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CONMEMORACIÓN DE LOS 30 AÑOS DE ‘LA TARDE’
Junio 09 de 2005 (Pereira – Risarald

Compatriotas:

Colombia es tierra fértil para ejercer un periodismo con verdad. Aprendimos del Apóstol de la Independencia, Nariño, que en la lucha de los hombres por las grandes causas, la palabra escrita es la proclama que eleva los corazones y garantiza la voluntad de lucha de los pueblos.

Acudo esta tarde a imponer a esta tarea periodística la medalla Manuel Murillo Toro, como un reconocimiento del Gobierno Nacional a esta gesta que va cumpliendo sus primeros 30 años.

Felicito a toda la familia de La Tarde, a su ilustre Directora, a los escritores, periodistas y trabajadores, en esta conmemoración de los primeros 30 años de un periódico que ha dejado huella profunda en el Centro Occidente colombiano y en cada número un mensaje importante a la Nación.

Un periódico como La Tarde, es un encuentro cotidiano con la agudeza del pensamiento, la belleza en la forma, la independencia en el tratamiento de la noticia y el valor a toda prueba para enfrentar la amenaza criminal del terrorismo.

La Tarde es demostración de que desde lo local se puede ejercer influencia profunda sobre la vida de toda la Nación.

Es imposible recordarle a Colombia, nombre por nombre, quienes son los valores humanos que conforman la gran familia de La Tarde, quiénes le dieron origen y quiénes entregan cotidianamente a los lectores el producto que se materializa en el papel y la tinta.

Quiero mencionar algunos, y con su mención rendir a todos, a nombre de los colombianos, un tributo de reconocimiento desde nuestra alma de combatientes de la democracia. A los doctores Ovidio Rincón, Luis José Restrepo Restrepo, Gonzalo Vallejo Restrepo, Oscar Pineda Zuluaga, César Augusto López Arias y todo el grupo de ilustres pereiranos que coincidieron en 1975 en la fundación de este periódico, siempre comprometido con el respeto a la opinión pública.

Rindo homenaje también a sus directores, a lván Marulanda Gómez, Gonzalo Vallejo Restrepo, Fabio Alfonso López Salazar, al señor ex presidente César Gaviria Trujillo y al señor senador Rodrigo Rivera.

Igualmente exalto el papel del empresario Alcides Arévalo, y de tantos otros, que han hecho de este medio un vehículo de información y de servicio a la comunidad.

Quiero felicitar a los colombianos de otras regiones que han confiado en La Tarde y que han venido a contribuir en esta gran empresa de la libertad, encabezados por el doctor Alejandro Vargas Ramírez.

Una de las principales preocupaciones de este Gobierno es la seguridad con espíritu democrático.

Déjenme, en la conmemoración de estos 30 años de La Tarde, hacer unas reflexiones sobre la Patria, justamente en un momento de gran debate en América Latina.

Primero, no creo que sea conveniente continuar clasificando a las democracias latinoamericanas en democracias de izquierda o de derecha. El calificativo es obsoleto, inconveniente y poco práctico. Dividirlas entre izquierda o derecha era pertinente en la época de las dictaduras, cuando frente a ellas se asumía una postura de uno u otro origen.

Hoy, sometidos todos a la regla democrática, eso es cosa del pasado. La división resulta inconveniente por polarizante. Como lo vimos hace pocos días, para elegir al Secretario General de la OEA que habría de suceder al presidente César Gaviria. Esa polarización estuvo surgida de la ficción de dividir estas democracias entre democracias de derecha e izquierda.

Gracias a un proceso para superar esa polarización, en el que tuvo determinante influencia nuestra Canciller, se pudo superar esa riesgosa experiencia.

Y es impractica la división, porque se lanzan conceptos en campaña. Algunos reclaman el calificativo de izquierda porque lo consideran honroso y les da votos. Otros rechazan el de derecha porque lo consideran antiguado y contrario a las causas sociales.

Finalmente, en los resultados prácticos de los gobiernos sometidos a la causa democrática, a la regla de la Constitución, resulta bastante difícil decir cuál es de derecha, cuál es de izquierda.

Dejemos atrás esa diferencia. Pensemos en el presente y en el futuro. Preguntémonos: ¿son las democracias institucionales o personalistas? ¿Son las democracias progresistas o retardatarias? ¿Son las democracias excluyentes o incluyentes?

