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III CONGRESO INTERNACIONAL DE MINERÍA, PETRÓLEO Y GAS
Julio 05 de 2006 (Cartagena de Indias – Bolívar)

Compatriotas:

Quiero saludarlos muy respetuosamente y felicitarlos por esta nueva versión del Congreso Internacional de Minería, Petróleo y Gas, que se reúne en Cartagena.

Agradecer las generosas palabras que nos llenan de optimismo del doctor Aurelio Martínez, su presidente, y darles a ustedes la buena noticia que hace poco nos dio el señor Ministro de Minas. El Ministerio de Minas es el primero en nuestro país, cuyos procesos han sido reconocidos por la certificación ISO 9001. Muchas gracias, señor Ministro, y muchas gracias a todos quienes a usted lo han acompañado en esa brillante tarea. Ese reconocimiento lo ponemos de ejemplo para todas las carteras ministeriales de Colombia, y lo resaltamos como un punto muy alto, guía de lo que se puede y se debe hacer en las instituciones oficiales de la Patria.

Muchas felicitaciones por ese gran reconocimiento y por la medalla que, con toda justicia y con la generosidad que lo caracteriza, acaba de entregarle el señor alcalde de Cartagena, el doctor Nicolás Curi.

Hemos trabajado bajo la conducción del Ministro y de su equipo en estos años con muchos desafíos. El país con un gran temor de perder su autosuficiencia petrolera. Primero de perder las posibilidades de exportarlo. Unos precios que estuvieron muy deprimidos durante años, y se han elevado a puntos que eran muy difíciles de anticipar, hace apenas pocos años. Bueno y malo, que nos ha creado muchísimas dificultades, por ejemplo para trasladarles esos precios a los consumidores colombianos. Parecería ser la época de mayor estabilidad en los precios altos, parecería que no tuviera pico.

La semana pasada me sentía yo en el dilema entre la responsabilidad y el dolor: la responsabilidad para aceptar la sugerencia del señor Ministro de una elevación muy intensa en el precio de los combustibles al público, y el dolor por esa nueva alza.

Y todavía no hemos superado estos acontecimientos, no hemos asimilado estas decisiones, y ya circunstancias internacionales, por todos conocidas, han producido hoy una elevación del petróleo, a niveles de 75 dólares el barril. Una situación bien, bien difícil.

Nuestro país en los últimos años ha venido trabajando para estimular la inversión, la búsqueda y el hallazgo de hidrocarburos, para poder mantener y acrecentar un volumen de exportaciones, para poder frenar la declinación de la producción, para despejar en el largo plazo la incógnita sobre una posible pérdida de autosuficiencia.

Varias decisiones se han tomado. Hace cuatro años, entre la elección presidencial y el 7 de agosto, trabajamos con el Congreso y el Gobierno del presidente Pastrana para que se aprobara la modificación a la ley de regalías, modificación que introdujo flexibilidad y que ha ayudado a que haya mayor interés inversionista en Colombia.

Se tomaron otras decisiones por parte del Ministerio. Una de ellas, que considero muy importante, liberar a las compañías inversionistas en Colombia de la obligación de tener que asociarse con Ecopetrol. Mantener la obligación de la asociación era en alguna forma desacelerar el proceso de inversión y aumentar los riesgos de que el país perdiera las posibilidades de exportar y las posibilidades de autosuficiencia. Se discutió mucho por sectores críticos la medida, pero yo creo que la Nación entera ha venido asimilándola positivamente.

No nos podemos olvidar que a pesar de los alivios tributarios, esas inversiones tienen que pagar en Colombia impuesto local, impuesto de renta, también han debido pagar impuesto del patrimonio, y tienen que pagar un impuesto de remesas, de giros al extranjero. Entonces la porción estatal en nuestro país es una porción, a pesar de los alivios, bastante equitativa, defensable ante cualquier problema.

Otra decisión importante fue la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Siempre pensé que la manera como Ecopetrol combinaba su doble función, hasta entonces, de entidad operadora del Estado y al mismo tiempo de entidad que asignaba los contratos, transcurría bien, que no había problemas.

¿Qué nos convenció de la necesidad de crear la Agencia Nacional de Hidrocarburos y de despojar a Ecopetrol de la facultad de asignar contratos y de radicar esa competencia en la nueva Agencia? La percepción internacional, una regla común en el mundo de que aquellos Estados que preservan entidades públicas como operadoras, deben tener separada de ellas la competencia para la asignación de los contratos.

