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CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Mayo 01 de 2006 (Sogamoso – Boyacá)


Compatriotas:

Es muy grato para el Gobierno Nacional, muy, muy grato celebrar este primero de mayo, Día del Trabajo, aquí en Paz del Río.

En primer lugar, quiero agradecer inmensamente a nuestro arzobispo, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, la celebración de la Santa Misa aquí bajo el techo de esta bodega de Paz del Río, en compañía muy honrosa de la representación de sus trabajadores y pensionados, en este Día del Trabajo, que nos da para muchas reflexiones.

Compatriotas, queremos una Colombia sin exclusiones, una Colombia sin odio de clases, una Colombia de relaciones fraternas, cristianas entre empleadores y trabajadores.

¡Qué buen símbolo para esto, el de haber antecedido cualquier idea sobre el presente y el futuro laboral de la Patria con la misa que acaba de celebrar el Presidente de la Conferencia Episcopal!

Hemos hecho un esfuerzo en estos años, para lograr la protección más eficaz de los trabajadores de Colombia. Hubo años anteriores a este Gobierno en los cuales, de acuerdo con organizaciones internacionales, en nuestra Patria fueron asesinados 165 líderes sindicales. El año pasado todavía nos asesinaron 12. Hemos reducido muchísimo, de 165 a 12, pero no estamos contentos.

Estamos trabajando con toda la devoción para que llegue un día en el cual la noticia honre a nuestra Patria y podamos decir ante la faz del mundo, que en Colombia no se asesina un solo afiliado a las organizaciones de los trabajadores.

Ha sido muy difícil la conducción de la economía en estos años, inmensamente difícil el tema de la inversión, del endeudamiento, el tema del empleo. Sin embargo, permítanme decir a los trabajadores de Colombia, desde esta bodega de Paz del Río, que durante los cuatro años que han correspondido a este Gobierno, para participar en la fijación del salario mínimo, el salario mínimo en cada uno de esos cuatro años ha crecido por encima de la inflación.

Si miramos el acumulado de estos cuatro años, encontramos que el salario mínimo más el subsidio de transporte han crecido en un 31 por ciento, y el acumulado de inflación en un 23,8 por ciento. En cada uno de los años de este Gobierno se ha fijado el salario mínimo por encima de la inflación, y el acumulado es salario mínimo más subsidio de transporte, ha crecido 31 por ciento, inflación 23,8 por ciento. Por supuesto no estamos contentos.

La remuneración de los sectores sociales y trabajadores, en una Patria con tanta pobreza, tiene que mejorar más aceleradamente. Destacó también la circunstancia de que para haber aumentado el salario mínimo por encima de la inflación ha sido muy importante la reforma laboral, que también ha sido muy importante para esa revolución que se ha venido presentando en el Sena, con el número de aprendices, con el Fondo Emprender. Antes de esa reforma de este Gobierno, Colombia tenía poco más de 20 mil aprendices, hoy tiene más de 100 mil.

¡Qué bueno para la productividad, qué bueno para la formación laboral, qué bueno para la generación de empleo!

Antes de este Gobierno no existía el Fondo Emprender. Creamos la obligación a los empleadores de financiarlo ¿cómo? Cuando ellos no tengan un aprendiz por cada 20 trabajadores, deben pagarle una cuota equivalente al costo de ese aprendiz al Sena, con eso nutre el Sena el Fondo Emprender.

Ese Fondo está generando más o menos 40 mil millones (de pesos) por año. Vemos en todas las regiones de Colombia una gran tarea ciudadana, una gran movilidad ciudadana para presentar proyectos de emprendimiento.

Ha sido tan importante la motivación, que hoy los proyectos de emprendimiento rebasan con creces las disponibilidades del Fondo Emprender, por eso Colombia tiene que pensar –y lo vamos a lograr antes del 7 de agosto- en un nuevo paso: el Banco de las Oportunidades, para que trabajando con el Sena se pueda masificar lo que es el crédito popular, lo que es la posibilidad de ofrecer crédito a los nuevos emprendedores.

Quiero destacar en este acto el compromiso con el sindicalismo de participación. Yo creo que es la época de dejar atrás tanto el egoísmo empresarial, para negar el espacio a las organizaciones sindicales, como el viejo modelo sindical de reivindicación: ni lo uno, ni lo otro.

