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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE ANTE EMPRESARIOS LATINOAMERICANOS
Noviembre 27 de 2006 (Santiago de Chile)

“Los cuatro países andinos hemos empezado las conversaciones preliminares con la Unión Europea, que aspiramos convertir en un acuerdo, por tarde en los próximos dos años.

Tenemos en Colombia toda la voluntad política para que ese acuerdo se dé. Porque con la Unión Europea como con los Estados Unidos, hemos sido beneficiarios de preferencias unilaterales. Las preferencias unilaterales tienen dos obstáculos: primero, no incluyen todos los productos, y segundo, no generan confianza inversionista.

Ahora hemos estado pidiendo que Estados Unidos renueve las preferencias unilaterales para los países andinos. Ojalá el Congreso norteamericano en sus sesiones, que se propone desarrollar entre el 4 y 11 de diciembre, tome esa decisión.

Y hemos dicho que eso no puede excluir la aprobación de los tratados con Perú y Colombia y la negociación de los tratados con los otros países andinos.

¿Por qué? No solamente porque las preferencias unilaterales están restringidas para muchos productos, sino porque son precarias, no son suficientemente extensas en el tiempo, períodos limitados relativamente cortos, no hay certeza sobre las renovaciones. En consecuencia, no se da la suficiente seguridad a los inversionistas.

Por eso, mientras se pueden aprobar los acuerdos de comercio firmados entre Estados Unidos, Perú y Colombia, por los respectivos congresos, es muy importante mantener esas preferencias, pero tener en cuenta que la nueva aprobación debe ser una aprobación–puente, que solamente permita la llegada al perfeccionamiento de los acuerdos de comercio.

Los acuerdos de comercio no los podemos mirar más como categorías ideológicas. Yo creo que hay que dejar atrás el debate ideológico entre la economía interna y la integración a la economía internacional.

Cuando escucho a alguno de los opositores en mi país al tema, suelen decir que en un país que tiene tanta pobreza como Colombia, en lugar de pensar en acuerdos internacionales, hay que insertar las grandes masas pobres a las corrientes dinámicas de la economía.

Es cierto, hay que hacerlo, ese es un imperativo: la reducción de la pobreza, la construcción de equidad, y un imperativo que hay que someterlo a plazos limitados, un imperativo que no podemos estar postergando indefinidamente. Pero este imperativo se logra más fácilmente con la integración con la economía internacional.

La integración con la economía internacional trae los recursos de inversión que cada país necesita para poder superar los grandes índices de pobreza. La integración con la comunidad internacional abre mercados. Y la integración con la economía internacional no es una suma pasiva, es una suma dinámica, porque obliga a cada país a recomponer su economía, obliga a cada país a ser más eficiente, obliga a cada país a ser transparente, obliga a cada país a mejorar su productividad, a mejorar su competitividad.

Una economía cerrada hoy es una economía aperezada. Una economía integrada a la economía mundial es una economía que tiene que trabajar con más dinamismo. Eso es lo que marca la diferencia desde el punto de vista práctico.

Una economía aperezada no les resuelve problemas a los consumidores, no les resuelve problemas a los empresarios, no les resuelve problemas a los trabajadores.

Una economía dinámica, puyada, retada por la economía internacional, les tiene que resolver problemas a todos los actores de la vida de cada país: a empresarios, a consumidores, a trabajadores.

Mi invitación a todo el continente es que avancemos en el proceso de integración de las economías, con el criterio de que es un desafío para que cada economía interna mejore, que abandonemos la discusión ideológica y veamos ese proceso de integración desde la perspectiva puramente práctica, de conveniencia práctica.

Permítanme hacer una referencia hacia Colombia. Nosotros hemos venido trabajando con la idea de que el continente no puede seguir siendo dividido entre izquierda y derecha. La división ha estado polarizando, en alguna forma es obsoleta y empieza a carecer de sentido práctico.

