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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LA BASE MILITAR LARANDIA
Diciembre 3 de 2006 (Base Militar Larandia - Caqueta)

“Quiero dar a todos un saludo muy respetuoso. Llevan ustedes ya dos largos años en esta tarea. Esta tarea que busca derrotar la presencia de los altos jefes del terrorismo en esta región de la Patria. La salud de Colombia está vinculada al esfuerzo de sus soldados y policías, a su sacrificio. Cómo nos duele el asesinato de nuestros 17 soldados hace dos días en Norte de Santander. O el accidente de la Fuerza Aérea en un helicóptero de instrucción, donde murieron otros de nuestros hombres.

El mandato de la Patria es la lucha ininterrumpida. Mediando la voluntad de Dios, nada nos puede detener en el propósito de superar obstáculos, de mejorar la estrategia, de ser más eficaces en la táctica y de derrotar las expresiones del terrorismo que aún quedan en Colombia.

Nuestra Patria ha tenido un terrorismo muy rico, y protegido por sectores de la política. Nuestra Patria por primera vez en campo fértil para una política con toda la determinación que derrote el terrorismo.

En el pasado no permitía. Cuando aquí un gobierno emprendía la tarea de enfrentar el terrorismo, inmediatamente lo interferían. No va a ocurrir con el nuestro. Desde la madrugada del 8 de agosto de 2002, emprendimos, sin perder un segundo, la tarea de derrotar el terrorismo. Estaba enseñoreado de Colombia. Colombia estaba dividida en un poder formal y de apariencias. En un poder que no era poder, y en un poder real y de fondo, que era el terrorismo, que, a su vez, en sus diferentes expresiones se dividía el territorio de la Patria.

La ciudadanía no alcanzaba a ser defendida por el sector estatal, que apenas era un poder de apariencias. En cambio el terrorismo maltrataba y sometía totalmente a la ciudadanía. Las cosas, para bien, han venido en el proceso de invertirse. Hoy el poder real del Estado está recobrado en la Fuerza Pública, en la administración de justicia. Y los criminales están en escondites, los criminales están huyendo o permanecen cobardemente escondidos.

Pero esta tarea tiene todavía 44 meses para culminarla bien, para dejar a la Patria libre de todas las expresiones del terrorismo. En este primer domingo de diciembre, en compañía del señor Ministro, de los Altos Mandos, hemos querido venir a visitarlos, a agradecer los esfuerzos de mi General (Gilberto) Rocha, durante el tiempo que dirigió la operación Omega y a estimular los esfuerzos que, ahora con más responsabilidad, con la responsabilidad de Comandante, debe emprender mi General (Alejandro) Navas.

Vamos a ganar. La victoria sobre el terrorismo tiene muchos enemigos en la política, muchos enemigos que desorientan opinión. Pero la victoria sobre el terrorismo tiene un gran amigo: el corazón del pueblo colombiano.

La victoria sobre el terrorismo tiene muy preocupados a los defensores históricos de las guerrillas, tiene muy preocupados a quienes encontraron en el paramilitarismo una causa criminal para lucrarse de ella. La victoria sobre el terrorismo tiene muy preocupados a quienes no se atreven a confesarse proguerrilleros, pero que todos los días, de una u otra manera, defienden a la guerrilla. La victoria sobre el terrorismo tiene muy preocupados a quienes habían encontrado en el paramilitarismo un negocio, una manera ilícita de escalar en la vida colombiana.

Pero la victoria sobre el terrorismo tiene contento al pueblo, a las grandes mayorías de colombianos. Por eso, mediando la voluntad de Dios, nada nos va a detener en esta tarea.

Que este primer domingo de diciembre, sea un domingo de ratificación de la voluntad de acabar con todas las expresiones y los nidos del terrorismo en nuestra Patria.

