrados 3.050 colombianos. Este año llevamos 142 secuestros extorsivos, en total 297 secuestros. Quisiéramos haber erradicado ese mal completamente. No desmayaremos hasta lograrlo, pero hay una gran reducción.

Se me ha zafado, y se me vuelve a zafar hoy, contar una historia. Esta mañana se me tuvo que zafar porque tenía que decirlo en el foro de The Economist, y cruzo los dedos para que no sea un desafío. Por ejemplo, el último atentado terrorista contra Cartagena ocurrió el 5 de agosto de 2002. En Bogotá no ha habido un solo secuestro extorsivo este año. Pero falta mucho.

Hace 15 días secuestraron un paisano mío en Santafé de Antioquia. Nos pusimos a mañana, mediodía y tarde, con nuestras instituciones armadas, antes de ayer lo rescataron. Un rescate de nuestra Fuerza Pública.

Cada secuestro nos duele. Si yo pudiera dedicar mi tarea exclusivamente a derrotar el secuestro, a estar con los grupos Gaula a toda hora para derrotar el secuestro, orgullosamente lo haría.

Antes de ayer me llamó uno de los vicepresidentes de Manuelita. Me dijo: acaban de secuestrar una señora y un señor en una finca cerca de Palmira. Llamé a la Brigada, a la División, al Subcomandante del Ejército, a la Policía, al DAS: por favor, demostrémosles a los vallecaucanos todo nuestro compromiso para derrotar el secuestro.

Felicito a la Fuerza Pública. Ayer a las 6 de la tarde me llamaron y me dijeron: están liberados los secuestrados.

General Padilla de León, usted, que honra la Fuerza Pública, que me acompaña en tantas de estas tareas, trasmitamos a la Fuerza Pública que cada secuestro es un desafío a las instituciones para derrotar el secuestro, liberar a los secuestrados y para que Colombia supere definitivamente ese flagelo. Clave para la Seguridad Democrática.

Y el segundo parámetro, el de las libertades. Muchas democracias suprimieron libertades, so pretexto de luchar contra el terrorismo. Nosotros las hemos profundizado.

Las elecciones de referendo de 2003 fueron una expresión de libertad en favor de opositores y abstencionistas. Al siguiente día, candidatos provenientes de partidos alternativos a los tradicionales, candidatos con un sentimiento de oposición, candidatos soportados también en partidos formados por antiguas guerrillas, que habían recibido durante la campaña todas las garantías de parte de la Seguridad Democrática, fueron elegidos.

Para construir Patria hemos trabajado prudentemente con ellos, como alcaldes o como gobernadores, respetándoles sus esferas, recordando que este es un país de instituciones democráticas, no negando ningún aporte del Gobierno Nacional a sus gestiones.

Creo que es una manera de ir construyendo lo que Álvaro Gómez llamaba el consenso sobre lo fundamental entre todos los colombianos.

En los últimos meses han sido elegidos 168 alcaldes, en igual número de municipios de la Patria. Más de 50 pertenecen a la oposición. Todos los candidatos han recibido plenas garantías del Gobierno.

Confío que las elecciones de 2006 marquen una diferencia, que se supere aquel fenómeno de candidatos coaccionados por guerrillas, paramilitares y narcotráfico. Que sean unas elecciones donde la pureza electoral no se refleje solamente por la sana intención del gobierno de turno (que siempre la ha habido), sino por la eficacia de la política de Seguridad que les quite a los colombianos la coyunda de los actores terroristas interfiriendo los procesos democráticos.

Y el tema de la transparencia. Vamos a seguir luchando por una Nación todos los días más transparente. Esta mañana les decía a quienes están congregados en el foro con The Economist en Cartagena: aquí manejamos temas muy controversiales. El ministro Sabas Pretel, el comisionado Luis Carlos Restrepo, con patriotismo, con estoicismo, han llevado el debate sobre la Ley de Justicia y Paz, una ley muy difícil.

Primera vez que en este país nos preocupamos por el tema de la justicia y por el tema de la indemnización a las víctimas en los procesos de paz. Antes solamente nos preocupábamos por el perdón, el olvido y la conciliación. Ahora hay una gran preocupación por la justicia y por restituirles derechos a las víctimas.