En una sociedad regida por unas relaciones de producción entre empleadores y trabajadores, cristianas y fraternas, no puede haber desconocimiento a las organizaciones sindicales, ni tampoco las organizaciones sindicales pueden frustrar el crecimiento de la economía, la consolidación de las empresas.

Por eso, el Gobierno desde un principio ha venido estimulando el contrato sindical. Recientemente, como lo acaba de informar el doctor Carrillo, del Ministerio de Protección Social, expedimos un decreto de gran importancia que lo reglamenta.

El contrato sindical lo vemos muy oportuno para ese tránsito del viejo sindicalismo reivindicatorio a las nuevas formas de participación de los trabajadores.

Tenemos 20 ejemplos importantes de contratos sindicales que empiezan a tener éxito en Colombia, aquí los tenemos en un listado, que para no fatigarlos a ustedes me permitiré leer tres, o cuatro, o cinco de estos contratos sindicales.

En la Empresa General de Equipos de Colombia y el Sindicato Nacional de Trabajadores (Sintragecolsa), se firmó el contrato sindical el 11 de septiembre de 2002, el primero de este Gobierno.

El segundo, en el Ingenio Mayagüez. Entre esa entidad y el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Dulce, se firmó el contrato sindical el 27 de febrero de 2003. Y así venimos avanzando.

Por ejemplo, se han firmado contratos sindicales entre el Hospital Ramón González Valencia y Anthoc (Asociación Nacional de Trabajadores de Clínicas y Hospitales de Colombia).

Este Gobierno se ha dado a la tarea de sacar adelante los hospitales públicos. Hemos tenido un gran aliado: el señor Gobernador de Boyacá, el doctor Jorge Eduardo Londoño Ulloa.

Ha sido grato el esfuerzo del Presupuesto Nacional, para apoyar a Boyacá, porque ese dinero Boyacá lo ha aplicado bien, y Boyacá hoy empieza a tener una red hospitalaria pública que está saliendo adelante.

Faltan puntos, faltan pasos. Ayer, por ejemplo, escuchamos críticas que se que el señor Gobernador, con el apoyo del señor Ministro de Protección van a superar. Falta todavía dotación a hospitales, etcétera, pero hemos sacado adelante en el país 126 hospitales públicos.

¿Qué proponemos hoy? Que esos hospitales públicos le abran un gran espacio al contrato sindical. Que los nuevos hospitales públicos, producto de la reestructuración de los antiguos hospitales públicos que estaban agónicos, no vinculen a sus trabajadores exclusivamente con las cooperativas, que lo hagan a través del contrato sindical.

El contrato sindical permite garantizar que esos hospitales públicos tengan equilibrio fiscal, sean austeros, no tengan politiquería. Que esos hospitales públicos estén al servicio, no de excesos sindicales, no de intereses politiqueros, no de politiquería, sino al servicio de la comunidad. Y al mismo tiempo permite la presencia de la organización sindical, ya no a través del viejo esquema de la contratación reivindicatoria, sino por intermedio del nuevo esquema en el cual la organización sindical con sus trabajadores, se compromete a realizar la prestación de servicios para el nuevo hospital, o a ejecutar obras para el nuevo hospital.

Mi invitación a los colombianos, hoy en este primero de mayo, es que generalicemos ese contrato sindical que ya tiene muy buenas experiencias en Colombia.

Hace poco en Popayán, el sábado antes del Domingo de Ramos, cuando realizábamos un consejo comunitario para invitar a los compatriotas a volcarse a Popayán para la Semana Mayor, podíamos verificar cómo el hospital de Popayán ha venido saliendo adelante, gracias a que se reestructuró. Y ahora presta sus servicios por intermedio de contratos sindicales con las organizaciones de trabajadores. Ese es un gran modelo, fraterno, cristiano para replicar en toda Colombia.

Yo he trabajado toda mi vida por el cooperativismo, es otra expresión cristiana para sintetizar lo que en algún momento de la historia pudo ser el enfrentamiento entre el capital y el trabajo. Para buscarle salidas al antagonismo entre lo público y colectivo y lo privado, que no puede ser individualista.

Creo profundamente en el cooperativismo, pero el cooperativismo no puede abusar, ni tampoco puede ser la única manera de vinculación de trabajadores. No puede abusar. No se pueden utilizar cooperativas para evadir salarios, no se pueden utilizar cooperativas para evadir prestaciones, no se pueden utilizar cooperativas para evadir la afiliación a la seguridad social. No se puede acudir a cooperativas, para evadir el pago de los parafiscales al Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas de compensación familiar.