Para responder a esas preguntas, me he permitido proponer al debate público mirar estas democracias a la luz de cinco parámetros: la seguridad, las libertades, la cohesión social, la transparencia y la independencia de instituciones.

Nosotros hemos venido haciendo un gran esfuerzo por la seguridad. ¿Por qué la llamamos Democrática? Por una razón histórica y por una definición del presente.

Por la razón histórica, para distinguir esta seguridad de corrientes como la doctrina de la seguridad nacional que recorrieron el continente y que se utilizaron simplemente para acallar el disenso, para maltratar la oposición, para macartizar las voces que no coincidían con el orden establecido.

Y por una razón del presente colombiano, porque esta seguridad es para proteger a todos los colombianos, es para proteger por igual al empresario que al trabajador, es para proteger por igual al líder gremial que al líder sindical, es para proteger por igual a los más fervorosos acompañantes del Gobierno, como en el caso de este Gobierno Juan Hurtado, o a los más radicales opositores como el doctor Wilson Borja.

Porque esta seguridad ha puesto al Ejército y a la Policía de la Patria como una institución por encima del Gobierno de turno, por encima del Presidente de la República, por encima de la discusión política para que la institución armada proteja de manera eficaz a todas las expresiones de la democracia colombiana.

Y esa seguridad tiene una especial relación con la libertad de prensa. En Colombia, diría, la libertad de prensa ha tenido tres amenazas en tres etapas diferentes: la primera amenaza provino de regímenes autoritarios que la cercenaron. ¿A cuántas guerras civiles nos condujeron? ¿Cuánto se atrasó el desarrollo nacional por la contienda? Y la falta de respeto a esa libertad era siempre causa de la contienda.

La segunda amenaza, el temor al monopolio informativo. Esa se disipó gracias a la revolución de las comunicaciones.

Y la tercera, el terrorismo, la vigente, la de los últimos lustros, no por acción del Estado sino por su omisión. No por intención de los gobernantes sino por falta de compromiso y de voluntad política en todas las horas para derrotar el terrorismo.

Quiero repetir hoy en La Tarde, nuestro compromiso con la libertad de prensa. Esa ilación necesaria entre la Seguridad Democrática y la libertad de prensa. Por eso nosotros miramos diariamente qué va pasando con el avance de la seguridad en Colombia.

El año en que inició este Gobierno, la Patria tuvo casi 29 mil asesinatos. Una tasa de 66 asesinatos por cada 100 mil habitantes. 29 mil. Este año quisiéramos tener menos. Van 7.027 casi completando la mitad del año. Una tasa de 15 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Esperamos que para final de año sea muy, muy inferior, a los 66 asesinatos por cada 100 mil habitantes de 2002 y a los 44 de 2004.

Y hemos mirado el tema del secuestro. La Patria en el año 2001 tuvo 3.050 secuestros. Este año van 297. Quisiéramos cero, pero vamos a continuar en esa tendencia.

Esta mañana el señor Gobernador de Risaralda me confirmaba que esa región del departamento de nuestra cotidiana preocupación, el occidente, lleva unos días más tranquilos. Tengan ustedes la certeza que en las horas, en los minutos y en los segundos de este Gobierno, no desmayaremos hasta devolverle a Risaralda totalmente su paz y su tranquilidad.

¿Pero qué relación tiene esto con la libertad de prensa, con la afirmación de que la tercera amenaza que se ha presentado contra la libertad de prensa, ha sido el terrorismo, la ineficacia del Estado para proteger expresiones tan caras de la libertad de prensa como su actor fundamental, el periodista?

Nosotros mantenemos un celo de todas las horas para la protección del periodista colombiano. En nuestra Patria estaban asesinando 11 periodistas, 12 periodistas, 15 periodistas por año. Este año infortunadamente todavía se presenta el fenómeno: nos han asesinado dos. Pero estamos haciendo todo el esfuerzo para decir en algún momento al mundo que en Colombia hemos logrado plena seguridad efectiva para nuestros periodistas.

Cuando empezó este Gobierno, en la Patria estaban asesinando más de 165 líderes sindicales por año. Quisiéramos decirle al mundo democrático que no hay un solo asesinato. Este año todavía nos han asesinado siete personas vinculadas al movimiento sindical. Haremos todos los esfuerzos para poder mostrar un resultado a la altura del espíritu democrático de Colombia.