No voy a entrar en esa controversia. Confío que lo que se ha tramitado de buena fe produzca buenos resultados para la Patria. Lo que quiero destacar es esto: nada ha estado escondido. Ha sido un debate con todas las cartas sobre la mesa, que va a hablar de la transparencia colombiana ante propios y extraños.

Hemos avanzado con esquemas como los prepliegos para tener más transparencia en las licitaciones, como las audiencias comunitarias. Hemos avanzado con esquemas como la publicación de los acuerdos en transacciones sobre disputas legales con concesionarios o asociados del Estado, para publicar esas transacciones antes de perfeccionarlas, a fin de que la opinión pública conozca su texto antes del compromiso final del Gobierno. Y eso ha ayudado a construir confianza.

Hemos reformado 152 entidades del Estado, desmontando regímenes privilegiados de pensiones, cláusulas convencionales que no permitían que esas empresas fueran sostenibles.

Qué tal que no hubiéramos hecho la reforma de Telecom, qué tal que no hubiéramos hecho reformas de hospitales como las del González Valencia de Bucaramanga y otros 50 hospitales, qué tal que no hubiéramos hecho las recientes reformas como la del Banco Cafetero o la de Inravisión. 152 reformas adelantadas con transparencia. Faltan muchas reformas en muchas entidades del Estado. Eso ayuda mucho a construir confianza y a construir todos los equilibrios macroeconómicos.

Por primera vez Colombia ha nombrado sus maestros por un concurso de méritos. 135 mil maestros acudieron a un concurso para proveer 60 mil plazas. Se sustituyó el viejo mecanismo de nombrarlos por recomendación política.

A este Gobierno se le ha criticado, y aceptó la crítica, por haber nombrado, y es mi responsabilidad, algunos parientes de parlamentarios en la Cancillería. Hemos nombrado gente buena, honesta, comprometida con la política de Seguridad Democrática, con la idea de que no podemos tener una Cancillería débil para defender la seguridad, a tiempo que ha habido una cancillería alterna de la Farc en el extranjero, que no se le ha combatido suficientemente y que ha distorsionado la realidad de Colombia.

Pero acepto. Un Gobierno que ha venido ampliando la carrera administrativa, un Gobierno que ha llevado tantos cargos al concurso de méritos, un Gobierno que ha desclientelizado 152 instituciones, no puede dejar que eso quede ennublado por el nombramiento de parientes de parlamentarios.

He tomado la decisión desde hace semanas, y se le ha comunicado al país, de corregir, de aceptar ese reclamo nacional, de no nombrar parientes de parlamentarios, salvo casos excepcionales que sean plenamente acreditados ante la opinión pública.

Todo lo que haya que hacer en aras de la transparencia, estamos dispuestos a hacerlo.

Apreciados compatriotas, les puedo dar seguridad de algo: en este Gobierno no hemos asignado un peso de auxilios parlamentarios. No habrá afugia electoral que nos lleve a violar esta norma. Nos comprometimos en la campaña y lo cumpliremos gasta el último día. Ni un solo peso de auxilios parlamentarios. Hay que contárselo al país para que el país lo corrobore.

Y tenemos que trabajar en otro tema bien importante de estas democracias modernas, la independencia de instituciones. Este país ha venido avanzando muchísimo.

El Presidente de la República no puede fijar las tarifas de energía. Todo lo que puede hacer es directamente o a través del Ministro, discutir el tema con los integrantes de la Comisión de Regulación. El Presidente de la República no puede fijar la política monetaria, la política cambiaria. Todo lo que puede hacer es llamar al doctor José Darío a implorarle que hagan algo por esa revaluación cuando nos afectan las exportaciones, pero respetando inmensamente lo que finalmente decida el Banco de la República.

Defendamos nuestra Patria, no la dejemos que la estigmaticen diciendo que lo que tenemos aquí es un Gobierno autocrático. Es una democracia de instituciones. Es muy peligroso que eso se oculte ante la realidad de los analistas. Un país donde no se imponen los caprichos del gobernante sino las decisiones de las instituciones creadas por la Constitución y la ley, es un país que merece todo el reconocimiento nacional e internacional a su democracia.