Nos pusimos a tono en esta materia con las exigencias mundiales, creamos la Agencia Nacional de Hidrocarburos, cuyos resultados han sido bastantes satisfactorios. Hemos tenido la fortuna de contar con un magnífico equipo en el Ministerio, encabezado por el ministro Mejía Castro, en Ecopetrol encabezado por el doctor Isaac Yanovich, en la Agencia Nacional de Hidrocarburos con el doctor Armando Zamora.

A esto hay que sumarle los esfuerzos que el país ha venido haciendo en materia de seguridad. Diría yo que los tres primeros sectores que sienten positivamente los esfuerzos en seguridad, son el sector de minería y petróleos, el sector agropecuario y el sector turístico.

Esta ciudad de Cartagena yo creo que ha sido un escenario muy importante para percibir el incremento de ánimo de inversión en Colombia en estos sectores, gracias al avance de la Seguridad Democrática, que todavía falta mucho, pero que es un camino, que democrática y firmemente conducido, debe llevarnos a la consolidación de la paz total.

Hemos tomado una serie de decisiones en la administración pública. En el Gobierno que termina hemos reformado 280 entidades del Estado. No fue en vano la reforma de Ecopetrol. Por primera vez un Gobierno denunció la convención, sostuvo hasta el final el conflicto laboral, y logró reformar la normatividad laboral y pensional de la empresa.

Dijo que no fue en vano porque fueron tres años muy difíciles, pero miren, los resultados positivos se van cosechando. La empresa hoy es mirada con mucho optimismo en lo nacional y en lo internacional.

Y algo bueno está sucediendo: la última conciliación en materia laboral se llevó a efecto la semana anterior, y en lugar de haber tenido que resistir un conflicto de meses, el acuerdo se logró con la entidad sindical en 14 días. Y un acuerdo, en condiciones muy, muy razonables.

Las reformas que hemos introducido han buscado generar confianza inversionista en Colombia. El Gobierno prepara una agenda legislativa para presentar el 20 de julio al honorable Congreso. Esa agenda legislativa incluirá el tema tributario, el tema financiero, el tema de transferencias a las regiones, el tema de regalías. Y entre las muchas características de esa agenda legislativa, buscamos dos: transparencia y generación de confianza.

El Gobierno está empezando la consulta de estos proyectos con las diferentes bancadas parlamentarias, con los sectores gremiales y sociales. Vamos a radicar la mayoría de los proyectos el mismo 20 de julio, y confiamos que esos proyectos nos ayuden a que se tenga más confianza en Colombia, en la transparencia, en la solidez institucional de nuestra Patria y en las posibilidades para invertir en Colombia.

La búsqueda de confianza ha sido el común denominador de los cuatro años que estamos concluyendo, y con la ayuda de Dios será el común denominador de los cuatro años próximos a empezarse y de la nueva agenda legislativa, que buscaremos que el Honorable Congreso de la República apruebe.

Hemos avanzado en la parte de petróleo y de gas. Todavía no podemos decirle al país que el futuro está despejado. No hay hallazgos grandes, pero yo diría que hay resultados un poco más tranquilizantes.

Cuando empezamos el Gobierno hace cuatro años, esperábamos una declinación muy profunda de la producción. Paradójicamente, después de alguna declinación, se ha venido aumentando.

Este año, me corrigen el Ministro y el doctor Isaac, aspirábamos a producir 514 mil barriles al día, entiendo que mayo produjo 538 mil en promedio. Yo creo que ha habido una buena acción, y todas las condiciones que se han venido creando están produciendo mejores resultados.

El país, en el año anterior a la iniciación de este Gobierno, tuvo 10 pozos exploratorios, el año pasado 37. Y este año yo creo que vamos a estar cerca de los 50.

El Ministro tiene unas cifras sobre lo que fue el promedio de sísmica en los diez años anteriores a este Gobierno, y la sísmica que llevamos en este Gobierno y que queremos proyectar con mayor vigor hacia adelante. ¿Quiere repetir Ministro esas cifras?

Ministro de Minas, Luis Ernesto Mejía: En promedio teníamos anualmente 1.400 kilómetros de sísmica, el año anterior disparamos 12 mil, este año ya cumplimos la meta de 8 mil que nos habíamos fijado, pero tenemos un programa de 18 mil kilómetros de sísmica. En total teníamos una meta al comenzar el Gobierno de 10 mil kilómetros, y a la fecha llevamos concluidos 30 mil. Vamos acercándonos a los 40 mil kilómetros en el cuatrienio, que es 400 por ciento de la meta que nos habíamos previsto.

Presidente Uribe: Pero necesitamos mucho más para aumentar las probabilidades de los grandes hallazgos que el país espera. Algo que me parece importante para resaltar de la política del ministro Mejía Castro, es que ha estado inclinada a buscar el gran hallazgo y el pequeño hallazgo.