Encontramos un problema muy grave, un gran crecimiento en las cooperativas, pero sin cumplir sus obligaciones sociales. No había habido manera de tramitar una ley que pusiera las cosas en su punto.

¿Qué hizo el Gobierno?, examinamos la modalidad del reglamento constitucional, esto es la figura mediante la cual el Gobierno puede reglamentar unos principios constitucionales, cuando esas normas constitucionales no refieren expresamente a la ley como instrumento de desarrollo a través del reglamento. Y por intermedio de ese reglamento constitucional, definimos lo siguiente: las cooperativas de trabajo asociado están obligadas a pagar la afiliación social de sus asociados, la afiliación a la seguridad social. Están obligadas a pagar las contribuciones parafiscales al Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas de compensación.

Hago un llamamiento a mis compatriotas, para que en la reestructuración empresarial, le demos énfasis a la figura del contrato sindical. Eso nos permite reconocimiento y participación de las organizaciones de los trabajadores, y una nueva modalidad de entendimiento fraterna y cristiana, entre empleadores y trabajadores.

Y hago un llamamiento para que las cooperativas regresen a su cause, para que en todas las cooperativas de trabajo asociado, cumplan con la obligación de pagar las prestaciones a sus asociados, de no postrar los salarios. Cumplan con la obligación de pagar la afiliación a la seguridad social, y cumplan con la obligación de pagar las obligaciones parafiscales. Porque este país no puede pensar en eliminar el Sena, hay que crecerlo más. Este país lo que tiene que hacer es fortalecer Bienestar Familiar, fortalecer las cajas de compensación. Y por eso necesitamos que todo el mundo cumpla con sus obligaciones parafiscales frente a estas instituciones.

Tenemos magníficos ejemplos de sindicalismo de participación.

Y déjenme referir a otro tema, al tema de la carrera administrativa. Este Gobierno ha sido especialmente cuidadoso en impulsarla, para que los ciudadanos entren al Estado por méritos, no simplemente por recomendación política.

Desde Paz del Rio, anuncio que hemos tomado dos decisiones que nuestra bancada parlamentaria, procurará sacar adelante en el Congreso de la República, en el beneficio de los trabajadores:

Primera decisión, que los trabajadores y empleados civiles de las Fuerzas Armadas y de Policía, no tengan que ser sometidos a los concursos ordinarios de la carrera administrativa. Que en virtud de las características especiales de un oficio relacionado con la seguridad nacional, como es la prestación de obligaciones laborales en las fuerzas militares y de policía, su vinculación se rija por un sistema especial de selección.

Segunda decisión: los miles de trabajadores provisionales del Estado colombiano, han dicho que a ellos se les debe respetar la experiencia acumulada en la provisionalidad, que por lo tanto no se les debe dar un tratamiento de común y corriente para el acceso a través de la carrera administrativa, a cargos estables, cuya estabilidad esté protegida por la carrera administrativa.

El Gobierno Nacional acepta este pedido de los empleados del Estado que están en provisionalidad, y hemos tomado la decisión de impulsar en el Congreso de la República, una norma para que la experiencia de los funcionarios provisionales del Estado, los exima de lo que es la prueba básica en los concursos de carrera administrativa.

Invito desde Paz del Río a los empleadores y a los trabajadores de Colombia a un pacto social de un solo punto, a un pacto social para que todos los empleadores de Colombia acepten que aquellos trabajadores que están como temporales desempeñando oficios de naturaleza permanente, sean enganchados de inmediato como trabajadores a término indefinido.

Si queremos una sociedad regida por la fraternidad, el espíritu cristiano no en el discurso sino en la práctica, en las relaciones entre empleadores y trabajadores, hay que ser consecuentes. La temporalidad es para atender picos estacionales en la demanda de la producción, la temporalidad es para emergencias, la temporalidad es para ajustes transitorios, la temporalidad no es para evitar el salario, la temporalidad no es para evitar las prestaciones, la temporalidad no es para maltratar a los trabajadores, manteniéndolos en acoso, en angustia, porque no saben en qué momento esa precaria vinculación temporal termina causando que la familia quede sin ingresos.