Y el segundo parámetro: las libertades. La seguridad no es democrática sin libertades. Algo que nos ha comprometido a nosotros es que nuestra seguridad sea creíble por la opinión. Es la única manera de hacerla sostenible en un Estado de leyes y en una circunstancia de democracia en profundización.

Para que sea creíble y sostenible, esa seguridad tiene que ser eficaz y transparente. Para que sea transparente, tiene que estar permanentemente abrazada al cumplimiento de los derechos humanos y tiene que estar ejercida exclusivamente por las instituciones armadas de la Constitución. Pues bien, es democrática en la medida que preserve, profundice y garantice las libertades.

Ahora que se discute el tema de garantías electorales, quiero desde La Tarde reiterar a mis compatriotas el compromiso de nuestro concepto de seguridad con la convicción colombiana, la nuestra, de libertades.

El Referendo del 2003, el primero en practicar esa institución de democracia directa que usted propuso como Presidente de los colombianos, señor ex presidente Gaviria, ese Referendo yo mismo lo criticaría por muchas cosas. Debió ser de menos puntos, de pronto de textos no tan complejos. Tuvo la virtud de no haber propuesto una sola medida populista, el esfuerzo pedagógico de haber avivado una discusión entre los colombianos de gran madurez democrática.

En un país pobre y con dificultades, las medidas fiscales que se discutieron alrededor del Referendo son medidas que crean mucha seriedad en el debate público.

Mucho podrán decir los historiadores de ese intento que sólo aprobó el primer punto, y que desarrolla esa figura de democracia directa de la Constitución de 1991. Pero habrá que reconocer el ambiente de libertades en que se surtió el debate. Las garantías de que gozaron opositores y abstencionistas. Los espacios para sus tesis, inclusive en ocasiones muy superiores a los del propio Gobierno, para defender la propuesta.

Una bella discusión. En un país donde hoy está viva la discusión entre democracia directa y representativa, entre democracia representativa y participativa, que nos son excluyentes, si algo enriquece a la democracia participativa, es un ejercicio permanente de democracia participativa. Si algo le devuelve legitimidad popular a las instituciones, les crea superior compromiso a los funcionarios con el pueblo, construye conciencia popular sobre limitaciones y posibilidades, es la democracia participativa, que tiene que ir de la mano de la democracia representativa.

Y al siguiente día de ese referendo, tuvimos elecciones de alcaldes, gobernadores, diputados y concejales. Diría que ese día la democracia colombiana hizo una prueba importante: en el Gobierno de la Seguridad Democrática se dio un salto de las garantías retóricas a las garantías efectivas.

¿Cuántos líderes de la oposición, de partidos alternativos a los tradicionales, de partidos provenientes de las guerrillas, habían sido asesinados en sus contiendas democráticas? ¿Y qué hizo la Seguridad Democrática? Protegerlos eficazmente. Recibieron protección eficaz candidatos de los partidos tradicionales, como aquellos que corrían el mayor riesgo por provenir de otras alternativas. Y fueron elegidos.

Pero ahí no nos quedamos. Hemos buscado, presidente Gaviria, construir el mayor consenso de gobernabilidad en la Patria, en un ejercicio permanente con gobernadores y alcaldes, con los 32 gobernadores, con los casi 1.100 alcaldesas y alcaldes de la Patria, para que, respetando los espacios de la Constitución y de la Ley a cada nivel de Gobierno, trabajando entre niveles de Gobierno y entre todos con el pueblo, busquemos un creciente margen de unidad nacional.

Cuando saludo al Gobernador de Risaralda, a la Alcaldesa encargada de Pereira, a sus alcaldes, viene a mi mente el ejercicio que estamos practicando: trabajar con todos para construir Patria, sin importarnos el origen político de su elección, simplemente exigiendo que todos procedamos con transparencia y con conciencia de la limitación de los recursos.

Y así lo hacemos con el Alcalde de Bogotá. Y así lo hacemos con el Gobernador del Valle del Cauca. Y creo que ahí vamos construyendo ese segundo parámetro tan importante para estas democracias contemporáneas, como es el respeto a las libertades.

Y el tercero: la cohesión social. Cuando miro a la sociedad colombiana y cuando vuelvo a mirarla después de hacerle una mirada cuidadosa a China, por ejemplo, a la China de Mao Tse Tung, de Deng Xiaoping, me hago esta reflexión:

Sin simplificaciones pero con un orden para poder hacer un estudio juicioso de la realidad, veo en mi Patria dos realidades: un 48 por ciento que vive bien y un 52 por ciento en una pobreza que tenemos que reivindicar.