Cuando uno observaba la política de petróleos en Colombia, desde afuera veía que el interés era el gran hallazgo, cuyas probabilidades son menores. Creo que esta operación avispa, dirigida por el ministro Mejía Castro, para encontrar pozos de cualquier tamaño, ha dado buenos resultados.

En una reunión anterior, por ejemplo, un pequeño fondo de capital de riesgo, estaba el doctor Aurelio el día cuando en un congreso de estos se definió formarlo con un aporte de Ecopetrol, nos daban el informe ahora de cómo ese pequeño fondo ha venido ya perforando pozos y está empezando a producir en cantidades pequeñas, pero sumadas todas son muy, muy importantes.

Yo confío que en la medida que esta política se pueda continuar con vocación de crecimiento, el país tiene que despejar totalmente las incógnitas en materia de petróleo y gas.

Y a eso hay que sumarle los procesos de integración. El sábado, en Maracaibo, el presidente Torrijos y yo nos reuniremos con el señor presidente Chávez, para ser testigo de la iniciación de obra para construir el gasoducto de 300 kilómetros entre nuestra Guajira y la ciudad de Maracaibo.

Conocemos todos bien que Venezuela tiene infinitas reservas de gas, muy, muy superiores a las pocas probadas que tiene Colombia, pero que Venezuela tiene dificultades en su occidente. E inicialmente Colombia, desde los pozos de La Guajira, va a satisfacer esa necesidad de Venezuela, con el compromiso de retribuirnos en el futuro, cuando necesitemos esa fuente de gas de la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Y a raíz del ingreso de Colombia al Plan Panamá – Puebla, se ha venido estudiando el envío de gas a Panamá – Centroamérica. Algunos lo están estudiando en barcazas, y sigue el estudio de construir el gasoducto.

La conversación que tendrá lugar con el señor presidente Chávez, el próximo sábado en Maracaibo, es para tomar la decisión de que Venezuela participe en la construcción de este gasoducto. Ya iniciada la construcción del gasoducto de La Guajira a Maracaibo, debemos buscar hacer la conexión entre los terminales de Colombia y la ciudad de Panamá, para conectarnos con el Plan Panamá – Puebla. Confiamos que eso se pueda llevar a cabo.

En esa reunión con el presidente Torrijos, en la víspera de la reunión con el presidente Chávez, esperamos también que se llegue a otra decisión muy importante: que Panamá dé el visto bueno, final, definitivo, para la construcción de la línea de transmisión de energía.

El ministro Mejía Castro ha propuesto que el trayecto panameño se construya con cargo a los recursos del BID para el Plan Panamá – Puebla, y el trayecto colombiano lo construiríamos nosotros, con nuestras empresas, con nuestros empresarios. Aspiramos obtener el visto bueno, definitivo, del presidente Torrijos, en la reunión del próximo viernes.

Y todas las dificultades que existían por el trazado por el Darién, por las comunidades indígenas del lado panameño, están bastante superadas, en la medida que se ha definido un trayecto aéreo, y otro trayecto sumergido en el mar.

Yo creo que esta decisión en materia de la línea de transmisión de energía es muy importante, como anticipo a la tubería del gas, y a otra finalidad que se busca en esa integración con el Plan Panamá – Puebla, que es poder vencer todas las dificultades que han impedido la construcción de la carretera del Darién.

Tengo, pues, mucha confianza en que esos procesos de integración sean para bien de la inversión en nuestra Patria, y en las patrias hermanas.

Miramos con mucho optimismo el tema del carbón, el aumento de la producción, las nuevas inversiones son indicadores muy positivos para Colombia.

Recientemente el Gobierno Nacional logró resolver el problema del Ferrocarril del Magdalena. Fue una de las concesiones que encontramos en litigio hace cuatro años y se superó totalmente. Salieron los socios de la concesión, entraron como socios todos los productores de carbón del Cesar, se aumentó la tarifa que le pagan al Estado por cada tonelada transportada, con ese recurso el Estado se propone recuperar el ferrocarril hacia el sur, de Chiriguaná buscando la Dorada, yo creo que queda el camino despejado para que en el futuro se pueda pensar en llevarlo nuevamente a los Llanos del Tolima y al departamento del Huila.

Los dos concesionarios se han comprometido a hacer unas obras de intercambio de vagones en las estaciones en la primera etapa, y en una segunda etapa construir la segunda línea.

Con las primeras obras podríamos pasar de una capacidad de transporte de 22 - 25 millones de toneladas año, a una capacidad de transporte de 40 millones. Y con la segunda línea a una capacidad de transporte de más o menos 66 millones de toneladas.