Vamos a invitar constantemente todos los días, y hacer un seguimiento desde el Ministerio, con los gremios y con los sindicatos, para que le vayamos anunciando al país, cuántos trabajadores temporales, en cada empresa, en cada renglón de la producción están siendo ya aceptados como trabajadores permanentes. Eso tranquiliza a la familia del trabajador temporal, porque al ser permanente, la familia ya tiene la garantía del ingreso, la garantía de la seguridad social, y es útil para la empresa. Nada mejor para una empresa que las relaciones fraternas con los trabajadores.

Es útil para la empresa, porque en el trabajador temporal la empresa no se nutre de esa experiencia que si la alimenta y le mejora la productividad y el rendimiento cuando el trabajador es permanente y puede aplicar para el bienestar de la empresa la acumulación de conocimientos que se traduce en productividad.

Un pacto social de un solo punto, un pacto social de un solo punto y eso ayudaría mucho a construir esta Colombia fraterna, esa Colombia cristiana en la práctica, esa Colombia sin exclusiones y sin odio de clases. Un pacto social de un punto que todos los empleadores vinculen como trabajadores permanentes a los trabajadores temporales que están hoy vinculados como temporales, pero que en la práctica realizan oficios que corresponden a naturaleza de oficios permanentes, pero que lo hagamos.

Y quiero referirme apreciados trabajadores y empleadores de la Patria, desde Paz del Río, a otro tema trascendental: el empleo. Años muy difíciles. Recordemos de dónde vinimos, está Patria estuvo cerca de tener niveles de desempleo del 20 por ciento. Marzo acaba de marcar el 11,3, todavía es muy alto el desempleo, pero es diferente al 20 por ciento. ¿Qué ha pasado? La Seguridad Democrática, la mayor confianza en la inversión en Colombia, el esfuerzo conjunto de empleadores y trabajadores ha permitido avanzar muchísimo.

Quiero compartir con ustedes este cifra: en 2002, en marzo Colombia tenía 16 millones 654 mil trabajadores, este año 18 millones 505 mil. Se ha creado durante este Gobierno un total de un millón 951 mil nuevos empleos. No es suficiente pero es un gran avance.

Y miremos qué ha pasado en la afiliación a la seguridad social. Hoy no solamente hay un millón 951 mil nuevos trabajadores en la Patria, sino que hay dos millones y medio de nuevos beneficiarios del régimen contributivo de salud. Hoy no solamente hay un millón 951 mil nuevos trabajadores en la Patria sino que hay más de un millón de nuevos afiliados al sistema general de pensiones y al sistema general de riesgos profesionales. También las cajas de compensación registran que hoy hay más de 700 mil nuevos trabajadores afiliados a las cajas de compensación.

El subempleo en comparación con el 2002 ha cedido, pero no lo suficiente, sin embargo déjenme destacar un aspecto positivo, hoy dos millones de trabajadores, de una cifra mucho mayor que en 2002 decía que no estaba trabajando suficientes horas, hoy dos millones de aquellos que contestaban que no tenían suficientes horas de trabajo hoy contestan que sí.

Hemos creado un millón 950 mil nuevos empleos y dos millones de trabajadores que trabajaban tiempo parcial ya hoy son trabajadores de tiempo completo, a pesar de todo lo que falta. Esto demuestra que si trabajamos bien, con mejor pulso, con más buena letra en nuestra Patria, vamos a sacar adelante el sueño de un país con empleo suficiente, digno, estable, bien remunerado, con contratos sindicales de participación de trabajadores y un punto que es muy importante: el TLC ayuda a los derechos de los trabajadores, porque los países al firmarlo definimos que si el otro país viola los derechos de los trabajadores, eso autoriza al otro país a negar que a su mercado entren productos de aquel país que viola los derechos de los trabajadores.

En Colombia la Constitución, la Ley, el Ministerio, los sindicatos, las convenciones, los pactos, protegen los derechos de los trabajadores. Estos tratados internacionales como el TLC, se convierten en un factor adicional de protección de los derechos de los trabajadores. Si los Estados Unidos viola los derechos de trabajadores, el TLC nos autoriza a frenar envío de productos norteamericanos hacía acá. Si nosotros violamos derechos de los trabajadores el TLC autoriza a los Estados Unidos a impedir que los colombianos enviemos nuestros productos hacía allá. Si aquí producimos bienes de exportación con trabajo ilegal de niños que deben estar estudiando los Estados Unidos validamente a la luz del tratado puede frenarnos el envío de esos bienes al mercado norteamericano.