Cobraba plena vigencia cuando se enfrentaba a las dictaduras. Pero ahora que los países giran alrededor de la regla democrática, yo creo que el nuevo paradigma tiene que ser el mejoramiento permanente de la democracia.

El mejoramiento permanente de la democracia, en nuestro concepto, tiene que trabajar sobre cinco parámetros: la seguridad con alcance democrático, el respeto a las libertades, la cohesión social, la transparencia y el respeto a la institucionalidad independiente que conforma cada Estado.

A través de estos cinco parámetros debemos mirar cada una de nuestras democracias para calificarlas con mejor o menor grado.

¿Por qué nosotros hablamos en Colombia de Seguridad Democrática? Van a dejar establecida claramente la diferencia entre lo que fue la doctrina de la seguridad nacional que en mala hora recorrió al continente, que se aprovechó para sustentar dictaduras, para conculcar libertades, para cerrar el disenso. Establecer la diferencia entre aquella doctrina de ingrata recordación, y lo que tiene que ser la batalla de un pueblo democrático como el pueblo de Colombia para derrotar el terrorismo.

Nos falta mucho, pero hemos avanzado. Hace cuatro años, el índice de asesinatos en Colombia era de 69 asesinaos por cada 100 mil habitantes al año. El año pasado fue de 39, este año tenemos una reducción del 8 por ciento.

Un país de un millón 164 mil kilómetros cuadrados como Colombia, con 42 millones de habitantes, es un país de regiones. Tenemos ya ciudades como Bogotá, con los índices de mayor seguridad del continente.

Hace cuatro años, en nuestro país había 3 mil secuestros, este año todavía debe haber 300, porque la situación no se ha podido superar en algunas regiones.

Pero cuando me dicen a mí: ¿qué va a hacer Colombia en materia de imagen para que los inversionistas no le teman?, yo digo: no puede haber en el mundo moderno una imagen de video que trate de esconder la realidad. La mejor imagen es la realidad.

Sí, subsisten problemas, muchos. Pero la gran garantía que ustedes pueden tener, apreciados empresarios, en su análisis sobre Colombia, es que Colombia está mejorando, y más importante que los resultados obtenidos hasta ahora, que en Colombia hay la voluntad política total del Gobierno y de las grandes mayorías populares para derrotar el terrorismo en sus diferentes vertientes, estimulado por el narcotráfico.

Esa determinación es la gran garantía que puede tener el mundo entero al mirar a Colombia, y es una determinación profundamente democrática.

Este año el país realizó elecciones de Congreso y elecciones presidenciales. La prensa internacional dijo que eran las más amenazadas de la historia de Colombia, y resultaron las más pacificas.

Ninguno de mis críticos puede decir que no estuvo rodeado de plenas garantías. Nuestro propósito de derrotar el terrorismo, le ha devuelto libertades al ejercicio de la política.

La pérdida de capacidad en el pasado del Estado colombiano frente al terrorismo, se había traducido en un cercenamiento de libertades. El Estado era incapaz de defender a los ciudadanos y el terrorismo restringía la libertad de los ciudadanos, las libertades públicas en general.

Las elecciones de este año demostraron en el país, en todo el territorio, cómo se han recuperado las libertades, gracias al ejercicio de nuestra política de Seguridad Democrática.

En muchas regiones de Colombia la prensa estaba amordazada, había empanicado para hacer denuncias. Hoy en todas partes se siente libre, denuncia sin ninguna limitación, sin coacción alguna.

Ha vuelto el imperio de la justicia. La justicia estaba, en alguna forma, interferida. La gente no se atrevía a denunciar, los testigos sucumbían ante el temor y no acudían a los despachos judiciales. La Seguridad Democrática le ha devuelto valor al pueblo colombiano, y ese valor ha permitido que la justicia avance.

