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GRAN MUESTRA EMPRESARIAL – IV FERIA EXPOBOSCO
Abril 01 de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)


Compatriotas:

Acudo por tercera vez a ver el desarrollo de este programa, aquí en este Hogar Don Bosco, gracias a esa alianza estratégica del SENA con el hogar.

Hace cuatro años cuando empezaba el Gobierno, nos dijeron que había que invertir 25 mil millones para construir un edificio para el SENA en Ciudad Bolívar. Yo dije: no, no gastemos en edificios sino donde sea necesario, donde no haya alternativa, busquemos que allá tiene que haber un edificio. Y Darío Montoya (Director del SENA) encontró esta magnifica edificación. El SENA, era tal para cual, el SENA la necesitaba y estaba prácticamente desocupada.

Se ha hecho un magnífico acuerdo entre el SENA y Hogares Don Bosco, cuyos resultados sobra repetirlos hoy, el doctor Darío los ha comunicado en varias ocasiones.

Diría yo que la reforma laboral de diciembre de 2002, nos empieza a dar grandes ayudas para todos estos programas, porque el Fondo Emprender recauda más de 40 mil millones al año, no los teníamos. Gracias a esa reforma laboral, el país ha pasado de 30 mil aprendices a más de 100 mil, y ahora vienen más de dos mil contratos de aprendizaje para reinsertados, solamente en Bogotá.

Gracias a esa reforma laboral, los colombianos ya no necesitan un patrocinio para el SENA, se abrieron las puertas del SENA, las abrimos para que saliera la politiquería y entrara masivamente el pueblo colombiano. Por eso este crecimiento que tenemos que resaltar.

Pero en una sociedad pobre con dificultades como Colombia, no cabe la palabra estancamiento. Aquí, cualquier paso positivo nos tiene que animar en procura del siguiente, pero no podemos estancarnos. Al SENA lo esperan unos grandes retos: el reto de masificar la formación titulada, sí que lo necesita este sector de Bogotá, como lo necesitan los reinsertados. El reto de integrar sus egresados a los programas universitarios para que un egresado del SENA pueda llegar a una universidad, le validen lo estudiado en el SENA, curse los créditos que hagan falta y acceda al grado de educación superior.

Y el tercer punto para lo que yo llamaría la segunda revolución del SENA, es el gran esfuerzo del SENA para conectar sus egresados con los créditos de emprendimiento y con la comercialización de sus productos. Yo diría que ahí le espera al SENA una gran tarea, y el pueblo colombiano tiene todas las ilusiones que el SENA las pueda cumplir. Porque el SENA que se ha convertido en la institución del Estado, conjuntamente con la Policía y el Ejército, que más confianza generan en el pueblo colombiano, es la llamada a resolver esos dos problemas: cómo conectamos los egresados con el crédito, y cómo ayudamos a la comercialización de sus productos.

Nos congrega hoy el tema particular de las tareas de capacitación de los compañeros reinsertados. Pude observar algunos de los talleres, me conmovió mucho estrechar la mano, abrazar tres compatriotas desmovilizadas, llorando una de ellas de la emoción, que ya han aprendido confecciones. Nos mostraron unas confecciones bien hechas, las pueden vender en los almacenes de Miami y la gente no las recatea. En seguida me mostraron unos talleres de metalmecánica. Me mostraron la producción de derivados lácteos. Y un señor del Quindío, nos mostró ahí una microempresa para producir el tostón quindiano y vallecaucano.

Primero quiero agradecerle al SENA, al Programa de Reinserción que depende del Ministerio del Interior. A Juan David Ángel, a Julia Gutiérrez de Piñeres, subdirectora de empleo del SENA, que dependen del Ministerio de Protección, el esfuerzo por el Programa de Reinserción. Es un programa que hay que ajustar todos los días, muy exigente.

Proveer respuestas a una población de 34 mil reinsertados es un desafío enorme. Pero en la medida que trabajemos todos los días, y todos los días con imaginación y con capacidad de meter goles, y todos los días metamos un golcito, vamos resolviendo el problema.