Y me pregunto: ¿cuál es la causa de esa pobreza? ¿Será el 48 por ciento que vive bien? ¿Será ese 48 por ciento que integra un tejido social presentable ante cualquier sociedad del mundo, lo que ha determinado el 52 por ciento de pobreza? Y me contesto: no.

La empresa privada colombiana tiene una altísima sensibilidad social. Cumplió a cabalidad y cumple el mandato de la Constitución de la empresa privada como función social. En algunos países que se autodenominan de izquierda, la totalidad de las cotizaciones a la seguridad social es pagada por los trabajadores. Aquí el mayor porcentaje lo pagan empleadores.

La carga tributaria de los empresarios en Colombia es bastante alta. Sus riesgos y sus responsabilidades sociales hablan de su responsabilidad con el conglomerado.

En mi concepto, lo que ha ocurrido en los últimos lustros como causa determinante de esa pobreza, es el terrorismo y la falta de una voluntad política sostenida para combatirlo y derrotarlo.

Narcotráfico, guerrillas y paramilitares han espantado cuatro millones de colombianos al extranjero, han producido un fenómeno de desplazamiento interno de dos millones de colombianos, redujeron la participación del sector privado al 6 por ciento del Producto, produjeron una estampida de inversión. En pocos años el desempleo pasó del 7,5 a casi el 20 por ciento. Está muy alto. Paramos esa diáspora: está en el 12. Confiamos seguir reduciéndolo con la recuperación de la confianza de los colombianos.

En pocos años el desempleo de jefes de hogar saltó del 4 al 10 por ciento. Y cónyuges o compañeros permanentes tuvieron que saltar afanosamente al mercado del trabajo. Los hijos desertaron del aparato escolar. Hemos logrado que se reduzca al 5,8 ó 6 por ciento, pero todavía es muy alto ese desempleo de jefes de hogar.

Confío muchísimo que una política con cuatro elementos: seguridad, reactivación de la economía, transparencia y avance en lo social, nos ayude a construir cohesión social en la Patria.

Hemos estado trabajando en lo que llamamos las Siete Herramientas de Equidad. Por ejemplo, la revolución educativa, el impulso a la protección social, el manejo social del campo, de los servicios públicos, la protección a la recuperación de la agricultura, la calidad de viuda urbana y la construcción del país de propietarios.

Nos hemos preocupado muchísimo para crecer en esta tierra en el régimen subsidiado de salud. 52 mil risaraldenses han ingresado al régimen subsidiado de salud en este Gobierno. Aspiramos que con la nueva ley sean muchos más. Confiamos que lo que está avanzando en el Congreso, que no es la desfiguración de la Ley 100 sino unos ajustes necesarios después de todos estos años de régimen subsidiado de salud, Ley 100 en la cual me tocó trabajar tan intensamente como Senador, con la dirección e iniciativa del presidente Gaviria, confiamos que ese avance, que lo convierta el Congreso ahora en una nueva ley, nos permita llegar rápidamente a la cobertura total en materia de salud de los sectores más pobres de Colombia. En este Gobierno hemos pasado de 10 millones a 15 millones, pero tenemos que llegar rápidamente a 22 millones.

Qué bueno que estamos avanzando en la reestructuración hospitalaria de Risaralda. Usted me confirmaba, señor Gobernador, cómo los aportes del Gobierno Nacional le están ayudando bastante a salir adelante al Hospital San Jorge. Qué bueno que ese hospital este definitivamente reestructurado.

Uno de los puntos de debate ideológico, ha sido el tema de las privatizaciones hospitalarias. Este Gobierno ha hecho todo el esfuerzo por salvar la red pública hospitalaria. La pregunta que nos hemos hecho aquí o en el González Valencia de Bucaramanga, doctor Alejandro Galvis, es cómo se salvan los hospitales, para quién se salvan. ¿Se salvan con unos crecientes déficit, se salvan para la politiquería, se salvan para prebendas sindicales o se salvan, en nombre de la austeridad y del Estado sostenible, para que le sirvan a la comunidad? Esta ha sido nuestra tesis.