Encontramos 60 mil terroristas. ETA tenía 120, el IRA 200. Hemos desmovilizado 40 mil: 30 mil paramilitares y casi 10 mil guerrilleros. Estamos en un proceso de reinserción, costoso, difícil. Reinsertar 40 mil terroristas a la vida constitucional es una tarea enorme. Todos los días reclamamos más consejo, más ayuda de la comunidad internacional para lograrlo. La gran ayuda es una economía dinámica.
Nuestra decisión es, con los terroristas que quedan en armas, abrirles todas las oportunidades del diálogo y de la reinserción, o derrotarlos. La decisión es una: Colombia sin terrorismo. Ellos tienen dos caminos: o negociar de buena fe, o esperar que el Estado los derrote. Y lo vamos a hacer. O negocian, ingresan a la vida constitucional del país, o los derrotamos.

Nuestra mayor fortaleza es la buena fe. Nuestro propósito indeclinable de transparencia, de trabajar con toda la honradez en el manejo de los asuntos públicos.

Por eso hoy se pueden resistir todos los debates en Colombia, al interior del país y en frente de la comunidad internacional. Ninguna de las situaciones difíciles de violencia de América Latina, tuvo una apertura al escrutinio internacional como la apertura de Colombia. Cuando en otros países se combatía el terrorismo, casi que se hacía a oscuras, de puertas cerradas frente al mundo.

Nuestro combate frente al terrorismo lleva un propósito: la eficacia y la transparencia. La transparencia también reflejada en la observancia de los derechos humanos. Y tiene una garantía: es un país abierto a la observación nacional e internacional sin restricciones, observación de manera rigurosa.

El gran motor del terrorismo en Colombia ha sido el narcotráfico. Por eso nuestra decisión de derrotarlo, apreciados empresarios.

En la parte económica el país ha avanzado, no obstante todo lo que falta. Tenemos muchas cosas por hacer y queremos hacerlas con ustedes.

La economía colombiana ha empezado a crecer más velozmente. Crecimientos en los últimos años del 4.25, del 5.25, este año está alrededor del 6 por ciento. Nuestro propósito es tener un crecimiento económico sostenido del 6 por ciento.

Hace cuatro años la inversión privada estaba en el 6.5 del PIB. Este año está en el 19. Nuestro propósito es llevar la inversión privada al 26 por ciento del PIB.

La inversión total, que en Colombia estaba en el 13 hace cuatro años, ya está en el 26 por ciento.

El año 2000 el país tuvo niveles de desempleo del 20 por ciento. Hoy el desempleo general de la Nación es del 12. Aspiramos llevarlo al 7 rápidamente.

Tuvimos niveles de pobreza del 60, estamos esperando la nueva medición, el año pasado fue del 49. Nuestro propósito es lograr para el 20 de julio de 2010 un nivel de pobreza no superior al 35.

Tenemos una visión de largo plazo, al 7 de agosto de 2019, cuando se cumplirán 200 años de vida independiente. Esa visión de largo plazo tiene metas muy exigentes, que están armonizadas con las Metas Sociales del Milenio.

Cuando hablamos de cohesión social es porque llevamos el crecimiento de la mano de la financiación, de la recuperación social de la Nación.

Se acabó allí la controversia que proponía una exclusión entre la inversión en seguridad y la inversión social. En el país se ha adquirido conciencia de que la inversión en seguridad es una inversión que garantiza los valores democráticos y una fuente de recursos para la inversión social.

Tenemos unos sectores muy promisorios. Si bien el país ha visto una declinación en la producción de petróleo, de todas maneras ha fluido una inversión muy importante a buscarlo.

Estábamos explorando 10 pozos hace cuatro años, este año ya exploramos 50. Estamos explorando en cuatro millones de hectáreas en el Caribe. Quienes vienen adelantando esas exploraciones tienen ya resultados iniciales que las hacen promisorias. Confío que el país tenga buenos hallazgos en petróleo y en gas.

Aspiramos que en el año 2010 Colombia esté exportando 100 millones de toneladas de carbón, y que en el año 2014 sea el primer productor de carbón del mundo.

