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CONSEJO COMUNAL DE GOBIERNO # 13
Temático – Agricultura
Noviembre 18 de 2006 (Arjona – Bolívar)

Compatriotas:

Nos honra mucho reunirnos hoy en este municipio de Arjona, tan importante en la historia de la República, para examinar temas del sector agropecuario.

Hace muchos meses la Alcaldesa (Zoraida Correa Pereira) y un hijo muy destacado de Arjona, el Gobernador de Bolívar (Libardo Simancas Torres), nos habían pedido celebrar este Consejo Comunitario en el municipio. Llegamos hoy a cumplir esta cita con afecto por esta tierra.

Y muchas gracias a los compatriotas de las diferentes regiones que hasta aquí se han desplazado. Por ejemplo, hay esfuerzos tan grandes como el que veo de nuestras compatriotas de los Consejos Comunitarios Afrocolombianos de Buenaventura o de los gremios de productores de papa de Nariño que se hacen hoy presentes aquí y les agradecemos, de corazón, el esfuerzo del desplazamiento.

EXTENSIÓN DEL APTDEA

Esta semana hicimos una nueva ronda en los Estados Unidos para poder avanzar en el tema de la extensión de las preferencias y en el tema del Tratado de Libre Comercio (TLC).

El Congreso de Estados Unidos, el anterior, se volverá a reunir entre el 4 y el 11 de diciembre, estaremos totalmente atentos a buscar que se extiendan las preferencias no solamente para nuestro país, también para nuestros hermanos Andinos, para Perú, para Ecuador, para Bolivia, las necesitamos para todos. Las preferencias sustentan hoy 600 mil empleos en Colombia y eso, a su vez, sustenta un gran ingreso para la economía en su conjunto.

Esta semana, en el diálogo con voceros de las diferentes bancadas del Congreso norteamericano, hacíamos ver que la extensión de las preferencias no es solo un requisito de justicia para compensar –como se ha dicho- nuestra lucha contra el narcotráfico, sino también un requisito de justicia para equilibrar la balanza comercial entre Estados Unidos y Colombia.

Tuvimos oportunidad de expresarle unos conceptos, sustentados en cifras, a nuestros interlocutores de los Estados Unidos. Cuando uno le da la primera mirada a la balanza comercial bilateral entre Colombia y Estados Unidos, aparece que fuera favorable a Colombia, aparece un superávit para Colombia, más o menos 9 mil millones de dólares de exportaciones colombianas a los Estados Unidos, más o menos 6 mil millones de dólares de importaciones colombianas provenientes de los Estados Unidos.

Entonces hasta ahí uno se dice: bueno, a Colombia le está yendo muy bien, tiene una balanza superavitaria. Pero cuando esa balanza se empieza a desagregar, los resultados que aparecen empiezan a tornarse contrarios a Colombia, deficitarios para Colombia. Solamente al restar lo que Colombia le vende en petróleo a los Estados Unidos, la balanza ya es negativa para Colombia y cuando restamos lo que Colombia le vende en carbón a los Estados Unidos, la balanza es todavía más negativa para Colombia.

Entonces, le hemos dicho a los interlocutores norteamericanos que la posibilidad de que esa balanza se equilibre, vía preferencias, vía el TLC, es una razón de equidad en las relaciones bilaterales entre Colombia y los Estados Unidos, en las relaciones entre los Estados Unidos y nuestra región.

Expusimos que, si bien Colombia y Perú han avanzado en los acuerdos de comercio –ya firmado por Perú, a firmarse entre Colombia y los Estados Unidos el 22 de noviembre-, las preferencias se deben extender también a la hermana República del Ecuador y a la hermana República de Bolivia. Con Ecuador están suspendidas las negociaciones de comercio con los Estados Unidos y Estados Unidos y Bolivia aún no las han iniciado. Creemos que el tratamiento prudente, el tratamiento delicado para estimular unas buenas relaciones entre los Estados Unidos y la región, debe considerar en los Estados Unidos la necesidad de extender esas preferencias a Ecuador y a Bolivia.

Además, así lo hemos expresado y ha sido nuestra lucha en los Estados Unidos, porque no quedaría bien que por un lado actuemos en la Comunidad Andina, estemos todos los días manejando temas difíciles en la Comunidad Andina con Ecuador, con Bolivia y con Perú y que al momento de solicitar las preferencias, nos olvidáramos de nuestros hermanos ecuatorianos y bolivianos.