Déjenme pasar a Paz de Río. En primer lugar los felicito de todo corazón por esta tarea, una tarea ejemplar. Hace 4 años en Bogotá me decían: no insista en Paz del Río, es un cadáver insepulto. Hoy es una empresa recuperada y con futuro, los felicito a todos. Felicito a los trabajadores y a su sindicato. Felicito a los pensionados y a sus organizaciones. Felicito a la administración. A su gerente actual, Luis Guillermo Parra Dussan, a su junta directiva. Felicito a la Iglesia que nos ha ayudado, a la Gobernación de Boyacá.

Agradezco a mis compañeros del Gobierno, inicialmente al doctor José Roberto Arango, ahora al equipo encabezado por Juan Lozano, por esta tarea a favor de Paz del Río. Ha sido un modelo de recuperación empresarial excelente, excelente.

Cuando me encuentro por estas calles de Belencito con trabajadores y sus familia y veo caras alegres, niños con ilusión, comparo con aquella expresión lánguida de hace 4 años, de incertidumbre, de perplejidad, ¡qué bueno esta evolución!

Pero hablemos del futuro. ¿Puedo presentarles una propuesta atrevida? Tómenla en borrador, no me contesten ahora, si no están de acuerdo con ella la descartan, es muy atrevida, es para los trabajadores y los pensionados, no vendan la empresa, no la vendan. Y se los voy a decir no para generar controversia sino para ayudar en la discusión.

He preguntado: ¿la empresa tiene futuro o no tiene futuro? y todos me han dicho: tiene mucho futuro. Entonces es la primera razón. Si hoy viéramos una empresa sin futuro, con una coyuntura de especulación precios de acciones y a mí me preguntaran: mire Presidente ¿qué recomienda el Gobierno, la empresa no tiene futuro pero hay una oportunidad para venderla porque hay mucha especulación en el mercado de acciones? Yo diría: véndanla. No vacilaría en decir: véndanla. Pero a mí me dicen lo contrario. A mí me dicen: la empresa tiene futuro.

El mundo está ansioso de encontrar proyectos siderúrgicos Acerías Paz del Río. Lo necesitan los chinos, los asiáticos en general, la economía norteamericana, los grandes capitales del Brasil, de Europa quieren invertir en estas empresas, si tiene futuro y la estamos recuperando. No la vendan los trabajadores, no la vendan los pensionados.

A mí me gusta mucho aplicar algo que decía uno de mis profesores de liderazgo, decía: miren hay que agotar cuatro etapas, primero observar, segundo indagar, tercero dar ejemplo y cuarto dar órdenes.

Yo observo hoy un gran ambiente en Paz del Río. Cuando indago me presentan un panorama futuro bien importante, por eso me atrevo a esa recomendación, de que no la vendan.

Y también pregunto en esa segunda recomendación de mi profesor ¿qué van a hacer con la plata? Me dicen: si los trabajadores y los empleados necesitan una plata, ¿la necesitan toda? Que quieren ahorrar, que quieren invertir en otras cosas, y les he dicho: si esta empresa tiene futuro ¿qué mejor posibilidad de inversión tienen que dejar la plática en Paz del Río?

A mi me da miedo que se la gasten por ahí en motos o en carros. Si esto fuera un mal negocio hay que buscar alternativas de inversión, pero si es bueno, déjenme decir una cosa coloquial, hogareña, cuando un padre de familia ha constituido un buen patrimonio para la familia y llega un hijo calavera y dice: denme lo mío, saca su plática del patrimonio de la familia, cree que va a hacer maravillas y a los dos o tres años está quebrado. Lo mejor es dejar la platica en el patrimonio familiar, en la olla grande. Ustedes tienen acá un patrimonio familiar muy importante, una olla grande y muy importante que es Paz del Río, cuídenla como tal.

Entonces en una muy constructiva discusión, más que discusión análisis esta mañana, con el señor Presidente de la compañía, con el Presidente de la junta y con su junta, me decían dos cosas en la cual tienen ellos toda la razón: decían, esta empresa que tiene muchos valores, valores adicionales a lo que es el negocio central siderúrgico, valores con los que no cuentan las mayorías siderúrgicas del mundo, es una empresa que debe entrar en las grandes ligas. Eso necesita una gran inversión, un horizonte de muy largo plazo, pero también los trabajadores están demandando platica, porque la necesitan.

