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CEREMONIA DEL RECONOCIMIENTO DE TROPAS
Agosto 16 de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Nos reunimos en este campo de la Patria para recibir, en medio de la esperanza colectiva, la designación de nuestros altos comandantes.

Hoy, asume como Comandante General de las Fuerzas Militares, el general Fredy José Padilla de León, con una larga, exitosa, respetada tarea en la Fuerza Pública. Un soldado leal, estudioso y combativo. Un gran compañero.

Durante los últimos años, con gran sentido de subalternidad y de mando, estuvo al frente de la Jefatura del Estado Mayor Conjunto. Admiré la manera discreta y dedicada como cumplió su tarea, como hombro a hombro, con el Director de la Policía, el mayor general Jorge Daniel Castro Castro, enfrentó el flagelo del secuestro.

Queda hoy el Comando General de las Fuerzas Militares a cargo de un gran General de la República, probado en todas las dificultades, con toda la determinación de que en esta hora suprema, como él la denomina, se despeje el camino para la recuperación total de la seguridad, que es el camino de la paz.

Ha asumido como comandante de la Armada Nacional, el almirante Guillermo Barrero Hurtado. Una larga y brillante carrera en la Armada, permítanme referir solamente a la experiencia que he vivido con él en los últimos años.

Asumió hace cuatro años la comandancia Naval del Caribe, una tarea muy difícil: el gran desafío para enfrentar el narcotráfico, guerrilleros y de los mal llamados paramilitares, en las aguas del Caribe, en el espacio aéreo y para enfrentar grupos terroristas de una u otra pelambre, bien fuera en el golfo de Morrosquillo, en los Montes de María, en las sabanas de Sucre y de Bolívar.

Me ayudó a cambiar la sede de la Armada, dejó de ser el Club Naval de Cartagena y empezó a ser el campo de batalla contra el terrorismo en el golfo de Morrosquillo y de los Montes de María. Asume hoy en medio de la esperanza de sus compatriotas.

Ha asumido hoy como comandante de la Fuerza Aérea colombiana, el general Jorge Ballesteros Rodriguez. Algo que debemos aplaudir los colombianos, es la desproporción entre la obsolescencia de las naves de la Fuerza Aérea y la disposición de batalla y de triunfo de quienes integran la Fuerza. Apenas llegarán para la Fuerza, a partir de noviembre, naves modernas.

Cuando veo las dificultades en nuestro parque aeronave, aplaudo con más intensidad de corazón la labor de nuestra Fuerza Aérea que ha tenido en todo momento ese apoyo tan importante de quien asume hoy como su Comandante, el general Jorge Ballesteros Rodriguez.

En esta hora de esperanza, asume como Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, el vicealmirante David René Moreno. Jefe de Estado Mayor Conjunto de todas las Fuerzas, un gran compromiso para la Armada.

Pienso, que desde la época, cuando el admirado almirante Colman Delgado, fue Comandante General de las Fuerzas, la Armada no tenía una responsabilidad general como la que hoy asume el vicealmirante David René Moreno.

Corresponderá a él, hombro a hombro, con el mayor general Jorge Daniel Castro Castro, director de la Policía, conducir la batalla eficaz para derrotar el flagelo del secuestro.

A quienes reemplazan, dentro de pocos días, con la ayuda de Dios, volveremos a reunirnos en este patio mítico de la Patria, para rendir un homenaje a quienes declinaron sus cargos, pidieron el retiro, cumplieron una magnífica tarea y salen del servicio activo por la puerta grande y con una corte que es el aplauso unánime de los colombianos.

Aquí nos reuniremos dentro de poco para expresar solemnemente con la solemnidad de la disciplina militar y con el entusiasmo del corazón agradecido, nos reuniremos para expresar el sentimiento de gratitud imperecedera a la labor de los comandantes salientes.

Quisiera ese día repetirle al general Carlos Alberto Ospina Ovalle, que ha sido un soldado superior de la Patria, un ejemplo de la mayor dimensión.

Su capacidad operativa, su vocación de acompañar a los soldados en todos los momentos, su eficacia para actuar en la selva, su acierto para intervenir con prudencia ante los medios de comunicación, su decoro para representar a Colombia ante la comunidad internacional, su sentido de compromiso para ganarse el cariño de sus subordinados, son, entre muchas, algunas de las virtudes que nos permiten proponer siempre al General Ospina como un soldado ejemplar de la Patria.

El almirante Mauricio Alfonso Soto Gómez: una obra extraordinaria de transformación de la Armada.