Yo creo que en Semana Santa el país va a tener una grata noticia, porque tendremos más de dos mil reinsertados procediendo como auxiliares cívicos, asistiendo a los colombianos en las carreteras, en las terminales de transporte. Yo creo que el país debe pensar en 15, 20 mil auxiliares cívicos, provenientes de los reinsertados; que ayuden en las filas de los estadios, que ayuden en los parqueaderos de los estadios, en los teatros, que ayuden en todos los eventos cívicos. Que ayuden en las ciclo-rutas, que ayuden en las carreteras, que ayuden en las playas. Por ejemplo: en esa playa que vamos a mejorar entre el aeropuerto, junto en frente del aeropuerto de Santa Marta, que ya está a cargo del Ejército, de la Armada, ahí deberíamos vincular también unos auxiliares cívicos. Toda esa playa de Barú, debería tener en Semana Santa, auxiliares cívicos. Todo lo que es San Andrés, el paseo peatonal de la Avenida Colombia debe tener en Semana Santa auxiliares cívicos. Debíamos tener auxiliares cívicos de guías turísticos. Los turistas que se bajen de un avión en Leticia, que los aborde un auxiliar cívico y les de una pequeña introducción a lo que es la posibilidad de turismo en el Amazonas. En fin, hay mucho que hacer en el campo de los auxiliares cívicos. Estas son inquietudes que las dejo especialmente en cabeza de Juan David y de Julia, porque la Semana Santa empieza dentro de ocho días.

Con la ayuda de Dios el otro sábado a esta hora estaremos en el Consejo Comunitario de Popayán, que siempre lo hacemos la víspera de Semana Santa, invitando a los colombianos para que concurran masivamente a la Semana Santa de Popayán, a hacer turismo religioso.

Dentro de ocho días me imagino las carreteras, quiera Dios, van a estar totalmente congestionadas en Colombia, pero no solamente congestionadas de vehículos sino congestionadas de ilusiones, congestionadas de alegría, congestionadas de felicidad para conocer a Colombia, para disfrutarlas, para trabajar en Colombia. Todo eso tiene que estar lleno de auxiliares cívicos.

Ahora, hay que hacer unos grandes esfuerzos para comercializar estos productos. Por ejemplo las niñas de las confecciones, gracias al TLC este país va a poder seguir creciendo la exportación de confecciones. Me parece que esos esfuerzos de comercialización hoy los tiene que hacer el SENA, y que las comercializadoras tienen que surgir hoy del SENA. Es la institucionalidad indicada para concebir esos mecanismos. Sería muy interesante que esas niñas que ya están tan avanzadas en confección, las podamos vincular a los exportadores de confecciones, a través de contratos de ensamblaje. Ellas inicialmente podrían atender la demanda para ensamblar confección, desde talleres del SENA aquí en Don Bosco. Y posteriormente desde su casa, ayudándoles a que en su casa tengan las máquinas requeridas.

En la conexión de esas niñas con las empresas exportadoras, a través de los mecanismos de ensamblaje, uno ve una posibilidad. Porque ya saben hacer confección, ahora lo que requieren es poder trabajar permanentemente y mejorar sus ingresos. Después vemos un tema con más dificultades para comercializar que es el de los derivados lácteos. Yo sugeriría que, a mi me tocó en la Gobernación de Antioquia, iniciar los mercados campesinos. Entonces traíamos productos campesinos de todo el departamento y los situábamos un fin de semana en un parque, otro fin de semana en otro parque. Roberto Hoyos, quien era nuestro Secretario de Agricultura, después habló como viceministro en la administración Pastrana, y trasladó esos mercados campesinos al Gobierno Nacional. Pienso que les ha faltado es continuidad. ¿Por qué no empezamos pero desde el otro sábado?, porque hay que aprender a nadar nadando. Las buenas ideas hay que hacerlas rapidito muchachos creo yo.