De ahí, apreciados compatriotas, que nuestra insistente lucha ha sido para que esas preferencias se concedan a favor de todos los países Andinos.

Quisiéramos ver un momento en que también Venezuela estuviera en el tema. Nosotros miramos la región con todo el afecto, en los problemas colombianos un interés fundamental de nuestra política exterior es colaborar en la construcción de armonía. En lugar de estimular polarizaciones en Continente, nuestro esfuerzo ha sido para estimular armonía. Prudentemente, reiteramos –desde Arjona-, que deseamos que las cosas tomen un giro constructivo para que en algún momento la República Bolivariana de Venezuela –hermana nuestra- y los Estados Unidos –aliado nuestro- puedan tener un mejor entendimiento en esta materia comercial.

APROBACIÓN DEL TLC

Y hemos expresado a los Estados Unidos que en Colombia se ha hecho un gran esfuerzo por el TLC, que hay sectores que se han expuesto a riesgos, que el país, todo, ha comprendido en medio de angustias y de algunas dudas la importancia del TLC y que no entenderíamos que hubiera una injustificada demora en su aprobación en lo que allí falta, quedará faltando, después de la firma.

Hemos entendido, desde el principio de nuestro Gobierno, que las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos no son relaciones entre los Gobierno de turno sino relaciones entre los dos Estados, esas relaciones entre los Estados trascienden las coyunturas de los Gobierno de turno. También hemos entendido que tiene que haber una política bipartidista de los Estados Unidos hacía Colombia, como reflejo de esas relaciones de Estado a Estado. Y eso sería lo congruente con lo que ha sido el curso normal de esas relaciones.

El Plan Colombia fue aprobado allí por la administración Clinton, Demócrata y continuado allí por la administración Bush, Republicana. Unas primeras preferencias fueron introducidas antes de la administración Bush y hace cuatro años, cuando hacíamos el empalme –después de nuestra elección en mayo de 2002-, nos correspondió la lucha por conseguir la extensión de las preferencias, el tránsito del antiguo sistema de preferencias que se llamaba ATPA, al nuevo sistema de preferencias que se llama ATPDEA.

Además, a lo largo de estos cuatro años, nosotros hemos procedido con toda la prudencia en los Estados Unidos, estimulando que allí haya un consenso frente a Colombia y frente a la Región.

Siempre hemos procedido con el buen cuidado de reunirnos con el Gobierno y con otros líderes tan importantes e influyentes como el ex presidente Bill Clinton, de reunirnos con la bancada Republicana y también con la bancada Demócrata. Ha sido un diálogo permanente, con todos, buscando construir unas relaciones más sólidas en el concepto que sean relaciones de Estado a Estado.

A mi me preocuparía mucho que por una tendencia proteccionista en los Estados Unidos, tuviéramos dificultades para la aprobación del TLC. Pienso que no sería un buen gesto a la región, que no sería un buen gesto para países como Colombia, que tienen que hacer tantos esfuerzos en la lucha contra el terror, estimulado por las drogas ilícitas.

Pienso que además, negar el acceso a ese mercado, es negarnos las posibilidades de inversión y es negarnos la posibilidad de que más productos colombianos lleguen a Estados Unidos a compensar, siquiera parcialmente, todo aquello que históricamente les hemos comprado en bienes de capital, en bienes intermedios, en materias primas y aún en bienes de consumo final.

Seguiremos en la tarea, primero con toda la angustia para que antes de la disolución del viejo Congreso norteamericano en diciembre, queden aprobadas las preferencias y para que el año entrante se apruebe el Tratado de Comercio.

Expresábamos esta semana, que las preferencias son un imperativo de coyuntura, pero que el Tratado es la solución de fondo.

Las preferencias son un imperativo de coyuntura, porque de no extenderse, podrían verse afectados 600 mil empleos en Colombia. Además, correríamos muchos riesgos si ahora las preferencias no se extendieran, así fuera que el año entrante le dieran al TLC un tratamiento retroactivo.

Hace cuatro años las preferencias no se extendieron antes de su vencimiento y después, cuando fueron aprobadas, les dieron un tratamiento retroactivo y Colombia pudo sortear eso, se le reembolsaron aranceles que en ese intervalo habían pagado sectores como el sector de las flores. Pero hoy sería mucho más difícil, porque hoy, al amparo de estas preferencias no estamos exportando solamente flores sino muchos otros productos. La evolución ha sido que hace cuatro años, con el viejo sistema de preferencias, se favorecían alrededor de 5 mil productos colombianos, hoy más de 6 mil.