Hemos reformado 152 empresas del Estado. Faltan muchas. Faltan muchas reformas en el sector del Seguro Social, de los hospitales públicos. Empezamos con la reforma de Telecom. Las últimas han sido la del Banco Cafetero y la de Inravisión. Hemos reformado el Sena. Hemos logrado pasar de 1 millón 100 mil estudiantes atendidos en el Sena por año a más de 3 millones. Aspiramos que el año entrante sean 4 millones.

En Risaralda, en 2002 se formaban 50.700 jóvenes en el Sena. El año pasado se formaron 108 mil. Y empezamos a avanzar aquí en un tema tan importante como el de Jóvenes Rurales.

En esta ciudad hemos hecho de Pereira una ciudad símbolo para el crecimiento de usuarios de Bienestar Familiar. En este Gobierno hemos aumentado los usuarios de Bienestar Familiar en un 40 por ciento. Tenemos hoy 517 mil niñitos menores de cinco años en un nuevo programa de Desayunos Escolares. Estoy comprometido para acudir en las próximas semanas a la Iglesia de la Santísima Trinidad de Pereira a decirle desde allí al país que hemos llegado a la meta de 1 millón de niñitos. Está en plena marcha la licitación para ese nuevo tramo.

Estamos financiando 170 mil ancianos, reciben un subsidio financiero de la Nación. Eran 60 mil. Y me he comprometido, el 20 de julio, a informar al Congreso de la República que está ya adjudicada la licitación para entregarles un almuerzo diario a 400 mil ancianos pobres de la Patria. En todos estos programas hemos venido avanzando en Risaralda.

Hemos tenido un crecimiento del 190 por ciento en la cartera de microcrédito, como punto fundamental para la construcción del País de Propietarios. Habrá que incorporar un elemento nuevo para medir el consumo de alimentos en Colombia.

Nuestra de Red de Solidaridad está apoyando a millón 100 mil campesinos para la seguridad alimentaria. Y confiamos que eso siga creciendo. Solamente en Risaralda hemos beneficiado con este programa, en el que nos ha ayudado la Gobernación, 13.240 familias.

Hemos estado financiando 340 mil Familias en Acción. Al final de este año serán 500 mil. Cada familia recibe un subsidio financiero para garantizar la educación de sus hijitos. Tienen que certificar que están asistiendo a las instituciones escolares y tenemos que seguir trabajando en ello.

Falta mucho, pero si hay confianza inversionista, buen manejo de los recursos, transparencia, eliminación de la politiquería, vamos a lograr una sociedad más justa.
Qué bueno ver que para la calidad de vida urbana el sistema de transporte masivo de Pereira es, de los nuevos, el que más avanza.

Esta mañana recordaba, al comprometerme con la consecución de un crédito con el Gobierno español para el parque de fauna y flora de Pereira, que cuando empezó el Gobierno me visitó el matriarcado, la entonces Gobernadora, doctora Elsa Gladis, y la entonces Alcaldesa, doctora Marta Elena. Y me dijeron: ¿a dónde es que el Gobierno va a financiar proyectos de transporte masivo? Les dije: primero que todo en Bogotá. Nosotros encontramos 32 kilómetros y tenemos que dejar siquiera 80. Y se le cumplió a Bogotá.

Dije: ahí vamos con 240 mil millones para Cali. Tengo que hacer un esfuerzo en el Valle de Aburrá, porque allá tengo que regresar a vivir. Vamos a hacer un esfuerzo en Cartagena, otro en Barranquilla, otro en Bucaramanga. Me dijeron ellas: Pereira no está. Les dije es que Pereira es muy cómoda. Y me dijeron con mucha sapiencia: estos sistemas hay que incorporarlos antes de que las ciudades se saturen. Les dije: tienen toda la razón. Y les pregunté: ¿y el proyecto? Ese día no lo tenían y a las pocas semanas me lo llevaron. Y nos comprometimos con una financiación del Gobierno Nacional de 56 mil millones de pesos. Y ahí va en plena ejecución la obra.

Ayer completamos los primeros 500 metros de excavación en el Túnel de la Línea. Le dijimos al Gobierno del Japón: financien ahora lo que se ve, en lo que se puede creer, finánciennos el complemento. Pero ya la obra está en plena ejecución. Y eso le da credibilidad a la consecución del crédito. Otra gran aspiración de toda esta tierra.