Esta Patria es muy extensa, su geografía muy accidentada, tenemos más de 1.600 kilómetros de costa en el Caribe, tenemos más de 1.300 kilómetros de costa en el Pacífico, nuestro Caribe con el archipiélago tiene una extensión que supera los 600 mil kilómetros cuadrados y es uno de los países con mayor cantidad de ríos y de volumen de agua dulce por kilómetros cuadrados de superficie.

El almirante Mauricio Alfonso Soto Gómez, en esa tarea de transformación de la Armada, la puso en condiciones de estar más presente en los mares y en los ríos.

Hace poco, con el Ministro, visitamos COTECMAR, el astillero de la Armada. Hace cuatro años, cuando emprendíamos la tarea de reformar instituciones del Estado, ese astillero era candidato para su liquidación. Hoy es candidato para su exaltación.

Cómo lo han transformado. Cómo es de eficiente. Además abriendo un camino, el camino de que las tareas de agregación de valor en materia logística y de infraestructura tengan un componente de ciencia, gran eficiencia y competitividad, para que la Fuerza Pública de la Patria no solamente provea sus propias necesidades, sino que también pueda contribuirle al desarrollo requerido en los sectores civil y comercial.

COTECMAR es un ejemplo. Nodriza que podrían costarnos, de adquirirlas, 70 mil millones (de pesos), fabricadas allí por 16, 21 mil millones (de pesos). Es una esperanza no solamente para completar el control de nuestros ríos, sino también para proveer el desarrollo de la economía colombiana. Al campesinado, a los pescadores de nuestros mares, de nuestros ríos, para vender servicios y logística a la comunidad internacional.

Eficientemente, el almirante Mauricio Alfonso Soto Gómez lideró ese gran proceso de transformación de la Armada.

Y pidió también el retiro del servicio el general Édgar Lesmes Abad. Tuve el privilegio de conocerlo desde cuando ambos estábamos muy jóvenes. Él, como mayor, jefe de operaciones de la Aeronáutica Civil y yo, como Director de la entidad. Y he tenido el privilegio de compartir con él durante estos últimos años, observando cada mañana y cada noche, su serena eficacia al frente de la Fuerza Aérea.

Tiene esa serenidad que le da eficacia a la firmeza. Cumplió una tarea de adquisición de logística para la Fuerza Aérea, que apenas empezará a llegar en los próximos meses y lo hizo con toda transparencia.

A ellos, la inmensa gratitud que, con rigor militar y con entusiasmo del corazón, habremos de reiterarles acá, en este campo, cuando nos reunamos de nuevo.

General Freddy Padilla de León, comandante general de las Fuerzas; general Jorge Ballesteros, comandante de la Fuerza Aérea; almirante Guillermo Barrera, comandante de la Armada; almirante David René Moreno Moreno, jefe de Estado Mayor Conjunto: llegan ustedes en una hora definitiva, en una hora en la cual el sentimiento de los colombianos dice, que no podemos extender más estos años de dolor, sino definirlos para que llegue la paz infinita para el bien de nuestros compatriotas.

Llegan ustedes rodeados de la esperanza del país, del más alto grado de confianza de la opinión en sus Fuerzas. Y llegan ustedes, por consenso que se siente en todos los integrantes de la Fuerza. No ha sido difícil para el Ministro (de Defensa, Juan Manuel Santos) sugerir ni tomar conjuntamente, conmigo, la decisión de que ustedes sean los comandantes y eso dice mucho. Dice que tenemos una Fuerza sin fricciones internas. Eso dice que tenemos una Fuerza solidamente unida. Una Fuerza solidamente unida y con gran respaldo popular, es una Fuerza con todas las condiciones espirituales para la victoria.

Permítanme decir: la paz no nace del discurso, la paz nace de la confianza que genera la eficacia y la transparencia de las Fuerzas legítimas del Estado.

Permítanme, al pedir a Dios que para el bien de Colombia, la tarea que ustedes emprenden hoy tenga todos los éxitos, hacer llegar este mensaje a mis compatriotas: deseo en todo momento cumplir con una norma, la paz no nace de la débil complacencia del gobernante a los delincuentes, la paz nace del firme apoyo del gobernante al ejercicio legítimo de autoridad.

Generales: el pueblo de Colombia espera ansioso del éxito de ustedes.

A ustedes muchas gracias y a sus familias, toda nuestra gratitud por la abnegada compañía que les han dado, por la calidez del hogar que les han brindado con tanto sacrificio y tanta abnegación, para que llegue el triunfo final de la Fuerza Pública de la Patria, que es la garantía de felicidad de las nuevas generaciones de colombianos.

Muchas gracias.

 
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