Si uno quiere ser torero y cree que lo que tiene que hacer es pulir el toreo en un salón no aprende. Lo que tiene que hacer es medio aprender en el salón y después ponerse en frente de un becerro de 400 kilos y ahí aprende. El que crea que va a pulir el nadado en la teoría, no lo pule, hay que pulir el nadado tirándose al agua y nadando. Tirémonos al agua a promover la comercialización de estos mercados y en la práctica corregimos, en la práctica mejoramos.

Yo sugiero que pongamos en marcha esos mercados, llamémoslos los mercados de las nuevas ilusiones, algo así. Y pidámosle permiso al Alcalde de Bogotá y los hacemos en unos parques de Bogotá, Alcalde de Medellín en unos parques de Medellín, en todas partes. Que bueno que el otro sábado cuando los colombianos salgan a las carreteras, esos muchachos que estaban vendiendo allí kumis y que estaban vendiendo queso y arequipe, tengan unos puestos en sitios estratégicos de las carreteras para vender. Y que esta semana promovamos y que por todas las emisoras digamos que los colombianos que salgan a las carreteras, le compren los productos a los compatriotas desmovilizados, los productos de las fábricas de las nuevas ilusiones. Una marquita de esas, yo no sé, tendrán que hablarla con un publicista. Los productos de las marcas de las nuevas ilusiones.

Enseguida ví al señor de Armenia, el que vende los tostones, hombre instalémosle para el sábado un kiosco a ese hombre, en un sitio de la carretera. Yo me imagino, no coincidiendo con un peaje porque se congestiona más, pero a alguna distancia prudente del peaje, bien visible, bien visible. Y que él tenga unos muchachos también reinsertados que le ayuden. Él ahí produciendo tostones y los muchachos llevando el tostón a la ventanilla del carro. Entonces un tostón para allí, otro tostón para allí. Aprovechemos la Semana Santa para promover estas empresas de estos muchachos reinsertados. Por ahí ví también los del sector metalmecánico, ahí ví unas prensas, unos tornos, me decía el Padre que hechos a mano, no es hierro fundido sino manejado manualmente, un gran mérito para poder aprender.

Yo no sé, le escuché al doctor Carlos Enrique Moreno que hay unos requerimientos para poder comercializar masivamente ese producto. Si él nos ayudara repitiéndolos.

Carlos Enrique Moreno: Presidente, lo que le impacta a uno viniendo acá son la cantidad de oportunidades que hay, de cosas que pueden ser comercializadas por el sector privado. Se requieren tres o cuatro cosas que usted ya las ha mencionado: una, tiene que haber comercializadores sociales. Es muy difícil para una gran superficie, atender individualmente a muchos artesanos, tiene que haber una comercializadora social que sea la que los aglutine. Tienen que tener código de barras, tienen que tener un estándar de calidad, y tienen que tener precios competitivos con el mercado.

Yo le haría una invitación a los empresarios colombianos a que vinieran a todos estos centros y nos pegáramos una caminadita, porque yo creo que aquí hay gigantescas oportunidades de que el sector privado se una con todas estas iniciativas del SENA, de Ciudad Don Bosco, y armemos un tema juntos donde cada vez allá más oportunidades de comercialización de bienes y de artículos. Yo creo que las oportunidades son gigantescas. Lo que hace falta, yo creo que es un poquito menos de power point, y un poquito más de caminar por acá, y de mirar a ver cómo logramos juntarnos.

Presidente de la República: Doctor Darío, los muchachos que están produciendo kumis, arequipe, quesos, ¿tendrán suficiente producción para vender en Semana Santa en las carreteras?

Darío Montoya, director Nacional del SENA: Sí señor. Ellos están en el programa de lácteos en el centro de Mosquera. Estamos en condiciones de ponerlos a trabajar 24 horas esta semana para que tengan suficiente. Y tenemos el compromiso de abrir en las carreteras de salida de Bogotá la venta de los productos este próximo sábado.

Presidente de la República: Hay que ayudarles entonces, teniendo hay cerca el kiosco, los enfriadores. Porque manejar ese perecedero es muy difícil.

Por ahí ví una producción de una artesanía muy bonita de tela, yo creo que esa la venden en la carretera también.

Muchas gracias.

 
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