Hemos invertido 130 millones de dólares en el llamado Ferrocarril del Pacífico. Llega bien hasta Cartago y está en proceso de construcción con unos segmentos con bastantes dificultades, por adquisición de predios, especialmente entre Cartago y Arauca. Confiamos que rápidamente resolvamos esos problemas y que el sistema llegue hasta La Feliza.

En Risaralda estamos comprometidos a avanzar bastante en otras obras públicas. La Autopista del Café. Nos demoramos mucho para reactivarla, pero encontramos las concesiones viales en pleito. No ha sido fácil superar esos pleitos. Aquí le dije un día a mis compatriotas de Pereira: si me toca ponerme en cuarentena lo hago, pero hasta que no resolvamos ese pleito no quedo tranquilo. Está superado el pleito. Están reactivados los frentes de obra. Y pueden tener ustedes la certeza de que este Gobierno hasta el último día cuidará para que la obra siga su marcha y el país cuente con ella rápidamente.

Estamos comprometidos en esta su tierra, presidente Gaviria, con un conjunto de pavimentaciones bien importantes, parciales, para integrar este país. Como el Corredor de Balboa-Tambores, Termales-Santa Rosa, Belén-Taparcal, La Ceiba-Quinchía, Belén-Remolinos, La Yeco-Termales, La María-El Español, Playa Rica-Santana Bajo-La Unión, Libaré-San Jose-La Florida.

Y las que no están en marcha están próximas a ser adjudicadas en una licitación que ya se cerró, que hace parte del plan de los 3.245 kilómetros.

Ha habido una discusión reciente por la decisión del Gobierno de definir un concesionario de ecoturismo en el Parque de los Nevados.

Compatriotas de Risaralda: nosotros no le vamos a entregar los parques al sector privado, pero hay que operarlos turísticamente. El mejor instrumento para educar a una comunidad sobre preservación ambiental, es el ecoturismo.

Y ahora que se están construyendo condiciones de confianza para hacer turismo en la Patria, no podemos desaprovechar estas posibilidades.

Nosotros ya adjudicamos la concesión al parque Amacayacu en el Amazonas. En dos semanas firmamos con el concesionario del parque Tayrona en el Magdalena. Y confiamos, con el trabajo de gobernadores y alcaldes de la comunidad, llegar a un acuerdo sobre el pliego de condiciones para abrir la licitación para la concesión de ecoturismo en el Parque de los Nevados.

Anoche asistía yo al Congreso de Hoteleros. Cómo se ha reactivado el turismo en Colombia. Estas cifras son de ellos: en el período de este Gobierno la ocupación hotelera se ha fortalecido en un 14 por ciento. El empleo hotelero ha crecido en un 20 por ciento. Cuando empezó este Gobierno se movilizaban por las carreteras colombianas 21 millones de pasajeros en el año. El año pasado los viajes de pasajeros alcanzaron a 122 millones.

Yo veo el Eje Cafetero como el gran símbolo de turismo verde de la Patria y del mundo. Por eso vamos a apoyar también el Parque de Fauna y Flora, para que lo saquen adelante y haga parte ese gran clouster turístico que se está creando acá.

Esta economía de ustedes se ha diversificado mucho. Hoy tenemos problemas con los textiles, porque, por la entrada de China ya sin barreras al mercado de los Estados Unidos, por nuestra reevaluación, pero confiamos superar esto.

La Cámara de Comercio, la Andi de Pereira, han informado de crecimientos sorprendentes en inversión en los últimos tres años.

Sin embargo, no puedo de dejar de referirme al tema del café.

Este Gobierno tomó la decisión, presidente Gaviria, porque llegamos en plena crisis cafetera de subsidiar a los cafeteros que tanto habían subsidiado la Nación. Lo hicimos hasta cuando fue necesario, con 270 mil millones de pesos.

Nosotros encontramos unas buenas decisiones de administraciones anteriores sobre Pran cafetero, pero le agregamos otra para unos tipos de cartera que no estaban allí incluidos. Eso ha sido bien importante. Y tomamos una decisión trascendental, todavía no suficientemente advertida en nuestra primera reforma tributaria de 2003: la decisión de que el Fondo del Café proceda con la menor contribución de parte de los cafeteros, que la mayor parte de los ingresos lleguen a los cafeteros.

¿Saben hoy qué porcentaje del precio internacional se está trasfiriendo al productor? El 92 por ciento. No tiene antecedentes en Colombia y es superior en 14 puntos a los promedios mundiales.