Hablando solamente del carbón del Cesar que sale por el ferrocarril a los puertos de Santa Marta.

Y estamos en el proceso de resolver el problema portuario de Santa Marta, para evitar el impacto negativo del carbón en las playas turísticas. Ya allí hay varios diseños, hay unas concepciones muy bien logradas por parte del Ministerio de Transporte, con la supervisón del Ministerio de Minas, y hay unas conversaciones iniciadas con los usuarios de esos puertos.

Y vemos con mucho entusiasmo el futuro de los combustibles biológicos en nuestro país. Aquí está el señor ex senador Amílcar Acosta, uno de los pioneros del tema. Fue el motor de la ley que creó la obligación de mezclar alcohol carburante a los combustibles fósiles en nuestra Patria.

Y hace cuatro años, el ministro Luis Ernesto Mejía emprendió el camino que faltaba, el camino de los estímulos tributarios, hoy vigente, el camino de las normas técnicas, debidamente aprobadas, y el camino de las fórmulas de precio. Y hoy el país está produciendo alrededor de millón 50 mil litros de alcohol carburante al día. Y hay muchos proyectos.

Si ustedes me preguntaran: ¿productos para el futuro inmediato de Colombia?, yo diría: combustibles biológicos. El país tiene todas las posibilidades. Para satisfacer el mercado interno hay que producir muchísimo más, y hay muchísimas oportunidades en el mercado externo. El TLC nos permite, desde la hora cero, enviar todos los combustibles biológicos que pudiéramos enviar a los Estados Unidos con cero arancel.

Hay muchos proyectos. En Diciembre, hace una hora escuchamos la confirmación, debe empezar a funcionar la primera planta de alcohol carburante a partir de yuca en Puerto Gaitán, con una producción inicial de 20 mil litros al día.

En el Cesar, donde había una producción de alcohol a partir de caña, ya se está produciendo alcohol de yuca, y aspiramos que eso crezca. Tendrá el Cesar otra planta, la primera planta de biodiesel a partir de aceite de palma africana, en los próximos meses.

Y confiamos que el sector privado, con los estímulos tributarios vigentes en Colombia, con los apoyos del Gobierno Nacional y de los gobiernos departamentales y locales, nos ayude a instalar muchísimas plantas en el cuatrienio que viene.

Particularmente tenemos la firma voluntad política de sacar adelante cuatro plantas en el Caribe colombiano. Una en el Atlántico, otra en Bolívar, otra en Sucre y otra en Córdoba.

Están dadas todas las condiciones de estímulos al sector privado, y en nombre del Estado promotor, que debe intervenir allí donde no hay suficiente empresarismo, estamos fortaleciendo un fondo de capital de riesgo, de FINAGRO, a fin de que en el momento que sea necesario el Estado haga unos aportes de capital de riesgo, con vocación transitoria, para sacar adelante una de estas plantas.

He pensado que deberíamos invertir esos recursos de capital de riesgo inicialmente en Sucre, la tierra del ex Ministro Carlos Martínez Simahan, que aquí nos acompaña. Y hacerlo a base de yuca.

Y el Estado, con incentivos como el ICR, el Incentivo de Capitalización Empresarial, y los créditos del Banco Agrario y de FINAGRO, estimula las siembras de lo que son las materias primas, los insumos para estas plantas de combustibles biológicos. Allí vemos, pues, una gran posibilidad.

Yo le preguntaba al ministro Luis Ernesto: Ministro, cuando a mí me preguntan los periodistas: dígame lo malo de su Gobierno. Pues, hombre, a uno le queda muy difícil porque uno siempre es vanidoso. Y uno vive de combatiente, entonces el combatiente no ve seguramente tanta cosa mala. Pero el Ministro es más gordito que yo y menos vanidoso. Y me dijo que estaba preocupado porque teníamos atrasos en la parte minera, que es un componente bien importante de este Congreso.

Entonces mi pedido a ustedes es que nos ayuden con las conclusiones de este Congreso, para el programa minero que debemos sacar adelante en el cuatrienio que empieza el 7 de agosto. El Gobierno estará muy atento a recoger esas inquietudes, a ver cómo las incorporamos en ese programa.

Sé que el doctor Aurelio no las hará llegar, y queremos en un proceso dinámico, creativo, de concertación con ustedes, buscar implementarlas.

Quiero desearles muchos éxitos en las deliberaciones que empiezan. Estaremos atentos a sus conclusiones, y muchas gracias por realizar de nuevo este Congreso, aquí en nuestra querida Cartagena.

Muy amables, muchas gracias.

 
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