Hoy tenemos una gran exportación de confecciones, solamente las confecciones pagan –para acceder al mercado de Estados Unidos- un arancel del 20 por ciento, muy superior al arancel del 7 por ciento de las flores.

De allí el peligro de que la solución sea que no se apruebe ahora en diciembre sino que se apruebe el año entrante y que haya un tratamiento retroactivo. Muchos exportadores colombianos no podrían financiar el arancel, perderían los contratos, así exista la expectativa de un reembolso posterior de esos aranceles.

De hecho ya se han perdido contratos. La incertidumbre sobre las preferencias, ha llevado a que algunas firmas norteamericanas cancelen contratos a exportadores colombianos porque los exportadores colombianos, dado el riesgo de tener que pagar los aranceles, no han podido mantenerle a esos compradores norteamericanos, unos precios competitivos con otras regiones del mundo.

Quería aprovechar la iniciación de este Consejo Comunitario Agropecuario en Arjona, para reiterarle estos motivos de preocupación a todos los compatriotas pero también tener fe en que, con nuestra dedicación, con nuestros argumentos que son razonables, vamos a salir adelante. El momento es riesgoso, pero el camino recorrido atrás y lo que estamos haciendo ahora, también son fuentes constitutivas de moderado optimismo.

Y para el sector agropecuario estos pasos son definitivos. Veo, por ejemplo, un gran crecimiento en la piscicultura. Hace pocos días, en el departamento del Huila, nos expresaban que ese departamento ha pasado de tener una exportación de filetes de tilapia, antes exportaban 6 mil toneladas, este año van a exportar 17 mil toneladas a los Estados Unidos. Eso genera mucho empleo y hay preocupación en nuestros exportadores. Piensa uno solamente en el impacto dañino que eso podría tener en el departamento del Huila.

Y una de las grandes expectativas del sector agropecuario colombiano es la expansión de la producción de biocombustibles. Hoy lo vamos a ver. Y uno de los logros del Tratado de Comercio, es el de consolidar lo que hay en materia de preferencias en biocombustibles, volverlo definitivo.

Las preferencias nos permiten enviar a los Estados Unidos los biocombustibles que seamos capaces de exportar, pero necesitamos el Tratado de Comercio para tener la certeza de que esa posibilidad no va a ser una posibilidad limitada en el tiempo, sino una posibilidad de largo plazo.

Y además los Estados Unidos lo necesitan, su dependencia del petróleo, la carestía del petróleo, las exigencias ambientales, empiezan a mostrar en los Estados Unidos y en todos los países industrializados un gran afán para sustituir petróleo por combustibles energéticos. De hecho –y lo veremos hoy-, para bien de nuestros productores de maíz y para mal de los costos de nuestros avicultores, en los últimos meses se ha presentado un notable crecimiento de la cotización internacional de maíz.

En el Cono Sur el maíz ha pasado de tener un registro de 120 dólares por tonelada a una cotización de 180, la explicación que dan es que hay una creciente desviación en usos de maíz y que se esta dedicando creciente proporción de las cosechas de maíz a la producción de etanol carburante, bien necesitado hoy en la economía mundial.

Tanto las preferencias como el TLC, en todo aquello que nos den la garantía de llegar con estos productos a los Estados Unidos, le hacen un bien a los Estados Unidos y un bien a Colombia.

A nosotros porque allí hay un renglón de la agricultura muy importante para devolverle dinamismo a la agricultura. A nosotros porque nos da alternativas frente al petróleo declinante. Y a nosotros porque nos ayuda ambientalmente. Y a los Estados Unidos por esa necesidad enorme que tiene de ir liberándose del esa gran dependencia del petróleo y tener alternativas.

Algunos colombianos nos han dicho: ‘Presidente no insista en el TLC, basta con las preferencias’. Les voy a decir porqué no, por dos razones: porque las preferencias no incluyen todos los productos que si podríamos exportar a la luz del TLC. Y segunda y más importante: porque las preferencias son transitorias y los inversionistas, uno los invita a invertir y le dicen: ‘no, a mi me da miedo, yo quiero invertir en Colombia para producir en Colombia y exportar al mercado de Estados Unidos, pero temo hacerlo bajo la regencia de las preferencias porque las preferencias son transitorias. Necesitamos –dicen los inversionistas- tener reglas de juego estable, de acceso al mercado de Estados Unidos’.