Le dijimos a la Federación: el Gobierno los apoya pero necesitamos que se comprometan con nosotros a impulsar el café orgánico, los cafés especiales, la pequeña industrialización del café, como la que florece aquí en Risaralda. Un nuevo producto, esos cafés. Y un nuevo canal de mercadeo, las tiendas. Vamos para adelante en eso, con paso lento pero seguro.

Me ha informado la Federación que en los próximos días, en seguimiento de los compromisos con el Gobierno, ya convocará a todos los productores cafeteros a suscribir acciones en la empresa de las tiendas. Y confiamos que en pocos años Juan Valdez Café de Colombia, vendiendo café directamente al público, reivindique plenamente la marca del Café de Colombia para el bien de sus productores.

Y hay que construir esta democracia con transparencia. A mí me critican porque he nombrado unos parientes de parlamentarios en la Cancillería. Las críticas no son para manejarlas en tertulia, sino de cara al pueblo. Yo he dicho lo siguiente: hay unos casos excepcionales, que hay que mantenerlos, gente muy buena, muy destacada, sean parientes o no de parlamentarios. Todos los que hemos nombrado son honorables y comprometidos con esta política de seguridad. Porque lo no puede tener uno es una Cancillería en contra de la política de seguridad. Nosotros con esa Cancillería que hemos tenido de la Farc y la nuestra débil, nada hacemos.

Por eso hemos querido fortalecer la nuestra con una Cancillería comprometida. Pero he dicho: como hay que vivir también en un proceso de autocrítica, acepto ante el pueblo colombiano que en lo que le reste a este Gobierno no nombraremos más parientes de parlamentarios en la Cancillería, salvo un caso extraordinario.

Sin embargo, ¿qué hemos hecho por la transparencia? Decreto 2170, que exige prepliegos, amplia publicación de ellos, audiencias públicas. Hemos transigido gran cantidad de pleitos que encontramos en contratos con el Estado, de cara al pueblo. Encontramos 19 pleitos en Telecom. Llevamos resueltos 16.

Le estoy informado todo esto, presidente Gaviria, porque no me había dado la oportunidad de que se lo contara. Y a usted, que lo he tenido entre mis buenos amigos, y espero ponerlo de nuevo en el nivel de Juan Hurtado, no me lo pueden seguir influenciando exclusivamente aquellos que no han tenido frente a este Gobierno actitud distinta que la crítica por la crítica. Por eso he sido algo exhaustivo.

Mire, presidente Gaviria, la Constitución del 91 impuso la carrera administrativa. Yo no me conformé solamente con haber sacado adelante la primera ley de carrera administrativa. Acabamos de tramitar otra. Está hoy en plena vigencia para que 120 mil nuevos empleos públicos vayan a concurso.

Y hemos ido más allá. Sesenta mil plazas de maestros por primera vez se proveen en Colombia por un concurso. Antes se proveían por la tarjeta de la recomendación politiquera. Ahora por concurso. Nosotros tenemos un profundo compromiso con la transparencia. Todo lo que haya que hacer para introducir transparencia, estamos dispuesto a hacerlo.

Y el tema de la institucionalidad. Este es un país de instituciones. El Presidente de la República no puede fijar discrecionalmente las tarifas de energía, ni puede imponer un programa de televisión. Aquí hay instituciones, comisiones independientes. Y hay una institución muy importante a la cual vengo a rendirle un homenaje: la prensa regional. Hago un símil entre ella y los gobernantes de elección popular en las alcaldías, en las gobernaciones.

La prensa regional es como el alcalde, la institución más cercana al pueblo. La prensa regional es el gran validador de lo local y de lo nacional. La prensa regional ha trabajado muy abnegadamente. Yo suelo no hacer reclamos a los periodistas. Uno de pronto, que es tan vanidoso y tan combatiente, se pone bravo. Pero frente a los periodistas hay que aguantarse la rabia en la casa, sin decir nada.

Si les hago una pregunta permanentemente: ¿han mejorado sus balances? Porque empecé el Gobierno con mucha preocupación. Se iban a quebrar todos los periódicos regionales. Esfuerzos, como el de Alejandro Galvis, en tantas regiones de la Patria y en qué dificultades.

Y hoy veo que esta recuperación de la economía va ayudando a recuperar la solidez financiera de los periódicos regionales. Me gusta mucho eso porque conviene mucho a la Patria.