Aquí, hace cinco años, los analistas decían que ya se estaba a espera de que la guerrilla finalmente derrotara al Ejército y asumiera el control sobre el territorio de Colombia de manera formal. Pues bien, eso fue lo que evitamos. Lo que evitamos fue la toma guerrillera del poder y lo que evitamos fue la división de la Nación entre criminales.

Porque Colombia, por la manera como había avanzado el terrorismo, por la manera cobarde como la política no había sido capaz de enfrentarlo, por la manera cobarde como los gobiernos permitieron que avanzara el terrorismo, Colombia estaba siendo dividida entre poderes criminales.

Parte de la Patria parecía escriturada ya a la guerrilla, y la otra parte parecía escriturada ya a los paramilitares. Hoy de nuevo la Patria está escriturada a la Constitución, a la Ley. Hoy de nuevo la Patria está escriturada a la prosperidad, a la construcción de equidad. Y para formalizar esto definitivamente falta la victoria militar de fondo, que con victorias de todos los días la vamos a conquistar, la vamos a perfeccionar.

Hoy el empleo depende de la inversión, la inversión depende de los soldados y policías de la Patria. Hoy la construcción de equidad, la superación de la pobreza, depende de que haya transparencia.

La derrota de la corrupción depende de la voluntad del Gobierno, de los soldados y policías de la Patria y de la administración de justicia.

Hoy la superación de pobreza depende de que haya una economía próspera, solidaria, en caminos de equidad. Y eso a su vez depende del éxito de los soldados y policías de la Patria.

Siempre se pensó que era el manejo de la economía la variable más determinante en la prosperidad o en las malas horas de los colombianos. La realidad ha demostrado que es la tarea exitosa de los soldados y policías en la lucha contra el terrorismo, la variable más determinante para que la Patria viva en prosperidad, para que la Patria supere la pobreza, para que la Patria construya equidad.

Es hora de victoria. Hace cuatro años no podíamos sustentar la política de seguridad en cabecillas. Enfrentar 60 mil terroristas diseminados por todo el país, ricos, protegidos por complicidades de la política o por el temor de la política, era una tarea que parecía imposible.

Hemos avanzado mucho. Los grandes tentáculos del terrorismo están a descubierto, los grandes tentáculos del terrorismo están identificados, los grandes tentáculos del terrorismo los hemos empezado a minar. Ahora vamos en procura de acabar con quienes son cabecillas de estos grupos.

El país se dividía entre sonrisas, abrazos y silencios pusilánimes frente a los jefes de las Farc. También había la división entre temores, consideraciones de Estado de necesidad, complicidades dolosas frente al paramilitarismo.

Hoy las grandes mayorías populares están en pie de lucha, para que el país derrote lo que queda de guerrilla y acabe definitivamente con el paramilitarismo. Esa es la tarea de ustedes, los soldados y policías de la Patria. Papel fundamental tiene que cumplir esta Fuerza Omega.

Y la tarea nuestra es apoyarlos sin declive, impidiendo que la guerra política, que es una expresión de la guerra sucia, le haga fracasar a Colombia esta posibilidad de la derrota del terrorismo.

Estamos advertidos de que la guerra sucia es una expresión de la guerra política, que cada vez que ha habido amenaza institucional contra el terrorismo, se lanza en Colombia con toda fiereza.

Y estamos advertidos de la necesidad de coraje para resistirla, la determinación para que no afecte nuestra tarea de gobierno y de apoyo a la justicia y la institucionalidad armada, para que esa guerra política finalmente tenga que entender que aquí, mediando la voluntad de Dios, hay un propósito inclaudicable, que mediando la voluntad de Dios, nada lo va a detener: la derrota del terrorismo.

Un saludo lleno de afecto a ustedes y un saludo para que todos vayamos sintiendo que, con abnegación y lucha, la Patria está en los preámbulos de una gran victoria definitiva contra el terrorismo.

Muchas gracias a todos, apreciados soldados, suboficiales, oficiales y altos comandantes”.

 
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