Eso es lo que marca la diferencia. Las preferencias causan susto en los inversionistas porque no tienen certeza de contar con el mercado de Estados Unidos en el largo plazo, en cambio un TLC les da la certeza de que van a contar con ese mercado y estimula las inversiones que no las estimulan las preferencias.

TRANSFERENCIAS

Ha seguido el debate sobre un tema bien importante para la vida nacional en éste momento, en el Congreso de la República, el tema de las transferencias en las regiones. No puedo desaprovechar espacio de diálogo con mis compatriotas para referirme al tema.

Apreciadas alcaldesas, apreciados alcaldes, apreciados gobernadores: lo que estamos buscando en transferencias –aprobado por el Senado de la República y que esta semana debe entrar a votación en la Comisión Primera de la Cámara, con cuyos ponentes ya tenemos un acuerdo- es equilibrado para el país.

Fomento a la descentralización, sin arruinar a la Nación. Eso tiene que ser el equilibrio.

Lo primero que se dice es: ‘va a haber recorte’. No, no hay recorte, ¡de ninguna manera! No lo ha habido. Sin incluir una fórmula, que se va a mejorar y la voy a explicar, convenida con la honorable Cámara, con su Comisión Primera y con los voceros de las bancadas, lo que aprobó el Senado, da estas cifras, claramente demostrativas de que no hay recorte.

Para el año 2006: se transfieren a las regiones 16,4 billones (de pesos). Para el 2007: 17 billones 550 mil millones (de pesos). Para el 2008: 18 billones 950 mil millones (de pesos). Para el 2009: 20 billones 380 mil millones (de pesos). Hay crecimiento permanente.

Me dicen: ‘pero es que hubiéramos ganado más con la Constitución de 91’. En teoría, hubieran ganado más en teoría, pero habría sido impagable. Hay que recordar, no solamente, el halago de esa fórmula de la Constitución de 1991 sino el fracaso.

En los años 99 y 2000, antes de este Gobierno, el país vivió una crisis económica profunda –de la cual todavía no nos hemos recuperado plenamente-: decrecimiento de la economía y se disminuyeron las transferencias. Aquellos que recuerdan la Constitución del 91 la deben recordar en las dos caras de la moneda: una fórmula aparentemente muy buena, pero también unos resultados –como en los años 99 y 2000-, desastrosos.

Esa fórmula se volvió impagable. ¿Qué hago yo si del digo al Gobernador Trino Luna, por ganarme un aplauso de él: cuente con 20 pesos para el departamento del Magdalena y a la hora de la verdad no le podemos dar sino 5? Eso fue lo que pasó con la fórmula inicial de las transferencias de la Constitución de 1991. Y entonces, cuando llego la hora de pagar, como en los años 99 y 2000, la Nación no pudo dar 20, sino tuvo que dar 5 y vino ese desastre para los departamentos y para los municipios.

Colombia es el país más descentralizado de la región. Hay que hacer una suma que no se ha hecho. Si nosotros miramos el Estado colombiano en su conjunto, el Estado –Nación, departamentos, municipios, entidades descentralizadas-, ¡óigase bien lo que reciben las regiones!: sus impuestos propios representan el 19 por ciento de los ingresos del Estado y reciben de los ingresos corrientes de la Nación un 33 por ciento. Ahí van completando un 52 por ciento de los ingresos totales del Estado.

Y a eso hay que sumarle otros ingresos que perciben: los del Fosyga para salud, los de ETESA –que son recurrentes, se dan años tras año-. Los aportes de la Nación a las universidades departamentales valen billón 700 mil millones (de pesos) este año. Y los aportes extraordinarios para planes de vías, para planes de puertos, para planes sociales, lo del Bienestar Familiar, lo del SENA.

Yo vengo de una región que ha ayudado a liderar en Colombia la descentralización. Mi carrera política se ha hecho en la parroquia, apreciados compatriotas, yo regresé del Senado de la República a buscar la gobernación de mi departamento y la única autoridad moral que tendría sería para defender la descentralización, pero creo que haría un mal servicio al país si por ganarme un aplauso momentáneo o por silenciar a los críticos, tomara la decisión irresponsable de estimular una fórmula que arruinara a la Nación.