Le voy a pedir a la prensa regional una ayuda. Hay que convencer al ELN que entre en un proceso de paz. Si yo no les gusto, que por lo menos hagan la primera etapa conmigo y firmen con el otro. Pero que le den a Colombia esa oportunidad.

Esta mañana, a las siete de la mañana, recibí estos 29 reinsertados del ELN. Una conversación inolvidable. Inolvidable. Y les dije: este Gobierno no es triunfalista. Esta reinserción de ustedes no es una victoria del Gobierno, ni del Presidente, ni de las Fuerzas Militares, es una victoria de ustedes, de sus familias. Ustedes regresan a su tranquilidad, regresan al seno de sus hogares, le dan a la familia el dulce sabor de la armonía, del sosiego.

Y les dije: la victoria que vamos a obtener es el día que Colombia gane plenamente la paz, que no nace de la blandura frente a los terroristas. La paz es hija del ejercicio firme de la autoridad. Y la autoridad con deliberación no es autoritaria, sino deliberante y democrática.

Tenemos hoy 12.100 reinsertados. Completamos más 12.100 con estos 29.

Gobernador, ¿cuántos habitantes tiene un municipio como Quinchía? Una tercera parte de Quinchía hoy equivale a nuestro programa de Reinserción. Bastante grande.

El M-19 tenía, cuando se reinsertó, 300 hombres en armas. El EPL 2 mil. Creo que este es un gran proceso de paz. Sin alharacas de discursos de paz, pero a partir de la seguridad: 12.100 reinsertados.

Creo que hay que decirle al ELN que el Gobierno no está en plan de hacerle eco a la tesis de que están acabados militarmente, no está en plan de hacerle eco a la tesis de que solamente se entregan por presión militar. El Gobierno lo que quiere hacer es invitar al ELN a construir paz para Colombia.

Yo les dije: hombre, no tienen que entregar las armas, no se tienen que desmovilizar, tiene que haber simplemente un cese de hostilidades. Y me dijeron en varias reuniones en México, con el Gobierno mexicano, una aquí con Felipe Torres, yo acudí a un hotel a encontrarme con él: es que usted nos mata si entramos en un cese de hostilidades. Les dije: no. Yo soy combatiente, pero frentero. Yo no soy mansalvero, ni traicionero. Les doy todas las garantías que quieran, que si ustedes respetan el cese de hostilidades, el Gobierno no autoriza acciones militares ofensivas contra ustedes. Y pongan el garante que quieran.

Eso está reiterado hoy. Y quiero reiterarlo aquí en La Tarde. Nosotros encontramos una banda tenebrosa de secuestradores en Pereira del ELN. Bastante hemos avanzado en este Gobierno para derrotarla. Pero a mí me gusta tanto el ejercicio firme de la autoridad como la reconciliación. Vivo dispuesto para ambas cosas, con todo el entusiasmo. Y no sólo en lo militar sino también en lo político, queridos amigos.

Y les decía esta mañana a las Fuerzas Militares: hay que proceder de dos maneras, como procedió la Cuarta Brigada. Con toda la firmeza para acabar el terrorismo por la vía militar y con toda la inteligencia para persuadirlos de que abandonen la vía de las armas. Necesitamos ambos polos, que parecen extremos. Toda la firmeza y la contundencia en la acción militar y todo el patriotismo para invitarlos a la reinserción.

En estos 30 años de La Tarde, miro con mucho entusiasmo el futuro de Colombia, el futuro de Risaralda. Permítanme reiterar a ustedes todo mi compromiso con esta tierra, con muchas limitaciones, con dificultades presupuestales, pero con todo el afecto.

Ahora que escuchábamos ese himno tan bello de Luis Carlos, esa estrofa final, ese juramento de compromiso con la Patria, me conmovían mucho los valores de esta tierra. Esta tierra que no sabe arrugarse. Esta tierra que, al decir del propio Luis Carlos, ha tenido la misma actitud en la oquedad o en el pináculo. Esta tierra sin traviesas, esta tierra grande de Colombia.

Amigos de La Tarde, señor presidente Gaviria, mis compatriotas de Risaralda, unas felicitaciones desde el alma. La expresión de mi solidaridad de combatiente de la democracia con este bello esfuerzo periodístico de ustedes.

Muchas gracias.

 
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