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EXEQUIAS DE DON HERNÁN ECHAVARRÍA OLÓZOGA
Febrero 22 de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Existió un colombiano para quien la academia fue razón de ser de su existencia.

Estudioso y educador de todos los momentos. Ese colombiano vio nacer, crecer y desaparecer los Estados marxistas de varios continentes.

Combatió esa doctrina en la profundización de sus estudios en la Universidad de Manchester y en la Escuela de Economía de Londres. Pero no la combatió por ciega pasión; lo hizo por pura razón. No la combatió desde una postura retrógrada o paralizante de la historia; lo hizo oponiéndole una actitud juiciosa en el estudio, ágil en la práctica, creativa y profundamente solidaria.

Frente aquello a lo cual se opuso, proponía siempre soluciones más avanzadas.

Don Hernán nos dio un ejemplo de estudio, de creatividad intelectual, de capacidad de enfrentar el odio de clases con la solidaridad, un ejemplo de criticar tentaciones dañinas; nunca para regresar al pasado, sino para asegurar mejor el futuro.

Existió un colombiano que fue tipificación del hombre de empresa, que en todo momento tuvo la mayor preocupación en los asuntos de interés general, y que sirvió siempre bien en los cargos públicos a los que fue llamado por los presidentes Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo y Julio Cesar Turbay Ayala.

Nos queda a los colombianos el ejemplo de quien siempre sirvió bien al interés público, bien desde la esfera de lo estatal o bien desde la posición de empresa privada.

Existió un colombiano que supo entender y practicar la empresa privada como función social, y no dejó un día de promoverla, siempre en esa dimensión social.

Queda un ejemplo que nos ayudará a entender que la empresa privada, como función social, tiene como balance el bienestar, el lucro en favor de toda la comunidad.

Existió un colombiano con un gran equilibrio entre la formación académica y el sentido común. De sus teorías emanaba luz, siempre emanaba luz, porque en todo momento esas teorías mezclaban lo denso con lo empírico, el fundamento académico con el buen juicio.

Queda el ejemplo de quien no tuvo edad para estudiar, porque estudió toda la vida; no tuvo edad para pensionarse, porque trabajo toda la vida, y supo no equivocarse en la teoría, porque la canalizó con inigualable pragmatismo.

Existió un colombiano que dedicó la mayor parte de su existencia a promover los valores democráticos, porque creyó que la libertad democrática es el único camino, para que la discusión de las contradicciones entre individuos cree avances en el proceso ininterrumpido de construcción de verdad.

Queda el ejemplo de alguien que reconoció en el debate fraterno de los valores democráticos, el único camino de construcción de verdad: de verdad relativa, la única al alcance del ser humano.

Nos reunimos para despedir una existencia, para recibir un ejemplo.

Nos reunimos para dar gracias a Dios, por haber privilegiado a Colombia con la existencia de don Hernán Echavarría Olózoga.

Nos reunimos para protocolizar ante las nuevas generaciones, el ejemplo de la vida y de la obra de este ser superior de la Nación.

Fue un demócrata en toda la connotación de la palabra, un cristiano sin alharaca en el ejercicio cotidiano de su existencia.

Para su esposa, sus hijos, nietos, todos sus seres queridos, estas palabras con las que nos consuela el Cantar de los Cantares: ‘El que procede rectamente y dice la verdad, el que no se enriquece abusando de la fuerza ni se deja comprar con regalos, el que no hace caso a sugerencias criminales y cierra los ojos para no fijarse en el mal, ese vivirá seguro, tendrá su refugio en una fortaleza de rocas, siempre tendrá pan y el agua no le faltará’.

Ese es el resumen de los valores que él quiso para todos los colombianos.

Muy apreciada familia Echavarría-Obregón: los colombianos compartimos hoy con ustedes el sentimiento de pesar por la partida de Don Hernán, la gratitud por su existencia, la admiración por su ejemplo.

Permítanme, apreciados compatriotas, expresar un sentimiento personal: su partida compromete más hondamente mi devoción por Colombia. Apoyó mi vida pública de una manera frente a la cual no tengo palabras para expresar mi gratitud.

 
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