¿Ustedes saben qué le pasa a los municipios y a los departamentos cuando la Nación se arruina? Inmediatamente, a todos les suben las tasas de interés, a todos les recortan los plazos, a todos los amenazan con cierre de acceso al crédito. Y la Nación se pone en incapacidad de pagar esas transferencias y se reducen, como ocurrió en los años 99 y 2000.

A mi como gobernador de Antioquia me tocó pagar unas tasas de interés elevadísimas para el departamento. ¡Qué dificultades! Era un DTF elevadísimo y había que pagar 8 puntos por encima. Hoy las entidades territoriales que ya han superado la crisis, que han salido del plan de desempeño, están consiguiendo créditos a una DTF que está en 6.5, 6.6 más 4.

Aquí hay varios gobernadores de la época, entre ellos el ex gobernador Tony Josame, del Caldas. Está quien era mi Secretario de Agricultura (Roberto Hoyos) y recuerda las penurias en aquella época para manejar el endeudamiento departamental.

En esto hay que ser prácticos: si nosotros aprobamos una fórmula irresponsable, la DTF que hoy está al 6 y los créditos que hoy están a la DTF más 4, más 6, más 2, más 3, inmediatamente darían un brinco alto y eso no es improbable. Hace cuatro años todavía estábamos en una crisis financiera que no hemos superado totalmente. A mi me tocó, en los primeros meses de la Presidencia hace cuatro años, enfrentar la crisis de los TES. Se pusieron al 17, ahora la Nación está colocando TES al 8, 10. Eso es más tranquilo para la Nación.

Y me decía un crítico: ‘es que ustedes prefieren Wall Street que la inversión social’. Dos respuestas: primero, esto no es un asunto con Wall Street, el 70 por ciento de la deuda del Estado colombiano es con los colombianos y el gran porcentaje de ese 70 por ciento es con los trabajadores colombianos afiliados a los fondos de pensiones. El Estado colombiano se ha endeudado con los dineros de los trabajadores, esa es la mayor parte de la deuda pública de Colombia que hay que cuidar.

Y además Colombia ha ganado confianza, que no la podemos perder y esa confianza es el mejor camino para suavizar la deuda. Mientras una Nación hermana como Argentina tiene ese problema, miren lo que nos ha pasado a nosotros: hace mes y medio nos prestaron mil millones de dólares afuera a 31 años de plazo al 7.44, para prepagar deuda.

Y hace 15 días necesitábamos los últimos 500 millones de dólares para poder asegurar el pago de la deuda del año entrante y teníamos dudas, nos preguntábamos: ¿a cómo irá a costar eso, por Dios?, tan bueno como los anteriores, no va a ser. Necesitábamos 500, nos ofrecieron 3 mil millones de dólares. Nos dieron 31 años de plazo y la tasa no fue del 7.44 sino del 7.14. Ese riego no lo puede correr Colombia. Eso que se está cosechando.

Y veamos lo social. Las trasferencias están estudiadas para que logremos, gobernadores, alcaldes y alcaldesas, plena cobertura en educación básica, plena cobertura en salud, que tendrá otros componentes como la nueva ley de seguridad social –ya aprobada por las comisiones séptimas de Senado y Cámara-.

Y un gran avance en saneamiento básico: hoy el gobernador de Bolívar y Leyla Rojas, Viceministra del Agua, van a firmar el pacto del agua para que 48 municipios de este departamento resuelvan su problema de agua.

Anoche al regresar a Cartagena del consejo empresarial de Córdoba, le dije al gobernador: ¿y en Turbaco y en Arjona, tu tierra? Me dijo: ‘allá están mejoraditos de acueducto, en el programa entran para alcantarillado’. Ahí le traen esa buena noticia Alcaldesa, usted que es de armas de tomar.

Pero Gobernador, no solamente le voy a dar la certeza de este plan que hoy se va a firmar sino otra: lo que se esta acordando con el Congreso de la República, le va a permitir a Bolívar cumplir con ese plan y le va a sobrar, porque ese plan lo estamos haciendo sobre una proyección más moderada de transferencias que lo que usted realmente va a recibir. Usted va a recibir más de lo que esta comprometiendo allí.