Y vamos a seguir trabajando por la cohesión social. Especialmente después de regresar de China y en el ánimo de simplificar, he visto a la sociedad colombiana en dos grupos: un 48 por ciento que vive bien, en un modelo social presentable orgullosamente en cualquier parte del mundo, y un 52 por ciento en la pobreza, que tenemos que superar.

Pero he preguntado: ¿es la empresa privada la causante de esa pobreza? Mi propia respuesta es ¡no! La empresa privada colombiana es solidaria, la empresa privada colombiana paga la mayor parte de las contribuciones de la seguridad social, que no ocurre en algunos Estados que se autodenominan de izquierda, donde la carga la paga el trabajador. La empresa privada colombiana soporta unas altas cargas impositivas.

La informalidad, la pobreza, se ha hecho es por falta de empresa privada. Lo que, a mi juicio, en los últimos lustros ha sido el factor determinante de esta pobreza, es esa perversa combinación de narcotráfico, guerrillas y paramilitares. La circunstancia de que hubieran crecido, de no haberlos derrotado a tiempo, frenó la inversión en Colombia, produjo una estampida de recursos financieros y humanos de colombianos hacia el extranjero, un éxodo de 4 millones de colombianos al extranjero, un desplazamiento interno de 2 millones.

En la medida que vayamos recobrando la seguridad, que persistamos en el buen manejo económico, en la transparencia, que se consolide esta confianza, una empresa privada vigorosa nos va a ayudar a superar esta pobreza. Creo ciegamente en ese camino.

No es sino comparar aquí en cualquier calle de Bogotá los ingresos de un trabajador informal, con los ingresos del trabajador de salario mínimo de las más sencillas de nuestras empresas. El trabajador de salario mínimo y de seguridad social de la más sencilla de nuestras empresas, deriva casi tres veces el ingreso consolidado del trabajador de los sectores informales de la pobreza. Por eso hay que insistir en ese camino.

Estamos avanzando en campos que constituyen nuestra política de justicia social, la Revolución Educativa. Y para no repetir las cifras de lo que se ha hecho allí, déjenme decirles los dos nuevos retos: no nos vamos a conformar con que el Sena pase en este Gobierno de un millón de estudiantes al año a cuatro millones, sino que estamos en la nueva etapa, en la que los técnicos y tecnólogos del Sena puedan en cualquier momento de su vida matricularse en las universidades, que los créditos que fueron necesarios aprobar en el Sena para obtener el grado en técnico o tecnólogo, les sean recibidos, validados en las respectivas universidades y que, con el complemento de estudios, accedan al grado de educación superior.

Una segunda acción en la nueva etapa de Revolución Educativa: no nos vamos a conformar con avanzar hacia casi una plena cobertura en educación básica, con avanzar en calidad a través de todas las acciones que implementa la Ministra. Vamos a avanzar hacia la educación en la primera etapa de los niños.

Nosotros hemos crecido Bienestar Familiar en un 40 por ciento. Dentro de poco otro contingente de 500 mil niñitos menores de cinco años, empezará a recibir un desayuno de parte de Bienestar Familiar. Y el 20 de julio aspiramos decirle al Congreso que hay 570 mil ancianos subsidiados: 170 mil ancianos con un subsidio financiero y 400 mil ancianos con una comida al día.

Pero no nos vamos a quedar en este crecimiento de Bienestar Familiar. Estamos trabajando con Bienestar Familiar una nueva etapa de la Revolución Educativa: que ese número superior al millón de niñitos por debajo de seis años, que asisten a Bienestar Familiar, también reciban educación, para anticipar la edad de la educación que, como lo han probado los científicos, es un camino necesario para construir ciudadanía, para construir convivencia, para construir la Colombia de nuestros sueños.

Vamos a seguir trabajando en la ampliación de la seguridad social. Espero que la plenaria del Senado apruebe la semana entrante una Ley que modifica el régimen subsidiado de salud, y que a partir del 20 de julio sea aprobada por la Cámara.