Yo después de ese análisis y de escucharlos e indagarles creo en lo siguiente: por qué no piensan en este esquema, -ojala esto lo estén grabando-, si no sirve, olvídense que yo les dije.

Por qué no toman una decisión más o menos con estos puntos: primero, no vendan. Ustedes tienen aquí el mejor patrimonio familiar, no se salgan de él. Segundo, busquen una gran empresa, seria, de las grandes ligas siderúrgicas que capitalice. Tercero, invítenla, díganle venga, sea socio nuestro pero no le vamos a vender. Usted va a entrar aquí a ayudarnos a que esto tenga mucho futuro, invierta y administre. Hacen con esa empresa, la seleccionan de manera transparente, doctores tiene la santa madre Iglesia, encontrarán la manera de seleccionarla.

Entonces hacen con esa empresa un acuerdo de accionistas para que aquí, conservando los trabajadores y los pensionados su participación, ojala Boyacá, el Gobierno no se saldría hasta que esté todo resuelto, se haga una cuerdo de accionistas entre los actuales accionistas, trabajadores, el 20 por ciento de Boyacá, ese 7 ó 9 por ciento del Gobierno y el accionista nuevo que vaya a entrar, para que él, sin que le tengamos que vender, así sea un accionista minoritario, a través de un aporte para capitalizar la empresa, le permitamos en ese acuerdo de accionistas que no obstante que sea socio minoritario, tenga todas las facultades para dirigir la empresa.

Porque nadie va a poner plata como socio estratégico si no la dejan dirigirla. Entonces así se combinarían dos intereses, serían satisfechos: el interés de que no salgan los trabajadores y el interés de tener un socio estratégico que permita que la empresa entre en las grandes ligas.

En seguida viene el tema de los trabajadores como trabajadores. Seguramente ahí se va a plantear un tema, el de convertir en permanentes algunas cláusulas de la convención que se suspendieron, y el de proveer a los trabajadores con más ingresos, porque tienen necesidades, busquemos eso.

Yo decía esta mañana, ¿por qué no les hacen un reparto de dividendos?, me contestaron con razón: porque la empresa está en Ley 550 y no se puede, hasta que pague. Decía, ¿por qué no le resuelven a los trabajadores el problema de una platica que necesitan?, con lo que sería un anticipo de dividendos, un anticipo contra los dividendos que les paguen en el futuro, cuando ya salgan de la Ley 550, y me decían, tampoco se puede, no lo permite la ley.

Y les dije: ¿por qué no lo hacen a través del fondo de préstamos?, esa es una posibilidad. Ahora que la empresa está bien, que se aumente el fondo de préstamos para que le entreguen a los trabajadores una platica, resuelvan problemas que tienen y los trabajadores lo pagarían en el futuro, cuando concluida la Ley 550, ya puedan empezar a percibir dividendos.

Yo creo que sentados todos constructivamente a mirar cuál es el camino para aliviar la falta de ingreso para los trabajadores, se encuentra una solución. Esta que les cito puede que no sea la solución, simplemente la menciono como una de las opciones. Pero algo que necesita la vida en todos los aspectos, y sí que se requieren estos aspectos empresariales, es la actitud de no tener la mente cerrada, sino la mente abierta con mucha imaginación a buscar opciones.

Esa es mi propuesta, conserven la empresa no la vendad, es el mejor patrimonio que hoy tienen. Los analistas dicen que tiene futuro, para qué van a salir de ella. Se meten una platica al bolsillo y de pronto la botan. Yo no veo hoy en Boyacá mejor alternativa para ustedes, si se cumple lo que me han dicho que esta empresa tiene este futuro, que conservar la platica aquí.

Consigan un socio estratégico, hagan un acuerdo para que él capitalice y le permitan manejar. Orientar esto, ejercer derechos administrativos sobre la empresa. Un socio serio con buena reputación en el mundo. La misma iglesia ayude a encontrarlo para que sea garantía para el país, para Boyacá, para Paz del Río, para los trabajadores, para los pensionados. No un aparecido, sino un socio serio. Y busquemos un mecanismo para ayudar a resolverle ese problema de falta de liquidez a los trabajadores. Allí puede haber varias maneras de lograrlo.

Era mi propuesta apreciada familia de Paz del Río, en este primero de mayo para que esta empresa siga adelante.

Muchas gracias.

 
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