Eso hay que contárselo al país, yo no voy a dar esta batalla –porque me desafían todos los días con un referendo en contra- insultando personas, nunca lo he hecho, pero sí dando argumentos, ¡hechos!, porque este no es un tema de afectos o de malquerencias, sino de hechos.

Y voy a tener que abusar, cada que me encuentre un colombiano y lo salude, en un aeropuerto, en una esquina, en una plaza, le voy a echar el discurso de transferencias, porque nos toca, con toda responsabilidad, sacar estas reformas adelante para que el país salga adelante.

¡En mis manos no se quiebra la Nación, apreciados compatriotas!

Y veamos otros aspectos de la formula, miren como mejora. En la Constitución de hoy esta definido que para el año 2008 las transferencias suben inflación más 2.5, en la reforma que se tramita en el Congreso, esta para el 2008 definido inflación más 4. En el 2009, inflación más 4. En el 2010, inflación más 3.5.

Hasta ahí todo es ganancia, porque la población esta creciendo al 1.03, todo lo que excede el 1.03 y hay dos años de inflación más 4, otro de inflación más 3.5 en adelante, más 3, toda la diferencia entre esos número y 1.03 es ganancia real para la descentralización.

Y vamos a volver a atar la fórmula a los Ingresos Corrientes de la Nación pero con seguridad a los municipios. En el año 2016, la fórmula sería el promedio de los Ingresos Corrientes de la Nación, en los últimos cuatro años.

Y se acabo el albur para los municipios. Dice la Constitución actual: ‘si la economía llegare a crecer al 2 por ciento menos, se les recorta a los municipios’, eso lo eliminamos. En cambio, queda una norma que dice: ‘si la economía crece al 4 por ciento o más, ese crecimiento se refleja totalmente a favor de las regiones’.

Por ejemplo, pónganle cuidado a esta cuenta. ¿Qué esta definido para el año 2010, que será inflación más 3.5? Si ese año la economía llegare a crecer al 6, estos 2 puntos de crecimiento sobre el 4, se reflejan totalmente en las transferencias. Totalmente, no proporcionalmente. Entonces las transferencias del 2010 no serían inflación más 3.5, sino inflación más 3.5 más 2 puntos. Resultado: inflación más 5.5. Hemos aceptado que la totalidad del crecimiento económico que excede el 4 por ciento, se refleje a las transferencias a las regiones.

El país tiene casi 800 municipios, cada uno con menos de 25.000 habitantes, el 2 por ciento de la bolsa total de transferencias se lleva a esos municipios. Eso es bien importante.

Y se me olvidaba decir que en los años en que el crecimiento económico sea superior al 4, ese incremento la Constitución va a rezar –de acuerdo con el Congreso, lo ha pedido el Congreso-, lo lleven las regiones a política de niñez, lo que va a fortalecer mucho lo que se esta haciendo para lograr plena cobertura en educación básica y para ampliar la cobertura del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Yo pido la comprensión de todos mis compatriotas sobre los esfuerzos que se están haciendo con esta formula.

“ESTO NO ES UN PROBLEMA DE DISCURSOS ES UN PROBLEMA DE HECHOS”

En el día de ayer acudí a la Corte Suprema de Justicia a felicitar a la Corte por su larga vida al servicio del Estado de Leyes de Colombia. Allí hice una exposición sobre lo que ha significado la Corte, sobre el tema de la Tutela –que se discute en el Congreso-, sobre el tema de la Ley de Penas para que no sigan excarcelando delincuentes –también propuesta al Congreso- y sobre hechos recientes de decisiones de la Corte que ordenan la captura de unos congresistas de la República por presuntos vínculos con el paramilitarismo.

Reitero a mis compatriotas un propósito nuestro por el que hemos luchado y lucharemos todos los día de Gobierno: Colombia sin paramilitares, Colombia sin guerrilla, Colombia sin corrupción. Colombia con prosperidad, con transparencia, construyendo equidad.

Hace cuatro años no habríamos podido hacer este Consejo Comunitario aquí y hoy no molestamos a la Fuerza Aérea por helicópteros, el recorridito lo hicimos por tierra, es muy cerquita.