En este Gobierno hemos pasado en régimen subsidiado de 10 a 15 millones de afiliados. Confiamos llegar rápidamente a 18 millones, pero el país, como una prueba fehaciente de su cohesión social, necesita demostrar en breve tiempo que tiene plena cobertura en salud para los sectores pobres de la población.

El objetivo ahora no es aumentar el 50 por ciento, no es aumentar el 60 por ciento, el objetivo es dar con celeridad todos los pasos para llegar rápidamente a la plena cobertura.

Hemos avanzado bastante en financiación de la pequeña empresa, de la microempresa. Más de dos millones de microempresarios, gracias a los acuerdos sector privado-financiero, fundaciones del sector privado, alcaldías, gobernaciones, coordinados por el Gobierno Nacional, fondos de garantías, más de dos millones de microempresarios han recibido crédito en este Gobierno.

El Banco de la República, en sus informes, revela que la cartera de microcrédito en este Gobierno ha crecido en un 190 por ciento, pero hay que hacer mucho más.

Si bien tenemos las tasas de interés en el nivel histórico más bajo, hay que hacer un gran esfuerzo para que ese beneficio se traduzca a los medianos empresarios, donde vemos todavía cuellos de botella muy severos para la financiación del acceso al crédito y el acceso a tasas de interés más razonables. Sé que por el camino de la concertación lo vamos a lograr.

Hoy nos acompaña la doctora Patricia Cárdenas, presidente de la Asociación Bancaria, y el doctor Guillermo Botero Nieto hará parte de mi delegación la semana entrante a la reunión de la convención bancaria. Porque los muchachos de ahora al perseverante lo llaman intenso, mi mamá hablaba de constancia. Y para resolver problemas nacionales hay que enamorarse de las soluciones y hay que tener toda la constante y todas las ganas. Este Gobierno no va a desmayar hasta ver unos buenos resultados finales en el tema de comisiones de tarjetas entre la Asociación Bancaria y el sector comercio.

Vamos a regir ese proceso de concertación. Y le he dicho a la doctora Patricia Cárdenas otra cosa: ayúdenos con esto, que la principal noticia de la Convención Bancaria en la semana entrante sea un billón de pesos de crédito para vivienda social, a inflación más ocho, plazo mínimo 12 años. Haríamos un principio de revolución silenciosa.

¿Saben qué necesita el sector bancario? Hacerse querer de los sectores populares de la Patria.

Yo, que soy un enamorado de los votos, sí que sé lo importante que es hacerse querer. Yo le voy a pedir al sector bancario, que ha sido muy exitoso, que se enamore del pueblo colombiano como yo vivo enamorado de los votos, y que entonces tome acciones para hacerse enamorar del pueblo colombiano, y que una acción rápidamente sea un billón de pesos en crédito de vivienda social, plazo mínimo 12 años, tasa de interés UVR más 8.

Si logramos, en pocos meses, que el comercio vea reducidas sus comisiones, que los usuarios sientan alivio y que despegue velozmente ese crédito de vivienda social, todos los colombianos, hasta el más humilde de los colombianos, gozarán con las noticias de utilidades en el sector financiero.

Hay que hacer populismo pero del bueno. Uno no puede hacer populismo contra las utilidades del sector financiero. Hay que hacer populismo para que el sector financiero, con sus utilidades haga política social y se haga querer del pueblo colombiano, que lo necesitamos para la cohesión social de esta gran tierra de la Patria.

Hemos impuesto hoy la presea que creara el Libertador en el grado de Cruz de Plata a Fenalco, por su espíritu democrático, por su tarea, doctor Guillermo Botero Nieto, distinguidos integrantes de la junta, en favor de todos los sectores sociales de la Patria.

Yo aplaudo la labor gremial de ustedes. Cuando veo que defienden con el mismo entusiasmo al humilde tendero de Bogotá o de Barranquilla, al comerciante mediano y a las grandes superficies, eso es unir a los colombianos en la práctica.

Muchas felicitaciones, Fenalco, y sigan construyendo esta Patria para que las nuevas generaciones vivan felices en nuestra Colombia”.

 
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