Tenemos una gran posibilidad en el sector hidroeléctrico. Quiero invitarlos a ustedes a pensar en todo el sector energético en Colombia. El país, con las tasas de crecimiento que empiezan a observarse, necesitará instalar 700 mil kilovatios de energía por año. Hay una gran posibilidad en el sector hidroeléctrico.

Y nuestra gran posibilidad está en el sector de los combustibles biológicos. Hace cuatro años nosotros no producíamos combustibles biológicos. Hoy estamos produciendo un millón 50 mil litros diarios de etanol, y aspiramos a incrementar sustancialmente esa producción.

El país tiene un gran potencial en palma africana, apenas tenemos 300 mil hectáreas sembradas y podemos sembrar 6 millones de hectáreas de palma africana, sin afectar un solo milímetro cuadrado de selva tropical, simplemente en sabanas de la Nación.

La producción de combustibles biológicos en Colombia es muy promisoria. Necesitamos que afluya la inversión.

Chile nos ha dado ejemplo en tantos desarrollos, uno de ellos el sector forestal. En Colombia apenas tenemos 220 mil hectáreas de bosque comercial, y el potencial es para sembrar 40 millones de hectáreas. Alimentar los mercados del Caribe, de México, parte de los Estados Unidos.

Hemos creado un marco tributario muy propicio a la inversión. Quiero referirme a algunos temas.

Primero, hay unas exenciones focalizadas. Están exentos por 30 años las inversiones en nuevos hoteles. Hay exención tributaria por 30 años para las inversiones en la renovación de viejos hoteles. Hay exención al turismo ecológico, hay exención a la reforestación, hay exención a los cultivos de tardío rendimiento, hay exención a la sísmica en la búsqueda de hidrocarburos, y hay estímulos generales tributarios muy importantes. Hay impuesto corporativo, pero no impuesto a los accionistas.

Y toda inversión generadora de renta en Colombia goza hoy de una deducción del 25 por ciento. Una nueva empresa que nazca en Colombia, puede llevar el 25 por ciento de su capital inicial a pérdidas, se convierte en un crédito fiscal que se puede utilizar durante tantos años cuantos se requieran.

Hemos creado un marco tributario para la inversión. La idea nuestra no es rebajarle la tasa de impuestos a todo el mundo. Creemos que no se le puede dar el mismo tratamiento al que crece que al que no crece, hay que estimular a los que crecen.

Allí nuestros incentivos marcan diferencia con incentivos de otros países, en los cuales al rebajarle a todo el mundo se estimula la apropiación de utilidades. Nosotros estamos estimulando la inversión para el crecimiento.

El Congreso de la República nos aprobó una ley que autoriza al Gobierno a firmar pactos de estabilidad por 20 años con los inversionistas. Estamos atrasados en infraestructura, carreteras, puertos, aeropuertos, pero es la gran oportunidad. Estamos abriendo las nuevas concesiones y vamos a aprovechar esa ley para darles toda la garantía de estabilidad a los inversionistas que lleguen a Colombia.

Quisiera tener todo el tiempo para abrir un diálogo con ustedes, pero estos horarios son implacables. Si ustedes me preguntan: ¿es más lo que hay que hacer en Colombia o lo que se ha hecho?, yo les diría: en Colombia todo está por hacer, ayúdennos a hacerlo con ustedes.

En Colombia hay una gran receptividad popular a la inversión privada. Nosotros creemos que la inversión privada es un elemento esencial para el desarrollo social de la Nación. No aceptamos la contradicción entre inversión privada y desarrollo social. Vemos la inversión privada como un presupuesto para el desarrollo social.

Los esperamos en Colombia, y estamos listos para participar activamente en los países de la Cuenca del Pacífico, y para contribuir a los esfuerzos que viene adelantando la Asociación de Países del Pacífico. Muchas gracias”.

 
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