Es que lo excepcional no es que podamos venir hoy por tierra a un municipio tan integrado con Cartagena. Lo grave, lo que llamaba la atención es que esto se había descompuesto tanto que hasta hace dos años no podíamos venir aquí por tierra y que era riesgoso estar aquí. Eso hay que recordarlo. Lo que no estaba poseído por los paramilitares estaba por la guerrilla y el Estado empezaba a ser Estado de papel. Pero eso no se dio la víspera de nuestra llegada al Gobierno, eso fue producto de muchos años de descuido.

En muchas regiones la guerrilla martirizaba a los habitantes, los gobiernos de Bogotá nada hacían. Iban allí solamente a los bailes, a tomar whisky y se regresaban. Y detrás de una plaga, otra plaga: la plaga de la guerrilla, la plaga del narcotráfico, la plaga de los paramilitares, la ausencia del Estado.

Esto no es un problema de discursos es un problema de hechos, ¿qué paramilitares habían presos hace cuatro años? Hay 68 líderes reconocidos del paramilitarismo, 65 están en la cárcel. Y no en cárceles como aquellas de ingrata recordación, sino en un sitio con dignidad pero austero. Y no en cárceles clandestinas. La orden que he dado es que ese sitio de reclusión de La Ceja este abierto para que el mundo entero lo vigile. Aquí no hay nada oculto apreciados compatriotas.

Y los tres líderes paramilitares que estaban fugados: la orden es perseguirlos con toda la determinación militar hasta capturarlos.

Nosotros entendemos que la justicia es fundamental para nuestra Seguridad Democrática. Apoyamos totalmente las decisiones de la justicia, siempre lo hemos hecho y es nuestra decisión hacerlo en todo momento.

Y frente al debate político, nosotros lo único con lo que podemos responder es con hechos para que el país compare. Hace cuatro años había alrededor de 60 mil terroristas. A mi me dicen: ‘oiga Presidente, pero es que se hablo de 14 mil paramilitares y se han desmovilizado 30 mil. ¡14 mil era el cuento, otra era la realidad!

Luís Carlos Restrepo, alto Comisionado de Paz, hombre probo, cuenta que la primera vez que se reunió con Carlos Castaño –en presencia de los Obispos de Apartado y Montería- le dijo: ‘14 mil tenemos aquí y súmeles los del Magdalena Medio y los del centro del país y los del Perijá y los de la Sierra Nevada y en otras partes. Tenemos 30 mil desmovilizados, de esos 30 mil han reincidido 600, el Gobierno reconoce –y ese es un problema-, a pesar de que parezca una cifra pequeña, 600 reincidentes frente a 30 mil desmovilizados, 600 bandidos en armas son un peligro para cualquier nación del mundo.

Es que el problema de ETA en España era un problema de 120, del IRA en Irlanda era de 200. Esta Nación es valerosa, con décadas de descuido estatal y haber podido sobrevivir a la amenaza de 60 mil terroristas ricos. 600 son un peligro, ¿la decisión cuál es?: ir detrás de ellos con toda la fortaleza militar a reducirlos.

Aquí se hablaba del paramilitarismo en los cócteles, pero los gobiernos no los perseguían ni los metían a la cárcel. Le hacían el asco al paramilitarismo en el discurso internacional, pero en la acción interna no los perseguían. A mí que me juzguen por los hechos: más de 1.500 paramilitares dados de baja por la Fuerza Pública. En eso vamos a seguir.

Y pedí al Congreso de la República que todo aquel, en el Congreso, en el Ejecutivo, que hubiera tenido relaciones con los paramilitares, que se las cuenten por iniciativa propia a la justicia, al país, con toda franqueza. Es la hora de la verdad. Pero también es importante que el país sepa, así como el país tiene que saber quienes han sido los amigos políticos del paramilitarismo, es importante que el país sepa quiénes fueron los amigos políticos del M – 19. ¡La verdad pero completica! Y quiénes son los amigos políticos del ELN y de las FARC.

Y hay que meter a la cárcel a gobernadores y alcaldes que hayan desviado recursos hacia el paramilitarismo, pero también hay que meter a los que desviaron recursos hacia el M – 19 y las FARC y el ELN.

Es que en la historia de Colombia hay una constante: cuando aparece un gobierno a enfrentar el terrorismo, ahí mismo le dicen paramilitar. Muchos de los defensores de la guerrilla, el único expediente que tienen para criticar a Uribe porque persigue a la guerrilla es decirle “paramilitar” y llevan ese San Benito desde hace muchos años, en la gobernación de Antioquia, en la campaña presidencial, en estos años de Gobierno y por eso, porque hemos procedido seguramente con muchos errores, pero con toda la transparencia y todo el patriotismo, ¡por eso es que vivimos de pechitos frente a los problemas, compatriotas!

Nuestra única respuesta a la injuria son nuestros hechos. Es bueno que se sepa la verdad total. A mi lo que me extraña es que en estos años de debate sobre la ley de Justicia y Paz, se ha reclamado la verdad total, está bien que aflore.

Miren, el computador ese del señor a quien conocen con el nombre de ‘Jorge 40’, ese computador no lo trajo el Espíritu Santo. Ese computador se lo decomisaron a un seño ‘Antonio’ de esos grupos ilegales, se decomisó gracias a la política de seguridad de este Gobierno. El señor estaba en Ralito, salió de Ralito sin permiso e inmediatamente se dio orden de que había que perseguirlo militarmente y lo capturaron y lo capturaron con el computador. Eso es bueno que el país lo sepa.

¿Ustedes creen que si no hubiera habido una política de seguridad con toda firmeza, estos jerarcas del paramilitarismo con ese poder que tenían, estuvieran hoy reducidos a la cárcel de La Ceja?, ¿acaso ellos han sido reducidos por consejos? Han sido reducidos porque aquí ha habido una política firme, totalmente firme para tener una Patria sin paramilitares, sin guerrilla, sin corrupción y en eso vamos a seguir.

Claro que no es bueno que aparezcan congresistas con esos vínculos, eso hace daño, pero eso hay que mirarlo en el contexto de los hechos, eso es lo que se está corrigiendo.

Y eso no puede afectar las instituciones, la responsabilidad penal es individual, las instituciones tienen que fortalecerse cada día.

Y es muy bueno que la crítica sea objetiva, porque un país que empieza hoy a salir adelante, a tener optimismo, algunos de los que se han beneficiado en la recuperación país, viven todos los días apostándole a que esto fracase. Que sigan ellos en su apuesta y nosotros con nuestro trabajo y nuestro empeño patriótico, tenemos que sacar este país adelante.

Y que no haya sesgos. Cuando pido que se sepa la verdad total es porque uno ve unos sesgos, muchos de los que atacan al Gobierno diciendo que el Presidente es paramilitar, en el fondo lo que están es muertos de la rabia porque el Presidente ataca la guerrilla, no son capaces de decir que ellos defienden la guerrilla y que viven muy mortificados porque el Gobierno la enfrenta. Deberían ser más auténticos, más sinceros.

Ese ha sido el expediente al que han apelado históricamente. Cuando un gobierno la enfrenta contra la guerrilla, ahí mismo le dicen ‘violador de derechos humanos, paramilitar’. Hace 40 años, cuando querían desacreditar a alguno, le decían ‘homosexual’. Hace 20, 15 años, cuando querían desacreditar a alguno, le decían ‘mafioso’. Y hoy, cuando quieren desacreditar a un Gobierno honrado, le dicen ‘paramilitar’.

Por eso nosotros tenemos que proceder con toda honradez, pero no dejarnos amilanar, apreciados compatriotas.

Y la verdad es que uno ve que muchos le hacen el asco al proceso con los paramilitares pero muchos de los que le hacen el asco a ese proceso, le viven haciendo venias al ELN y a la FARC. ¿Qué es eso?

El único que se podría quejar del proceso electoral que vivimos recientemente, soy yo. La gran mayoría que me dieron los compatriotas no me permitió quejarme, pero hubo departamentos, donde todavía no hemos podido avanzar en contra de la guerrilla, que esa guerrilla se dedicó a presionar a mis amigos y a exigirles, so pena de que los asesinaban, que no podían votar por mí. ¿Hubo presiones en estos departamentos en contra de la oposición? Este ha sido un gobierno garantista.

Unas paradojas: buena parte de mis críticos vivían en el extranjero, hoy viven en Colombia, regresaron al país justamente en el gobierno que más han odiado. Decían: ‘Uribe fascista, Uribe anula las libertades, Uribe militarista, Uribe paramilitar’ y ese este Gobierno el que les ha dado las garantías democráticas para que puedan hacer su crítica viviendo en Colombia.

Pero no sigamos hablando de esos temas, compatriotas, que ahí todos los días vamos a repetir un poquito, en los recorridos por toda la Patria.

Muchas gracias.

 
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